Esta semana, continuaremos nuestro estudio de Éxodo, el segundo libro del Antiguo Testamento.
Estos son los Diez Mandamientos que Moisés recibió del Señor en el Monte Sinaí.
Es bastante obvio que los primeros Cuatro Mandamientos tratan de nuestra relación con Dios, mientras que los últimos Seis tratan de nuestra relación con nuestro prójimo, es decir, con los seres humanos. Aunque los Diez Mandamientos tienen aplicación universal, se dieron principalmente dentro de una relación de pacto después de que Israel se conviertiera en una nación santa que pertenecía al Señor. Esta semana, reflexionaremos de manera detallada sobre ellos, según las siguientes divisiones:
Vv. 1-6: los mandamientos primero y segundo, los cuales tratan sobre la persona a quién adoramos
Vv. 7-11: los mandamientos tercero y cuarto, los cuales tratan sobre cómo adoramos
Vv. 12-17: los mandamientos quinto al décimo, los cuales tratan sobre cómo nos tratamos unos a otros
Sugiero que leamos todos los Diez Mandamientos varias veces cada día antes de reflexionar sobre ellos detenidamente.
Comenzaremos nuestro estudio de los dos primeros mandamientos reflexionando sobre el prefacio (vv. 1-2).
(1) ¿Cuáles son los puntos principales del Prefacio a los Diez Mandamientos?
(2) ¿Por qué es necesario este tipo de prefacio?
El primer mandamiento (v. 3):
(3) Antes de leer la siguiente definición, intente formular su propia definición de lo que significa "Dios".
(4) El diccionario Webster (en inglés) da la siguiente definición de la palabra Dios: "Un ser que se concibe como el autor perfecto, omnipotente y omnisciente del universo, el objeto principal de la fe y adoración de las religiones monoteístas". ¿Cómo se compara la definición que usted formuló con la del diccionario Webster?
(5) En general, ¿por qué las personas adoran a los "dioses"?
(6) ¿Por qué algunas personas no adoran a ningún "dios" en absoluto?
(7) ¿Por qué Dios le prohíbe a su pueblo, los israelitas, adorar a otros dioses que no sean Jehová?
(8) ¿Por qué decidió que esta prohibición fuera el primer mandamiento?
(9) ¿Qué ha aprendido usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre." (RVR1960) (Éxodo 20:2)
Cuando el Señor estuvo a punto de pronunciar los Diez Mandamientos, cuya esencia Jesús captura en los Mandamientos de los cuales “dependen toda la ley y los profetas” (Mateo 22:40), Él los presentó con la siguiente introducción: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”.
En general, los comentaristas consideran que estas palabras iniciales son de suma importancia, con frases como, "indispensable antes de todo lo que sigue", "el eje central y enfoque de todo el Pentateuco (es decir, los Cinco Libros de Moisés)" y "el corazón de todo el Antiguo Testamento”. (Ver Durham, WBC, Exodus, p. 284)
La importancia que tiene este prefacio radica en al menos dos aspectos:
(1) ¿Quién es el que establece estos mandamientos? No es otro que Dios mismo, cuyo nombre es Jehová —el Gran YO SOY. Esto es un recordatorio de que Él es el único Dios Verdadero, cuya existencia (tal como lo señala Su nombre) está por encima de todos los seres creados que se encuentran arriba en los cielos o abajo en la tierra. Él define todo lo que existe, y Su propia existencia no está definida ni tiene como referencia a ningún otro nombre. Por tanto, Él no rinde cuentas a nadie, pero todo y todos rinden cuentas a Él.
(2) Jehová ahora es "tu Dios": Esto significa que ahora hay una relación de pacto entre Jehová e Israel, y es en el contexto de esa relación de pacto que se establecen estos mandamientos. Antes eran esclavos sin estatus (según la traducción de Durham), pero ahora son el pueblo de Jehová, un "especial tesoro,... un reino de sacerdotes y una nación santa" (Éxodo 19:5-6). Este nuevo estatus conlleva el tremendo privilegio de ser amado (atesorado); es un estatus muy especial y distinto del de todas las demás naciones (son un pueblo separado para el Señor), y una misión sagrada (como sacerdotes, son intermediarios entre Jehová y las naciones). Estos mandamientos son imprescindibles para que puedan vivir de manera adecuada a su nuevo estatus y cumplir con su misión.
A pesar de la importancia que tienen estos Diez Mandamientos (no solo revelan plenamente los requisitos de Dios para Su pueblo, sino también Sus propios atributos), el apóstol Pablo explicaría más tarde que, en última instancia, su función fue mostrarles que, por sí mismos, no eran capaces de guardar los mandamientos, así llevándolos al arrepentimiento y a la fe en la obra expiatoria de Dios mediante el derramamiento de sangre en los sacrificios, una obra que finalmente encuentra su plenitud en el sacrificio de Jesucristo en la cruz (Rom. 3:20-24 ).
A la luz de todo esto, me pregunto seriamente por qué insistimos en exhibir los Diez Mandamientos en los tribunales. ¿Acaso no sería más apropiado exhibir el símbolo del perdón, la cruz, puesto que la solución para todos los pecados de los hombres no es la Ley, sino el sacrificio de Cristo?
El segundo mandamiento (vv. 4-6):
(1) ¿Por qué las personas sienten la necesidad de hacer algo visible para adorar, a pesar de que saben que lo que adoran fue hecho con sus propias manos?
(2) ¿La prohibición de hacer ídolos incluye la pintura de ídolos o dioses? ¿Por qué o por qué no?
(3) ¿Por qué tantos cristianos o iglesias exhiben pinturas de la imagen de Cristo?
(4) A la luz de esto, ¿qué hay de malo en hacer imágenes o íconos de santos y orarles?
(5) Algunos argumentan que en realidad no adoran los íconos o imágenes de Cristo o de los santos, sino que los usan para ayudarlos a meditar. ¿Qué piensa usted de este argumento?
(6) ¿Cuál es el propósito de los vv. 5-6? ¿Se incluyen sólo con referencia al segundo mandamiento o también al primer mandamiento? ¿Por qué?
(7) ¿Por qué adorar a cualquier otro dios o reducir al Señor a una imagen o ídolo es el equivalente de “aborrecer” a Jehová?
(8) ¿Qué relación hay entre amar a Dios y guardar sus mandamientos? (ver también Jn. 14:21.)
(9) ¿En qué sentido Dios es celoso?
(10) ¿Qué ha aprendido usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra." (LBLA) (Éxodo 20:4)
Permítame citar los siguientes extractos de los comentarios de Durham y Calvino sobre el segundo mandamiento:
“La pregunta es esta: ¿de quién está prohibido para Israel hacer una imagen — de Yahveh, o de los dioses que son rivales de Yahveh… El primer mandamiento afirma definitivamente que ningún individuo que quiera entrar en el pacto con Yahveh puede tener otros dioses. Uno usaría imágenes de dioses extranjeros solo si estuviera desobedeciendo este primer mandamiento ... el adorador que se ha comprometido a adorar solo a Yahveh no debe transigir en esa adoración haciéndola fácil, es decir, adoptando para su propio uso imágenes esculpidas con el fin de proporcionar una centro concreto para la adoración, según la práctica que era común entre todos los países vecinos de Israel ... Incluso podríamos hacer la siguiente paráfrasis de este mandamiento: 'Ninguno de ustedes debe tener una imagen esculpida para la adoración de Yahweh'."
(Durham, WBC, Éxodo, p. 285/6)“Ahora debemos señalar que este Mandamiento tiene dos partes—la primera prohíbe la erección de una imagen esculpida o cualquier clase de representación; el segundo prohíbe la transferencia de la adoración que Dios reclama para sí mismo, a cualquiera de estos fantasmas o espectáculos engañosos. Por tanto, el acto de diseñar cualquier imagen de Dios es en sí mismo impío, puesto que mediante esta corrupción Su Majestad es adulterado, y se imagina que Él es diferente de lo que es en realidad. No hay necesidad de refutar la necia fantasía de algunos de que cualquier clase de escultura y cuadro es aquí condenado por Moisés, puesto que el único objetivo del mandamiento es salvaguardar la gloria de Dios de todas las imaginaciones que la tienden a corromper. Y ciertamente es un acto indecente y sumamente grosera convertir a Dios en un pedazo de madera o en una piedra. Algunos exponen las palabras ... de tal manera que afirman que Dios lo permite, siempre y cuando la imagen no sea adorada; sin embargo las exposiciones ... fácilmente refutarán su error ... Y ya hemos dicho que todos los ritos que no concuerden con el culto espiritual de Dios, están aquí prohibidos: esto es suficiente, y más que suficiente, para disipar todas aquellas nebulosas nociones …”
(Comentarios de Calvino, Vol. II, 108-110)
Los mandamientos tercero y cuarto tratan de nuestra relación con Dios.
El tercer mandamiento (v. 7):
(1) En general, ¿qué significa la expresión mal uso?
(2) ¿Qué tiene de importante un "nombre", especialmente el nombre de Dios?
(3) ¿Cómo podemos hacer mal uso del nombre de Dios?
(4) ¿Qué podría llevarnos a hacerlo?
(5) Lea Mateo 5:33-37. ¿De qué manera el ejemplo de Jesús es una ilustración del mal uso del nombre de Dios?
(6) ¿Hay alguna otra forma en que las personas (incluido usted) puedan "hacer uso" de Dios o de Su nombre?
(7) Si nuestra relación con Dios no debe ser caracterizado por “usarlo”, ¿qué debería caracterizar nuestra relación con Él?
(8) ¿Qué advertencia se adjunta a este mandamiento? ¿Por qué?
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano." (RVR1960) (Éxodo 20:7)
La traducción del tercer mandamiento que se debe preferir es la más rígida, usada por la versión King James en inglés (o en español por las versiones RVR1960 y LBLA). Sin embargo, la palabra "tomar" también puede significar "usar, levantar, alzar, llevar o incluso llevar puesto (como ropa)". Por lo tanto, la cuestión fundamental de este pasaje no es solo el propósito con el cual debemos mencionar el nombre del Señor, sino la manera como debemos relacionarnos con nuestro Dios. Como dice Agustín en su opinión que aquello que las Escrituras llaman el “nombre de Dios” en realidad es “el sello del carácter personal de Dios” (Agustín, La oración 24.2-3).
En mi opinión, la esencia de este Mandamiento es evitar que convirtamos esta relación de pacto con el Señor en una de utilidad.
A la luz de la advertencia de Jesús en Mateo 5:33-37 en contra de jurar en el nombre de Dios y Su advertencia de que decir más que un simple sí o no es del diablo, parece que los israelitas, con su piedad externa, habían hecho uso del nombre del Señor para ganar la confianza de sus vecinos con el fin de ocultar lo que probablemente eran mentiras. Ese comportamiento fue algo que habían adoptado imitando a sus vecinos paganos. En su esencia, el culto pagano es uno de utilidad. Aquellos de un origen chino tradicional lo entenderían muy bien.
Todavía recuerdo de mi infancia en Hong Kong que había un templo con el nombre "Big Fairy Wong". De seguro era el templo más popular en ese momento, puesto que su nombre había estado relacionado con el modismo, "¿Soy yo Big Fairy Wong?", una expresión que significa "¿soy tan poderoso como para concederte tu deseo?" Se puede presumir que la razón por la cual el templo era popular era porque su dios siempre concedía los deseos de los adoradores.
Pero mediante el tercer mandamiento, Jehová deja en claro que Su relación con el pueblo del pacto no puede ser convertida en una de utilidad, sino que se basa en el amor, algo que el mandamiento anterior ya había destacado.
Mediante estos Diez Mandamientos, Jehová se ha distinguido de todos los demás dioses e ídolos del mundo pagano, en el sentido de que Él busca una relación amorosa con las personas que creó. En esa época, esta era una noción alucinante, ¡y todavía lo es hoy!
El cuarto mandamiento (v. 8-11):
(1) En lugar de que Lo "usemos", ¿que deseo tiene Dios para nuestra relación con Él?
(2) ¿Qué quiere decir la palabra "acordarse"?
(3) ¿Qué quiere decir la palabra “santificarlo”?
(4) Por lo tanto, ¿qué significa "Acuérdate del día de reposo para santificarlo"?
(5) ¿Sobre qué base se fundamenta este mandamiento?
(6) ¿Qué tiene que ver el acto de la creación de Dios con este mandamiento?
a. ¿Acaso Dios interrumpió Su obra de creación porque necesitaba descansar?
b. ¿Por qué, entonces, se detuvo el séptimo día?
c. ¿Qué significa para nosotros el hecho de que también nosotros debemos dejar de trabajar?
d. ¿De qué tipos de trabajo debemos cesar?
e. Por lo tanto, ¿cómo debemos usar este día en el que cesamos nuestro trabajo?
(7) Después de la resurrección de nuestro Señor, los apóstoles observaron el descanso del sábado en el día del Señor (es decir, el domingo). A la luz de esto, ¿cómo debería usted "acordarse de" su sábado semanal con el fin de cumplir la esencia de este mandamiento?
(8) ¿Cómo y por qué el sábado distingue a los israelitas de las demás naciones?
(9) ¿Cómo y por qué nos distingue el Día del Señor del mundo?
(10) Si usted tiene tiempo, lea también Éxodo 31:12-17, un pasaje en el que el Señor reitera este Mandamiento, e identifique cuáles otros énfasis Dios añade.
(11) ¿Qué ha aprendido usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo.” (LBLA) (Éxodo 20:8)
Quisiera compartir con ustedes las siguientes reflexiones sobre el cuarto mandamiento (según la numeración de los primeros padres, este mandamiento es el tercero) de un padre de la iglesia que vivió en los siglos V/VI cuyo nombre era Cesáreo de Aries:
“El tercer precepto es este: 'Acuérdate del día de reposo para santificarlo'. En este tercer mandamiento se sugiere una cierta noción de libertad, un reposo del corazón o tranquilidad de la mente en la cual obra una buena conciencia. De hecho, la santificación está ahí porque el Espíritu de Dios habita allí. Ahora considere la libertad o el reposo; nuestro Señor dice: 'miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra' (RVR1960) (Isaías 66:2). Por tanto, las almas inquietas son las que se apartan del Espíritu Santo. Amantes de contiendas, autores de calumnias, devotos de las disputas más que del amor, debido a su inquietud no admiten para sí mismos el reposo de un sábado espiritual. Los hombres no observan un sábado espiritual a menos que su dedicación a las ocupaciones terrenales sea lo suficiente moderado como para que aun se puedan dedicar a la lectura y la oración, si no siempre, al menos con frecuencia. En palabras de aquel apóstol, 'Ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza;' (1 Ti. 4:13); y nuevamente, 'Orad sin cesar' (1 Tes. 5:17). Hombres de esta clase honran el sábado de manera espiritual."
(ACMS, OT. III, 105)
Cabe añadir que el fundamento de este mandamiento de descansar es el hecho de que el Señor descansó después de Sus seis días de creación; esto no significa que haya necesitado descansar, sino que ya se había completado Su obra de creación. Por lo tanto, independientemente de si pensamos que hemos terminado lo que necesitábamos (o en algunos casos, queremos) completar durante nuestra semana laboral, debemos aprender a descansar en la obra completa del Señor y observar nuestro sábado de todos modos.
El quinto mandamiento (v.12):
(1) Al abordar el tema de cómo debemos tratar a los demás, ¿por qué Dios menciona primero cómo tratamos a nuestros padres? ¿Puede usted pensar en al menos tres razones?
(2) ¿Cuál es el significado general de la palabra "honrar"?
(3) Por lo tanto, ¿qué significa honrar a nuestros padres?
(4) ¿Qué debemos hacer si pensamos que no son dignos de honra?
(5) ¿Puede usted pensar en algún ejemplo en la Biblia de un padre o de una madre que podríamos considerar indignos de respeto? ¿Que diremos de Isaac y Rebeca? ¿Cómo sus hijos los trataban? (ver Génesis 31:35; 35:27-29)
(6) ¿Cómo usted reconcilia este mandamiento con la enseñanza de Génesis 2:24?
(7) ¿Qué piensa el Señor Jesús sobre este mandamiento? (ver Marcos 7:9-13)
(8) ¿Por qué este mandamiento conlleva una bendición especial?
(9) ¿Qué piensa el apóstol Pablo sobre esta bendición? (Efesios 6:1-3)
(10) ¿Qué es lo que usted aprendió hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da." (RVR1960) (Éxodo 20:12)
En efecto, así como el primer mandamiento es la base de los siguientes tres mandamientos, los cuales gobiernan la manera en que debían vivir la relación de pacto con el Señor que los había elegido, el quinto mandamiento también sirve como base de los siguientes cinco mandamientos, los cuales tratan de cómo vivir las relaciones dentro de la comunidad del pacto y más allá.
Tal vez algunos comentaristas exageran al decir que la razón por la cual el Señor estableció la relación con los padres como la relación fundamental para todas las demás relaciones humanas es porque los padres son representantes del Señor en la tierra. Sin embargo, lo que es cierto es que el Dador de vida ha elegido a nuestros padres para ser la fuente humana que nos da la vida. Como tal, son ellos a quienes debemos nuestra existencia. Si ni siquiera honramos y respetamos la fuente humana de nuestra vida, ¿cómo podremos honrar y respetar a algún otro ser humano en la tierra? La maldición de la era moderna es que debido al colapso de la familia tradicional y el avance de la ingeniería genética, cada vez más personas se están disociando de sus padres biológicos al formar una unidad familiar básica. No es de extrañar que el mundo esté avanzando por el camino de la destrucción predicho por el apóstol Pablo:
“Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios; teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder; ..." (LBLA) (2 Timoteo 3:1-5)
Sé que esto es una señal de nuestra época, los últimos días, pero es exactamente por esta razón que nosotros, los cristianos, debemos comportarnos de manera tan diferente de la del mundo, comenzando con la verdad fundamental de amar, honrar y respetar a nuestros padres. Algunos podrían preguntar si debemos extender esta actitud a aquellos padres a quienes consideramos indignos de nuestro honor. Creo que las palabras de nuestro Señor en Mateo 5:46 ya nos han dado la respuesta a esta objeción.
El sexto mandamiento (v.13)
(1) ¿Cuán importante es este mandamiento?
(2) ¿Qué quiere decir la palabra "matar"?
(3) ¿Qué diremos de los homicidios involuntarios? (ver Deuteronomio 19:3, 4, 6 y Josué 20:3)
(4) ¿Qué diremos de las ejecuciones legales de asesinos convictos (Números 35:30)?
(5) Siendo este el caso, ¿por qué Dios también quita la vida?
(6) Según Jesús, ¿cuál es la esencia de este mandamiento? (Mateo 5:21-26)
El séptimo mandamiento (v.14)
(7) ¿Cómo definiría usted el adulterio?
(8) El diccionario Webster lo define como "una relación sexual voluntaria entre una persona casada y otra persona que no sea su marido o mujer legítimos". ¿Cuán malo y destructivo es el pecado del adulterio?
(9) ¿Qué piensa el mundo actual sobre el adulterio?
(10) ¿Cómo interpreta Jesús este mandamiento? (ver Mateo 5:27-32)
(11) ¿Qué perspectiva contribuye el apóstol Pablo respecto a este mandamiento? (1 Co.6:18-20)
(12) ¿Cuál es la mejor manera de evitar cometer este pecado? (Salmos 119:9 y 2 Timoteo 2:22)
(13) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"No matarás." (LBLA) (Éxodo 20:13)
Quizás le interese saber que el Antiguo Testamento usa términos distintos para señalar diferentes tipos de asesinato, y algunos eruditos opinan que el significado de la palabra usada en el sexto mandamiento se limita estrictamente al asesinato. Sin embargo, Durham muestra que esta palabra también se usa para referirse al homicidio involuntario (es decir, un asesinato no premeditado, en Deuteronomio 19:3, 4, 6 y Jos. 20:3) y a la ejecución legal de un asesino convicto (como en Núm. 35:30). Por lo tanto, no es muy útil entender este mandamiento solo con base en un estudio de palabras.
Sin embargo, puesto que existen disposiciones separadas que gobiernan el homicidio y la ejecución legal de los asesinos convictos, este Mandamiento parece abordar una comprensión del asesinato en general que excluiría el acto de matar en el campo de batalla, ya que el Señor es quien ordenó que los israelitas debían matar a ciertos enemigos, como los amalecitas (de hecho, en varias ocasiones incluso ordenó su exterminio, como en 1 Sam. 15:3). Dios no se contradice a Sí mismo.
Sin embargo, esto no
significa que Dios no considere la vida como algo sagrado. Por el contrario,
este mandamiento revela plenamente que la vida es tan sagrada que
aquellos que quitan la vida de otra persona a propósito deben rendir
cuentas de sus acciones, y el propósito de la pena de muerte es señalar la gravedad de tal crimen (Núm.
35:16).
Sin embargo, a pesar de lo atroz que es el crimen de asesinato, no es imperdonable, y con esto me refiero al perdón en términos de una reconciliación con Dios, no necesariamente a la preservación de la vida física. El criminal en la cruz que fue recibido en el paraíso la misma noche de su muerte es un buen ejemplo de esto. El hecho de que este criminal fuera condenado a la muerte en la cruz significa que habría asesinado a (tal vez muchas) personas a lo largo de su vida. Sin embargo, cuando se arrepintió de sus pecados justo antes de su muerte, fue perdonado, a pesar de que aún tuvo que enfrentar la pena de muerte que merecía según las leyes romanas.
No deseo involucrarme en el debate sobre la vigencia de la pena de muerte en la sociedad actual; simplemente quiero señalar que la intención original de este Mandamiento es clara: además de imponer una pena acorde con la gravedad del delito que se cometió, también sirve como una forma de disuasión, y tal vez incluso como una manera de despertar el alma endurecida de un criminal. A este respecto, me viene a la mente Ted Bundy (por supuesto, esto presupone que su arrepentimiento después de ser sentenciado a la muerte haya sido genuino, algo que solo el Señor sabe).
Los mandiamientos octavo y décimo (v.15 y 17)
(1) ¿Cómo usted definiría la palabra hurtar?
(2) ¿Cuál es la causa subyacente del pecado de hurtar?
(3) ¿La pobreza es una excusa válida para robar?
(4) ¿De qué manera el décimo mandamiento está relacionado con el octavo?
(5) ¿Piensa usted que el décimo mandamiento está relacionado con el contentamiento? (ver 1 Timoteo 6:6-8)
(6) ¿Cómo usted definiría el contentamiento?
(7) ¿La oración de Proverbio 30:7-9 es una oración eficaz para que guardemos el décimo mandamiento? ¿Por qué o por qué no?
(8) ¿Puede usted pensar en otras cosas que podrían ayudarnos a guardar este mandamiento?
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
La próxima semana reflexionaremos sobre el noveno mandamiento y el comentario de Jesús sobre el mayor mandamiento.
“No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.” (LBLA) (Éxodo 20:17)
De los últimos seis mandamientos, los cuales tratan sobre cómo los israelitas debían tratar a sus vecinos dentro de la comunidad del pacto, el último deja en claro que todo comienza con el corazón.
Si bien uno podría argumentar que honrar al padre y a la madre también es una cuestión del corazón, se trata de algo que se puede medir fácilmente al observar como uno cuida a sus padres en su vejez. En cuanto a los pecados de homicidio, adulterio y hurtos, estos delitos deben ser demostrados con base en la evidencia de las acciones del ofensor. Pero el último mandamiento en verdad es una cuestión del corazón. Según una interpretación literal, aunque el deseo o codicia de uno difícilmente podría ser juzgado por la comunidad del pacto, será juzgado por el Señor.
Lo que realmente nos muestra este último mandamiento es que todos los demás mandamientos deben regirse por la misma norma. Para Dios, lo que cuenta siempre es el motivo. Por lo tanto, cuando Jesús señala que la ira o el odio es la raíz del pecado del asesinato, y que entregarse a pensamientos adúlteros ya es una violación del séptimo mandamiento, realmente no está diciendo nada nuevo.
No es de extrañar que al citar directamente de los Mandamientos en Mateo 5, Jesús usa la fórmula "Habéis oído" (5:21, 27, 33, etc.) para señalar que los oyentes habían estado escuchando los Mandamientos desde el principio, pero nunca los habían entendido (13:13-14).
Todavía escucho a cristianos que se enorgullecen de usar los Diez Mandamientos como sus reglas de oro para la vida, pero lo que espero que ellos entiendan es que estos mandamientos, incluso para los cristianos, continúan funcionando como un espejo que les muestra su incapacidad para guardarlos, con el fin de conducirlos nuevamente al arrepentimiento de modo que encuentren perdón en Cristo (1 Jn. 1:8-9).