Esta semana terminaremos nuestro estudio de la Primera Epístola a los Corintios en el Nuevo Testamento.
Tema: El sentido común carismático
Los capítulos 12 y 13 sirven como una base importante para la enseñanza de este capítulo en el sentido de que los corintios debían desear ardientemente los mejores dones (12:31) de la fe, la esperanza y el amor. El mayor de estos es el amor (13:13) y no el de hablar en lenguas, el don del cual más se enorgullecían.
(1) ¿Por qué los corintios anhelaban tanto tener dones espirituales? ¿Cuáles pueden haber sido sus razones?
(2) ¿Por qué, al parecer, anhelaban más hablar en lenguas que tener otros tipos de dones?
(3) Basándose únicamente en este pasaje, escriba todo lo que usted sabe sobre el don de hablar en lenguas.
a. ¿Quién capacita a las personas, de modo que puedan hablar en lenguas?
b. ¿A quiénes va dirigido el ejercicio de este don?
c. ¿Quién es el que obtiene algún benefício de su uso?
d. Por lo tanto, ¿por qué parece que Pablo se opone a que lo utilizaran? ¿En verdad se opone a ello?
(4) Ahora escriba todo lo que usted sabe sobre el don de la profecía.
a. ¿Quién capacita a las personas para profetizar?
b. ¿A quiénes va dirigido el ejercicio de este don?
c. ¿Quién es el que obtiene algún beneficio de su uso?
d. ¿En qué aspectos este don es mejor que el de hablar en lenguas?
(5) ¿Cuál es el punto que Pablo busca enfatizar mediante las analogías de la flauta, la trompeta y los idiomas extranjeros?
(6) Pablo los exhorta a abundar en aquellos dones que edifican a la iglesia. ¿Cuál de los dones de la lista que Pablo da en 12:28-31 no se ajusta a este criterio?
(7) Aunque quizás anhelemos tener diversos dones, ¿qué es lo que hace posible que tengamos cualquiera de estos dones, según 12:11?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Así también vosotros, a menos de que con la boca pronunciéis palabras inteligibles, ¿cómo se sabrá lo que decís? Pues hablaréis al aire." (LBLA) (1 Co. 14:9)
Aún puedo recuerdar la época en que usaba mis vacaciones de verano para participar en viajes misioneros
de corto plazo en el interior de la Columbia Británica y las ciudades
vecinas de Alberta como obrador laico. Estos viajes misioneros de corta duración
me ayudaron mucho a comprender que el evangelio es el poder de Dios
para salvación (Rom. 1:16). Con frecuencia, mientras nos animábamos en preparación para compartir el evangelio con extraños en la calle, en el centro
comercial o mediante visitas en sus casas, las personas respondían con
arrepentimiento, y todo esto era la obra del Espíritu Santo. Él obra mediante las acciones de los miembros de nuestro equipo mientras comparten el evangelio de manera responsable y cuidadosa.
Pero en cierta ocasión, decidimos usar una de nuestras visitas como una oportunidad para capacitar a una miembra más joven del equipo universitario para que pudiera compartir el evangelio por su cuenta. Al acercarnos a la persona que abrió la puerta, esta joven cristiana, en lugar de comenzar con una charla amistosa para ver si la persona tenía tiempo para hablar con nosotros, la bombardeó con versículos bíblicos evangelísticos, uno tras otro, como si fueran disparos de una ametralladora. Tuvimos que intervenir para detenerla, y luego nosotros nos hicimos cargo del resto de la visita. Sin embargo, ella estaba muy molesta y más tarde nos desafió con las siguientes palabras: “¿Acaso el evangelio no es el poder de Dios? ¿Acaso la palabra de Dios no es como una espada de dos filos que puede cortar nuestras almas y espíritus?".
Ella tenía razón en el sentido de que, sin duda, la palabra de Dios es poderosa. Sin embargo, ella había pasado por alto las siguientes dos verdades:
(1) La palabra de Dios debe ser compartida de manera inteligible, como dice Pablo en 1 Corintios 14:9. Si el oyente no sabe "el significado de las palabras” (14:11), el que habla no hace nada más que hablar al aire.
(2) Puesto que la palabra de Dios es la espada del Espíritu Santo (Efesios 6:17), cuando compartimos el evangelio con personas que aún no han creído, lo estamos compartiendo con personas que aún están muertas en sus delitos y pecados (Efesios 2:1). Es solo cuando el Espíritu Santo opta por obrar en sus corazones que estas personas pueden llegar a comprender la Palabra, ser redargüidas y arrepentirse.
Es por eso que creo que son muy útiles programas de capacitación para el evangelismo como la de Evangelism Explosion, puesto que nos enseñan a compartir el evangelio de manera sistemática, clara y responsable, y generalmente enfatizan la necesidad de buscar compañeros de oración, de modo que cuando buscamos a compartir el evangelio con otros no dependamos de nosotros mismos, sino del Espíritu Santo.
Tema: Orden
(1) ¿Por qué no es suficiente hablar en lenguas, orar o cantar en el espíritu en las reuniones públicas?
(2) ¿Acaso no es el "espíritu" más importante que la "mente"?
(3) Según la explicación de Pablo al citar Isaías 28:11-12, ¿cuál fue el propósito original de Dios al dar del don de hablar en lenguas?
(4) ¿De qué manera Hechos 2:1-12 cumplió ese propósito?
(5) ¿De qué manera el ejemplo que Pablo da en el verso 23 es diferente de lo que ocurre en Hechos 2?
(6) Aunque la profecía (es decir, la predicación) va dirigida a los creyentes, Pablo aclara que también puede tener un impacto en los no creyentes. ¿De qué manera los no creyentes pueden saber mediante la profecía que "en verdad Dios está entre (nosotros)"?
(7) Aunque Pablo parece elevar la profecía por encima de los demás dones, lo que es aun más importante es que todo se haga de manera debida. ¿Qué principios establece Pablo en los vv. 26-33a para gobernar la manera en que la iglesia debe llevar a cabo sus reuniones?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Dios no es Dios de confusión, sino de paz." (LBLA) (1 Co.14:33a)
Es importante notar que aunque Pablo dedica mucho tiempo en I Corintios 14 para advertirnos contra la práctica de hablar en lenguas en público de manera desordenada y sin que haya una interpretación, él concluye diciendo, “ no prohibáis hablar en lenguas” (14:39). En lo personal, yo no soy parte del movimiento carismático; sin embargo, tampoco estoy de acuerdo con la postura que enseña que el don de hablar en lenguas cesó en la época de los apóstoles, por la simple razón de que no hay pruebas al respecto en las Escrituras. Sin embargo, lo que sí creo es que la práctica de hablar en lenguas se había convertido en un problema tan grande dentro de la iglesia en Corinto que Pablo tuvo que usar los capítulos 12-14 para respaldar su exhortación contra el anhelo y uso indebidos del don de hablar en lenguas, sobre todo en sus reuniones públicas.
La razón por la que la iglesia en Corinto había exaltado el don de hablar en
lenguas por encima de los demás dones no es difícil de entender. Es obvio que consideraban el don de hablar en
lenguas como una señal de espiritualidad y que, según su razonamiento, cualquier cosa que estuviera relacionado
con el espíritu era superior a lo relacionado con la mente. Es en este contexto que Pablo dijo lo siguiente: “Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. Entonces ¿qué?"(14:14-15a).
La respuesta que la mayoría de nosotros daría es obvia: ¿Acaso nuestro espíritu
no es más importante que nuestra mente? Sin embargo, para nuestra sorpresa Pablo
responde con lo siguiente:
“ Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento. De otra manera, si bendices solo en el espíritu, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias el que ocupa el lugar del que no tiene ese don, puesto que no sabe lo que dices? ... el otro no es edificado." (14:15-17)
La palabra griega que aquí es traducida edificación aparece muchas veces en este capítulo, tanto en su forma de sustantivo como en su forma de verbo. Esta palabra expresa el enfoque de Pablo cuando se trata de la vida de la iglesia como cuerpo de Cristo. Junto con la edificación, Pablo también enfatiza los conceptos "orden" y "paz". Es muy lamentable que el cuerpo de Cristo a menudo usa la noción del "espíritu" como pretexto para restar valor no solo a la mente, sino también al orden y la paz en la iglesia.
Por extraño que parezca, Pablo dice lo siguiente sobre nuestro espíritu: “Los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas” (14:32). Pablo no niega que lo que digan estos profetas mientras profetizan sea una revelación de Dios (14:30); sin embargo, incluso de ser así, su manifestación por medio de la profecía debía hacerse en orden y en paz (14:33). Los espíritus de aquellos que reciben esta clase de inspiración pueden mantenerse bajo control, de modo que mediante el orden y la paz, la revelación pueda realmente servir para edificar a la iglesia.
Creo que es importante tener presente esta verdad a la hora de lidiar con temas controvertidos en la iglesia. Incluso cuando pensamos que hemos sido inspirados, debemos esperar nuestro turno para exponer nuestras ideas y expresarlas en paz. Cada vez que expresamos nuestras ideas con amargura, con enojo o de manera desordenada, es probable que lo que estemos expresando son nuestras propias ideas en lugar de las del Espíritu de Dios, puesto que "la ira del hombre no obra la justicia de Dios" (LBLA) (Santiago 1:20). Severiano de Gabala fue aún más lejos, diciendo que “aquellos que están poseídos por un espíritu inmundo hablan incluso cuando no quieren. Dicen cosas que no entienden”. (Padre de la Iglesia Griega del Cuarto Siglo, Comentario Paulino de la Iglesia Griega)
Tema: Un enfoque equilibrado
Este es un pasaje muy controvertido. No solo prohíbe que las mujeres hablen, sino que entra en conflicto directo con la enseñanza anterior de Pablo (en 11:5) en la cual obviamente permite que las mujeres oren y profeticen siempre y cuando se cubran la cabeza. Aunque se ha propuesto muchas interpretaciones de este pasaje, la explicación más clara parece ser la que mantiene que Pablo no se contradice, especialmente dentro de la misma carta. Por lo tanto, se puede suponer que el propósito de la prohibición de Pablo aquí es simplemente aclarar su enseñanza en los versículos anteriores y buscar restablecer el orden en los cultos de la iglesia. Además de los disturbios causados por la práctica de hablar en lenguas y el hecho de que había mujeres que oraban y predicaban con la cabeza descubierta, había otras mujeres en la iglesia que no habían recibido estos dones, pero que buscaban expresar sus preguntas en voz alta, interrumpiendo así el orden del culto.
Vv. 33b-35—Las mujeres deben guardar silencio en la iglesia
(1) ¿Por qué Pablo menciona que las congregaciones son “las iglesias de los santos”? ¿Cuáles son las implicaciones de esta verdad cuando se trata de la restauración del orden en el culto?
(2) Con base en la manera en que Pablo se dirige a las mujeres de la congregación en este texto, ¿qué puede usted discernir sobre su propósito al hablar?
(3) Pablo da dos razones por prohibir que estas mujeres hablen:
a. La Ley (un término general que se refiere a todo el AT) lo dice (probablemente con base en el orden de la creación).
b. La forma en que hablan es (en su caso) un reflejo de su negativa a someterse, la cual es vergonzosa.
¿Está usted en desacuerdo con la enseñanza de Pablo aquí? ¿Por qué o por qué no?
Si su respuesta se basa en la necesidad de tomar en cuenta la cultura, ¿hasta qué punto piensa usted que la cultura haya influido en las enseñanzas de Pablo, y hasta qué punto la perspectiva de usted ha sido moldeada por su cultura?
(4) Lenski escribe lo siguiente: "Si ahora (es decir, en nuestra época) a la mujer se le ha asignado una posición diferente, quien lo ha hecho no es Dios, sino el hombre; y el hombre lo ha hecho en contradicción con Dios". (Lenski, 617)
En palabras de Gordon Fee, este tema complejo (de que las mujeres hablen en la iglesia) “se ha visto aún más complicado debido al resurgimiento en la década de 1960 ... del movimiento feminista, tanto dentro como fuera de la iglesia, de modo que muchos de los estudios más recientes sobre el texto son resultados directos de ese movimiento ". (Fee, 492)
¿Qué opina usted de los comentarios anteriores de estos dos eruditos?
Vv.36-39—Todo debe hacerse decentemente y con orden
(5) Pablo concluye con palabras fuertes para aquellos que no estén de acuerdo con él. ¿Cuál es la base de su acusación? ¿Cuál es su advertencia?
(6) En el v. 40, Pablo termina con dos principios rectores con respecto a los asuntos de la iglesia. ¿Cuáles son y cómo podemos aplicarlos a nuestra iglesia hoy?
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Si alguno piensa que es profeta o espiritual, reconozca que lo que os escribo es mandamiento del Señor." (LBLA) (1 Co. 14:37)
El apóstol Pablo concluye estos tres capítulos sobre el uso de los dones en la iglesia con la advertencia de que “las mujeres guarden silencio en las iglesias” (14:34). A la luz de la falta de orden y paz dentro de la iglesia (en los cultos), no es descabellado suponer que algunas de las mujeres estaban causando problemas e interrumpiendo los servicios de la iglesia, hablando en momentos importunos y quizás haciendo preguntas (14:35). Sin embargo, Pablo ya había mencionado que las mujeres pueden profetizar y orar en público, siempre y cuando lo hacen con la cabeza cubierta (11:5).
A la luz de esto, no debemos entender que el silencio que menciona Pablo se refiera a las oraciones públicas o a la predicación, sino a las interrupciones que se producían en los cultos o en el orden de la iglesia. De ser así, yo diría que también hay muchos hombres en la iglesia que deberían guardar silencio. Cirilo de Jerusalén (circa 313-386 d.C.) tiene razón cuando dice en el Prólogo de sus Lecturas Catequéticas:
“Observaré la sinceridad de cada hombre y la reverencia de cada mujer. Que vuestra mente sea refinada como por el fuego para producir la reverencia; que vuestra alma sea forjada como el metal; que sea martillada la terquedad de la incredulidad; que caigan las escamas superfluas del hierro, y quede sólamente lo puro; que se elimine el óxido del hierro de modo que quede el verdadero metal ... Luego, que se abra la puerta del Paraíso a todos los hombres y mujeres entre ustedes".
En cuanto al tema de que las mujeres prediquen, oren y sirvan en la iglesia, puesto que hay numerosos precedentes de mujeres que Dios ha usado en un contexto público, como las cuatro hijas de Felipe, Priscila, Débora (en Jueces 4-5) y Hulda (la profetisa en 2 Rey. 22), yo no veo por qué se les debería prohibir servir al Señor en público, siempre y cuando, como dice Orígenes, "nos muestren las señales" que la iglesia debería buscar en cualquiera que desee "dirigirse de manera corporativa al pueblo, como lo hicieron Isaías y Jeremías” (Orígenes, Comentario sobre 1 Co.). Sin embargo, puesto que el Apóstol abordó este tema con su autoridad apostólica, yo sugeriría que aquellas hermanas oren y prediquen en público lo hagan usando su "velo invisible", es decir, que lo hagan con una actitud de humildad, reconociendo que aunque lo que están haciendo no es según el orden de creación, lo es “en el Señor” (1 Co. 11:11). ¿Pero acaso lo mismo no se aplica a los hombres? “¿Qué tienes que no recibiste (del Señor)?” (1 Co.4:7)
¡Todos debemos servir con humildad, sabiendo que somos totalmente indignos!
Tema: La resurrección (I)
(1) En el verso 3, Pablo repite de manera sucinta los principios básicos del evangelio:
a. ¿Cuáles son?
b. ¿Qué es lo que ha repetido aquí? ¿Qué importanca podría tener esta repetición?
(2) Al mencionar la resurrección de Cristo, ¿qué evidencia da Pablo? ¿Es convincente? ¿Por qué o por qué no?
(3) ¿Cuáles son las implicaciones de la resurrección de Cristo, incluida la que menciona Pablo en el v. 12?
(4) ¿Por qué dice Pablo, “si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe” (ver el v. 14)
(5) Hay cristianos que afirman que no les importa si existe la vida después de la muerte.
a. ¿Qué dicen los versículos 18-19 a tales cristianos?
b. ¿Por qué de todos los hombres, nosotros somos los más dignos lástima?
(6) Parece que en la época de Pablo la doctrina de la resurrección no estaba siendo impugnada por los incrédulos, sino por “algunos entre vosotros”, es decir, entre los cristianos de la iglesia de Corinto.
a. ¿Por qué estos no habrán creído en la resurrección?
b. De ser así, ¿cuál era el propósito de de que fueran cristianos?
(7) El versículo 13 parece sugirir que estos quizás creían en la resurrección de Cristo, pero no creían en su propia resurrección. De ser así, ¿cuál, entonces, sería el propósito de la resurrección de Cristo? Por lo tanto, ¿Qué significaba la salvación para estos escépticos?
(8) Si Cristo no ha resucitado, ¿qué pasará con nuestra fe?
(9) ¿Cuán importantes son para usted la resurrección de Cristo y su propia resurrección?
(10) "Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima." ¿Por qué? ¿Y usted? ¿Está viviendo para esta vida o para la próxima?
(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima." (LBLA) (1 Co.15:19)
De vez en cuando escucho a cristianos que dicen con sinceridad que no les importa si existe la vida eterna. Lo hacen parecer tan genial y noble que uno casi quiere estar de acuerdo con ellos, excepto que lo que dicen es totalmente contrario al evangelio y significaría que Cristo murió en vano. No es sorprendente que, al parecer, esta noción era común entre los creyentes corintios, y que el apóstol Pablo en 1 Corintios 15 señala las serias implicaciones que tiene, entre las cuales están las siguientes:
(1) Ni siquiera Cristo ha resucitado (15:13): Tenemos que entender qué es la vida eterna. No es una idea vaga o un sentimiento cálido y agradable. Es la vida de Cristo, el Cristo resucitado que vive en nosotros. Él es la vida eterna que vive en nosotros. Por eso Juan nos recuerda, "El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida" (1 Jn. 5:12). Si decimos que no nos importa si tenemos la vida eterna o no, ¡lo que estamos diciendo es que no nos importa si tenemos a Cristo viviendo en nosotros! Y si Cristo no vive en nosotros aunque creemos en él, significa que no ha resucitado. ¡Todavía está muerto en la tumba!
(2) Vana es entonces nuestra predicación (15:14): Como Pablo nos recuerda en 15:3, el evangelio que predicamos es que “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras…”. Por lo tanto, si Cristo no resucitó, nuestro mensaje es totalmente "vacio”(el significado de la palabra vana). No hay ningún poder en el evangelio, puesto que Cristo ni siquiera tuvo el poder necesario para ser resucitado y vencer Su propia muerte. No importa cuán fervientes prediquemos el evangelio, no habrá ningún resultado. Es un evangelio vacío.
(3) Vana también vuestra fe (15:14): En efecto, nuestra fe es inútil, porque Cristo no solo ha fallado en vencer la muerte; Él tampoco ha eliminado causa fundamental de la muerte, a saber, el pecado. Por lo tanto, como dice Pablo, todavía estamos en nuestros pecados. En otras palabras, el cristianismo no es diferente de ninguna otra religión en este mundo. Nos veríamos obligados a ocuparnos nosotros mismos del pecado y (así como todas las demás religiones del mundo) nuestro único recurso sería practicar buenas obras.
(4) Somos hallados testigos falsos (15:15): En su repaso de lo que es el evangelio, Pablo no se detuvo en el v. 4, sino que continuó diciendo "que se apareció a Cefas y después a los doce; luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen; después se apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles, y al último de todos, ... se me apareció también a mí”. La esencia de la Gran Comisión que Jesús nos ha dado es dar testimonio de Su resurrección (Hechos 1:8). Si en verdad no ha resucitado, no solo Pablo y todos los primeros cristianos eran mentirosos, ¡nosotros también lo somos! Todas las enseñanzas del cristianismo dependen totalmente de la cuestión de si Cristo ha resucitado o no de entre los muertos. Esto no solo es la prueba de quién es Él (el Hijo de Dios) sino que también es lo que da vida eterna a todos los que creen en Él.
(5) Los que han dormido en Cristo han perecido (15:18). Con frecuencia, Pablo usa el término han dormido para describir a los que han muerto en el Señor y para llamar nuestra atención a la realidad de que estos también resucitarán. Para aquellos que confían en Cristo, la muerte no es el fin, y ni siquiera es una interrupción; es una transición, una continuación de su vida en Cristo, ¡la vida eterna! Pero si Cristo no ha resucitado, estos están perdidos para siempre, ¡y nosotros también!
(6) Somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima (15:19). Yo creo que las últimas palabras del argumento de Pablo son las más poderosas, puesto que dice, "Somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima". No solo somos mentirosos; también nos estamos engañando a nosotros mismos. La fe en Cristo se basa en la fe en la eternidad, una fe que reconoce que esta vida es extremadamente corta y que Dios nos ha creado para la eternidad. Si no hay eternidad, no hay responsabilidad ante el Eterno Dios. Por esto Pablo dice: "Comamos y bebamos, que mañana moriremos" (15:32).
En nuestros días, muchos cristianos evangélicos demuestran mucho celo al involucrarse en temas de justicia social. Esto es bueno. Sin embargo, esto es simplemente un enfoque básico que deben tener todos los seres humanos decentes, puesto que todos estamos hechos a imagen de Dios; no es algo que nos distingue como cristianos. Muchos budistas y musulmanes devotos, e incluso ateos lo hacen. Pero nuestra misión, nuestra Gran Comisión, sigue siendo la predicación de la muerte y resurrección de Cristo, "para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Jn. 3:16).
Tema: La resurrección (II)
(1) ¿Cómo podemos estar seguros de que nosotros que pertenecemos a Cristo resucitaremos? ¿Cómo podemos saber cuándo sucederá?
(2) ¿Cuáles son los enemigos a quienes Cristo destruirá cuando venga?
(3) Aunque en muchos sentidos la Trinidad nos es un misterio, los vv. 24-28 describen el mutuo empoderamiento del Padre y el Hijo. ¿Qué puede usted aprender de este empoderamiento mutuo?
(4) En los vv. 29-34, Pablo cita dos ejemplos de la vida cristiana que exigen la resurrección.
a) Aquellos que se bautizan por los muertos:
Sin importar la forma en que interpretamos este versículo, lo que es importante es que nuestra interpretación sea consistente con la enseñanza general de las Escrituras, puesto que la Palabra de Dios no puede contradecirse. Por lo tanto, su significado (sin importar cuál sea) no puede ser que el bautismo es algo que se realiza por aquellos que ya están muertos. Entre las explicaciones más probables es la que entiende que se refiere a alguien que ha creído y se ha bautizado con base en la creencia de que, como resultado, podrá reunirse con aquellos de sus seres queridos que también creyeron antes de fallecer.
¿Tiene usted seres queridos en el Señor que anhela ver?
¿Cuán importante para usted es el hecho de que todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados en Su regreso?
b) Pablo está en peligro "a toda hora":
¿Por qué las razones por las que Pablo arriesgaba su vida no eran simples “motivos humanos”?
¿Usted está viviendo hoy “por motivos humanos”?
¿De qué manera los corintios demuestran que no viven con la esperanza de la resurrección?
¿De qué manera la firme esperanza de la resurrección debe afectar cómo usted vive hoy?
(5) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“De no ser así, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos? Si de ninguna manera los muertos resucitan, ¿por qué, entonces, se bautizan por ellos?" (LBLA) (1 Co. 15:29)
El versículo anterior (1 Corintios 15:29) tiene que figurar entre los versículos más desconcertantes de la Biblia. Uno de los primeros herejes, Marción, interpretó este versículo literalmente y bautizaba a aquellos que habían muerto. Permítenme compartirles la refutación que hizo Crisóstomo de Marción y su práctica, la cual ha sido adoptada hoy por las iglesias mormonas.
Crisóstomo (347-407 d. C.) nos cuenta que cuando uno de sus catecúmenos moría sin bautizarse, los demás marcionitas colocaban a una persona viva debajo de la cama del muerto y le preguntaban si deseaba ser bautizado. La persona viva respondía que sí, y luego era bautizada como representante del difunto.
Crisóstomo argumenta contra tal "ridiculez extrema", señalando primero la obligación de uno de dar su consentimiento consciente a la fe en Cristo:
“Porque una vez concebido esto, es imposible que nadie deje de ser bautizado de ahora en adelante; además, la culpa ya no es de los muertos, sino de los vivos. Pero contésteme esto: ¿a quién dijo Él, 'si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros' (Juan 6:53)? ¿A los vivos o a los muertos? Y sabemos también que 'el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios' (Juan 3:5). Porque si esto se permite, sin que haya necesidad de la mente del receptor, ni de su consentimiento mientras viva, ¿qué impidiría que tanto griegos como judíos se conviertan en creyentes simplemente porque otros hombres les hicieron estas cosas en su lugar después de su muerte?"
Luego, Crisóstomo menciona los ritos del bautismo para explicar lo que Pablo quiere decir con el bautismo por los muertos:
“Así: después de pronunciar esas palabras místicas y espantosas, y las espantosas reglas de las doctrinas que han bajado del cielo, esto también añadimos al final, cuando estamos a punto de bautizar: les pedimos que digan, 'Creo en el resurrección de los muertos, y en esta fe somos bautizados'. Porque solo después de haber confesado esto junto con los demás, por fin somos conducidos a la fuente de aquellos arroyos sagrados. Por lo tanto, esto es lo que Pablo les recuerda una vez más mediante la siguiente pregunta: 'Si no hay resurrección, ¿por qué, pues, sois bautizados por los muertos (es decir, los cadáveres)?. Porque de hecho en vista de esto eres bautizado, a saber, la resurrección de tu cadáver, porque crees que no permanecerá muerto. Y en efecto, en tus palabras mencionas una resurrección de los muertos; pero el sacerdote, como en una especie de imagen, te señala con sus propios hechos aquello que has creído y confesado con palabras. Cuando crees sin ninguna señal, él también te da la señal; cuando hayas hecho tu parte, Dios también te da una plena seguridad."
(Homilía XL sobre 1 Corintios 15)
Tema: La resurrección (III)
(1) ¿Cuál parece ser la razón por la cual algunos cristianos corintios negaban la resurrección? Según su propia experiencia, ¿qué otras razones citan aquellos que niegan la resurrección?
(2) ¿Qué analogía usa Pablo para mostrar que la muerte no es un fin, sino que tiene su propósito?
(3) ¿Por qué Pablo describe incluso los cuerpos terrenales como algo que tiene "gloria"?
(4) Aunque nuestros cuerpos terrenales, los cuales fueron creados por Dios, nos dan vislumbres de gloria, ¿qué podemos esperar de nuestros futuros cuerpos celestiales, a diferencia de los actuales (vv. 42-44)?
(5) Pablo continúa en los vv. 45-50 con una demostración de que el primer Adán no se puede comparar con el segundo. ¿Cuál es el detalle más impactante de esta comparación? Si bien nuestra herencia del primer Adan no se debe a nuestra propia elección, ¿qué podemos decir de nuestra herencia del segundo? Según el verso 49, ¿cómo, pues, viviremos?
(6) Reflexione sobre la victoria final de Jesucristo, tal como se nos revela en los vv. 51-57. ¿Puede usted definir la "resurrección"? ¿Cuál podría ser el aspecto más preciosa o emocionante del regreso de Jesús?
(7) Según el verso 58, ¿cómo viviremos, a la luz de la seguridad de la esperanza del regreso de Jesús y de nuestra resurrección?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?" (LBLA) (1 Co.15:55)
La última sección de 1 Corintios 15 tiene que ser uno de los pasajes más estimulantes de las Escrituras, ya que Pablo habla de la esencia del evangelio, con una énfasis en la resurrección de Cristo y la nuestra, y luego irrumpe en este glorioso y victorioso grito: “¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón? (15:55).
La semana pasada, cuando todos mis hermanos regresaron a Hong Kong para asistir al funeral de mi hermana que falleció a los 79 años, yo me quedé solo en San Francisco. Mi propio problema de salud no me permitió viajar de regreso a Hong Kong con ellos, y hacía poco que había regresado de allí. Sin embargo, mi dolor era superado por un sentimiento de agradecimiento, porque esta hermana se había convertido en una cristiana nacida de nuevo en sus últimos años.
Debo admitir que a lo largo de los años yo no había sido demasiado fiel al interceder por mis familiares que no habían nacido de nuevo. Pero en los últimos veinte años he aprendido a planificar mis tiempos de intercesión en un horario diario cada semana. Esto me ha permitido recordar a los miembros de mi rama de la familia extendida con regularidad cada viernes. Sin embargo, incluso antes de eso, había sido más constante al recordar a aquellos hermanos y sus familiares que no habían nacido de nuevo. Mi hermana era una de ellos.
Debido a nuestra diferencia de edad, no la conocí bien durante mi infancia. Ella ya se había ido a trabajar en Londres, incluso antes de que yo comenzara la escuela primaria. Lo único que lograba recordar era que ella y sus amigos me trataban como a un juguete, porque yo era un niño muy lindo.
La impresión que tuve de ella cuando regresó de Londres, ya casada y con tres hijos, era la de una persona cuyo principal objetivo en la vida era buscar la fama y la fortuna. Junto con su esposo, participaba mucho en el mercado de valores. También exigía muchísimo de sus hijos con respecto a sus logros académicos y carreras. Y después de que yo me convertí en un cristiano serio, ella se reía de mí diciendo, "¡Ustedes los bautistas están locos!".
Después de que me mudé a Canadá, tuve muy poco contacto con ella, aunque continué orando por su conversión (y la de su esposo). Fue a mediados o finales de los años ochenta que ella vino a visitarme en Vancouver y se hospedó conmigo. Percibí entonces un cambio en ella. Ella era una persona más gentil y amable, y me enteré de que había comenzado a asistir a un grupo de estudio bíblico para mujeres en Hong Kong. Más tarde llegué a comprender que tanto ella como su esposo estaban tomado su fe más en serio que antes.
Luego, después de convertirme en pastor, tuve la oportunidad de hospedarme con ellos durante unos días mientras estaba en Hong Kong. Todavía recuerdo ese domingo. Cuando no pudimos ir a la iglesia debido a un tifón, dirigí un culto familiar con ellos. Éramos solo nosotros tres. Fue la primera vez que tuve la oportunidad de orar con ellos, y supe que realmente habían nacido de nuevo.
Mientras luchaba contra su cáncer en sus últimos años, demostró no solo gran valor, sino una gran confianza en el Señor. Dijo lo siguiente al reportero del periodico South China Morning Post: “Mi fe y las actividades sociales a ella relacionadas fueron importantes para mí durante mi enfermedad. Me brindaron el apoyo que necesitaba para mantener una actitud positiva y optimista, incluso cuando se confirmó que mi cáncer se había esparcido". (SCMP, 8 de septiembre de 2008)
Lo que más me resultaba obvio durante su enfermedad era su gozo: el gozo de saber que la muerte ha sido devorada en victoria debido a la muerte y resurrección de Cristo.
Agradezco al Señor que tuve la oportunidad de verla y orar con ella el día antes de que partiera a su hogar con el Señor. Pero le agradezco más al Señor que haya contestado nuestras oraciones de que mi hermana Lo conociera en su vejez. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a los miembros de su Grupo de Estudio Bíblico, a quienes el Señor utilizó para guiarla a Cristo.
Tema: Exhortaciones finales
Después de haber contestado las preguntas que estos corintios habían planteado en su carta anterior, Pablo ahora concluye con algunas exhortaciones prácticas. Comienza con su compromiso (junto con Bernabé) de recolectar donaciones en Asia Menor para aliviar el hambre de los creyentes en Jerusalén.
(1) ¿Qué exhortación les da Pablo con respecto a los siguientes aspectos de su ofrenda: (a) la frecuencia con la cual la deben apartar; (b) la manera en que lo deben llevar a cabo? ¿Cuál podría ser el punto central de su exhortación a este respecto?
(2) ¿De qué manera usted da (su ofrenda) al Señor? ¿Qué puede usted aprender del consejo de Pablo?
(3) ¿Quién llevaría estas donaciones a Jerusalén? ¿Qué puede usted aprender de la forma en que Pablo administra el dinero que recauda de los demás?
(4) ¿Por qué Pablo desea quedarse más tiempo en Éfeso? ¿Qué puede usted aprender de su decisión?
(5) ¿Por qué pensaría Pablo que Timoteo podría encontrarse con algo en Corinto que le inspiraría temor? ¿De qué manera nosotros podríamos (sin querer) atemorizar a los siervos del Señor?
(6) Con base en la exhortación de Pablo en los vv. 13-20, ¿puede usted decir en qué áreas estos creyentes corintios necesitaban cambiar?
(7) En el v. 22, Pablo termina con una (rara) maldición. ¿Por qué?
(8) Al llegar al final de esta carta bastante inusual, quizás le resultaría
útil hojear las páginas de los capítulos anteriores (o sus notas) mientras reflexiona sobre las siguientes problemas:
a. ¿Cuáles serían las características más atípicas de esta carta?
b. ¿Cuál es el mensaje más importante para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Pero me quedaré en Efeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto una puerta grande para el servicio eficaz, y hay muchos adversarios." (LBLA) (1 Co.16:8-9)
Me siento atraído por lo siguientes temas del capítulo final de I Corintios:
(1) Cuán profundo era el vínculo de amor que tenía la iglesia en Corinto con Pablo: A pesar de las palabras de reprimenda muy duras que Pablo les dirige en esta carta, él desea volver a visitarles "no solo de paso”, sino que quiere permanecer con ellos por algún tiempo, de modo que pudieran ayudarlo con su próximo viaje. En otras palabras, él sabe que, a pesar de sus duras palabras, los creyentes corintios aún lo recibirían porque sabían que lo que les había dicho fue motivado por el amor y fue para su bien.
(2) El corazón de Pablo por el evangelio: Pablo decidió quedarse un poco más en Éfeso, no porque el trabajo fuera fácil y sin dificultades, sino porque “se me ha abierto una puerta grande para el servicio eficaz". No creo que Paul haya sido una persona a quien le gustaba la confrontación. El simple hecho de que haya hablado tan frecuentemente sobre el amor nos muestra que era un hombre de paz. Pero por el bien del evangelio, aunque tuviera que enfrentar una feroz oposición, siempre se quedaría en determinado lugar cuando sentía que el Espíritu Santo había abierto la puerta del evangelio en ese lugar. De hecho, Pablo vivía para el evangelio.
(3) Pablo tenía a muchas personas de confianza en el Señor: Los nombres que menciona en sus saludos finales incluyen a Timoteo, Apolos, Estéfanas, Aquila y Priscila y más. En nuestros días, muchos de los llamados evangelistas exitosos son solitarios. Pero Pablo no era así, y este detalle nos dice mucho sobre quién es él. No solo hablaba sobre el amor y la humildad; él practicaba lo que predicaba. Los muchos colaboradores leales y fieles en el Señor que tenía dan testimonio de su integridad como siervo del Señor.
(4) Su amor por el Señor: Pablo cierra esta carta con algo muy inusual en sus cartas — una maldición: “Si alguno no ama al Señor, que sea anatema” (16:22). ¿Será posible que los corintios eran tan malos que merecían que Pablo les dejara una maldición de despedida? No lo creo. A contrario, fue debido a su gran amor por ellos y por el Señor que eligió no ocultar sus sentimientos más profundos. ¡El amaba al Señor y deseaba que todos hagamos lo mismo!