Esta semana continuaremos con nuestro estudio del Evangelio de Lucas.
(1) Lea Deuteronomio 23:24-25 y Éxodo 31:12-17; ¿Tiene usted la impresión de que los discípulos realmente violaron el sábado? ¿Por qué o por qué no?
(2) Al defender las acciones de los descípulos en Su respuesta, ¿Jesús se fundamenta en cuál de las siguientes consideraciones?
a. Sus acciones no violaron la ley del sábado.
b. La ley del sábado ya no era necesaria. ¿Por qué?
(3) ¿Jesús consideraba que lo que hizo David fue lícito? Por lo tanto, ¿cuál fue la justificación de las acciones de David y sus compañeros?
(4) ¿De qué manera se puede aplicar esta justificación a las acciones de los discípulos?
(5) Según Éxodo 31:12-17, ¿cuál fue la intención o propósito original de la ley del sábado?
(6) ¿Qué quiere decir “El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo”?
a. ¿Cuáles son sus implicaciones para las acciones de los discípulos?
b. ¿Cuáles son sus implicaciones para la ley del sábado?
c. ¿Cuáles son sus implicaciones para nosotros hoy?
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo." (LBLA) (Lucas 6:5)
La Ley de Moisés dice que violar la ley del sábado es una ofensa capital que se castiga con la muerte (Éxodo 31:14). La razón es que no solo se trata del cuarto de los Diez Mandamientos, sino que también es una “señal” entre Dios y los israelitas (Éxodo 31:13). En otras palabras, esta es la señal visible mediante la cual los israelitas demostrarían que son un pueblo del Pacto. El no observar el sábado simboliza la ruptura de esta relación de pacto con Dios.
Aquellos que observaban el sábado no solo debían descansar de su trabajo, sino también santificar el día para el Señor (31:15). Esto significa que no solo separaban el día en sí, sino que también separaban a sí mismos para el Señor.
Es cierto que las acciones de los discípulos al arrancar y restregar las espigas para satisfazer su hambre violaba la letra pequeña de la Ley del sábado; sin embargo, la manera en que Jesús defiende sus acciónes no solo es interesante, sino también significativa.
Él compara las acciones de los discípulos con lo que hizo David en 1 Samuel 21:1-6 y reconoce que a nadie le era lícito comer el pan que David y sus hombres comieron sino solo a los sacerdotes. Sin embargo, David era el ungido de Dios. Había sido consagrado al Señor al igual que los sacerdotes. Por lo tanto, podía comer el pan, especialmente a la luz de su situación de extrema desesperación y hambre. Incluso se puede decir que de cierto modo el pan de la proposición estaba destinado a David y sus hombres aquél día.
Pero ahora ha llegado uno que es mayor que David, el propio “Señor del día de reposo” (Lc. 6:5). Esta es sin duda una declaración asombrosa por parte de Jesús, especialmente para los oídos de los fariseos, puesto que lo que Jesús estaba declarando es que Él no es otro que el Señor que estableció la ley del sábado, es el propósito del sábado, y es el Dios Creador que “hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó de trabajar y reposó” (Éxodo 31:17).
En otras palabras, Él es el juez supremo de la Ley del sábado, Él es el Dios en quien, y en cuya presencia encontramos descanso; no es otro que el Dios Creador, Yahvé. Al seguirlo, los discípulos habían entrado en Su presencia y en el reposo del sábado. Los discípulos habían cumplido la máxima exigencia del sábado — la señal de haber entrado en una relación eterna con el Dios Creador.
A pesar de que el término Trino Dios no es estrictamente un término usado en la Biblia, tenemos aquí una vez más una declaración directa del Señor Jesús sobre Su verdadera identidad; al decir que es el "Señor del sábado" — Jesús afirma de manera inconfundible que Él es el Dios Creador de los cielos y la tierra.
(1) ¿Cuál era el castigo por violar la ley del sábado (Éxodo 31:14)?
(2) ¿Por qué era tan severo?
(3) ¿Qué importancia tiene el hecho de que los fariseos estaban observando a Jesús atentamente?
(4) ¿Quién más podría haber sanado al hombre de la mano seca?
(5) Lea atentamente lo que dijo Jesús en el versículo 9. A Jesús no le importaba mucho la cuestión de lo que era lícito, sino el verdadero propósito del sábado. Según Jesús, ¿cuál es el verdadero propósito del sábado?
(6) ¿Por qué eligió Jesús hacer esta pregunta primero, antes de sanar al hombre?
(7) ¿Por qué, entonces, estaban furiosos los fariseos? ¿En qué habían convertido el sábado?
(8) Marcos comenta que en ese momento Jesús estaba muy enojado (Marcos 3:5). ¿Por qué estaba enojado?
(9) ¿Puede usted pensar en cosas similares en su vida y en la vida de la iglesia que podrían hacer enojar a Jesús hoy?
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Yo os pregunto, ¿es lícito en el día de reposo ... salvar una vida o destruirla?" (LBLA) (Lucas 6:9)
Aunque los cuatro libros del evangelio registran ocasiones en que Jesús se enojó, estos incidentes no son la "norma". Es cierto que Jesús se angustió y se entristeció a causa de la incredulidad y el rechazo de los judíos; sin embargo, solo en unas pocas ocasiones llegó a enojarse. Una de estas ocasiones fue cuando los fariseos observaron atentamente a Jesús para ver si curaría al hombre de la mano seca (ver también Marcos 3:1-6).
El hecho de que los fariseos estaban observando a Jesús significa que en verdad creían en Su poder y que se preocupaban menos por la vida de las personas que por su estricta “observancia de la ley”. Esto me recuerda una historia que leí hace años sobre una iglesia en una de las ciudades más pobres de Estados Unidos, Camden, Nueva Jersey.
Había una iglesia moribunda con una congregación de solo un puñado de personas de la tercera edad que al inicio se mostró dispuesta a abrir sus puertas para ministrar a los niños pobres del vecindario a través de un programa extraescola. Sin embargo, cuando el programa comenzó a prosperar, con un número creciente de niños que llegaban para recibir tutorías (algo que una ciudad como Camden necesitaba tan desesperadamente) y, lo que es más importante, para aprender sobre Jesús, la iglesia quedó "perturbada" por estos niños enérgicos. A estas pocas personas que quedaban en la iglesia les interesaba mucho más mantener un "cascarón vacío" y ordenado que permitir que estos niños, quienes en general estaban rodeados de crimen, drogas y armas, se refugiaran en su único santuario. Es cierto que a algunos de los niños les gustaba abrir la puerta a patadas cuando entraban a la iglesia. Cuando los miembros de esta iglesia estaban a punto de echar a los niños y suspender este programa extraescolar, sus ojos finalmente fueron abiertos. Se dieron cuenta de que aunque por fuera la mayoría de estos niños se comportaban exactamente como niños, también habían sido transformados desde dentro por el Espíritu Santo. Tuvieron el gozo de bautizar a muchos de estos niños, quienes entraron en la familia de Dios, a pesar de las abolladuras y rayas que habían dejado en la puerta.
¡Las personas son importantes porque a Dios le importan las personas!
(1) ¿Por qué Jesús tuvo que elegir y nombrar a los Doce, llamándolos apóstoles, es decir, los enviados? (Consulte Marcos 3:14-15 para ver cuál era el propósito triple de los Apóstoles.)
(2) ¿Qué pensaban los propios apóstoles sobre su papel como apóstoles (ver Hechos 1:21-26)?
(3) ¿Cuán importantes son estos Apóstoles para la edificación de la iglesia? (ver Efesios 2:19-20)
(4) Lea Apocalipsis 21:14. ¿Qué importancia adicional representa esta visión del apóstol Juan con respecto a la Nueva Jerusalén?
(5) ¿Qué hizo Jesús antes de elegir a estos 12 hombres?
(6) ¿Por qué?
(7) Puesto que Jesús ya sabía que Judas Lo traicionaría eventualmente, ¿por qué lo elegió de todos modos? ¿Qué luchas puede haber experimentado Jesús con respecto a este proceso de selección?
(8) A la luz de la importancia, el privilegio y el tremendo honor de ser uno de los Doce, ¿qué podemos decir sobre la elección que hizo Judas?
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles." (LBLA) (Lucas 6:13)
¡Realmente me pregunto sobre qué base eligió Jesús a sus doce discípulos!
En primer lugar, ¿por qué habrá sobrecargado el equipo con pescadores (Pedro, Andrés, Santiago y Juan)? No tenían ninguna educación. ¿Cuán eficaces podrían ser? Además, Él ya sabía cuán iracundos eran los hijos de Zebedeo: ¡Incluso les dio el apodo de "Hijos del Trueno"! ¿Por qué los habrá elegido? Y Pedro no era mejor que ellos. Resulta que él siempre metía la pata, y más tarde Lo negó tres veces — ¡y en el peor momento posible!
Tomás era conocido por su actitud negativa. Cuando todos le aseguraban que Jesús había resucitado, él seguía siendo escéptico, y nada habría cambiado si no fuera por la misericordia de Jesús al mostrarle las heridas en Su cuerpo resucitado.
Los evengelios nos enseñan mucho menos sobre los demás integrantes de los Doce. Esto nos muestra acertadamente que ninguno de ellos, excepto Judas, era un apóstol que realmente pudiera hacer mucho por el Reino. Pero de todos modos Judas hizo más daño que bien. Yo nunca habría contratado a Jesús como jefe de mi Departamento de Recursos Humanos.
Lo más asombroso de todo es que estos "doce menos uno" discípulos, con todos sus defectos, debilidades, cobardía y falta de credenciales, pusieron el mundo al revés.
Por un lado, hemos llegado a entender que, después de todo, lo único que cuenta es la obra del Espíritu Santo. Es por eso que muchos de los padres de la iglesia primitiva preferían llamar al libro de los Hechos el libro "de los Hechos del Espíritu Santo".
Por otro lado, también está claro que la obediencia, y no las credenciales, es lo que Jesús busca en sus discípulos. Los fracasos son siempre parte de ser Sus siervos, pero el arrepentimiento y la obediencia permitieron que Él los usara para Sus propósitos.
Y por último, una cualidad que marcó la vida de todos ellos es la disposición a sufrir por Él. ¡Aprendieron a no temer a aquellos que podían matar sus cuerpos pero no sus almas! Esta disposición a sufrir los hizo no solo invencibles, sino también extremadamente efectivos en la difusión del evangelio.
Si Jesús hubiera elegido la élite de la sociedad, las personas sofisticadas y poderosas, estas no solo no habrían sido capaces de lidiar con el sufrimiento, la obediencia y los fracasos, sino que pueden haber terminado por predicar un evangelio muy diferente — un evangelio que no habría reflejado con precisión ni la imagen del Cristo sufriente ni el evangelio de la gracia.
Las enseñanzas del resto del capítulo son muy parecidas a las del Sermón del Monte (en Mateo 5). Sin embargo, es evidente que el contexto y el lugar en que se encontraba Jesús son claramente distintos. “Es común que los predicadores usen el mismo tema o temas distintos en diferentes sermones, especialmente cuando hablan sin un bosquejo escrito” (Morris, 138). Quizás sea útil recordar que tanto Mateo como Lucas registran los sermones de Jesús de manera resumida, según el Espíritu Santo los movió para darles sus énfasis distintivos. En el relato de Lucas, los oyentes inmediatos son los "discípulos", es decir, aquellos que habían hecho el compromiso de seguir a Cristo, y no los incrédulos, aunque estos también estaban presentes en ese momento (Lc. 6:17).
Puesto que esta sección compara a los bienaventurados con los “desdichados”, presentaremos los dos grupos en columnas paralelas para facilitar nuestra reflexion:
Bienaventurados vosotros |
Ay de vosotros |
Los pobres – vuestro es el reino de Dios |
Los ricos – ya estáis recibiendo todo vuestro consuelo |
Los que ahora tenéis hambre – seréis saciados |
Los que ahora estáis saciados – tendréis hambre |
Los que ahora lloráis – reiréis |
Los que ahora reís – os lamentaréis y lloraréis |
Los rechazados – vuestra recompensa es grande en el cielo |
Los hombres hablan bien de vosotros – sois como los falsos profetas |
(1) ¿Qué tienen en común los pobres, los hambrientos y los que lloran?
(2) ¿Qué tienen en común los ricos, los bien alimentados y los que ríen?
(3) ¿Qué tienen en común todas estas personas mencionadas anteriormente?
(4) ¿Usted normalmente considera que los pobres, los hambrientos y los que lloran son personas bienaventurados? ¿Por qué no?
(5) ¿Por qué, entonces, Jesús los llama bienaventurados? ¿Qué aspecto común podría ser el motivo de su bienaventuranza?
(6) ¿Usted normalmente considera que los ricos, los bien alimentados y los que ríen son personas desdichadas? ¿Por qué o por qué no?
(7) ¿Por qué, entonces, Jesús los llama desdichados? ¿Qué aspecto común podría ser el motivo de su desdicha?
(8) ¿Es más difícil para aquellos que son más afortunados en esta vida entrar en el Reino de Dios? ¿Por qué? (ver Lucas 12:21; 18:24-25)
(9) ¿Es necesariamente más fácil que los menos afortunados en esta vida entren en el Reino de Dios? ¿Por qué?
(10) En resumen, ¿qué es lo que hace bienaventurado a un discípulo de Jesús?
(11) ¿Qué nos enseña la historia sobre cómo eran tratados los profetas? ¿Por qué eran tratados así?
(12) ¿Por qué los discípulos de Cristo deberían esperar recibir el mismo trato?
(13) ¿Qué recompensa recibiremos si somos perseguidos por causa de Cristo como Sus seguidores?
(14) Por lo tanto, ¿la bienaventuranza predicada por Jesús en este contexto se refiere a recompensas temporales o celestiales?
(15) A la luz de las enseñanzas de esta sección, ¿cuál debería ser la característica principal de los discípulos de Jesús?
(16) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios." (LBLA) (Lucas 6:20)
No cabe duda de que el relato del evangelio de Lucas contiene más pasajes de denuncia de los ricos que los demás evangelios; por lo tanto, Lucas parece "favorecer" a los pobres hasta tal punto que su relato del "Sermón de la Llanura" dice que los bienaventurados son los pobres y los hambrientos (y no solo aquellos que son “pobres en espíritu” y “tienen hambre y sed de justicia”, como en el Sermón del Monte en Mateo 5:3, 6).
Independientemente de si estamos leyendo el evangelio de Lucas o el de Mateo, tenemos que recordar que ambos autores registraron las palabras de Jesús, no las suyas. Los tres evangelios sinópticos registran el comentario de Jesús sobre lo difícil que es para los ricos entrar en el Reino de Dios (Mateo 19:23, Marcos 10:23; Lucas 18:24). De hecho, es más difícil que los afortunados en esta vida sientan su necesidad de Dios. Sin embargo, esto no significa necesariamente que los pobres, los menos afortunados en esta vida, sientan su necesidad de Dios. Carlo Corretto , una persona que deliberadamente llevó una vida de pobreza, tiene esto que decir al respecto:
“Y cuando consideré a los pobres que había conocido en mi vida, especialmente en estos últimos años, estaba claro que había pobres que eran pobres y nada más — eran muy tristes, a menudo enojados y por supuesto no bendecidos.
"También me acordaba muy bien de que había otras personas pobres que eran muy diferentes; eran personas que llevaban su pobreza de manera hermosa.
"Eran pobres que tenían la convicción de que estaban siendo guiados por Dios, apoyados por Su Presencia.
"Eran pobres que eran capaces de amar a pesar de sus súbitas aflicciones, pobres que eran pacientes en la prueba, ricos en la esperanza, fuertes en la adversidad.
"Eran pobres bienaventurados, porque todos los días podían dar testimonio de que Dios estaba presente en sus vidas, y que les daba provisión como lo hace con el gorrión del cielo, que no tiene graneros”.
Creo que estas palabras captan maravillosamente el significado de "Bienaventurados los pobres".
(1) En su opinión, ¿cuál fue la intención de Jesús al iniciar este mensaje sobre el amor a nuestros enemigos con la frase, “Pero a vosotros los que oís, os digo”?
(2) Quisiera proponer que lo que significa esta introducción es, "Si realmente estáis tomando en serio lo que escuchais de mí". ¿Está usted de acuerdo?
(3) Todos conocemos a personas que no nos agradan, pero aquellos a quienes Jesús se refiere aquí son nuestros "enemigos":
a. Con base en los ejemplos dados en los vv. 27-29, ¿cuál es la definición de la palabra enemigos?
b. A la luz de estos ejemplos, ¿quiénes son sus enemigos?
(4) Al pedir que amemos a nuestros enemigos, Jesús nos da instrucciones muy concretas. ¿Qué podría impedirnos hacer lo siguiente?
a. Hacer bien a los que nos odian y que han buscado dañarnos o destruirnos
b. Bendecir o desear lo mejor de aquellos que nos han maldecido o insultado públicamente
c. ¿Orar con sinceridad por aquellos que nos han maltratado o abusado, o que se han aprovechado de nosotros
(5) ¿Qué (aparte del temor de ser heridos) podría impedirnos ofrecer la otra mejilla para que nos golpeen?
(6) ¿Qué (aparte del deseo de no sufrir pérdidas materiales) podría impedirnos dejar que se nos quite nuestra túnica, además de nuestra capa?
(7) Jesús resume lo anterior diciéndonos, “Así como queréis que los hombres os hagan, haced con ellos de la misma manera” (v.31).
a. Usted podría afirmar que nunca odiaría, maldeciría o maltrataría a nadie, y que mucho menos golpearía a nadie o tomaría algo que no le pertenece. ¿Cómo, entonces, puede usted aplicar este principio?
b. Si alguien realmente pudiera poner en práctica estas instrucciones del Señor, ¿qué tipo de persona sería y cómo describiría usted esta clase de acciones?
c. ¿Desea usted recibir de los demás esta misma clase de bondad?
d. ¿Usted alguna vez recibió de otros esta clase de bondad? (ver el v. 36)
(8) Por ser discípulos de Jesús, nos hemos convertido en “hijos del Altísimo” (6:35). ¿Cuáles, entonces, deberían ser las características que nos diferencian de los “pecadores”, es decir, de aquellos que no han sido perdonados por nuestro Padre Dios? (vs. 32-36)
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Sed misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso." (LBLA) (Lc. 6:36)
La enseñanza de Jesús de que debemos amar a nuestros enemigos, hacer bien a los que nos aborrecen, bendecir a los que nos maldicen y orar por los que nos maltratan, parece irrazonable e imposible de realizar, excepto para aquellos que realmente reconocen su propia maldad ante Dios y realmente experimentan las misericordias de Dios:
- Éramos Sus enemigos; sin embargo, Él nos ama.
- Éramos odiadores de Dios, y en palabras de John Newton (el autor del famoso himno “Sublime Gracia”), ni siquiera Lo deseábamos; sin embargo, Él envió a Su Hijo para morir por nosotros.
- Maldecíamos a Dios y maltratamos a nuestro Salvador. Mediante las bocas de los líderes religiosos, los soldados, los transeúntes y el ladrón en la cruz, nosotros y el mundo nos burlamos del Cordero de Dios y Lo despreciamos; sin embargo, Él dice, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Somos los malvados, somos los ingratos; sin embargo, lo único que recibimos de Dios es misericordia tras misericordia, las cuales no merecemos, ni siquiera queríamos recibir. Si así es como Dios nos ha tratado a nosotros, Sus enemigos, ¡¿cómo podríamos no tratar a nuestros enemigos de la misma manera?!
Sin embargo, el simple hecho de reconocer nuestra maldad y haber experimentado las misericordias de Dios no nos capacita “naturalmente” para amar a nuestros enemigos. Perdonar sigue siendo un acto divino, como demuestran las numerosas historias contadas por Corrie Ten Boom. A continuación reproduzco una de ellas:
“Una vez, después de una plática que dio Corrie en una iglesia, los oyentes se levantaron en silencio y salieron, como siempre hacían en Alemania. Pero había un hombre que iba contra la corriente para acercarse a Corrie. Parecía familiar.
"Ella quería gritar, ¡'No'!
"El hombre se detuvo frente a ella, sonriendo, 'Qué bonito mensaje, Frau ten Boom. Me alegra mucho escuchar que nuestros pecados han sido perdonados'. ¡Este mismo hombre había estado en Ravensbruck (el campo nazi en el que Corrie y su hermana Betsie estuvieron detenidas, y donde esta última finalmente murió desnuda sin ser atendida durante su prolongada enfermedad)! Él era uno de los guardias que las miraba fríamente mientras Corrie y Betsie pasaban desnudas y humilladas. Ella lo recordaba claramente. Corrie no pudo hablar. Fingió estar pensando en otra cosa. 'Usted mencionó que estuvo en Ravensbruck. Quizás no lo crea, pero yo fui guardia en Ravensbruck . Pero después de la guerra me convertí en cristiano. Dios me perdonó. ¿Usted me perdonaría?' Extendió su mano peluda y desgastada. Era tan repulsiva como una serpiente.
"'Oh, qué difícil es estar en Cristo en momentos como este', pensó Corrie. Tenía mil razones para odiar a ese hombre malvado. Pobre, dulce Betsie. Pero Betsie habría sido la primera en perdonarlo. Corrie tenía que perdonarlo. O Dios no la perdonaría a ella. La Biblia lo había dejado totalmente en claro. Ella miró la mano repulsiva del hombre. El perdón no era una simple emoción que uno se permitiera. Era la voluntad de Dios.
"Ella extendió su mano. 'Te perdono', dijo.
"El calor la inundó. Fue intenso. Sintió que estaba brillando de amor. Pero no era su amor. Ella era impotente. Era el amor de Dios, tal como Pablo escribió en el quinto capítulo de Romanos: 'Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos ha dado'".
(Héroes de la fe, Boom, 182-3)
La mejor forma de entender esta sección es considerarla como una colección de enseñanzas o dichos que pronunció Jesús durante este Sermón de la Llanura:
(1) Vv. 37-38 —Tenga un gran corazón
a. La palabra juzgar tiene dos sentidos: formarse una opinión y condenar. En su opinión, ¿cuál de estos sentidos tiene Jesús en mente?
b. Según el v. 37, ¿qué debemos hacer si estamos seguros de que nuestro juicio (es decir, nuestra opinión) es correcto y que la otra persona en verdad ha hecho algo malo (en especial si fue contra nosotros)?
c. ¿Qué pasará si no perdonamos?
d. ¿Qué debemos hacer si no tenemos fuerzas suficientes para perdonar? (¿Piensa usted que en tales circunstancias es más correcto decir que no podemos perdonar o que no queremos perdonar?)
e. Lucas no ha aclarado lo qué conlleva la enseñanza de "dar" en el v. 38. ¿Qué otra cosa podría significar, además de dar "perdón"?
f. ¿Usted alguna vez experimentó la promesa del verso 38 de recibir mucho más de Dios de lo que podría dar?
g. ¿Usted alguna vez experimentó lo contrario, a saber, recibir muy poco por haber dado muy poco?
(2) Vv. 39-40 — No sea un maestro ciego
a. Cuando estamos “bien preparados”, seremos como nuestro maestro, el Señor Jesús, y no seremos líderes ciegos. ¿Qué conlleva estar bien preparados? (Nota: La expresión que la LBLA traduce como ''preparado bien'' puede ser traducido como ''perfeccionado''; algunas versiones incluso lo han traducido así.)
b. Si usted es un pastor, líder o maestro de escuela dominical, ¿qué debe hacer para evitar ser un pastor, líder o maestro ciego?
(3) Vv. 41-42 — Saquemos primero nuestras vigas
a. Es obvio que Jesús usa aquí una analogía exagerada. ¿Por qué elegiría usar una exageración tan desmesurada? ¿Qué verdad quiere comunicar?
b. ¿Qué significa la palabra hipócrita?
c. Parece que Jesús no quiere evitar totalmente que veamos la mota que está en el ojo de nuestro hermano, siempre y cuando primero quitemos nuestra "viga". ¿Qué pasará cuando realmente nos miremos a nosotros mismos y primero saquemos nuestra “viga”? ¿Qué efecto tendrá sobre la “mota” que habíamos percibido en el ojo de nuestro hermano?
(4) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Dad, y os será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo." (LBLA) (Lucas 6:38)
Este versículo específico de la Biblia me habló de una manera muy personal y especial. El primero de junio de 1991 estaba escuchando una predicación basada en este versículo durante un culto de adoración.
De alguna manera, este versículo pareció saltar de la página mientras el pastor lo explicaba, y escuché una voz que me decía: “Entrega tu vida a mí en el ministerio de tiempo completo y yo me ocuparé de todo lo demás".
Nunca antes había escuchado la voz de Dios. Es cierto que me había hablado de vez en cuando al hacer que ciertos versículos de la Biblia me impactaran. El Espíritu Santo a menudo me llamaba la atención sobre mis pecados mediante una sensación de falta de paz, especialmente cuando le estaba orando. Pero nunca en mi vida había escuchado Su voz de manera tan clara y audible.
A medida que se prolongaba el culto, la voz no me dejaba; de hecho, mi corazón estaba a punto de rebentar al sentir la obra del Espíritu Santo.
Para abreviar una larga historia, resistí al llamado e incluso dije en mi corazón: “Debes estar bromeando. ¡De ninguna manera, no en este momento!" Lo dije porque en esa época estaba organizando un financiamiento puente para completar una inversión comercial muy lucrativa con muy buenas perspectivas.
Por la gracia de Dios, cedí a Su voluntad después de un tiempo. Renuncié a mi sueño financiero y profesional. Desde un punto de vista mundano, había renunciado a todo aquello para lo que fui entrenado y por lo que había trabajado tan duro.
¿Pero cuál fue el resultado? Me han dado una buena medida, apretada, remecida y rebosante vaciada en mi regazo. En verdad he experimentado la promesa del Señor en Lucas 18:29-30: “Entonces Él les dijo: En verdad os digo: no hay nadie que haya dejado casa, o mujer, o hermanos, o padres o hijos por la causa del reino de Dios, que no reciba muchas veces más en este tiempo, y en el siglo venidero, la vida eterna".
Dios no solo me ha bendecido con una esposa que me apoya e hijos piadosos que continúan siguiendo al Señor; también me ha bendecido con muchos hijos espirituales. También puedo decir con los hijos de Israel que durante todos estos años, nuestras ropas no se han gastado ni nuestros pies se han hinchado (Deut. 8:4).
Lucas concluye su relato del Sermón de la Llanura con dos analogías con elementos contrastantes:
- árboles buenos y malos (vv. 43-45)
- cimientos buenos y malos (vv. 46-49)
(1) ¿Cuáles son los dos tipos de personas contrastantes a que se refieren las analogías?
(2) Vv. 43-45 — Los dos tipos de árboles:
a. Sabemos que los oyentes son los discípulos. Por lo tanto, ¿el propósito de esta analogía es para que hagan un autoexamen, es para que sepan discernir entre buenos y malos maestros, o es para que hagan ambas cosas? ¿Por qué?
b. ¿Por qué es importante usar los frutos para señalar la verdadera identidad de uno?
c. Según el v. 45 todo procede del corazón.
(3) Vv. 46-49 — Los dos tipos de fundamentos (probablemente sirve como la conclusión del Sermón de la Llanura)
a. A la gente le gusta decir: "Puedes engañar a los demás algunas veces, pero no todo el tiempo". ¿Cuán cierta es esta afirmación?
b. Incluso es posible que engañemos a los demás durante mucho tiempo. Sin embargo, según Jesús, ¿en qué momento será revelado nuestro verdadero yo?
c. ¿Qué podrían representar la “inundación” y el “torrente” que nos llegarán y amenazarán el fundamento de nuestro discipulado o relación con Cristo?
d. ¿Cuál podría ser la "inundación" que ha sacudido el fundamento de la fe de algunos a su alrededor?
e. ¿Cuál podría ser la razón por la que la fe de estas personas no resistió la prueba?
f. ¿Qué es lo que reconocemos cuando nos dirigimos a Jesús como nuestro Señor?
g. Separe un tiempo para reflexionar sobre si hay algún área de su vida en la que realmente no ha obedecido al Señor.
(4) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"y el torrente dio con fuerza contra ella y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa." (LBLA) (Lucas 6:49)
El libro “Man of Vision” cuenta la historia de Bob Pierce, el fundador de la organización World Vision. Desde luego, él fue un hombre muy exitoso e influyente, y obviamente predicaba en el nombre de Jesús. A pesar de que no expulsó ningún demonio, sin duda realizó cosas que muy pocos podrían igualar, especialmente la creación de World Vision, una organización que ha tenido un gran impacto en las vidas de muchos en el Tercer Mundo, especialmente para los niños que viven en la pobreza extrema.
Sin embargo, en el libro que acabo de mencionar, su hija cuenta con sinceridad que él no podía llevarse bien con los demás en el liderazgo, que ignoraba a su familia e incluso que contribuyó al suicidio de una de sus hijas. Aunque había ayudado a millones de familias, arruinó la suya. Fue solo por la extrema misericordia de Dios que pudo reconciliarse un poco con su familia antes de su muerte.
La vida de Bob Pierce sirve de advertencia para nosotros, especialmente aquellos que tenemos posiciones de liderazgo cristiano. El fruto que busca Jesús no son nuestras afirmaciones extravagantes acerca de Él, nuestro ministerio eficaz de predicación y enseñanza, nuestro gran sacrificio por Él o algún logro que el mundo reconozca. Lo único que le importa es nuestra relación con Él, es ver que somos obedientes a Él y a Su voluntad. Ese es el único fruto que cuenta.