Esta semana continuaremos nuestro estudio del Evangelio de Lucas.
¿Por qué Jesús eligió solo a sus tres discípulos más cercanos para experimentar este encuentro tan inusual, especialmente a la luz de 9:27?
(1) ¿Es necesario que una experiencia espiritual tan especial ocurra en un lugar como una montaña alta?
(2) ¿Qué significa “transfiguración”? (Consulte Apocalipsis 1:12-16). Si usted fuera uno de los discípulos, ¿cómo se habría sentido al ver a Jesús en Su forma transfigurada? Lea Isa. 53:2. ¿Puede usted formular una definición de la palabra “humildad” a la luz de la encarnación de Jesús?)
(3) Moisés fue quien dio la Ley, y Elías a menudo era considerado uno de los más grandes profetas (si no el más grande). ¿Qué significado tiene la presencia de ambos aquí? ¿Por qué hablaron de la partida de Jesús (en el idioma original, la palabra traducida partida es Éxodo)?
(4) A pesar de que las palabras de Pedro fueron motivadas por la prisa y el susto (Marcos 9:6), ¿qué nos pueden enseñar sobre la mentalidad de Pedro su sugerencia de que construyeran enramadas?
(5) El Padre pronunció palabras que eran similares a las que había usado en del bautismo de Jesús (ver Mat. 3:17), pero con una diferencia; ¿Cuál es esa diferencia y cómo puede revelar el propósito de esta inusual experiencia espiritual?
(6) Marcos (9:9) nos dice que fue Jesús quien les advirtió que no compartieran esta experiencia con los demás. ¿Por qué? ¿Qué habría pasado si hubieran compartido esta experiencia con los otros nueve discípulos? ¿Cómo se habrían sentido?
(7) Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su ropa se hizo blanca y resplandeciente." (LBLA) (Lucas 9:29)
Cuando experimentamos una epifanía divina, siempre nos llega de manera inesperada y nos exige mucho. Así es como David Brainerd, el misionero pionero qué trabajó entre los indios de Nueva Jersey, describió la suya:
“Mientras caminaba en una tumba oscura y espesa, la ' gloria inefable' pareció abrirse ante la vista y la aprensión de mi alma ... Era una nueva aprensión o visión interior que tenía acerca de Dios; como algo que jamás había experimentado, y del cual no tenía ningún recuerdo de haberlo experimentado. De modo que me permanecí quieto y me maravillé y admiré ... En ese instante, no tenía ninguna aprensión particular acerca de ninguna de las personas de la Trinidad, ya sea del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo, pero parecía que aquello que estaba contemplando era la gloria y el esplendor divinos. Y mi alma 'se regocijó con un gozo inefable' al ver tal clase de Dios, un ser divino tan glorioso, y en mi interior me sentía complacido y satisfecho de que él fuera Dios sobre todas las cosas por los siglos de los siglos. Mi alma estaba tan cautivada y encantada con la excelencia, la hermosura y la grandeza y las demás perfecciones de Dios que incluso fui absorbido por Él, al menos hasta tal punto que no pensé, como recuerdo al principio, en mi propia salvación, y apenas recordaba que existía una criatura como yo.
"Fue así que el Señor, creo yo, me llevó a un sincero deseo de exaltarlo, de colocarlo en el trono y de 'buscar primero Su reino', es decir, principal y finalmente, buscar Su honor y gloria como Rey y soberano del universo, lo cual es el fundamento de la religión de Jesús ... Me sentí como si estuviera en un nuevo mundo." (págs. 138-140)
Esto ocurrió en el día del Señor, el 12 de julio de 1739, cuando tenía 21 años. Dos meses después entró en Yale para prepararse para el ministerio.
Cuando Pedro tuvo su encuentro divino en la montaña de la transfiguración (Mateo 17), su reacción inmediata y apresurada fue construir enramadas para ellos. Quería “conservar” esta experiencia, habiendo olvidado que los encuentros divinos son dados, no para ser conservados, sino para prepararnos para una mayor obediencia (Mat. 17:5). Y fue así que David Brainerd obedeció y entró estudiar en Yale, donde recibió su formación; no, no me refiero a la teología que aprendió, sino a su experiencia de ser expulsado por Yale debido a su celo por Cristo.
(1) En el caso de este niño, describa cómo se vería una persona poseída por un demonio, o qué podría experimentar.
(2) ¿Por qué vino el padre a los discípulos en busca de ayuda? (Ver 9:1-2)
(3) ¿Por qué el padre no se rindió?
(4) El trasfondo de las palabras de Jesús en 9:41 es el rechazo general por parte del pueblo a pesar de los muchos milagros que había realizado, la prevalencia de la posesión demoníaca y la incapacidad de los discípulos. ¿Piensa usted que Jesús diría lo mismo sobre nuestra generación actual? ¿Por qué o por qué no?
(5) Reflexione sobre el v. 42 y compare este demonio con otros demonios que estaban a punto de ser expulsados por Jesús (por ejemplo, el de 8:28 y ss.). ¿Cuán diferente era este? ¿El resultado fue diferente?
(6) ¿Qué quiere decir “todos estaban admirados de la grandeza de Dios”?
(7) Describe lo que los discípulos habían presenciado hasta ese momento con respecto a lo que los siguientes aspectos revelan sobre la identidad y el poder de Jesús:
a. sanar a los enfermos
b. expulsar demonios
c. resucitar a los muertos
d. contrarrestar los desafíos verbales y las conspiraciones de los líderes religiosos
¿Había fallado una sola vez en manifestar Su poder?
¿Había perdido una sola vez ante los líderes religiosos?
(8) A la luz de los hechos anteriores, ¿qué preguntas habrían tenido los discípulos cuando Jesús dijo, “El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres”?
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar?" (LBLA) (Lucas 9:41)
Es bastante obvio que la reprensión anterior de Jesús en Lucas 9:41 fue motivada por la incapacidad de los discípulos (es decir, los doce menos Pedro, Juan y Santiago, quienes habían acompañado a Jesús a la montaña) para expulsar al demonio del niño. Pero aunque Jesús usó la frase “de poca fe” para describir a los discípulos (Mateo 17:20), acusó a la generación de ser totalmente incrédula y perversa (es decir, retorcida).
Sabemos que aunque Jesús realizó muchos milagros (por ejemplo, sanar a los enfermos, expulsar los demonios e incluso resucitar a los muertos), la respuesta general del pueblo siguió siendo una de incredulidad. Y aunque Jesús en cierta ocasión mencionó específicamente la "triple ciudad" de Capernaum, Corazín y Betsaida para denunciar su falta de arrepentimiento (Mat. 11:20-24 y Lc. 10:12-16), sabemos que estas ciudades eran simplemente un microcosmo de la apatía espiritual de todo Israel. ¿Qué otra explicación hay para su dureza de corazón a pesar de los milagros que habían presenciado, a no ser sus mentes perversas — sus almas retorcidas?
Es cierto que el Señor ha elegido no manifestar tales milagros hoy, o al menos no con tanta frecuencia como en los primeros siglos; a pesar de ello, hemos visto la propagación del evangelio de manera exponencial en los últimos dos mil años. Esto ha sido el fruto de testigos fieles y el poder de Dios manifestado en el propio evangelio.
Lamentablemente, las regiones donde más ha prosperado el evangelio, a saber, Europa Occidental y América del Norte, han visto un declive en la fe en Jesucristo como "el Camino, la Verdad y la Vida" sin el cual “nadie viene al Padre” (Jn. 14:6). Aunque este declive comenzó lento, se ha acelerado mucho en los últimos años. Sin duda lo que dijo Jesús sobre Su generación también describe la nuestra: vivimos en una generación incrédula y perversa.
Los fariseos de la época de Jesús estaban tan retorcidos que dijeron lo siguiente con respecto a los milagros que Jesús realizaba: "El echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios" (Mateo 9:34). Y lo hicieron simplemente porque Jesús los reprendió por su pecados, especialmente el pecado de la hipocresía.
En cuanto a nuestros días, aunque las enseñanzas bíblicas sobre la homosexualidad son totalmente claras, y las consecuencias de estos pecados son innegables (Rom. 1: 26-27), el mundo está tan retorcido que también busca demonizar a todos los que defienden la Palabra de Dios. Es en este contexto que la Biblia una vez más usa la palabra "perversa" para referirse a una generación como esta” (Rom. 1:27).
(1) De manera similar a Marcos, Lucas presenta este argumento (9:46) sobre quién es el mayor después de (i) la transfiguración presenciada por los tres apóstoles principales (9:28-36) y (ii) la repetida declaración de Jesús con respecto a Su sufrimiento y muerte inminentes (9:22, 44).
a. Para Pedro, Juan y Santiago, ¿cuál había sido el propósito de haber presenciado la transfiguración?
b. ¿Qué impacto puede haber tener en ellos, puesto que ellos también participaron en esta discusión?
c. ¿El enfoque repetido de Jesús en Su sufrimiento y muerte inminentes tuvo algún impacto en los discípulos? ¿Por qué o por qué no?
(2) Todos amamos a los niños. ¿Por qué, entonces, Jesús insinuó que en realidad nos cuesta mucho “recibir a estos niños”? ¿Que significa recibir? ¿En qué circunstancias quizás no estaríamos dispuestos a recibir a los niños? ¿Por qué?
(3) Jesús dice, "Porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es grande". Por lo tanto, si nos esforzamos mucho por servir a los demás y nos aseguramos de que ocupamos el papel menos importante con el fin de ser los mejores, ¿nuestro plan funcionará? ¿Por qué o por qué no?
(4) ¿Cómo podemos cultivar la actitud o la mentalidad de ser "los más pequeños"?
(5) ¿Por qué Juan no habría “recibido” al hombre que expulsaba demonios en el nombre de Jesús?
(6) Siempre nos gusta decir que nadie puede mantenerse neutral cuando se trata de la manera en que tratamos a Jesucristo. Si esto es cierto, ¿cómo debemos entender el verso 50?
(7) ¿Cuál podría ser el mensaje para Juan cuando Jesús nombró a otras 72 personas en 10:1?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"No se lo impidáis; porque el que no está contra vosotros, está con vosotros." (LBLA) (Lucas 9:50)
Siempre nos gusta decir que cuando se trata de Cristo, no podemos mantenernos neutrales: o creemos en Él como nuestro Señor y Salvador, o Lo rechazamos y Lo expulsamos de nuestras vidas. Mantenerse neutral es lo mismo que rechazarlo.
Asimismo, uno puede estar dentro del Reino de Dios o fuera del Reino de Dios, pero no en medio. Por lo tanto, cuando Jesús elogió al maestro de la ley que estaba de acuerdo con Él con respecto a cuál de los mandamientos es el más grande, diciendo, “Él (Dios) es uno, y no hay otro además de Él ...”, Él le dijo “No estás lejos del reino de Dios”(Mc. 12:34). Jesús no dijo que estaba dentro del reino, sino que todavía estaba fuera, puesto que aún no había creído en Jesucristo como el Hijo de Dios y no Lo había aceptado como su Señor y Salvador.
Por lo tanto, cuando Jesús habló sobre el hombre que expulsaba demonios en Su nombre, diciendo que “el que no está contra vosotros, está con vosotros”, lo que estaba sugiriendo es que ese hombre había creído en Él. De hecho, como Pablo afirma en 1 Corintios 12:3, “Por tanto, os hago saber que nadie hablando por el Espíritu de Dios, dice, 'Jesús es anatema'; y nadie puede decir, 'Jesús es el Señor', excepto por el Espíritu Santo".
Por otro lado leemos en Hechos 19 que ciertos judíos que intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los endemoniados fueron atacados por estos mismos espíritus malignos (Hechos 19:13-16) porque no pertenecían a Jesús.
Por lo tanto, el hecho de invocar el nombre del Señor Jesús no es una prueba de fe auténtica en Cristo, es decir, no demuestra que uno realmente haya creído en Jesús como el Hijo de Dios y puesto su confianza en Su obra redentora mediante Su muerte y resurrección solamente. En esta época de ecumenismo y diálogo ecuménico, debemos prestar atención a las palabras (anteriores) de Berkouwer en el sentido de que “la ecumenicidad que busca un denominador común es una forma inútil de buscar la unidad”.
Es cierto que tenemos puntos en común con el Islam, así como tenemos puntos en común con el mormonismo; sin embargo lo único que realmente nos puede hacer uno es la fe en que "en ningún otro (es decir, que no sea Cristo Jesús) hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12) y que “por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. (Efesios 2:8-9)
(1) Lucas menciona que Jesús partió “con determinación” hacia Jerusalén. Al usar esta palabra, Lucas sugiere que no fue fácil para Jesús hacer esto, y que había cosas que podrían influir en Su "determinación". ¿Cuáles pueden haber sido estas cosas?
(2) A la luz de la discriminación de los judíos contra los samaritanos, ¿por qué querría Jesús visitar este pueblo en Samaria?
(3) ¿Cuál fue la reacción de la población local? ¿Por qué?
(4) Los samaritanos ya habían tenido contacto con Jesús (ver especialmente Juan 4:41-42). ¿Por qué, entonces, habrían tratado así a Jesús?
(5) ¿Usted se ha encontrado con circunstancias en que hubo cierto rechazo hacia los cristianos por razones similares?
(6) ¿Cuál fue la reacción de Juan y Santiago? ¿Su reacción era justificada a la luz del ejemplo de Elías (ver 2 Reyes 1)?
(7) ¿Puede usted pensar en alguna situación actual que pueda provocar en usted una reacción similar?
(8) Algunos manuscritos también incluyen las siguientes palabras de reprimenda de Jesús, "Vosotros no sabéis de qué espíritu sois". ¿De qué ''espíritu" eran Juan y Santiago, entonces?
(9) En cambio, Jesús dijo, “El Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas”. ¿De qué clase de “espíritu” es Jesús?
(10) V. 57: Parece que este hombre había decidido seguir a Jesús de manera voluntaria y destacó un aspecto especial de su determinación. ¿Cuál era? A juzgar por la respuesta de Jesús, ¿puede usted percibir qué aspecto del desafío de seguir a Jesús fue la que enfatizó?
(11) V. 59: Este otro hombre recibió una invitación de Jesús de seguirle, pero quería ir a enterrar a su padre “primero”. ¿Piensa usted que la respuesta de Jesús fue demasiado dura?
(12) ¿Hay por lo menos dos puntos muy importantes que Jesús quería que él entendiera acerca de lo que conlleva “seguirlo”? ¿Cuáles podrían ser estos puntos?
(13) V. 61: Otro hombre más expresó su deseo de seguirlo, pero quería ''primero'' regresar a su casa para despedirse. Una vez más, ¿piensa usted que la respuesta de Jesús fue irrazonable? Según la evaluación de Jesús, ¿qué significaría su despedida?
(14) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza." (LBLA) (Lucas 9:58)
El Evangelio de Lucas registra tres incidentes distintos en los que parece que Jesús establece un estándar muy alto para aquellos que desean seguirlo. Ninguno de estos tres relatos nos dice si estos individuos terminaron por siguir a Jesús. Sin embargo, a través de las palabras de Jesús y las circunstancias específicas de cada uno de los tres incidentes, el Evangelio de Lucas nos enseña claramente lo que significa seguir a Jesús y lo que se requiere para que uno sea Su discípulo. Permítanme compartirles mis reflexiones sobre esto durante los próximos tres días.
Hoy nos enfocaremos en la idea de que ser un discípulo de Jesús totalmente comprometido significa que no consideramos este mundo como nuestro hogar: “ Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza." (Lucas 9:58)
El Evangelio de Mateo nos dice que este hombre que tomó la iniciativa de seguir a Cristo era un escriba, lo que significa que estaba bien educado en las Escrituras y tenía un gran celo por Dios. Por lo tanto, no se puede cuestionar su deseo de seguir a Jesús, puesto que había ignorado la hostilidad de sus compañeros y anunciado públicamente su decisión.
Me alegraría mucho si pudiera conducir a alguien como él a Cristo.
Sin embargo, parece que había un aspecto específico de seguir a Jesús que quizás él no había contemplado cuando se atrevió a prometer, "Te seguiré adondequiera que vayas" (Lc. 9:57).
Por lo tanto, Jesús respondió usando como ejemplo los zorros y los pájaros. Lo que tienen en común estos animales es que ambos tienen un lugar al que podrían llamar su hogar. Por más primitivo y temporal que sea su hogar, ¡por lo menos tienen un sentido de seguridad, pertenencia, descanso y permanencia!
En comparación, Jesús no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza: esto no quiere decir que viva como un vagabundo, sino que en esencia no había ningún lugar que consideraba Su hogar mientras estaba en la tierra — un lugar de permanencia, de seguridad, de pertenencia y de descanso.
En esencia, lo que está diciendo a este escriba y a todos los que deseen seguirle es que no pueden considerar este mundo como su hogar. Esto es precisamente lo que nos enseñan los ejemplos de aquellas personas de fe mencionadas en Hebreos 11:9-16:
“Por la fe (Abraham) habitó como extranjero en la tierra de la promesa (pero) como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob ... porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios... Y si en verdad (Abraham e Isaac, etc.) hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver.
Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad".
Y esto no solo era la realidad de ellos, sino que es la realidad de cada uno de nosotros que seguimos a Jesús.
(1) Jesús ya había nombrado a los Doce para ser Sus Apóstoles (una palabra que significa enviados) en Lucas 9:1. ¿Por qué también nombró y envió a otros 72? (ver 10:2)
(2) ¿Qué debían hacer y de qué eran capaces? (ver 10:17)
(3) ¿Cuál es el mensaje que Jesús quizás buscaba comunicar a los Doce originales?
(4) ¿Quién es "el Señor de la mies"? ¿Por qué Jesús nos enseñaría que debemos pedirle que enviara obreros? ¿Cuál sería el resultado de que se lo pidiéramos? ¿Usted alguna vez se lo pidió? ¿Por qué o por qué no?
(5) Las instrucciones que Jesús dio a los 72 fueron bastante similares a las que dio a los Doce en el capítulo 9:3-5, pero con las siguientes adiciones:
a. Los estaba enviando como corderos entre lobos. ¿Los corderos tendrían alguna posibilidad de sobrevivir entre los lobos? ¿Estos discípulos sobrevivieron su misión? ¿Cuál podría ser el mensaje para nosotros hoy?
b. No cabe duda de que el ministerio del evangelio es un ministerio de fe; sin embargo, Jesús agrega la instrucción "a nadie saludéis por el camino" (10:4). ¿De que manera esto hace eco de lo que Jesús dijo a los tres que deseaban ser Sus discípulos en 9:57-62?
(6) Jesús también les dijo que debían decir “Paz”(10:5) al entrar en una casa. Es obvio que Jesús no se refería a un saludo superficial, sino a un saludo que imputaba la paz divina.
a. ¿De qué se trata esta paz? (ver Juan 20:19-20; 14:27)
b. Parece que no todos aquellos que los acogerían podrían recibir esta paz; solo la podrían recibir si “hay allí un hijo de paz”. ¿A quién se refiere esto?
(7) ¿Qué deben hacer con los pueblos que no los acogen? ¿Qué simboliza esta acción? ¿Por qué, entonces, deberían recordar a estos pueblos que "el reino de Dios se ha acercado"?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios." (LBLA) (Lucas 9:60)
A diferencia del escriba que consideramos ayer, este individuo fue llamado por Jesús; este detalle es significativo, puesto que cuando Jesús llama a una persona, esto significa que desde Su perspectiva aquella persona está lista.
Por lo tanto, si usted ha sido llamado por Dios, ya sea para seguirlo, para responder a Su llamado al ministerio del evangelio de tiempo completo o para tomar cierta acción, esto significa que Él considera que usted está listo y que no hay excusa para postergar su obediencia. Este fue el caso del hombre que examinaremos hoy.
Este hombre no estaba dispuesto a responder al llamado de Jesús de seguirlo porque pensaba que aún tenía asuntos pendientes que atender; y no se trataba de un asunto pendiente cualquier — necesitaba enterrar a su padre.
Los comentaristas nos dicen que los judíos “enterraban a sus muertos sin demora, si había tiempo suficiente, lo hacían el mismo día, o a lo más al día siguiente” (Lenski, Mateo, 561). Por lo tanto, la demora que este hombre solicitó no habría sido demasiado larga. Además, el hombre probablemente tenía una madre afligida que necesitaba desesperadamente su presencia, y hacerlo era simplemente demostrar una piedad filial básica, independientemente de la cultura de uno. Sin embargo, Jesús dijo, "Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios". (Lucas 9:60)
Consideremos la respuesta de Jesús con más cuidado. Él nos está diciendo que en la vida hay esencialmente solo dos tipos de personas, a saber, los que están muertos espiritualmente (aunque puedan estar vivos físicamente) y los que están vivos espiritualmente.
¿Cómo sabía esta persona que pertenecía al segundo grupo? Pues bien, si fue sincero al llamar a Jesús “Señor”, él pertenecía al segundo grupo, es decir, a aquellos que tienen la vida eterna. Por lo tanto, tenía que vivir de manera diferente a los demás.
La pregunta era ¿cómo podría hacerlo?
Y la respuesta de Jesús fue la siguiente: “anuncia por todas partes el reino de Dios”.
En otras palabras, ¡aquellos que están espiritualmente vivos lo están con una misión y para una misión! Nadie está vivo espiritualmente por su propio bien y sin una misión. Tenemos vida eterna para que podamos proclamar el Reino de Dios. Si no tenemos un sentido de misión, no estamos siguiendo a Jesús. ¡No somos sus discípulos!
Sabemos que el escocés Eric Liddell dejó pasar la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos porque la competencia se realizó en el Día del Señor. Quizás también sepa que incluso después de ganar una medalla de oro en los juegos olímpicos en la carrera de 400 metros, más tarde se entregó a ser un misionero en China.
Tenía una relación muy cercana con sus padres, quienes también eran misioneros, pero su mala salud les impidió permanecer en China. Eric Liddell tuvo la oportunidad de pasar su primer año de descanso en casa y estar con sus padres antes de regresar a Tientsin.
Pero un día, tuvo una experiencia de lo más inusual. Se sentía como si su padre estuviera parado a su lado, y en el desayuno de la mañana siguiente recibió la noticia de que su padre había fallecido súbitamente.
Eric se sentía abrumado por la tristeza y no pudo evitar decir que si tan solo el Señor hubiera llevado a su padre a su hogar celestial mientras aún estaba en Escocia podría haber estado con él hasta sus últimos momentos. ¡También habría estado presente para consolar a su madre!
En otras palabras, estaba luchando con las mismas emociones que este segundo hombre que quería ir primero a enterrar a su padre. Pero Eric creía que Dios siempre tiene una razón, y cuando se tranquilizó con el fin de reflexionar sobre los eventos en la presencia Dios, llegó a comprender que si su padre hubiera muerto cuando él estaba en Escocia, es posible que nunca hubiera regresado a China.
También llegó a comprender que, aunque amaba mucho a su madre, su hermana y hermano menor estaban cerca y podían consolar y cuidar a su madre anciana. Aunque no pudo regresar para enterrar a su padre, más tarde recibió una carta que su padre le había enviado antes de su muerte, y llegó a comprender que su misión era continuar donde su padre había terminado, ¡proclamando el Reino de Dios en China!
Capernaum, Corazín y Betsaida eran como una “triple ciudad” al oeste del Mar de Galilea, siendo Capernaum la más grande de las tres, puesto que estaba situada cerca de la carretera principal a Damasco. Según Mateo 11:20, Jesús realizó la mayoría de sus milagros en esta región y, sin embargo, no creyeron en Él.
(1) Consulte Ezequiel 26 y 28 para tener una idea de cómo fue el pecado y el juicio de Tiro y Sidón en el Antiguo Testamento. (Es posible que desee hacer una lectura rápida de estos dos capítulos).
(2) ¿Cuál fue el propósito de Jesús al comparar las dos ciudades judías, Corazín y Betsaida, con las dos ciudades gentiles de la antigüedad?
(3) Es obvio que Capernaum pensaba muy bien de sí misma, tal vez debido a su propia prosperidad y su gran sinagoga. Jesús frecuentaba esta ciudad y la consideraba Suya (Mat. 9:1). Según Jesús, ¿por cuál razón sería hundida?
(4) ¿Cuál fue el resultado de este “viaje misionero a corto plazo” de los 72?
(5) ¿Por qué dijo Jesús, "no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos"?
(6) Por lo tanto, ¿cuál la razón por la que Jesús “se regocijó mucho” (10:21)? A la luz de esto, ¿cómo podemos nosotros alegrar a nuestro Señor Jesús?
(7) ¿Qué lección(es) podemos aprender de esto con respecto a nuestras prioridades y énfasis en los ministerios de la iglesia?
(8) Conteste las siguientes preguntas con base en el contexto inmediato de este capítulo (10:1-20):
a. ¿Quiénes eran los sabios e inteligentes (de los cuales Dios ha ocultado Sus cosas)?
b. ¿Quiénes eran los niños (a quienes Dios ha revelado Sus cosas ocultas)?
(9) El v. 23 señala que la revelación del Padre es una prerrogativa que pertenece totalmente al Hijo. ¿Cuál es, entonces, la base sobre la cual el Hijo elige revelar al Padre?
(10) ¿Jesús ha revelado al Padre a usted? (10:22)
(11) ¿A qué se refería Jesús cuando dijo que los discípulos son bienaventurados?
(12) Por lo tanto, ¿somos nosotros menos o más bendecidos que estos discípulos? ¿Por qué? (ver Juan 20:29)
(13) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios." (LBLA) (Lucas 9:62)
No sabemos si este tercer hombre había seguido a Cristo por iniciativa propia como el primer hombre, o si Jesús lo llamó como en el caso del segundo hombre. Pero eso realmente no es importante, puesto que todos los que siguen a Jesús lo hacen en respuesta al llamado interior del Espíritu Santo. Aunque el entorno y el momento pueden ser diferentes, en última instancia, quien nos impulsa suavemente (y en algunos casos, enérgicamente) a seguir a Jesús es el Espíritu Santo. Por lo tanto, este tercer hombre tuvo un llamado a seguir a Jesús y respondió diciendo, “pero primero permíteme despedirme de los de mi casa” (Lc. 9:61).
Una vez más, esta petición parecía perfectamente apropiada, especialmente en la cultura oriental. ¡Se trata de algo que se espera de todos los hijos, incluso en nuestra cultura actual! ¡No obstante, Jesús lo acusó de “mirar atrás”!
Permítame compartir mi fracaso personal a este respecto:
Ya había sido contador durante 21 años cuando escuché el llamado de Dios para dedicarme al ministerio de tiempo completo. Amaba mi trabajo y estaba orgulloso de mi desempeño. Por lo tanto, cuando dejé mi trabajo y fui a estudiar a tiempo completo a un seminario, me pregunté qué haría durante el primer verano.
Trabajaba en el comercio de automóviles y conocía a algunas personas que trabajaban en Detroit. Pensé que no sería una mala idea contactarlos para ver si había algún empleo de verano disponible para que pudiera ganar un poco más de dinero para pagar mi educación en el seminario. Resultó que uno de mis compañeros de la universidad que no era cristiano me invitó a almorzar (si recuerdo bien). Mientras comíamos, mencioné de forma casual mi plan de buscar un trabajo de verano en Detroit. Para mi sorpresa, me dijo con un rostro severo: "¡Paul, no mires atrás!"
Me sentí tan avergonzado. Aunque era solo un trabajo de verano, ¡en el fondo sabía que lo que me estaba llamando era mi orgullo, mi amor por mi carrera anterior y (como diría la gente del negocio) la gasolina que corría en mi sangre!
De hecho, "Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios". (Lucas 9:62)
(1) ¿Por qué el experto en la ley probó a Jesús al preguntarle, "¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna"?
a. ¿Qué tipo de prueba fue esta?
b. ¿Qué respuesta esperaba recibir de Jesús? (Nota: En su opinión, Jesús había violado la ley repetidas veces, especialmente con respecto a las reglas que gobiernan el sábado.)
c. ¿Sobre qué tenía razón al hacer su pregunta?
d. ¿Qué había de malo en su pregunta?
(2) Quizás para su sorpresa, Jesús dirigió su atención nuevamente a la Ley. El experto en la Ley citó correctamente Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18, pasajes que resumen la esencia de “Toda la Ley y los Profetas” (Mateo 22:40). :
a. ¿Por qué dijo Jesús "haz esto y vivirás"?
b. ¿Estaba Jesús de acuerdo con la salvación por obras?
c. ¿Hay alquien capaz de "hacer esto" verdadera y completamente?
(3) Es obvio que lo que llevó el experto en la Ley a hacer esta pregunta no fue la humildad o la fe, sino que lo hizo para probar a Jesús y tal vez incluso para atraparlo. Sin embargo, Jesús, como siempre, tomó el mando del diálogo, algo que no agradó mucho a este experto en la Ley:
a. ¿Por qué sacó el asunto de quién era su prójimo?
b. En su mente, ¿quién era su prójimo?
c. En su mente, ¿quién no era su prójimo?
(4) La parábola que narran los versículos 30-36 es muy conocida:
a. ¿De qué manera esta parábola respondió la pregunta sobre quién era su prójimo?
b. ¿De qué manera esta parábola desafió su idea sobre quién no era su prójimo?
c. La pregunta que hizo Jesús al final de la parábola es interesante:
- ¿Acaso no debería Jesús preguntar: "¿Cuál de estos tres piensas tú que consideró que este hombre era su prójimo?"? ¿Por qué o por qué no?
- ¿Por qué, entonces, preguntó Jesús en lugar de ello: "¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo (del hombre)?"? (v.36)
- Parece que el enfoque de Jesús no está en "¿quién es nuestro prójimo?" sino en "¡sé el prójimo!". ¿De qué manera este enfoque revela el verdadero significado de “Amarás ... a tu prójimo como a ti mismo”?
d. ¿Con cuál de los personajes de la parábola usted se identifica más?
e. ¿Cuál de los personajes de la parábola tiene más impacto sobre usted? ¿Por qué?
(5) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores?" (LBLA) (Lucas 10:36)
La historia del buen samaritano es muy familiar. Incluso los no cristianos han escuchado por lo menos el término "buen samaritano", si no conocen la historia en sí. Pero según su interpretación popular, la moraleja de esta parábola es que uno debe ayudar a los necesitados. Aunque esto es cierto, el significado de la parábola va mucho más allá.
El trasfondo de esta parábola es la conversación entre Jesús y un experto en la ley que preguntó, "¿Qué haré para heredar la vida eterna?" Lo preguntó con el fin de poner a prueba a Jesús, lo que significa que probablemente deseaba que Jesús ignorara o incluso pisoteara la Ley de Moisés en Su respuesta. Para su sorpresa, Jesús respaldó la Ley de Moisés y afirmó la noción judía de que Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18 contienen la esencia de “toda la Ley y los Profetas” (Mateo 22:40).
Sin embargo, Jesús está lejos de afirmar que la vida eterna se puede ganar mediante las obras, puesto que nadie puede guardar verdadera y plenamente todas las leyes, y mucho menos la esencia de la Ley de Moisés, en todo momento. Santiago lo deja en claro, "Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos". (Santiago 2:10)
Por lo tanto, mediante su mandamiento, “haz esto y vivirás (una referencia a la vida eterna)”, Jesús busca mostrar la incapacidad y la inutilidad de confiar en la observancia de la ley para ganar la vida eterna.
Sin embargo, según su mentalidad moralista, el experto en la ley, quien consideraba que mediante la estricta observancia de las leyes ritualistas ya había cumplido con los requisitos de Deuteronomio 6:5, también sabía que había personas que no le agradaban, o a quienes consideraba indignas de su amor. Por lo tanto, buscó desafiar a Jesús o buscar aclarar quiénes realmente eran los "prójimos" a quienes tenía que amar para ganar la vida eterna.
Para su gran sorpresa, Jesús les contó a él y a la multitud esta parábola para mostrarles la futilidad de su fe, la cual descansaba en la observancia de la ley como medio para ganarse la vida eterna. El sacerdote y los levitas representan esta clase fe, y su descuido de la víctima revela plenamente su falta de amor, ya sea hacia los hombres o hacia Dios. Por otro lado, el odiado samaritano (que también adora a Yahweh, pero se basa en su Pentateuco samaritano) demuestra una fe que satisface plenamente los requisitos de la ley. El samaritano de la parábola ama a quienes lo discriminan o incluso lo odian. Este tipo de amor solo proviene de Dios o de alguien que ama a Dios en primer lugar.
Un ejemplo de esto es la vida de Nelson Mandela. ¿Cómo es posible que el pudo perdonar a quienes lo encarcelaron? Según Chuck Colson, quien conoció a Mandela personalmente, lo pudo hacer porque había llegado a conocer a Jesucristo como su Señor y Salvador personal mientras estaba en la cárcel.
Por lo tanto, la moraleja de la parábola del buen samaritano no es solo que uno debe ayudar a los necesitados, sino que uno debe conocer al Dios de amor y amar como Dios ama, lo que significa amar incluso a nuestros enemigos. Puesto que somos hijos de Dios que conocemos y amamos al Padre, nosotros no elegimos quién es digno de ser nuestro prójimo (y por consiguiente, digno de nuestro amor), sino que buscamos ser un prójimo digno de todos.