Guía devocional de la Biblia

Día 1

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Éxodo 17:1–7

Hoy continuaremos nuestro estudio de Éxodo, el segundo libro del Antiguo Testamento.

(1) Después de su Éxodo milagroso, los israelitas viajaron "por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová" (RVR1960).

  1. ¿Cómo sabían que era conforme al mandamiento de Jehová?
  2. ¿Por qué, entonces, discutieron con Moisés por la falta de agua si sabían que Dios era quien los había guiado?
  3. Puesto que fue “conforme al mandamiento de Jehová”, ¿por qué Dios los condujo a una situación tan difícil?

(2)¿Por qué Moisés en su respuesta al pueblo señaló que su acción equivalía a "tentar a Jehová"?

(3) ¿Qué deberían haber hecho?

(4) ¿Usted se encuentra (o ya se encontró) en una situación similar a la de los israelitas? ¿Usted se quejó? ¿Por qué Dios lo llevó a ese lugar? ¿Qué debería usted hacer, entonces?

(5) Parece que la frase que los israelitas repitieron a Moisés una y otra vez durante las dificultades fue esta: "¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos?".

  1. ¿Acaso no sabían por qué habían salido de Egipto y quién los había sacado?
  2. ¿Acaso no habían visto suficientes milagros?
  3. ¿Realmente se habían olvidado de las dificultades extremas que habían tenido en Egipto?
  4. ¿Por qué, entonces, lanzarían un ataque tan amargo contra Moisés?

(6) Puesto que el Éxodo es un símbolo de nuestra salvación de la esclavitud al pecado, ¿cómo debemos evitar cometer el error de quejarnos amargamente de nuestras dificultades como hijos de Dios que han sido salvos por la sangre de Cristo?

(7) ¿Cuán grave fue el ataque contra Moisés esta vez?

(8) ¿De qué manera Moisés mostró su madurez espiritual esta vez?

(9) ¿De qué manera el apóstol Pablo interpreta este incidente en I Corintios 10:4? ¿Por qué?

(10) ¿Qué señaló Moisés como el tema clave de este incidente al dar a este lugar el nombre Masá (que significa prueba) y Meriba (que significa contienda)?

(11) Cuando una iglesia enfrenta divisiones y luchas, a menudo escuchamos la misma pregunta que se plantea en el v. 7. ¿Cual debe ser la respuesta?

(12) ¿Cuál es la lección que usted aprendió hoy, y cómo puede aplicarla a su vida?

Reflexión meditativa
¿Está el Señor entre nosotros o no?

Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: '¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?'.” (RVR1960) (Éxodo 17:7)

No son raras las peleas en la iglesia, puesto que somos simples pecadores salvos por la gracia. A pesar de que somos “santos” en términos de nuestra posición, todavía queda mucho camino por recorrer hasta que lleguemos a ser completamente como Cristo y Su santidad. De hecho, no lograremos la santificación total hasta que veamos a Cristo. Es por ello que leemos en la Biblia sobre una feroz disputa entre dos santos principales de la iglesia primitiva, Pablo y Bernabé (Hechos 15:39). También leemos sobre una feroz disputa entre John Wesley y George Whitefield, dos grandes gigantes espirituales del pasado, sobre el tema del Universalismo de la Salvación. Pero al final, Pablo y Bernabé se reconciliaron y George Whitefield dirigió el funeral de John Wesley.

Pero en tales momentos de controversia o de peleas en la iglesia, a menudo escuchamos a algunos cristianos bien intencionados preguntar, "¿Está el Señor entre nosotros?".

La verdad es que somos Su cuerpo no importa cuán divididos estemos con respecto a nuestras actitudes, opiniones o incluso accionesSu cuerpo es indivisible. Siempre será un cuerpo.

Es cierto que existen casos en que, según nuestra evaluación, una de las partes pudo haber hecho algo extremadamente hiriente, cruel o incluso poco ético. Pero esto no cambia el hecho de que seguimos siendo el cuerpo de Cristo que se expresa a través de las iglesias locales. Por supuesto, yo creo sinceramente que a menos que la iglesia niegue que Jesucristo sea el Hijo de Dios u otras doctrinas básicas que en su esencia alteran el evangelio de Jesucristo, esta pregunta no solo es inapropiada, sino que también subestima el carácter sofredor del corazón de Cristo y la naturaleza reconciliadora del evangelio.

Día 2

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Éxodo 17:8–16

(1) Al parecer, esta fue la primera batalla real que los israelitas tuvieron que enfrentar después del Éxodo. En lo que respecta a las “pruebas”, ¿cuál prueba habría sido mayor participar en la batalla o soportar las duras condiciones del desierto?

(2) ¿Por qué los israelitas no se quejaron del ataque (que presumiblemente no habían provocado) por parte de los amalecitas?

(3) ¿Cómo usó Moisés su vara? ¿En qué se había convertido su vara, tanto para él como para el pueblo de Israel?

(4) Se puede presumir que Moisés alzaba la vara con las dos manos:

a. ¿Qué representa el gesto de alzar las manos?

b. ¿Por qué Dios eligió hacerlos prevalecer mientras las manos de Moisés permanecían alzadas, pero perder cuando sus manos se bajaban?

c. ¿Por qué Moisés habría bajado las manos, a pesar de que sabía que hacerlo resultaría en que los israelitas perdieran (y perder podría significar que algunos fueran muertos)?

d. Una interpretación frecuente de la acción de alzar las manos la ve como un símbolo de la oración; por lo tanto, mientras Moisés estaba orando, los israelitas ganaban, y cuando dejaba de orar, perdían. ¿Piensa usted que esto se trata necesariamente de una lección (i) sobre la oración, (ii) sobre la necesidad de depender del Señor o (iii) sobre quién es la fuente única o real de victoria? ¿Qué opina usted? ¿Por qué?

(5) Aunque este fue el método que el Señor eligió para ganar esta batalla, Moisés era humano, después de todo. ¿Qué hizo para evitar que sus manos bajaran? ¿Qué lección importante podemos aprender de Aarón y Hur ?

(6) ¿Por qué era importante que "Josué" supiera lo que realmente había sucedido en la cumbre del collado?

(7) ¿De qué manera Dios se aseguró de que Josué lo supiera? ¿Hay alguna lección que aprender de su método?

(8) ¿Qué significaron las siguientes acciones de Moisés después de la victoria?

a. la construcción del altar

b. el nombre que se le dio:El Señor es mi Estandarte"

c. Según Moisés, ¿qué significa estandarte?

(9) Hubo cuatro personajes principales en esta batalla: Moisés, Aarón, Hur y Josué. ¿Con cuál de ellos usted se identifica más? ¿Qué aprendió cada uno en su papel?

(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
¿Realmente creemos en l
a oración?

Y sucedió que mientras Moisés tenía en alto su mano, Israel prevalecía; y cuando dejaba caer la mano, prevalecía Amalec." (LBLA) (Éxodo 17:11)

Todavía recuerdo nítidamente cierta ocasión en que comencé un nuevo ministerio en una iglesia. El que se consideraba "el líder" de la congregación (no lo estoy inventando; él mismo había dicho que era la persona más influyente en la congregación) vino a mí para hablar sobre cierto problema en la iglesia. Yo le dije con sinceridad: "Oremos por eso". Para mi sorpresa, dijo algo en el sentido de "¿de qué sirve orar?".

Si bien él era uno de los pocos líderes que estuvo dispuesto a expresar abiertamente su incredulidad en la oración, he visto a muchos que, a pesar de que son mucho más espirituales que él, no creen realmente en la oración. Incluso recientemente, se me acercaron diversos líderes de una iglesia local que, con caras largas y ceños fruncidos, compartieron conmigo su frustración causada por cierta situación desesperada en la iglesia. Cuando les di la típica y sincera respuesta de que la verdadera solución era la “oración”, pude ver la decepción en sus rostros. O pensaban que ya habían orado lo suficiente, o realmente no creían en la oración.

Esta extraña estrategia por la cual el pueblo prevalecería mientras las manos de Moisés (o su vara) estuvieran alzadas fue la manera en que Dios demostró sin lugar a dudas quién fue el único responsable de su victoria. Si Dios fue el único responsable de la victoria sobre los amalecitas, se desprende que Él es el único responsable de la victoria en las batallas de nuestras vidas y las de la iglesia hoy. Nada ha cambiado. Dios no ha cambiado.

Y esta extraña estrategia por la que ganaron muestra indudablemente que el único método para obtener la ayuda de Dios es por la oración Por cuanto la mano sobre el trono de Jehová” (RVA) (17:16).

Si ya sabemos que la fuente de la victoria es Dios, y el único medio para obtener ayuda de Su mano amiga es la oración, ¿por qué no creemos? ¿Qué estamos esperando?

Si usted tiene el papel de Moisés, busque rápidamente a un Aarón y a un Hur, y ore con ellos ferventemiente y con regularidad. Si usted es un Hur o un Aarón, vaya sin tardar a su Moisés y apóyelo con oraciones, también regulares y fervientes; y hágalo en equipo, juntos. Es hora de que realmente creamos en la oración.

Día 3

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Éxodo 18:1–12

(1) Puesto que la Biblia nos da detalles sobre los dos hijos de Moisés, reflexionemos sobre ellos. Sabemos cuándo, dónde y por qué Moisés le dio el nombre Gersón a su primogénito (ver Éxodo. 2:22 ), pero ¿qué sabemos de su otro hijo, Eliezer?

a. ¿Cuándo probablemente nació?

b. ¿Dónde probablemente nació?

c. ¿Por qué le dieron el nombre Eliezer?

(2) ¿Qué cambios puede usted detectar en Moisés, ocurridos entre el nacimiento de su primer hijo y el del segundo hijo?

(3) Con base en los detalles que da la Biblia sobre lo que Moisés le dijo a Jetro en los vv. 7-8, ¿puede usted formar una idea de cómo miraba Moisés a su suegro?

(4) ¿Por qué mencionó no solo los milagros en Egipto, sino también las dificultades?

(5) Es discutible si Jetro era un sacerdote de los ídolos de Madián o del Señor. El Talmud parece inclinarse al primero. En todo caso, reflexione sobre lo siguiente:

a. ¿Qué aprendió Jetro acerca de Dios gracias a Moisés?

b. ¿Qué representó su ofrenda al Señor?

(6) ¿Qué lección aprendió usted hoy, y cómo puede aplicarla a su vida?

Reflexión meditativa
Todos necesitamos un mentor

Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel…” (RVR1960) (Éxodo 18:8)

Para mí, la visita de Jethro es muy interesante.

A estas alturas, Moisés ya se había establecido como “el líder” elegido por Dios para guiar a Su pueblo, y elloscreyeron a Jehová y a Moisés su siervo” (RVR1960) (Éxodo 14:31).

Aunque Moisés continuaba enfrentando problemas y rebeliones desde adentro, cada vez que él acudía a Jehová encontraba respuestas y soluciones y recibía consejos o poder para superar sus problemas. Es más, Jehová a menudo descendía en gloria para hablarle. Uno esperaría que Moisés ya fuera un súper líder que no necesitaba a nadie más que al Señor.

Pero ese no fue el caso. Por ser "el líder", Moisés estaba solo. Parece que tanto Aaron como Hur eran sus ayudantes, y estoy seguro de que Moisés también los consultaba de vez en cuando. Pero para que pudiera compartir sus emociones más profundosespecialmente sus dudas y temoresMoisés necesitaba a alguien más maduro que él. Lo encontró en la persona de su suegro.

Yo creo que le puso el nombre Eliezer a su segundo hijo porque "El Dios de mi padre fue mi ayuda y me libró de la espada de Faraón". Este hijo probablemente nació justo después del cruce del Mar Rojoel ahogamiento de los soldados de Faraón y el fin de la persecución por Faraón y su ejército. Entonces Moisés, tal vez debido a las dificultades del desierto, pero más probablemente porque quería que su suegro conociera de primera mano las obras milagrosas del Señor, envió a su esposa e hijos de regreso a Jetro. Con relatos tan milagrosos, Jethro, puesto que era sacerdote, no querría perderse ninguna parte de la acción. Por eso fue a visitar a Moisés.

Ahora, Moisés no sólo le contó nuevamente a Jetro la mayoría de los milagros que su esposa ya debió haberle dicho, sino que compartió con él “todas las dificultades que les habían sobrevenido en el camino” (Éxodo 18:8).

Uno puede imaginar la soledad que Moisés habría experimentado como líder, puesto que tuvo que asumir una tarea tan imposible y enfrentar inmensas dificultades y oposición. Ahora Dios le trajo a Jetro, su suegro, un santo más maduro, más sabio y de mayor edad, para que fuera su mentor, para que lo escuchara y para que le diera consejos. Me pregunto si Moisés le habría escuchado a Aarón si la sugerencia de delegar tanto las responsabilidades como el poder hubiera venido de él. Pero puesto que salió de la boca de Jetro, Moisés aceptó su consejo inmediatamente.

Creo que todos los líderes espirituales, incluso grandes líderes como Moisés, necesitan un mentor y un par de oídos que lo oigan.

Día 4

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Éxodo 18:13–27

(1) ¿Qué hacía Moisés como juez de su pueblo? (vv. 15-16)

(2) ¿Por qué solo Moisés actuaba como el juez del pueblo?

(3) ¿Por qué no había delegado al menos esta responsabilidad, o por qué no la compartió con Aarón, Hur y Josué?

(4) ¿Cuáles cosas podrían haberlo preocupado?

  1. ¿Cuáles preocupaciones habrían estado justificadas?
  2. ¿Cuáles no habrían estado justificadas?

(5) ¿Cómo describiría usted el estilo de liderazgo de Moisés? ¿Por qué, en palabras de Jethro, "no está bien"?

(6) Según Jetro, ¿cuáles eran las responsabilidades que Moisés debía conservar, y cuáles debía delegar?

(7) ¿A qué clase de hombres debía Moisés delegar tareas tan importantes?

(8) Por otro lado, ¿cuáles riesgos estaría asumiendo Moisés al delegar tareas tan importantes?

(9) ¿Por qué Moisés escuchó a su suegro?

(10) Si bien Jetro consideraba que su consejo era necesario, apoyó su recomendación en la observación de que “Dios te lo manda” (v. 23). ¿Cuán importante es esta actitud?

(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
Una cuestión de confianza

No está bien lo que haces. Con seguridad desfallecerás tú, y también este pueblo que está contigo, porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no puedes hacerlo tú solo." (LBLA) (Éxodo 18:17-18).

He visto bastantes líderes cristianos que buscan hacer todo ellos mismos, sin delegar ninguna parte de su trabajo a otros. Sus motivos incluyen los siguientes:

(1) Les falta tiempo para capacitar a otros: Aunque reconocen que ya están abrumados con su trabajo, están tan ocupados que no encuentran el tiempo que necesitan para capacitar a otros a quienes podrían delegar sus responsabilidades. No entienden que aunque se verían un poco limitados debido al tiempo que tendrían que dedicar al entrenamiento, a la larga las cosas operarían mucho mejor para todos.

(2) Son incapaces de relacionarse con los demás: Muchos líderes tienen dificultades para relacionarse con los demás. Básicamente, ellos son personas solitarias que no son capaces de trabajar en un contexto de equipo. Por lo tanto, prefieren hacerlo todo, evitando así la necesidad de comunicarse, asociarse y relacionarse con los demás. Estos pueden trabajar de manera excelente con las personas a quienes sirven (es decir, los que se benefician de su servicio), pero no con personas a las que sirven más o menos en un nivel similar o ligeramente inferior.

(3) La mayoría de los líderes que hacen todo ellos mismos no confían en las personas Debido a la importancia que tienen sus responsabilidades, creen que son los únicos calificados para llevar a cabo las tareas. Son los únicos que conocen mejor la voluntad de Dios; son los únicos que interpretan correctamente la palabra de Dios; son los únicos en los que se puede confiar.

Creo que Moisés era una persona tan humilde que no tenía problemas para relacionarse con las demás personas. La razón probablemente era que estaba tan ocupado (actuando como el único juez de más de 2 millones de personas) que no encontraba tiempo para capacitar a otros. Sin embargo, puesto que él era una persona tan fiel a Dios y a Sus mandamientos, algo que le habría preocupado sinceramente al delegar sus responsabilidades (independientemente de cuán cuidadosamente eligiera líderes piadosos e íntegros) habría sido la posibilidad real de que algunos resultaran ser malos jueces. Y creo que algunos de ellos en efecto resultaron ser manzanas podridas. Sin embargo, en última instancia, se trataba de una cuestión de confianza. Con el tiempo Moisés entendería que incluso él se equivocaría (un error que le costó el privilegio de poner sus pies en la Tierra Prometida).

Como líderes espirituales, debemos aprender a confiar en los demás y a darles la oportunidad no solo de aprender a servir, sino también de cometer errores y aprender de ellos. En última instancia, confiamos en que Dios nos acompañará, porque el ministerio y el pueblo le pertenecen a Él y no a nosotros.

Día 5

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Éxodo 19:1–8

Se puede presumir que el Monte Sinai fue el lugar donde todo había comenzado. Fue allí que Moisés vio la zarza ardiente y recibió su llamado. Ahora había regresado con todo el pueblo de Israel, a quienes Jehová le había dado la tarea de rescatar y llevar a adorarlo.

(1) Lea Éxodo 3:12. ¿De cuál señal estaba hablando Dios? ¿Cuán inverosímiles le habían parecido a Moisés el mandamiento y la promesa en ese momento?

(2) ¿Qué habría pasado si Moisés hubiera logrado rechazar el encargo?

(3) Pero ahora, ¿qué había sucedido como resultado de su obediencia a esta imposible visión celestial?

(4) Antes de darles los Diez Mandamientos, Jehová quería que el pueblo supiera lo especial que eran para Él:

a. Dios los trajo a Sí mismo: ¿Qué significa esto?

b. Los tomó sobre alas de águilas: ¿Qué significa esto?

c. Dios enfatizó que Suya es "toda la tierra. ¿Por qué?

d. Él usó las siguientes palabras para explicar los fines últimos del Éxodo:

  1. vosotros seréis para mí”: ¿Qué significa esto?
  2. "un reino de sacerdotes": ¿Cuáles son las implicaciones de esta verdad?
  3. "una nación santa": ¿Cuáles son las implicaciones de esta verdad?

(5) ¿Qué debía hacer el pueblo para que pudiera cumplir estos fines últimos? (v. 5)

(6) ¿Qué aprendió usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
¿Quién
es son un pueblo especial?

Y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.” (LBLA) (Éxodo 19:6)

Antes de explicar el privilegio muy especial que había sido otorgado al pueblo de Israel, Jehová inició con las siguientes palabras: "porque mía es toda la tierra". Esto significa que a pesar de que Él estaba eligiendo a Israel como pueblo especial, no era menos cierto que toda la tierra y cada pueblo sobre la tierra, le pertenecían a Él. Todos los pueblos de la tierra son Suyos, no solo los israelitas.

Sin embargo, ellos estaban siendo elegidos para ciertos propósitos muy importantes y especiales:

(1) Un pueblo que pertenece a Dios: Las palabras que Dios usa son “para mí”, lo que significa que ya no existían para sí mismos. Ahora pertenecían a Dios para ser protegidos por Él, moldeados por Él y usados por Él. Eso era un privilegioun privilegio que Dios estaba extendiendo solo a ellos, de entre todos los pueblos de la tierra; pero también era una misiónuna misión especial que solo ellos podían cumplir.

(2) La misión que debían cumplir se describe como el de ser "un reino de sacerdotes": Es cierto que serían una nación poderosa, comparable a cualquier otro reino de la tierra; sin embargo, lo que los haría destacar de todas las demás naciones era que serían un reino de sacerdotes. Es decir, serían un pueblo que se interpone entre Dios y todos los demás pueblos con el propósito de revelarles a Dios y llevarlos al conocimiento de Dios. Ese es el objetivo principal de un sacerdote.

(3) Esta misión única debía cumplirse a través de la forma en que vivirían su misión: Debían ser "una nación santa". Esto se refiere a su relación con Jehová, la cual vivirían en total devoción al Señor, en total obediencia y cumplimiento de Su pacto. La implicación de esto es que a medida que vivan su santidad, su separación como pueblo dedicado a Dios, las otras naciones sabrían que su Dios es el Señor, el Dios Creador.

Nosotros sabemos lo siguiente:

(1) El pueblo inmediatamente respondió "a una" diciendo que harían todo lo que Jehová había mandado.

(2) El pueblo ni siquiera ha estado cerca de lograr cumplir de su parte del pacto.

(3) Como resultado, nosotros que una vez no fuimos un pueblo, los cristianos, somos el pueblo de Dios. Pedro lo expresa así: “Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa ...” (1 Pedro 2:9).

Por lo tanto, la noción de que los creyentes del Nuevo Testamento son un sacerdocio de creyentes no es una idea nueva, sino una idea tan antigua como el Éxodo, y los fines últimos de Dios para nosotros siguen siendo los mismos que Él explicó al pueblo de Israel hace 3.500 años.

Día 6

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Éxodo 19:9–15

(1) ¿Cuál era el plan de Dios para asegurarse de que el pueblo escuchara a Moisés, su líder designado? ¿Piensa usted que funcionaría?

(2) ¿Piensa que si Dios eligiera revelarse a usted de esa manera, definitivamente Lo obedecería? ¿Por qué o por qué no?

(3) ¿Cuáles preparativos debían hacer para que pudieran encontrarse con Dios? ¿Por qué?

(4) ¿Cómo usted se encuentra con Dios de manera corporativa en nuestros días? Por lo tanto, ¿qué preparativos debe hacer antes de acercarse a Su santa presencia?

(5) Antes de tener la reunión en sí, Dios puso límites alrededor de la montaña. ¿Por qué?

(6) ¿Qué pasaría con cualquiera que violara estos límites? ¿Por qué Dios tuvo que imponer penas tan severas a los infractores?

(7) ¿Qué significaba cuando sonaba largamente el cuerno de carnero?

(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
¿El Dios inaccesible?

Y pondrás límites alrededor para el pueblo, y dirás: 'Guardaos de subir al monte o tocar su límite;'...” (LBLA) (Éxodo 19:12)

Un equipo de hermanos y hermanas y yo tuvimos el privilegio de participar en un ministerio que buscaba alcanzar a los musulmanes en cierto país asiático. Fue un viaje misionero a corto plazo cuyo enfoque era el aprendizaje, y antes de nuestro viaje fuimos instruidos sobre la cultura y las creencias del Islam.

Como parte del viaje, a menudo participamos en diálogos de intercambio cultural mientras visitábamos algunas de las mezquitas de la zona. A veces, escuchábamos a un Imam mientras compartía su fe, y a cambio tuvimos la oportunidad de compartir la nuestra.

En una de estas ocasiones, visitamos un centro educativo para jóvenes musulmanes y recibimos una presentación unilateral sobre el Ramadán, impartida por un líder islámico local. Sin embargo, se nos permitió conocer y platicar con los niños pequeños y adolescentes después de desayunar con ellos.

Mientras yo participaba en un encuentro interesante con un joven en que intercambiamos puntos de vista sobre el cristianismo y el Islam, una de las hermanas del equipo tuvo la sabiduría de preguntarle a cierta niña si alguna vez había escuchado que Dios habita en los corazones de las personas. Por supuesto, de acuerdo con las enseñanzas islámicas, esto era impensable, puesto que Dios es tan santo que sería imposible que Él habitara en los corazones humanos.

La niña quedó fascinada con su pregunta, y cuando la hermana le preguntó si le gustaría que Dios habitara en su corazón, ella dijo con entusiasmo: “¡Sí!”.

Nosotros que somos creyentes en Cristo desde hace mucho tiempo a menudo olvidamos lo impensable que es que Dios, el Dios santo y majestuoso, se haya convertido en hombre. Es aún más inconcebible que Él haya muerto, especialmente que lo haya hecho por el pecado humano. Es aún más increíble que Él haya podido y querido vivir en los corazones de seres humanos pecadores.

Pero así de increíble es la obra de salvación realizada por la encarnación, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Cuando Él se convirtió en el Cordero de Dios que murió por los pecados de toda la humanidad como sacrificio expiatorio, se rasgó el velo, el velo del pecado que separaba a los humanos pecadores del Dios Santo. Mediante la sangre de Cristo, los que creemos en Él podemos acercarnos confiadamente ante el trono de Dios, el cual ya no es un trono de juicio, sino un trono de gracia (Hebreos 4:16). Podemos entrar en su santa presencia. De hecho, Su Espíritu ahora habita en los corazones de los creyentes, quienes incluso lo llaman Abba Padre. (Romanos 8:15)

Ésa es la verdad que a los musulmanes les cuesta creer; también es una verdad que incluso podría haber resultado díficil de creer para el pueblo de la época de Moisés.

El hecho de que Jehová más tarde instruiría a Moisés y a los israelitas sobre cómo podrían acercarse a Él a través del sacrificio con la sangre de animales (Levítico 16) en realidad señala la verdad de que uno puede acercarse a Dios, y Dios desea que nosotros nos acerquemos a Él, a pesar de Su santidad y majestad. El Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios del Nuevo Testamento. Él nunca cambia.

Como personas en quienes ahora mora el Espíritu del mismo Dios santo y majestuoso, tendemos a dar por sentada Su presencia. Por lo tanto, la pregunta que debemos hacernos al estudiar pasajes como Éxodo 19 es esta: "¿Cómo, pues, viviremos en la presencia de nuestro Dios santo?".

Día 7

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Éxodo 19:16–25

(1) Debe haber sido un espectáculo asombroso cuando Jehová se les apareció, descendiendo sobre el monte Sinaí. Intente hacer una lista de todas las escenas, temblores y sonidos asombrosos que se produjeron cuando Dios apareció. ¿Cómo usted se habría sentido si estuviera ahí?

(2) ¿El propósito de todas estas escenas, temblores y sonidos asombrosos era ser una táctica para atemorizar al pueblo, o eran simplemente parte de la realidad de que el Dios Santo había descendido?

(3) Puesto que nuestro Señor Jesucristo y el Padre son uno (Jn. 10:30), lea también sobre la gloria que Él reveló en Apocalipsis 1:12-17. ¿Esto le ayuda a entender lo que Jesús tuvo que abandonar al convertirse en hombre?

(4) ¿Por qué al pueblo no se le permitió subir al monte, a pesar de que se habían consagrado?

(5) ¿Por qué se les permitió acercarse a Jehová a aquellos sacerdotes que se habían consagrado (19:22)?

(6) ¿Quién al final llegó a la cima para encontrarse con Dios? ¿Por qué?

(7) Dada la naturaleza santa y majestuosa de Dios, ¿cómo puede Él habitar en los corazones humanos en nuestros días?

(8) ¿Cuáles deberían ser las implicaciones para usted del hecho de que el Espíritu de Dios ahora habita en su corazón? ¿Cómo, pues, vivirá usted? (Romanos 8:9)

(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
Cuando Dios habla

Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.” (RVR1960) (Éxodo 19:18)

Mientras leía sobre la asombrosa aparición del Señor en el Monte Sinaí, el pasaje me recuerdó a una antigua canción evangelística que Cliff Barrows usó en una Cruzada de Billy Graham. La letra ha sido muy significativo para mí a lo largo de los años, durante los cuales he aprendido a escuchar Su voz, y me gustaría compartir la canción con ustedes.

(Consulte la versión bilingüe de esta lección.)