Esta semana terminaremos el estudio de los libros de 1 Juan, 2 Juan y 3 Juan en el Nuevo Testamento.
Probar el "espíritu"
(1) Lea de nuevo los últimos versículos al final del capítulo anterior (3:23-24)
a. ¿Cómo sabemos que Cristo vive en nosotros, los que creemos “en el nombre de su Hijo Jesucristo”?
b. ¿De qué manera el apóstol Pablo respalda esta verdad en Romanos 8:15-16?
c. ¿Sabe con certeza que Cristo vive en usted ahora? ¿Por qué o por qué no?
(2) Hay muchos que vienen tocarnos la puerta y afirman que son cristianos y que su sistema de creencias es bastante bíblico.
a. ¿Tales personas son necesariamente cristianos?
b. ¿Qué debemos pensar si además pueden hacer milagros? (Marcos 13:22)
c. ¿Qué debemos hacer cuando nos encontramos con tales personas? (4:1)
(3) ¿Qué nos enseña Juan sobre cómo podemos probar si el "espíritu" es de Dios? (4:2)
(4) Esta prueba se resume en una sola oración pero tiene tres partes:
a. “Jesucristo”: ¿qué quiere decir que el espíritu reconozca que Jesús es el Cristo?
- Si Jesús no fuera el Cristo, ¿cómo se vería afectada nuestra creencia en Él? (ver la Reflexión meditativa de hoy.)
b. “ha venido en carne”: ¿qué quiere decir que el espíritu reconozca que Jesucristo “ha venido en carne”?
- ¿Qué habría pasado si Jesucristo no hubiera venido en carne (“el Verbo se hizo carne”; ver Jn. 1:14), sino que simplemente hubiera aparecido en la forma de un hombre, como lo que hacía a menudo el Ángel del Señor en el Antiguo Testamento?
c. "es de Dios": ¿qué quiere decir que el espíritu reconozca que Jesucristo es de Dios?
- Si Jesús fuera solo un hombre ¿cómo se vería afectada nuestra creencia en Él?
(5) ¿A qué conclusión debemos llegar si algún espíritu no reconoce parte o la totalidad de la declaración del verso 2?
a. ¿Es este espíritu de Dios?
b. ¿Qué clase de espíritu es?
(6) En los libros de los Evangelios y en Hechos leemos que los espíritus malignos a menudo aparecian y hablaban a través de las personas que poseían (por ejemplo, la esclava en Hechos 16:16-18).
a. ¿Deberíamos tenerles miedo?
b. ¿Por qué o por qué no? (v. 4)
(7) ¿Por qué las sectas (como los testigos de Jehová y los mormones) atraen a tantos seguidores? (v. 5)
(8) A pesar de lo anterior, ¿deberíamos intentar evangelizarlos? ¿Por qué o por qué no? (v. 6)
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios." (LBLA) (1 Juan 4:2)
A veces me pregunto cómo es que las personas pueden ser tan crédulas que creen en sectas como los testigos de Jehová o el mormonismo. ¿Cómo podrían creer en la afirmación de que sus líderes recibieron alguna revelación especial? ¿Por qué harían caso a estas nuevas afirmaciones que han surgido solamente en los últimos doscientos años, y solamente en los Estados Unidos?
Por un lado, el apóstol Juan nos recuerda que estas insensateces no son mera obra de hombres, sino que detrás de ellas está el "espíritu del anticristo" (4: 3). Por lo tanto, contrarrestar estas falacias no es una simple tarea teológica, sino una batalla espiritual. Como dice Pablo, "Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales" (Efesios 6:12). Son herramientas que el diablo está usando para desviar a las personas y llevarlas lejos del verdadero conocimiento de Dios en Jesucristo.
¿Deberíamos, entonces,
evangelizar a los que creen en estas sectas?
¿Deberíamos buscar convertir a los que vienen tocarnos la puerta? Sin
duda, debemos buscar evangelizar a todos, excepto al propio diablo.
Sin embargo, a la luz de la naturaleza espiritual de esta batalla, es
necesario prepararnos de la siguiente manera:
- Prepararnos con un conocimiento profundo de las Escrituras
- Comprender las locuras de sus sistemas de creencias, no mediante la simple lectura de uno o dos libros sobre el tema, sino mediante una capacitación e investigación adecuada. (En mi opinión, esto se hace mejor mediante un estudio bíblico y con el respaldo de mucha oración.)
La razón por la que menciono en primer lugar que debemos prepararnos con una comprensión profunda de las Escrituras es que a menudo los miembros de una secta hacen mención de una o dos palabras del idioma original de la Biblia para respaldar su mala interpretación de las Escrituras, especialmente con respecto a la identidad de Jesús. Si no estamos bien preparados en estos temas, será difícil para nosotros como cristianos laicos convencerles de sus errores.
La naturaleza espiritual de esta batalla se hace evidente en el celo que muestran estas sectas mientras buscan convertir a los demás; están dispuestos a invertir grandes cantidades de tiempo, dinero y energía y a alcanzar cada rincón del mundo, tal como Jesús lo predijo, “Recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros". (Mateo 23:15)
Después de desviarse un poco de su idea principal al abordar el tema del espíritu del anticristo, Juan regresa inmediatamente a un tema que obviamente considera como algo de suma importancia para sus oyentes, a saber, el amor entre los cristianos:
(1) ¿Qué importancia tienen los siguientes temas?
a. Nuestra vida cristiana
b. Nuestra relación con Dios
c. La comunidad de los creyentes (es decir, la iglesia)
d. Nuestro testimonio del evangelio que predicamos
(2) Juan menciona varios aspectos del amor a que se refiere (vv. 7-8).
a. La fuente del amor (v. 7a):
- ¿De donde viene el amor?
- ¿Esto significa que aquellos que no conocen a Dios o que no pertenecen a Dios no pueden amar?
b. Es natural (o más bien, sobrenatural) (v.7b)
- ¿En qué sentido el “amarnos unos a otros” es parte de nuestra nueva naturaleza?
- ¿Por qué es una marca de aquellos que conocen a Dios?
c. El aspecto negativo (v. 8a):
- ¿Es cierto que "el que no ama no conoce a Dios"?
- ¿Por qué o por qué no?
d. ¿Cuál de las consideraciones anteriores le causa más impacto? ¿Por qué?
(3) Por si nada de lo anterior logró impulsarnos a amarnos unos a otros, Juan ahora busca impactarnos con el más poderoso argumento de todos (vv. 9-12).
a. ¿Cuál es el ejemplo supremo de amor? (v. 9)
b. Utilice las siguientes preguntas para entender la definición suprema del amor (vv. 9-10):
- ¿Quien es Dios?
- ¿Quién es Jesús?
- ¿Quienes somos nosotros?
- ¿Qué merecemos?
- ¿Qué desea Dios para nosotros?
- ¿Qué hizo Dios?
- ¿Qué hizo Jesús?
- Cual fue el resultado?
c. A la luz de esto, ¿cómo definiría usted el amor de Dios?
d. Puesto que el amor no consiste “en que nosotros hayamos amado a Dios” (v. 10):
- ¿Cómo debemos amar a Dios ahora?
- ¿Cómo debemos amarnos unos a otros?
(4) ¿Nuestro esfuerzo por evangelizar el mundo se vería ayudado si el mundo pudiera de algún modo ver a Dios?
(5) La esencia de lo que Juan está diciendo es que se puede ver a Dios. ¿Cómo es posible esto? (v. 12)
(6) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros." (LBLA) (1 Juan 4:12)
A veces cuando compartía el evangelio con personas agnósticas, me desafiaban a mostrarles a Dios; “solo entonces creeré”, me decían.
Por supuesto, si Dios se les mostrara, ya no sería fe; y puesto que Dios es completamente santo y majestuoso, nadie puede verlo y permanecer vivo. (Éxodo 33:20) Por otro lado, puedo entender su deseo de ver al Dios que proclamamos; en estos días hay tantas religiones y tantas afirmaciones que algún tipo de “epifanía” sin duda sería bienvenida.
De una manera bastante interesante, el apóstol Juan parece estar de acuerdo en que es necesario "ver para creer". Y esto no es totalmente imposible, dice él: "A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros" (1 Jn. 4:12). En otras palabras, él está diciendo que Dios en verdad desea ser visto y puede ser visto, pero no mediante una epifanía, sino a través de las propias vidas de aquellos en los cuales Él habita. ¿Cómo, entonces, podemos hacer visible a Dios en nuestras vidas? Juan responde, "si nos amamos unos a otros".
Esto es exactamente lo que hicieron ciertos creyentes en Charleston, Carolina del Sur. Después de que un joven blanco ingresó a la Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel, una iglesia con una membresía mayormente negra, y mató a tiros a nueve personas que asistían a un estudio bíblico, muchos de los familiares de las víctimas, en lugar de reaccionar con ira y odio, ofrecieron perdón a este joven. Uno de ellos rogó al asesino que entregara su vida a Jesucristo. El amor de Dios ciertamente se ha perfeccionado en ellos. ¡No hay forma de que este joven no pueda ver a Dios en ellos!
Bajo el mandamiento del amor, Juan repite las dos énfasis principales que acaba de destacar: (1) Dios vive en nosotros y nosotros en Él, y (2) El amor se perfecciona en nosotros.
4:13-16—Dios en nosotros y nosotros en él
(1) Juan repite una vez más que sabemos que vivimos en Dios y que Él permanece en nosotros (v.13).
a. ¿Como sabemos esto?
b. ¿Qué quiere decir "permanecemos en Él y Él en nosotros"? (3:24)
(2) Por lo tanto, ¿cómo podemos lograr que Él permanezca en nosotros y nosotros en Él? (v. 15)
(3) ¿Por qué Juan está tan seguro de quién es Jesús? (v. 14)
(4) ¿Podemos permanecer en Dios y al mismo tiempo no permanecer en amor? ¿Por qué o por qué no? (v. 16)
4:17-18—El amor se perfecciona
(5) ¿Cómo se perfecciona el amor? (vv. 12, 16)
(6) ¿Qué quiere decir que el amor “se perfecciona”?
(7) ¿Cuál es el resultado (o beneficio) de que el amor se perfeccione en nosotros? (v. 17) ¿Por qué?
(8) ¿Usted tiene miedo de estar cara a cara con Dios en el día del juicio? (v. 18)
a. ¿Cuál es el fundamento de la confianza de quien no tiene miedo?
b. Si uno tiene miedo, ¿cuál es la razón por ello?
4:19-21—El amor se hace visible
(9) ¿Cuál es la diferencia entre el amor que no tiene nada que ver con Dios y el amor que se basa en el amor de Dios? (v. 19)
(10) ¿Cómo podemos demostrar que realmente amamos a Dios? ¿Por qué? (v.20)
(11) El v. 21 concluye esta advertencia sobre el amor con la afirmación de que es un “mandamiento”. ¿Cuál es la diferencia entre una simple sugerencia y un mandamiento?
(12) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús." (LBLA) (1 Juan 4:17)
Para nosotros es difícil
entender cómo el amor de Dios se perfecciona en nosotros (4:12), puesto
que el amor de Dios ya es perfecto. ¿Cómo podría hacerse aún más
perfecto? Además, ¿cómo es que nosotros podemos tener un papel en
perfeccionar el amor
de Dios? (Nota: la palabra griega "perfeccionado" tiene el significado
de "haber logrado su objetivo".)
Por más asombroso y perfecto que sea el amor de Dios, como cualquier otro amor, siempre requiere un objeto. No se puede amar en el vacío, ¡y es igual con amor de Dios! Y Dios nos eligió a nosotros, pecadores, para ser los objetos de Su amor, al enviar a Su Hijo al mundo para salvarnos del pecado, de la muerte y de la condenación eterna (4:14; y Jn. 3:16). Sería mucho más que una burla de Su amor no responder a Su amor sacrificial con fe en Su Hijo y un acogimiento de Su amor; también significaría que su amor haya fallado por haber sido rechazado.
Por lo tanto, cuando creemos en Su Hijo y aceptamos Su amor, Él habita en nosotros y nosotros en Él. En esto Su amor ha logrado Su propósito, siendo así perfeccionado (4:16-17). Sin embargo, Juan nos recuerda poderosamente de lo siguiente: ¡Su amor realmente se perfeccionará en nosotros solo cuando realmente amamos a Aquel que es invisible al amarnos unos a otros (a personas visibles)! (4:20-21)
¿El amor de Dios se ha perfeccionado en usted?
5:1-5—La fe en Jesucristo, el Hijo de Dios
(1) ¿Cómo demostramos nuestro amor por Dios? (v. 1)
(2) ¿Cómo sabemos que amamos a los hijos de Dios? (v. 2)
(3) Si amamos a Dios, ¿significa necesariamente que somos capaces de cumplir Sus mandamientos? (vv. 3-4)
(4) ¿Cuál es la clave para vencer al mundo? (v. 5)
(5) ¿Cuál es lo contrario de no creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios? (versos 1 y 5)
5:6-12—¿Quién es Jesús?
(6) En este pasaje, “agua” probablemente se refiere al bautismo de Jesucristo (ver la Nota más abajo).
a. Según Juan, ¿el Jesús que fue bautizado es el mismo Jesús que murió en la cruz? (v. 6)
b. ¿Cuál es el significado del bautismo de Jesucristo?
c. ¿Cuál es el significado de su muerte en la cruz? (4:10)
d. ¿Qué relación existe entre Su bautismo y Su muerte en la cruz?
e. En ambos eventos, ¿cómo testifica el Espíritu Santo sobre la identidad de Jesús? (Mateo 3:16-17; Efesios 1:18-21)
(7) Juan dice que las tres cosas —el Espíritu, el agua y la sangre— son testigos. ¿De qué manera los tres testimonios son uno? ¿De qué manera concuerdan? (v. 8)
(8) ¿De que manera estos tres testigos siguen testificando hoy? (vv. 7-8)
a. El Espíritu Santo (Romanos 8:16)
b. El bautismo de los creyentes (Romanos 6:3 y ss.)
c. La Santa Comunión (1 Corintios 11:26)
(9) El testimonio humano en comparación con el testimonio de Dios—Puesto que la Biblia es la Palabra de Dios, ¿por qué la mayoría de las personas están más dispuestas a creer en los testimonios humanos (como las ciencias y la filosofía) que en el testimonio de Dios?
(10) Según Juan, ¿cuál es el testimonio supremo de Dios en la Biblia? (v. 11)
(11) Por lo tanto, ¿cuál es la definición de la vida eterna? (vv. 11-12)
(12) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
Como se explicó anteriormente, Juan está combatiendo las herejías gnósticas incipientes, en especial las de Cerinto, quien “afirmaba que el Cristo celestial descendió sobre Jesús en Su bautismo pero se retiró de Él antes de Su muerte, de modo que solo el Jesús terrenal murió, y no el Cristo celestial" (Marshall, 232).
“Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.” (LBLA) (1 Juan 5:11)
En nuestros días, a algunos que intentan evangelizar a sus seres queridos y amigos les encanta enfatizar el gozo y paz que viene con el perdón de los pecados; a otros les encanta hablar sobre el haber encontrado significado y satisfacción en la vida. Sin embargo, pocos hablan del don de la vida eterna.
He tenido la oportunidad de impartir cursos de evangelismo de vez en cuando, y he observado que la razón por la que la mayoría de las personas prefieren no hablar de la vida eterna es una sola, a saber, les parece ser un tema demasiado vago y demasiado alejado de la vida de las personas.
El problema con esta forma de pensar es que si la única razón por la que llevamos a las personas a Cristo es para que encuentren gozo, paz, significado y plenitud de la vida, o incluso el perdón de pecados, nos estamos enfocando únicamente en beneficios puramente temporales. Es más, si no se dan cuenta de que cada individuo, debido a sus pecados, “ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Jn. 3:18), pensarán en la fe en Jesucristo como un simple proyecto de automejora en lugar de una liberación de la condenación eterna y un traslado a la vida eterna (Jn. 3:16). Si la condenación eterna en el infierno no fuera un destino tan cierto y horrible, ¿por qué el Hijo de Dios, Jesucristo, se tomaría la molestia de hacerse hombre, sufrir y morir de una muerte tan terrible en la cruz por nosotros?
A lo largo de esta primera carta de Juan, Juan repite una y otra vez la “exigencia” de creer en Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios. No lo hace solo para refutar la variedad gnóstica de la herejía, sino porque es el único camino que lleva a la vida eterna; y la vida eterna no es solo un sentimiento cálido y agradable, o algo que solo llegará en el futuro, sino que es la vida misma del Cristo resucitado (1:2). Cuando confesamos nuestros pecados y aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, Su vida resucitada, esa vida eterna, entra en nosotros y habita con nosotros. Esta es la vida eterna; por lo tanto, Juan repite aquí que “el que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida” (5:12).
En otras palabras, la vida eterna comienza en el mismo momento en que recibimos a Cristo Jesús en nuestra vida.
(1) John ya nos ha dado varios de sus motivos por escribir esta carta. Ahora, en su “afirmación final”, concluye con una más, quizás la más importante (como dice Howard Hendricks, “Las últimas palabras son las más duraderas”).
a. ¿Cuál es este motivo por el que escribió su carta? (v. 13)
b. ¿Cuán importante es?
c. ¿Sabe usted que tiene vida eterna? ¿Por qué o por qué no? (ver 5:11-12)
(2) Uno de los resultados de tener la vida eterna de Cristo (1:2) es el privilegio de acercarnos a Dios en oración como Sus hijos:
a. ¿Dios necesariamente nos concede todo lo que le pedimos?
b. ¿Por qué o por qué no?
c. ¿Qué quiere decir la frase, "si ... pedimos conforme a su voluntad"? (v. 14)
(3) Parece que al hablar sobre la necesidad de pedir según la voluntad de Dios, Juan tenía en mente específicamente oraciones de intercesión (vv. 16-17):
a. ¿Por quiénes dice Juan que debemos interceder? ¿Con respecto a qué desea Juan que intercedamos?
b. ¿Qué podemos esperar que haga Dios ante tales intercesiones?
c. Puesto que toda maldad es pecado, ¿qué clase de maldad es el que lleva a la muerte, según el contexto de esta carta? (1:10; 2:18, 22; 4:3)
(4) Actualmente, ¿quién tiene el control de este mundo? (v. 19; Juan 14:30)
a. ¿A quiénes puede dañar el maligno? ¿A quiénes no puede dañar? (v. 18)
b. ¿Por qué? (4:4)
c. ¿Cuál es la señal de que hemos nacido de Dios? (v. 18)
(5) En este momento, Juan reitera quién es Jesús. (v.20)
a. ¿Quién es Jesús?
b. ¿Cuáles son los resultados de nuestra fe en Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios, el Dios verdadero y la vida eterna?
(6) ¿Por qué Juan concluye su carta con la siguiente amonestación a sus oyentes, “guardaos de los ídolos”?
a. ¿Cómo se aplica esta exhortación a su vida hoy?
(7) ¿De qué manera esta “afirmación final” (5:13-21) resume el mensaje de toda la carta?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.“ (LBLA) (1 Jn. 5:13)
Participé en el entrenamiento del ministerio Evangelism Explosion, y más tarde lo dirigí durante muchas décadas; estoy muy agradecido con el Dr. Kennedy por haber ideado este método de evangelización. Además del hecho de que se enfoca en lo que realmente es el evangelio (la salvación de las almas de la condenación eterna y su traslado a la vida eterna, una verdad que la iglesia ha descuidado mucho en nuestros días), las dos preguntas de diagnóstico introductorias son muy útiles para determinar si una persona tiene o no la seguridad de la vida eterna o no, y en especial, si están dependiendo de las buenas obras para su salvación.
A continuación están las dos preguntas de diagnóstico:
"¿Usted ha llegado al momento en su vida espiritual en el que sabe con certeza que si muriera hoy, iría al cielo, o diría que es algo en que aún está trabajando?"
“Supongamos que usted muriera hoy y fuera llevado ante Dios. ¿Qué respondería si Él le hiciera la siguiente pregunta: '¿Por qué debería dejarte entrar en Mi cielo?'?"
Le animo a que utilice estas preguntas en su presentación del evangelio. Si las hace con mucha oración, sinceridad y tacto, no solo no ofenderá al oyente, sino que le estará haciendo un bien inmenso, puesto que le estará planteando la pregunta más importante de su vida.
A menudo recibía la siguiente respuesta, "No creo en el cielo." o "No estoy seguro de que exista la vida eterna." Al recibir tal respuesta, yo decía lo siguiente: “Pero usted no sabe con certeza que no hay cielo. Y si en realidad hay un cielo, ¿no sería genial si usted pudiera saber aquí y ahora que tiene la vida eterna?
Después de haber hecho esta pregunta durante muchas décadas, aún no me he encontrado con nadie que no esté de acuerdo en que sería maravilloso poder saber con certeza que tenemos en este momento la vida eterna. De hecho, ha habido ocasiones en que los oyentes estaban muy ansiosos por saber si realmente era posible; en tales casos yo les citaba las siguientes palabras de 1 Juan, “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.” (1 Jn. 5:13) El hecho de que podemos saber que tenemos vida eterna ahora es una noticia tan grandiosa que la mayoría de los oyentes estarán ansiosos por escuchar el resto del mensaje del Evangelio.
¿Sabe usted que tiene la vida eterna?