Esta semana estudiaremos el libro de I Juan en el Nuevo Testamento.
1 Juan
Se cree que el libro de 1 Juan (junto con 2 Juan y 3 Juan) fue escrito por el mismo apóstol Juan que escribió el Evangelio de Juan. Las similitudes en cuanto a los temas y el uso de palabras, en especial entre 1 Juan y el Evangelio, son una fuerte evidencia de que el Apóstol en verdad escribió ambos documentos. Entre los primeros padres de la iglesia que dieron testimonio de que Juan fue el autor están Papías de Hierápolis, Ireneo de Lyon y Clemente de Alejandría, los cuales vivieron de principios a mediados del segundo siglo. Se cree también que Juan escribió estas tres epístolas hacia el final del primer siglo (ca. 90 d. C.). A pesar de que Juan no menciona los destinatarios en su primera epístola, se cree que la escribió a los miembros de las iglesias en Asia Menor, y quizás en especial a la iglesia en Éfeso. Al reflexionar sobre el contenido de esta epístola, descubriremos que Juan la escribió para combatir al menos los siguientes problemas:
- La herejía que niega que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios
- La herejía que anima a los creyentes a seguir pecando
- La “falta de amor” que marca la vida de los creyentes
1:1-4—La persona de la proclamación apostólica
(1) Las creencias de los creyentes que vivían a fines del primer siglo se basaban en los testimonios dejados por los Apóstoles.
a. ¿Cómo enfatiza Juan el tipo de testimonio que él y los demás apóstoles han dado? (1:1)
b. ¿Cuán confiable es su testimonio? ¿Por qué?
(2) ¿Quién es el "Verbo de vida" que existía "desde el principio"? (Juan 1:1)
a. ¿De dónde ha venido? (1:2)
b. ¿Cómo describe Juan esta vida? (1:2) ¿Por qué?
(3) ¿Cuál es la base sobre la cual los creyentes pueden tener una verdadera comunión unos con otros? (1:3)
(4) ¿Por qué Juan enfatiza que su comunión es al mismo tiempo con "el Padre y con Su Hijo Jesucristo"?
(5) ¿Cuál es su propósito al escribir esta epístola? (1:4) ¿Cómo pretende lograrlo?
1:5-10—El mensaje de la proclamación apostólica
(6) Según Juan, ¿cuál es el mensaje que ha escuchado de Jesucristo, el cual ahora anuncia a nosotros? (1:5)
(7) ¿Cuál es la implicación importante de este mensaje?
(8) Parece que Juan estaba usando este mensaje para lidiar con las herejías prevalecientes en ese momento, las cuales también estaban relacionadas con los pecados en los que los creyentes estaban involucrados:
a. Según el v. 6, ¿qué afirmaban los herejes?
- ¿Por qué es esto una mentira?
- ¿Qué quiere decir andar en la luz?
- ¿Quiere decir que ya no pecamos?
- ¿Quiere decir que, puesto que andamos en la luz, reconocemos nuestro pecado cuando pecamos en lugar de ocultarlo?
- ¿Cuál podría ser el motivo o el razonamiento detrás de tal herejía?
b. ¿Qué afirman los herejes en el v. 8?
- ¿Cuál podría ser el motivo o el razonamiento detrás de tal herejía?
- ¿El pecado cometido por un creyente pondrá en riesgo su relación con Dios o simplemente interrumpirá su comunión con Dios? ¿Cuál es la diferencia entre las dos cosas?
- ¿Qué debe hacer un creyente cuando ha pecado?
c. Según el v. 10, ¿qué otra cosa afirman los herejes?
- ¿Cuán diferente es esta afirmación de la del v. 8?
- ¿Cuál podría ser el motivo o el razonamiento detrás de tal afirmación?
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso y su palabra no está en nosotros." (LBLA) (1 Juan 1:10)
Me parece que es muy útil saber qué clase de herejías las iglesias se enfrentaban hacia el final del primer siglo, con el fin de comprender las principales enseñanzas de 1 Juan. Por lo general, utilizamos el término gnosticismo para referirnos a estas herejías; sin embargo, “gnosticismo es un término amplio que abarca varios sistemas paganos, judíos y semicristianos que no llegaron a su pleno desarrollo hasta el siglo II ... Los mejores sistemas gnósticos del siglo II combinaban los puntos de vista de la iluminación espiritual y la liberación con un estricto ascetismo; el peor sistema afirmaba que el mal no podía dañar el espíritu iluminado, y que por lo tanto la moralidad era una cuestión de poca importancia; como consecuencia, consideraba que las formas más groseras de la lujuria eran totalmente permisibles." (Stott, 49-50). Entre los varios comentarios que existen sobre el tema, he encontrado que los argumentos de John Stott son de los más útiles. Él señala que Juan se dirigía principalmente contra las herejías propagadas por cierto Cerinthus, cuya opinión mejor se describe como "pre-gnóstico" o "protognóstico". Permítame citar a Stott:
“Él (Ireneo) dice que Cerinto 'presentó a Jesús como uno que no había nacido de una virgen, sino que era el hijo biologico de José y María, según las leyes normales de la procreación humana, aunque era más justo, prudente y sabio que otros hombres. Decía además que después de Su bautismo, Cristo descendió sobre él en forma de una paloma procedente del Gobernante Supremo, y luego anunció al Padre desconocido y realizó milagros. Pero al final Cristo se apartó de Jesús; fue entonces que Jesús sufrió y resucitó, mientras que Cristo permaneció impasible (no sujeto a dolor ni lesión), puesto que era un ser espiritual'... Por lo tanto, la esencia del error de Cerinto parece haber sido esta separación del hombre Jesús del divino Cristo o Espíritu. Mas tarde, Ireneo se refiere a ello cuando hace alusión a aquellos 'que separan a Jesús de Cristo al alegar que Cristo permaneció impasible mientras que Jesús sufrió', y una vez más: 'el Hijo del Creador fue, en verdad, uno, pero el Cristo que es de arriba otro, quien también permaneció impasible, descendiendo sobre Jesús, el Hijo del Creador, y regresó volando a Su Pleroma (la morada gnóstica de Dios).' ”(TNTC, Cartas de Juan , 50-51).
Si retenemos en mente lo anterior, los argumentos de Juan se nos vuelven más comprensibles, puesto que Juan define la falsa enseñanza como la negación de “que Jesús es el Cristo” (2:22) e insiste en que no vino solo por agua (bautismo), “sino con agua y con sangre” (5: 6), lo que significa que el Jesús que fue bautizado es el mismo Jesús que murió y resucitó, y Él también es el Cristo; explica también por qué repite su afirmación de que nadie nacido de Dios “praticará el pecado” (3:6, 9; 5:18).
2:1-2—La preocupación de Juan ante su estilo de vida pecaminoso: Los versículos 1-2 concluyen por lo pronto la sección en que Juan lidia con las herejías relacionadas con el pecado.
(1) ¿Por qué Juan los llama “hijitos míos”, a pesar de que negar el pecado es un asunto tan serio?
(2) ¿Cuál otro motivo da Juan por haberles escrito? (v. 1)
(3) ¿Cómo anima Juan a los destinatarios creyentes a confesar sus pecados, incluso los pecados de herejía, como las mencionadas en el capítulo anterior?
(4) ¿De qué manera(s) Jesucristo actúa como nuestro Abogado?
2:3-11—Falta de amor
(5) La evidencia de "conocer a Jesucristo" (2:3-6)
a. ¿Cuál es la evidencia de que hemos llegado a conocer a Jesucristo? (v. 3)
b. ¿Por qué sirve esto de evidencia? (vv. 4-5)
c. ¿Qué tiene que ver el "amor por Dios" con conocer a Cristo? (v. 5)
d. ¿Por qué Juan relaciona el "conocerle" (v. 3) con el "estar en él" (vv. 5-6)?
e. A la luz de esto, ¿cómo definiría usted el concepto “conocer a Cristo”?
(6) “El” mandamiento que hay que guardar (2:7-11)
a. ¿Quién dio este mandamiento de amar desde un principio? (Juan 13:35; 15:12, 17)
b. Por lo tanto, ¿por qué Juan dice también que es un mandamiento nuevo? (v. 8)
- ¿De qué manera la verdad de este mandamiento es manifestada en (y no solo enseñado por) Jesús? Es decir, ¿cuál es Su acto supremo de amor? (4:10)
- ¿Cómo se revela esta verdad también en nosotros? (v.8)
- ¿Qué revela nuestro odio contra otros creyentes? (2:9; 1:6)
- ¿Cuál es el efecto de amarnos unos a otros? (v. 10)
- ¿A qué tipo de tropiezo se refiere Juan?
- ¿Cuál es el efecto de odiar a otros creyentes? (v. 11)
- En su opinión ¿es cierto lo que dice Juan aquí? ¿Por qué o por qué no?
- ¿"No amar" es lo mismo que "odiar"? ¿Por qué o por qué no?
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no
pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a
Jesucristo el justo. Él mismo es la propiciación por nuestros pecados,
y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero." (LBLA) (1 Juan 2:1-2)
A pesar de que Juan estaba escribiendo hacia el final del primer siglo, unos 2.000 años antes de nuestra época, los errores que enfrentaba son igual de frecuentes hoy en día. Permítanme compartirles lo que piensa Howard Marshall a este respecto:
“La enseñanza de Juan en esta sección mantiene una posición firme en contra de aquellos errores en la iglesia de hoy que reflejan los del primer siglo. El mensaje de que 'Dios es luz' ha recibido un nuevo enfoque en Gran Bretaña desde los principios del último cuarto de siglo (el siglo 20) en una campaña cuyo objetivo es exponer lo feo y sórdido por lo que realmente es y demostrar que, a la luz de la verdad, la justicia y el amor existe una posibilidad de tener una vida rica y satisfactoria. Pero hay dos errores que nunca mueren. Una es pensar que los actos pecaminosos no nos impiden el acceso a Dios. Los hombres modernos tratan el pecado a la ligera y, siempre y cuando realmente creen en Dios, creen que Él hará considerables concesiones debido a nuestras debilidades y fracasos. No se aprecia la verdadera gravedad del mensaje de que Dios es luz. Probablemente son pocas las personas que negarían que los actos de una maldad deliberada y clara sean incompatibles con la religión verdadera. Lo que sí niegan es que alguna de sus propias acciones pertenezca a esa categoría. Se rehusan a evaluar sus acciones según las normas de Dios. El otro error es afirmar que uno no tiene pecado. Independientemente de lo que diga Juan más adelante en esta epístola, en esta sección se mantiene firme en contra de todas las afirmaciones que puedan hacer los cristianos de que hayan alcanzado la perfección. Ninguno de nosotros está libre de pecado; ninguno de nosotros puede afirmar que no necesita la limpieza que Jesús ofrece por los pecadores."
(NTCNT, Epístolas de Juan, 120)
2:12-14—Motivos por haberles escrito: A pesar de que hay muchas opiniones sobre lo que significan los términos hijitos, padres y jóvenes, yo sugiero que los entendamos como simples referencias a los creyentes nuevos, jóvenes y mayores.
(1) A los "hijitos míos"
a. ¿Cuál es la condición que Juan les recuerda? (v. 12)
b. Como hijitos, ¿qué relación tienen con Dios? (v. 14)
c. Si lo anterior no fuera cierto, ¿tendría sentido que Juan les escribiera?
d. Puesto que esto es cierto, ¿con qué actitud deben recibir los recordatorios de Juan en la carta?
(2) A los "padres"
a. ¿Quién es el que ha sido "desde el principio" al que se refiere Juan? (1:1)
b. ¿Cuál es la condición que Juan les recuerda?
c. Puesto que esto es cierto, ¿con qué actitud deben recibir los recordatorios de Juan en la carta?
(3) A los "jóvenes"
a. ¿Cuál es la condición que Juan les recuerda? (v. 13)
b. ¿Qué motivos da Juan por su victoria contra el maligno? (v. 14)
c. Puesto que esto es cierto, ¿con qué actitud deben recibir los recordatorios de Juan en la carta?
2:15-17—La aplicación inmediata de su condición en Cristo
(4) ¿Cuáles son las tres características del mundo enumeradas por Juan? (v. 16)
(5) ¿Cómo se expresaron estas tres características en el pecado cometido por Adán y Eva en el Jardín del Edén? (Génesis 3:6)
(6) ¿Por qué el amor al mundo y el amor del Padre se excluyen mutuamente? (ver Santiago 4:4; 2 Corintios 6:14 y ss.)
(7) ¿Cuál otro motivo nos da Juan con el fin de animarnos a desear a Dios y no al mundo? (v. 17)
(8) Por lo tanto, ¿Cómo podemos tener victoria contra nuestro deseo de amar al mundo? (v. 14c)
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él." (LBLA) (1 Juan 2:15)
Durante mucho tiempo, realmente pensé que amaba al Padre, hasta que Él me llamó al ministerio de tiempo completo.
Cuando escuché Su llamado inconfundible, mi reacción inmediata fue decir que no. Antes de ese momento, había servido fervientemente en la iglesia; había cumplido con mi diezmo y aún más; había realizado viajes misioneros de corta duración casi todos los años; incluso había compartido el evangelio en el trabajo, en especial a través de un estudio bíblico evangelístico en algunos de mis lugares de trabajo. Pensaba que amaba al Señor. Y sin embargo, cuando Dios me dijo “Entrégate a mí en el ministerio de tiempo completo”, me di cuenta de que todo el tiempo había pensado que podía amar al mundo y al Señor al mismo tiempo.
En ese momento en que dije "no" a Dios, de repente me di cuenta de lo falso que era. Aunque estaba hablando a todos sobre lo importante que es la eternidad y lo fútiles y temporales que son las cosas terrenales, me di cuenta de lo reacio que era a dejar de lado lo temporal, a saber, mi carrera como contable y administrador, de la que me enorgullecía, junto con las ventajas que proporcionaban mis ganancias y el estatus de la empresa. Sin embargo, detestaba ser un "esclavo" de todo ello.
Por la misericordia de Dios, me arrepentí de mi pecado de buscar amar al mundo y al Señor al mismo tiempo, y pedí a Dios que me perdonara. Fue así que dije “sí” a Su misericordioso llamado.
2:18-27—Anticristos
(1) La “última hora” puede ser una referencia al espacio de tiempo entre la primera y la segunda venida de Jesús, o a la época inmediatamente antes de la segunda venida de Jesús. Con base en el contenido (o quizás, incluso en el tono) de las palabras de Juan, ¿a cuál de las dos posibilidades se refiere él?
(2) Juan usa tanto la forma singular como la plural al hablar sobre los "anticristos". ¿Por qué hace esto?
(3) Es obvio que Juan no pretende señalar la "identidad" del anticristo, sino que nos está señalando las "marcas" de estos anticristos:
a. Según el verso 19, ¿quiénes son ellos?
- “Salieron de nosotros”. ¿Qué significa esto?
b. ¿Cuál es la mentira que están difundiendo? (v.22)
(4) Una de las herejías del gnosticismo es la afirmación de que existe una clase de iluminación (o unción) especial:
a. ¿Cómo refuta Juan su afirmación de que ellos son los únicos que tienen esta unción? (v.20)
b. ¿Cómo son ungidos todos los creyentes? (2 Corintios 1:21-22)
c. Por quién son ungidos? (v. 20; ver también Mc. 1:24; Jn. 6:69; cf. Hechos 3:14 con respecto al "Santo")
(5) La importancia de reconocer que Jesús es el Cristo:
a. ¿Por qué los “anticristos” negarían que Jesús es el Cristo? (v.22)
b. ¿Por qué negar que Jesús es el Cristo es lo mismo que negar al Padre? (vs. 22-23)
c. ¿Cómo define Juan "la vida eterna" en este contexto? (vv. 24-25)
2:26-29—Permanecer en él
(6) Según el v. 27, ¿Quién es nuestro verdadero maestro? (ver también la obra del Espíritu Santo en Juan 14:17; 15:26; 16:13)
(7) ¿De qué manera las enseñanzas de los vv. 20-29 apuntan a la verdad de la Trinidad?
(8) ¿Puede alguien que niega que Jesús es el Cristo “permanecer en Él”? (v.28)
(9) Por lo tanto, ¿cómo podemos nosotros, los que creemos, “permanecer en Él”?
(10) Puesto que Juan no está enseñando la salvación por las obras, ¿qué quiere decir el verso 29?
(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo." (LBLA) (1 Juan 2:22)
Puesto que el tema del "anticristo" es de gran interés entre los creyentes, y a menudo se presenta en algunos círculos de manera sensacionalista, permítanme explicarles el significado de este término utilizado por el apóstol Juan.
De todos los 27 libros del Nuevo Testamento, solo las cartas de Juan contienen el término anticristo. Además de su uso aquí en 1 Juan, Juan usa este término también en 2 Juan para describir a aquellos que niegan que Jesucristo ha venido en carne; el contexto de 1 Juan 2:22 muestra que Juan tiene estas mismas personas en mente. Sin embargo, Juan utiliza la forma plural cuando habla de “anticristo”.
Aunque Jesucristo no utilizó este término exacto, Él hace eco de las enseñanzas del Antiguo Testamento cuando predice la aparición futura del "archienemigo" de Dios y cita del libro de Daniel (9:27, 11:31, 12:11) para describir a cierta persona con la expresión “la abominación de la descolación” (Mc. 13:14). Esta misma persona es llamada el "hombre sin ley" por el apóstol Pablo (2 Tes. 2:1-12).
Sin embargo, Jesucristo también nos advierte de la venida de "falsos Cristos y falsos profetas" que "se levantarán... y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los elegidos" (Marcos 13:22). Es evidente que tales personas no aceptan a Jesús como el Cristo, sino que se presentan como profetas que declaran falsedades o personas que afirman falsamente que ellos mismos son Mesías.
En otras palabras, Jesús habla de un individuo que es el archienemigo de Dios en el tiempo del fin, el cual va precedido o acompañado de otros de la misma estirpe que buscan oponerse a Él. El apóstol Juan usa el término "Anticristo" para referirse al primero y el término "anticristos" para referirse al segundo.
Al hablar sobre último grupo, el cual ya había aparecido en su época, a saber, los que niegan que Jesús es el Cristo, Juan dice que están poseídos por el espíritu del Anticristo (4:3). Recuerda a sus lectores que ya han oído sobre la venida del Anticristo y que incluso en su tiempo ya habían surgido muchos anticristos (2:18). A pesar de que al parecer estos anticristos de su tiempo no afirmaban que ellos mismos eran el Mesías, su rechazo de Jesús como el Cristo era obra del mismo espíritu que tendrá el Anticristo, y para Juan, el hecho de que ya habían surgido significaba que ya era “la última hora” (2:18).
Es cierto que “la última hora” a la que se refiere Juan ha continuado durante unos 2.000 años; sin embargo, debemos entender que a los ojos de Dios, “un día es como mil años y mil años como un día” (2 Ped. 3:8). Si Juan estaba consciente de la urgencia de su tiempo y consideraba el surgimiento de los “anticristos” como una señal de la pronta aparición del “Anticristo”, ¡cuánto más cerca debemos estar nosotros! Sin embargo, nuestro enfoque e interés nunca debe estar en la aparición del “Anticristo”, sino en la pronta aparición de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, la máxima consumación de nuestra salvación (Rom. 13:11).
Nota:
Para un tratamiento más completo de lo anterior, consulte NTCNT de Howard Marshall, Epistles of John, 150-1.
3:1-3—El regreso de Cristo: Juan parece interrumpir su línea de pensamiento e irrumpe en un canto de alabanza por el amor de Dios. Sin embargo, el tema ya quedó expuesto en 2:28, donde nos recordó la segunda venida de Jesús.
(1) ¿Por qué el ser llamados hijos de Dios es un reflejo del gran amor que nos ha otorgado Dios? ¿Usted siente lo mismo? ¿Por qué o por qué no?
(2) ¿Por qué agrega Juan que no solo somos llamados hijos de Dios, sino que realmente lo somos? (v. 1)
(3) ¿Qué puede habernos hecho dudar si realmente somos hijos de Dios? (3:1, 13; Juan 15:18 y ss.)
(4) ¿Qué sabemos y experimentamos ahora como hijos de Dios?
(5) ¿Cuánto mejor estaremos en el regreso de Cristo? (v. 2; ver también 2 Cor. 3:18)
(6) ¿Usted anhela ver a Cristo cara a cara? ¿Por qué o por qué no?
(7) Para aquellos que respondimos "sí", ¿qué nos advierte Juan que hagamos? ¿Por qué? (v. 3)
3:4-10—La evidencia de que uno es hijo de Dios: no practica el pecado
(8) ¿Qué definición da Juan del pecado? (v. 4) ¿Qué quiere decir él con esta afirmación?
(9) ¿Cuál fue el propósito de la primera venida de Jesús? (v. 5)
(10) ¿Por qué Jesús era el único que podía quitar nuestros pecados?
(11) ¿Cuál fue la otra razón por la que vino? (v. 8b)
(12) ¿Cómo lo hizo? (Hebreos 2:14-15)
(13) ¿Por qué ningún creyente practicará el pecado? (v. 6)
(14) Es evidente que hay algunos que buscan engañar a los creyentes con respecto a esto (v.7).
a. ¿Qué podrían enseñar estos falsos maestros con el fin de alentarse a sí mismos y a otros a pecar?
b. ¿Cómo rebate Juan tales enseñanzas? (vv. 7, 9, 10)
c. ¿De qué manera esta afirmación hace eco de la enseñanza de Jesús en Mat. 7:17?
(15) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios." (LBLA) (1 Juan 3:9)
Es bastante obvio que Juan está intentando rebatir las enseñanzas de los herejes que se alientan a sí mismos y a otros creyentes a continuar pecando; por lo tanto, Juan exhorta a los destinatarios de su carta con las palabras “nadie os engañe”.
Por lo que sabemos de los primeros gnósticos, estos enseñaban que debido a una supuesta iluminación especial que habían recibido, los temas relacionados a la moralidad eran cuestiones "irrelevantes" (Stott, 126). Ellos tenían una licencia para pecar. Juan presenta un caso sólido para demostrar que cualquiera que practica el pecado no es nacido de Dios, es del diablo y no es hijo de Dios (3:9, 8, 10).
Sin embargo, Juan no quiere decir que una vez que nazcamos de nuevo y tenemos la morada del Espíritu Santo, siendo hijos de Dios, no pecaremos ni podremos pecar; lo que quiere decir es que no participaremos en un estilo de vida que peca constantemente. Y, en el caso de que pequemos, debemos confesar nuestro pecado, y “Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad ”. (1:9)
Estas palabras de Juan nos dan una clara comprensión de nuestra nueva vida en Dios:
- Una vez que nacemos de nuevo, nuestra condición con respecto a Dios es alterada: ahora somos hijos de Dios, no solo en nombre, sino también en esencia (3:1).
- Debido a esta nueva esencia o naturaleza, nosotros mismos no nos permitiremos practicar el pecado (3:6).
- Sin embargo, si pecamos, hemos estorbado nuestra comunión con Dios y necesitamos confesar nuestro pecado con el fin de restaurar dicha comunión (1: 9). Sin embargo, ¡nuestra condición de hijos de Dios no cambiará ni puede cambiar!
(1) Al respaldar la enseñanza de Jesús de que solo los árboles buenos dan buenos frutos (Mateo 7:17), Juan nos insta a “hacer lo correcto” (v. 10) para dar evidencias de que pertenecemos a Dios.
a. ¿Por qué llama la atención sobre el pecado de la "falta de amor"? (3:10)
b. ¿Se trata de un pecado muy frecuente en la iglesia?
c. ¿Se trata de un pecado con el que usted debe lidiar?
(2) ¿Por qué dice Juan que el mensaje de amor es uno que hemos escuchado desde el principio? (Juan 13:34-35; 15:12, 17)
(3) De todos los posibles ejemplos en la Biblia, ¿por qué eligió Juan usar el de Caín (Génesis 4)?
a. ¿Qué llevó a Caín a asesinar a su hermano? (v. 12)
b. ¿Nosotros cometeríamos el mismo pecado dentro de la iglesia? ¿Por qué o por qué no? (v.15 y Mat. 5:21 y ss.)
c. A la luz de esto, ¿cómo definiría usted el “odio”? (ver la Nota más abajo)
(4) El odio es la marca del mundo, en especial el odio contra los hijos de Dios. ¿Por qué? (v. 13)
(5) Por lo tanto, ¿en qué sentido debemos nosotros ser diferentes del mundo? ¿Por qué? (v. 14)
(6) Mientras que Caín es el ejemplo de odio, Jesucristo es el ejemplo de lo contrario. ¿Está usted de acuerdo en que Jesucristo es el ejemplo supremo del amor? ¿Por qué o por qué no? (v. 16)
(7) La mayoría de nosotros no tendremos la necesidad ni la oportunidad de poner nuestra vida por los demás. ¿Cómo, entonces, podemos seguir el ejemplo del amor de Cristo? (vv. 17-18)
a. ¿Por dónde deberíamos empezar a mostrar nuestro amor por los demás? (v. 17)
b. ¿Es suficiente sentir lástima por los demás? ¿Por qué o por qué no? (v. 18)
(8) ¿Puede usted pensar en alguien hacia quien todavía alberga odio? (Recuerde la definición del odio.)
(9) ¿Tiene usted compasión por los necesitados?
(10) ¿Hay alguien a quien usted necesita demostrar amor? ¿Cómo puede poner el amor en acción hoy?
Nota:
Howard Marshall da la siguiente definición del odio: “el deseo de que la otra persona no estuviera allí; rehusarse a reconocer sus derechos como persona, anhelar que estuviera muerto” (Marshall, 191). Algo para reflexionar.
"Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. " (LBLA) (1 Juan 3:15)
Es posible que Juan haya citado un dicho popular al decir, "ningún homicida tiene vida eterna permanente en él" (3:15). Por lo tanto, hay cristianos que creen que el asesinato es un pecado imperdonable, una creencia que también incluye el suicidio.
Juan equipara el odio con el homicidio; al hacerlo, está siguiendo la enseñanza de Cristo, quien dijo lo siguiente en el Sermón del Monte, “Habéis oído que se dijo a los antepasados, 'No matarás, y cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte'. Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte;” (Mateo 5:21-22)
En otras palabras, Juan respalda la enseñanza de que Dios mira el corazón, no solo nuestras acciones externas. Por tanto, los que albergan odio están tan muertos espiritualmente como un homicida. Sin embargo, la buena noticia es que incluso los homicidas espiritualmente muertos pueden recibir el perdón. Por eso Jesús oró que Dios perdonara a los que Lo mataron (Lc. 23:34); también perdonó al ladrón arrepentido en la cruz, quien probablemente también era un asesino (Lc. 23:43); y Pablo, quien tenía en sus manos la sangre de los cristianos, no solo fue perdonado, sino que Dios lo usó para ser el apóstol de los gentiles (Hechos 22:4, 21).
Sin embargo, sigue siendo cierto que Dios aborrece el pecado del odio y que la condición de los cristianos que continúan albergando el odio es como si estuvieran muertos.
3:19-24—La prueba del amor
(1) Según Juan, ¿cuál es la prueba del amor?
(2) Sin embargo, nuestro corazón (o conciencia) no es el indicador más confiable de nuestro pecado:
a. Para los cristianos, ¿"quién" reside en nuestro corazón? (v. 24)
b. ¿Y "qué" debería residir también en nuestro corazón? (v. 19)
(3) ¿Qué ocurrirá con nuestras oraciones cuando nuestros corazones estén quietos ante Él (es decir, cuando tengamos confianza ante Dios)? (v. 22a)
(4) ¿Qué debemos hacer si nuestro corazón no está quieto en Su presencia?
(5) En este momento, Juan resume todos los mandamientos de la Biblia en uno solo.
a. ¿Cuál es? (v.23)
b. ¿Por qué este único mandamiento está compuesto de dos partes?
c. ¿Puede una parte existir sin la otra? ¿Por qué o por qué no?
(6) En última instancia, ¿cómo sabemos que Dios vive en nosotros (es decir, que tenemos vida eterna), de manera tanto objetiva como subjetiva? (v. 24)
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado. El que guarda sus mandamientos permanece en Él y Dios en él. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.” (LBLA) (1 Juan 3:23-24)
Al instar a los creyentes a amarse unos a otros, Juan de manera poderosa resume todos los mandamientos de la Biblia en uno solo, a saber: "Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado" (3:23).
Sin embargo, es fácil llegar a la interpretación errónea de que “puesto que la suma total del cristianismo es el amor unos por otros, cualquiera que demuestre amor es cristiano” (Marshall, 201) o debe ser salvo. Esta fue la conclusión de cierto pastor al observar cuánto éxito habían tenido ciertos “desarrollos comunitarios” en la transformación de los centros urbanos; este pastor incluso pensó en Gandhi, sobre el cual dijo lo siguiente: “A la luz de su pacifismo y amor por su pueblo, no hay duda de que fue salvo”.
Sin embargo, este poderoso mandamiento se basa ante todo en la creencia de que Jesús es el Cristo y el Hijo de Dios, puesto que como afirma el apóstol Pablo, "Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos" (Hechos 4:12). No hay duda de que Juan, al refutar el error pre-gnóstico, afirma que si Jesús fuera alguien menos que el Hijo de Dios, el Cristo sobre quien los apóstoles testificaron, no podría salvar a nadie del pecado ni llevar a nadie a la presencia de Dios. En palabras de Marshall, "podría incluso ser un guía moral y espiritual, pero no podría expiar los pecados humanos, proporcionar ayuda espiritual en el momento de la tentación, ni ofrecer ninguna seguridad de vida eterna después de la muerte" (Marshall, 201-2) .
Mi respuesta a mi colega, el pastor que hizo el comentario anterior, fue la siguiente: “Quizás Gandhi haya sido totalmente 'centrado en los demás' (aunque dudo que esto sea posible sin Cristo, quien es el amor), pero no cabe duda de que no pudo haber sido 'centrado en Dios'”.