Esta semana continuaremos nuestro estudio del libro de Números en el Antiguo Testamento.
Es obvio que la expresión “aquella noche” se refiere a la noche después de la entrega de los informes de los espías.
14:1-4—La rebelión
(1) En los dos primeros versículos, la Biblia dice quiénes fueron los murmuradores.
a. ¿Donde estaban?
b. ¿Por qué se enfatiza quiénes fueron los murmuradores?
(2) Reflexionemos sobre el contenido de su queja en los vv. 2-4.
a. ¿Quién les había dicho que iban a morir en el desierto?
b. ¿A quién le estaban echando la culpa de manera obvia: a Moisés o a Dios?
c. Parece que estaban especialmente preocupados por sus esposas e hijos: ¿Qué papel tuvo su familia (ya sea directa o indirectamente) en su rebelión?
d. ¿Qué decidieron hacer? ¿Por qué?
e. ¿Ellos sabían que se estaban rebelando contra Dios?
f. En su opinión, ¿la rebelión del pueblo tuvo algún sentido?
14:5-10—La súplica de los piadosos
(3) ¿Qué hicieron los dos líderes? ¿Qué mensaje buscaban transmitir mediante sus acciones?
(4) ¿Por qué no dirigieron su súplica al pueblo?
(5) ¿Qué hicieron los dos espías piadosos?
(6) ¿Cuál fue el enfoque de su súplica?
(7) ¿Piensa usted que su súplica tuvo algún impacto en el pueblo? ¿Por qué o por qué no?
14:11-12—La intervención directa de Dios
(8) Puesto que Dios es Omnisciente, ¿por qué preguntó “¿hasta cuándo?”? ¿Que realmente significa esto?
(9) ¿Cuál fue el veredicto de Dios?
(10) ¿Qué juicio pronunció Dios?
(11) ¿Piensa usted que Dios realmente pretendía bendecir a Moisés en lugar de bendecir al pueblo?
(12) Al reflexionar sobre las siguientes preguntas, imagine que usted fuera Moisés:
a. ¿Cómo usted se habría sentido ante la perspectiva de seguir guiando a esas personas?
b. ¿Cómo habría respondido ante la sugerencia de Dios de usarlo a usted para heredar el pacto de Abraham (a fin de cuentas, Moisés era descendiente de Abraham)?
14:13-20—La gran intercesión de Moisés
(13) Parte 1 (vv. 13-16): Estaba en juego la reputación de Dios
a. ¿Qué había aportado el evento del Éxodo al conocimiento de Dios por parte de los egipcios y los pueblos de la región? (En otras palabras, ¿qué sabían sobre el Dios de Israel?)
b. ¿Cuán único es este Dios de Israel?
(14) Parte 2 (vv. 17-19): Moisés le pidió a Dios que mostrara Su poder.
a. Según su petición, ¿cómo deseaba Moisés que Dios mostrara su poder: castigando a los culpables o perdonándolos?
b. Por lo tanto, ¿cómo demostró Dios Su poder sin hacerlo mediante el castigo?
(15) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo." (RVR1960) (Números 14:17)
Esta no fue la primera vez que el pueblo intentó una rebelión general contra Jehová. Cuando hicieron el becerro de oro en el monte Sinaí, el pueblo enfureció tanto a Jehová que Él quiso destruirlos y convertir a Moisés en una gran nación (Éxodo 32:10).
Ahora, ante el informe desalentador de los diez espías, la Biblia enfatiza que no fue solo un grupo reducido de israelitas el que decidió rebelarse contra Dios, sino que los que se opusieron a Dios fueron "toda la congregación", "todos los hijos de Israel" y "toda la multitud" (14:1-2).
Una vez más, la ira de Dios ardió contra ellos; Él quería destruirlos a todos y hacer de Moisés “una nación más grande y poderosa que ellos” (14:12).
Moisés sin duda era una persona muy humilde. Por mucho que detestara la perspectiva de guiar a estas personas rebeldes por el resto de su vida, él había aprendido a amarlos como si fueran su propio rebaño, y lo que le importaba sobre todo era la reputación de Dios en el mundo. Cuando él, como lo había hecho anteriormente, le recordó a Dios su reputación entre las naciones, también instó a Dios a recordar quién es Él: “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos" (RVR1960) (14:18).
Ahora bien, ante tal recordatorio, Moisés hizo la siguiente petición: "Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste" (14:17). Si embargo, ¿cómo demostraría Dios su poder? Normalmente cuando pensamos sobre el poder de Dios, pensamos en la naturaleza o en el castigo; sin embargo, Moisés instó al Señor a mostrar Su poder "según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí" (14:19).
En efecto, es fácil para Dios manifestar Su poder sobre la naturaleza, o mediante la completa destrucción de quienes se le oponen; después de todo, Él es Omnipotente; ¡no hay nada demasiado difícil para Él! Sin embargo, Moisés comprende que la suprema grandeza de Dios no radica en la demostración de Su poder, sino en la demostración de Su amor en el perdón. Keil y Delitzsch tienen razón al parafrasear así la petición de Moisés a Dios: “muéstra Tu gran poder en el perdón” (K&D, 713).
14:20-25—El perdón de Dios
(1) Dios dijo: "Los he perdonado"; sin embargo, también los castigaría.
a. Cual fue el castigo?
b. A la luz de esto, ¿a qué se refiere este "perdón"?
(2) ¿Dios elogió el hecho de que Caleb tuviera "en él un espíritu distinto"? ¿Cuán diferente era su espíritu del de los otros espías?
14:26-38—El castigo de Dios: Sería según sus quejas
(3) Habían dicho, "¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto!".
a. Por lo tanto, ¿cuál fue el castigo?
b. ¿Usted percibió gracia en medio de este castigo?
(4) Habían dicho, "Nuestras mujeres y nuestros hijos vendrán a ser presa".
a. Por lo tanto, ¿cuál fue el castigo?
b. ¿Usted percibió gracia en medio de este castigo?
(5) ¿Por qué Dios estableció que el tiempo en que andarían errantes por el desierto sería según el tiempo que había durado la exploración?
(6) Jehová pronunció Su juicio con el fin de que el pueblo supiera “lo que es tenerme por enemigo” (v. 34). ¿Qué clase de advertencia es esto para usted?
(7) ¿Cuál fue el castigo para los diez espías que dieron un mal informe? ¿Qué lección podemos aprender de ellos?
14:39-45—El "arrepentimiento" del pueblo
(8) ¿De qué manera el pueblo decidió expresar su cambio de mentalidad?
(9) ¿Ese cambio de "mentalidad" reflejaba un cambio de "corazón"? ¿Por qué o por qué no?
(10) ¿Cómo definiría usted el “verdadero arrepentimiento”?
(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Entonces Jehová dijo: 'Yo lo he perdonado conforme a tu dicho'.” (RVR1960) (Núm. 14:20)
A la luz de la maldad de toda la comunidad que (en palabras del Señor) se había "juntado contra mí”
(Núm. 14:35), es bastante sorprendente que Jehová los haya perdonado en respuesta a la
intercesión de Moisés (14:20). Sin embargo, Sus
palabras de perdón fueron seguidas inmediatamente por las palabras "pero ciertamente", lo que significa que aún enfrentarían el castigo de Dios, el cual incluía lo siguiente:
- Aquellos que “desobedecieron y probaron” a Dios, es decir, aquellos de “veinte años arriba” no podrían entrar a la Tierra Prometida; por el contrario, todos morirían en el desierto, así como habían dicho que deseaban (14:2).
- Sus hijos sufrirían con ellos también, andando errantes por el desierto durante cuarenta años antes de entrar en la Tierra Prometida.
Uno podría preguntarse qué tipo de perdón era esta que todavía acarreaba algún tipo de castigo. Pero este es precisamente un gran ejemplo de lo que significa el perdón de Dios. El perdón de Dios significa que Él borra nuestro pecado para que Su presencia y Su comunión con nosotros sean restauradas. Eso fue lo que hizo con los israelitas. Dios permanecería con ellos, como lo demuestra la presencia continua de la columna de nube de día y la columna de fuego de noche; Él continuaría revelando Su presencia y Su palabra, hablándole a Moisés en la Tienda de Reunión.
Sin embargo, esto no significa que se podrá evitar las consecuencias de nuestras acciones pecaminosas. Si bien Dios perdonó a David por su terrible pecado de adulterio y asesinato, él sufrió las consecuencias de la muerte de su hijo que nació de su adulterio y de una vida familiar destrozada. En el caso de estos israelitas, los castigos que Dios les impuso fueron según sus quejas.
En otro artículo compartí que la esposa de cierto profesor de seminario alentaba a los estudiantes a quejarse o desahogar su ira ante Dios, diciendo que está bien hacerlo. Este evento específico en la historia de los israelitas nos muestra que nunca está bien desahogar nuestro enojo o queja ante Dios de manera tan rebelde. Si bien Dios finalmente nos perdonará si nos arrepentimos, las consecuencias de nuestras acciones (y nuestras palabras de queja o enojo) pueden traer resultados que no podemos darnos el lujo de enfrentar. No mucho después del discurso de la esposa de este profesor, los periódicos locales publicaron el titular sobre una pelea que ella tuvo con su esposo, ¡que terminó cuando ambos (o uno de ellos) tuvieron que ser llevados al hospital!
Aunque este es un capítulo bastante extenso, en su mayoría trata de regulaciones complementarias que regían las ofrendas ceremoniales ya expuestas en Levítico (los primeros 31 versículos). Sin embargo, vale la pena reflexionar sobre la razón por la cual fueron mencionadas justo después del terrible juicio pronunciado por Dios, el cual incluyó la muerte de los diez espías:
15:1-12—Ofrendas de cereales y bebidas
15:17-21—Ofrenda alzada
(1) Según el verso 2, ¿cuándo se aplicarían las estipulaciones relativas a las ofrendas de cereales y bebidas?
(2) ¿Cuál podría ser el mensaje para esta congregación que probablemente se sentía llena de culpa y derrotada?
(3) Reglamentos adicionales sobre holocaustos u ofrendas voluntarias, etc., ya expuestas en Levítico 2 y ss.:
a. Lo que debía acompañar la ofrenda de un cordero
- una ofrenda de 1/10 flor de harina mezclada con 1/4 hin de aceite,
- una libación de 1/4 hin de vino
b. Lo que debía acompañar la oferta de un carnero
- una ofrenda de 2/10 de flor de harina mezclada con 1/3 hin de aceite
- una libación de 1/3 hin de vino
c. Lo que debía acompañar la oferta de un novillo
- una ofrenda de grano de 3/10 de efa de harina fina mezclada con 1/2 hin de aceite
- una libación de 1/2 hin de vino
¿Cuál podría ser la razón de la cantidad “por incrementos” que se exigía para cada tipo de animal que se sacrificaba?
En cada uno de estos ejemplos, se dice que las ofrendas de cereales y libaciones se ofrecían como un “olor grato a Jehová”. ¿Cuál fue el la importancia simbólica de este énfasis en un momento como el que vivía el pueblo?
(4) Se mencionó brevemente a la ofrenda alzada en Éxodo 22:29 y 23:19. ¿Cuándo entraría en vigor esta regla adicional?
(5) ¿Cuál pudo haber sido el mensaje para esta congregación que probablemente se sentía llena de culpa y derrotada?
15:13-16—La universalidad de los reglamentos: Para comprender la necesidad de que estos reglamentos fueran universales, quizás debamos hacer las siguientes preguntas:
(6) Sin una regla universal, ¿con qué motivos quizás habrían permitido que los extranjeros no observaran las mismas leyes y reglamentos?
(7) A largo plazo, ¿cuál podría haber sido el impacto en los propios israelitas si hubieran permitido esto?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Por cada carnero harás ofrenda de dos décimas de flor de harina, amasada con la tercera parte de un hin de aceite; y de vino para la libación ofrecerás la tercera parte de un hin, en olor grato a Jehová." (RVR1960) (Números 15:6-7)
Acabamos de leer sobre el terrible pecado cometido por toda la congregación de los israelitas ante el informe negativo dado por los diez espías. Tan graves habían sido sus quejas amargas que el Señor las vio como actos de desprecio e incredulidad (14:11). El resultado fue muy trágico: además de que los diez espías fueron muertos por una plaga (14:37), toda la población de 20 años arriba moriría uno por uno en el desierto sin ver ni entrar en la Tierra Prometida. Incluso los niños fueron maldecidos, puesto que ellos también serían "pastores" (es decir, andarían errantes) durante 40 años antes de que pudieran entrar en la Tierra Prometida.
A pesar de lo perverso que era el pueblo, ante el juicio instantáneo e inconfundible de los diez espías, no les quedó más opción que creer el resto del juicio pronunciado por el Señor a través de Moisés. El juicio severo, junto con las duras palabras de reproche, indudablemente los llevaría no solo a un profundo sentido de culpa, sino también a la duda de si Dios realmente los había perdonado tal como había dicho (14:20).
Es obvio que Dios no solo los había perdonado, sino que también quería hacerlos saber que en verdad habían sido perdonados. Por lo tanto, inmediatamente después de este trágico evento, Jehová les dio reglamentos adicionales con respecto a los holocaustos y las ofrendas voluntarias que en su esencia ya habían sido expuestas en Levítico 4:13 y ss. ¿Por qué Dios haría una repetición tan innecesaria y en ese momento?
Dios de hecho es un Dios de compasión, un Dios que es “tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión” (14:18). Él deseaba que Su pueblo entendiera que, aunque el castigo era severo y no había duda de que lo merecían, Su amor por ellos no había cambiado, ni tampoco Su promesa. Por lo tanto, al dar estas reglas adicionales, Dios enfatizó que entrarían en vigor "cuando hayáis entrado en la tierra de vuestra habitación que yo os doy" y "cuando hayáis entrado en la tierra a la cual yo os llevo, cuando comencéis a comer del pan de la tierra" (15:2, 18-19).
Es más, los reglamentos complementarios también mencionan que la ofrenda de cereales y libaciones es un “olor grato a Jehová” (15:3, 7, 10).
El mensaje es claro: “ustedes no solo entrarán en la tierra que les he prometido, harán de ella su hogar y tendrán comida para comer; estoy complacido con ustedes. Su adoración será un aroma agradable para mí". Así de bueno es nuestro Dios, no solo con los israelitas, sino con todos nosotros, ¡a pesar de que somos niños descarriados! Una vez que nos arrepintamos de nuestros pecados, nuestra comunión con el Señor será restaurada, y así nuestras ofrendas a Él serán un aroma agradable para Su deleite.
15:22-31—Los pecados no intencionales versus los pecados intencionales: Levítico 4:13 y ss. ya había tratado minuciosamente las regulaciones que regían los pecados no intencionales, tanto de la comunidad como del individuo; sin embargo el énfasis aquí parece ser que "una sola ley habrá, una sola ordenanza, para vosotros y para el extranjero que reside con vosotros":
(1) ¿Cuál es la diferencia entre un pecado intencional y un pecado no intencional?
(2) ¿Cuál es el reglamento respecto a este último tipo de pecado?
(3) ¿Por qué es tan severo?
15:32-36—Un ejemplo concreto de un pecado intencional:
(4) ¿Cuál pudo haber sido el propósito de incluir este relato inmediatamente después del v. 31?
(5) Es obvio que esta fue la primera vez que ocurrió tal pecado. Sin embargo, puesto que Moisés ya tenía reglamentos tan claros (por ejemplo, Éxodo 31:14), ¿por qué decidió que era necesario consultar a Jehová?
(6) ¿Cuál podría ser el ejemplo que nos dio Moisés aquí?
15:37-41—Las franjas en la ropa
(7) Esta estipulación sigue inmediatamente al incidente anterior: ¿De qué manera las dos secciones están relacionadas?
(8) ¿Por qué las franjas debían ser de color azul? (ver la sección sobre las vestimentas del sacerdote en Éxodo 28)
(9) ¿Dónde debían colocarse? ¿Por qué?
(10) ¿Cuál fue el propósito de esta estipulación? (vv. 39-41)
(11) ¿Piensa usted que funcionó? ¿Por qué o por qué no?
(12) ¿Por qué habrá hecho Dios semejante regla (como sabemos, más tarde se convirtió en una fuente de orgullo farisaico)?
(13) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Como vosotros, así será el extranjero delante de Jehová." (RVR1960) (Números 15:15)
A la luz de lo que leemos en el Nuevo Testamento, comprendemos que los judíos realmente no consideraban a los gentiles como iguales ante Dios. Incluso después de la muerte y resurrección de nuestro Señor, Pedro continuaba aferrándose a sus tradiciones al intentar no relacionarse con los gentiles (Hechos 10). En esencia, si no hubieran visto la venida del Espíritu Santo sobre los creyentes gentiles, habrían dudado de si los creyentes gentiles realmente fueran salvos al igual que ellos (Hechos 11:15-17).
Si así pensaban los judíos en la época del Nuevo Testamento, imagínese la actitud que tenían los judíos del Antiguo Testamento hacia los "extranjeros" que había en medio de ellos, incluso aquellos que deseaban adorar a su Dios, Yahveh. Creo que Dios previó ese malentendido (o tal vez discriminación) por parte de Su pueblo. Por lo tanto, en el capítulo 15 del libro de Números, Él enfatizó nuevamente el carácter universal de todos Sus reglamentos al decir que "una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero que con vosotros mora" (15:16). A primera vista, parece que estas palabras buscaban asegurar que los israelitas no violaran Sus leyes y reglamentos de ninguna manera, pero en realidad se trataba de una declaración que hacía época: “Como vosotros [los israelitas] sois, así será el extranjero delante de Jehová” (15:15). Por lo tanto, ellos debían presentar una ofrenda de alimentos como un aroma agradable al Señor, y cualquier extranjero que viviera entre ellos también lo podría hacer (15:14); debían hacer expiación por su pecado involuntario y serían perdonados, al igual que cualquier extranjero que residía entre ellos (15:29).
De hecho, el Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios del Nuevo Testamento. En aquella época el perdón era ofrecido a todos, y ahora, por supuesto, el perdón es ofrecido a todos mediante la fe en Jesucristo.
(1) Aquí hubo dos grupos distintos que se unieron para oponerse a Moisés y Aarón: ¿Cuáles fueron estos dos grupos, y quiénes fueron sus integrantes? (16:1-2)
(2) ¿Piensa usted que probablemente entre estos 250 líderes estuvieron los 70 que habían tenido la experiencia única de ser ungidos por el Espíritu de Dios y profetizar? (11:25)
(3) Con base en las palabras de estas personas (16:3), conteste las siguientes preguntas:
a. ¿A qué se oponían?
b. ¿Con qué bases o justificación se estaban oponiendo?
(4) Según las palabras de Moisés, ¿qué estaban pidiendo estos levitas? (16:4-5)
(5) ¿Cuán equivocados estaban (es decir, ¿realmente habían ido demasiado lejos?)?
(6) ¿Qué les pidió Moisés que hicieran? ¿Con qué propósito? (16:6-7)
(7) Moisés posiblemente estaba intentando disuadirlos por última vez antes de que llegara la mañana (16:8-11):
a. ¿Qué dijo Moisés para recordarles los privilegios especiales que les había dado el Señor?
b. ¿Por qué, entonces, no fue suficiente para ellos ser solo levitas?
c. ¿Moisés logró disuadirlos? ¿Por qué no?
(8) Ahora Moisés también busca disuadir a los rubenitas (16:12-14):
a. ¿De qué manera ridiculizaron a Moisés?
b. ¿Cuán irracionales eran sus burlas?
c. ¿Cuál fue su problema verdadero?
(9) ¿Cómo respondió Moisés (que normalmente era humilde) a sus burlas? ¿Por qué? (16:15)
(10) Si usted fuera Moisés o Aarón, ¿cómo habría respondido al desafío de los levitas y los rubenitas?
(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?” (RVR1960) (Núm. 16:3)
A lo largo de todos estos años en el ministerio, he escuchado una y otra vez en las iglesias cosas semejantes a lo anterior. El fundamento de esta oposición al liderazgo pastoral se basa principalmente en 1 Pedro 2:5, 9, “también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo ... Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios... "
Sin embargo, Pedro no estaba diciendo nada nuevo; solo estaba citando el Antiguo Testamento: “vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:6). Nosotros somos sacerdotes, al igual que los israelitas, o en palabras de algunos comentaristas, somos el “Israel espiritual”.
Y al igual que en el Israel de la antigüedad (el sacerdocio real), en el cual Dios llamó a un grupo específico de personas (es decir, Aarón y sus descendientes) para que fuera apartado para servir como sacerdotes en nombre de todo el pueblo, Dios también llama hoy a un grupo especial de personas para servirlo como sus siervos a tiempo completo—algunos los llaman sacerdotes y otros pastores. No, estas personas no son más santas; no se elevan (ni pueden elevarse) por encima de la asamblea del Señor. Sin embargo, ellos de hecho son llamados por Dios para servirle en nombre de Su pueblo, así como Aarón y sus descendientes fueron apartados con la misma finalidad. Por lo tanto, debemos prestar atención a las siguientes palabras de Ambrosio, a pesar de lo impopular que puedan ser hoy:
“Que los disidentes aprendan a temer la agitación del Señor y a obedecer a los sacerdotes. ¿Qué significa esto? ¿Acaso la hendidura en la tierra no tragó a Datán, Abiram y Coré, debido a su disensión? Porque cuando Coré, Datán y Abiram incitaron a 250 hombres a rebelarse contra Moisés y Aarón y a separarse de ellos ... Por lo tanto, estás reflexionando sobre cuáles fueron las causas de su ofensa. Estuvieron dispuestos a ejercer el sacerdocio indignamente, y por esa razón disintieron. Además, al elejir a sus propios sacerdotes, murmuraron y desaprobaron el juicio de Dios. [Como resultado] Los culpables son arrebatados y removidos de cada elemento de este mundo, de modo que no contaminen el aire con su aliento, ni el cielo con su vista, ni el mar con su toque, ni la tierra con sus tumbas ... Por esta misma razón, [Dios] mismo eligió a Aarón como sacerdote, para que lo que era la fuerza preponderante en la elección del sacerdote no fuera la codicia humana, sino la gracia de Dios. No se trataba de una ofrenda voluntaria, ni de la presunción de uno mismo, sino de una vocación celestial. La razón por la cual uno que puede sufrir a favor de los pecadores también puede ofrecer ofrendas en nombre de los pecadores es que 'Él mismo', dice la Escritura, 'está sujeto a flaquezas'. Nadie debe tomar este honor para sí mismo, sino que debe ser llamado por Dios, tal como lo fue Aarón. De esta manera, ni siquiera Cristo reivindicó el sacerdocio, sino que lo recibió." (ACCS, OT III, 228-9, 234)
Los dos grupos que buscaban desafiar tanto el liderazgo de Moisés como el sacerdocio único de Aarón y sus hijos se reunieron en lugares distintos: los levitas rebeldes delante de la entrada del Tabernáculo y los rubenitas rebeldes frente a sus tiendas (al sur del Tabernáculo), negándose a comparecer:
(1) Los levitas rebeldes, encabezados por Coré, se presentaron ante el tabernáculo, y la gloria del Señor apareció a toda la asamblea:
a. ¿Realmente estaban seguros de que eran igualmente santos y de que el sacerdocio ordenado por Moisés (que solo debía ser ejercido por Aarón y sus hijos) no era un mandamiento de Jehová?
b. Es obvio que sus incensarios no eran parte de los utensilios que Moisés había consagrado (Éxodo 40:9; Levítico 8:10; Núm. 7:1). ¿Dónde piensa usted que los había obtenido?
(2) ¿Por qué parecía que la intención de Dios era matar a toda la asamblea? (v. 21)
(3) ¿Cómo Dios les permitió manifestar su desacuerdo con los rebeldes? (v. 24)
(4) ¿Qué deberían haber hecho Coré, Datán y Abiram en ese momento? ¿Ya era demasiado tarde para que se arrepintieran? ¿Lo hicieron? ¿Por qué no?
(5) ¿Por qué Jehová tuvo que realizar un juicio, “enteramente nuevo” para dar muerte a estos hombres malvados y sus familias? (vv. 29-31)
(6) ¿Cómo juzgó Dios a los 250 líderes que llevaban sus incensarios? (v. 35)
(7) ¿Qué lecciones importantes estaba aprendiendo el pueblo como un todo?
(8) ¿Qué lecciones importantes hay para nosotros hoy?
(9) ¿Qué le dijo el Señor a Moisés que hiciera con los incensarios de los 250 líderes? ¿Por qué?
(10) Con base en todo este incidente, ¿puede usted formular una definición de lo que significa la palabra “santo”?
(11) ¿Cómo reaccionó "toda la congregación" de Israel ante la muerte de estos hombres malvados? (16:41-42)
(12) ¿Cómo explicaría usted su reacción?
(13) ¿Qué hizo Moisés inmediatamente? ¿Por qué?
(14) ¿Este pueblo merecía ser salvo?
(15) ¿Por qué Moisés todavía quería preservarlos?
(16) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y dijo Moisés a Aarón: 'Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos'." (RVR1960) (Números 16:46)
Hemos reflexionado sobre la humildad que Moisés había mostrado antes como líder, cuando no se puso celoso al ver como Dios había derramado Su Espíritu sobre otros 70 líderes y deseaba que “todo el pueblo del Señor fuera profeta, que el Señor pusiera su Espíritu sobre ellos” (11:29), y también cuando no buscó reivindicarse a sí mismo ante el desafío que su propia hermana y hermano (es decir, Miriam y Aarón) hicieron a su liderazgo.
Por lo tanto, no nos sorprende en absoluto que ante la oposición de Coré y los levitas que se habían juntado a él, junto con los rubenitas, lo primero que hizo fue caer sobre su rostro ante ellos (16:4) — una señal de gran humildad por parte de un líder. Y aunque sabía que Dios lo reivindicaría a la mañana siguiente, intentó disuadir a ambos grupos, pero todo fue en vano (16:8-12). Realmente buscaba evitar lo inevitable — la muerte de estos hombres malvados, puesto que, como él mismo dijo, "Tú y tu gente se han reunido para oponerse al Señor" (16:11). En todo momento amó a su pueblo, incluso a aquellos que se le oponían amargamente.
Y como si eso no fuera suficiente, consideremos cómo lidió con toda la asamblea rebelde después de la muerte de estos hombres malvados.
¡Era imposible que estos israelitas no temieran por sus propias vidas al presenciar el castigo divino que cayó sobre estos hombres malvados! Sin embargo, leemos que “el día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: 'Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová' " (16:41). El fuego que consumió a los 250 líderes había salido del cielo; la tierra había devorado a los rebeldes y sus familias — ¿acaso eso no había sido el juicio divino?
La única explicación que puede dar uno para sus acciones es que estaban decididos a rechazar a Yahveh como su Dios, ¡a pesar de que sabían que Él es Dios!
¿Acaso puede alguien culpar a Dios por querer "destruirlos en un instante"? (16:45)
¡Pero lo más sorprendente es que fue el propio Moisés, a quien el pueblo también había rechazado y tal vez había decidido apedrear (mientras se volvía hacia el Tabernáculo) que inmediatamente tomó las medidas necesarias para expiar el pecado del pueblo y apenas puso fin al juicio de Dios que ya había matado a 14.700 de ellos!
No entiendo por qué Moisés buscó preservar a un pueblo como aquello, ¡pero es obvio que tampoco comprendo el amor que Moisés tenía por su pueblo! ¡Qué gran líder fue! Para mí, Moisés en verdad fue un siervo conforme al corazón de Dios — él conocía bien el corazón de Dios. ¡Lo que hacía reflejaba el verdadero corazón de Dios por Su pueblo! Lo que hizo Dios aquí fue permitir que Su siervo aprendiera de Su corazón, ¡y en verdad lo hizo!
(1) ¿Qué eventos precedieron este capítulo?
(2) ¿De qué se trataba esta confirmación? (ver 17:3, 8)
(3) ¿Qué esperaba lograr Jehová? (17:5, 11)
(4) ¿Qué pasos conllevó todo este proceso? (17:2-4; 6-7)
(5) ¿Por qué fue necesario tomar tanto cuidado para asegurar que no hubiera más espacio para las disputas?
(6) ¿Cuál debería haber sido la respuesta de los líderes a Moisés durante todo este proceso?
(7) ¿Piensa usted que alguno de estos líderes tenía una esperanza secreta de que floreciera su propia vara? ¿Qué piensa usted?
(8) ¿Cuál fue el resultado a la mañana siguiente? ¿Cuán milagroso fue este resultado?
(9) ¿Cuál fue el mensaje de este milagro?
(10) ¿Piensa usted que esto realmente pondría fin a las quejas del pueblo?
(11) ¿Por qué, entonces, Dios se daría la molestia de hacerlo?
(12) ¿Cuál fue la reacción inmediata del pueblo ante este milagro? ¿Por qué?
(13) ¿Qué nos enseña esto sobre el pueblo?
(14) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras." (RVR1960) (Números 17:8)
Se cosecha lo que se siembra.
El sacerdote Aarón fue motivado por celos cuando se opuso a Moisés debido a que Dios le hablaba principalmente a él cuando daba instrucciones a los israelitas. A pesar de que Aarón era el sumo sacerdote, todos sabían que Moisés era el verdadero líder.
Esta vez, los levitas se pusieron celosos de Aarón y sus hijos porque ellos tenían el privilegio de entrar al Tabernáculo para servir al Señor. Aunque los levitas también habían sido elegidos por Dios y se les había dado el sagrado encargo de cuidar y trasladar el Tabernáculo, todos sabían que ellos no eran como los sacerdotes, que podían acercarse a Dios en nombre del pueblo mediante la presentación de las ofrendas.
Ahora, mediante la muerte de Coré y de los rubenitas que se opusieron tanto a Moisés como a Aarón, y el castigo adicional de la congregación rebelde (en el cual habían muerto unos 14,700 a causa de la plaga subsiguiente), era el turno de los levitas para ser confirmados en su papel sagrado, para que no se conviertieran en el próximo blanco de los celos del pueblo.
El propósito del milagro del florecimiento de la vara de Aarón era enviar un mensaje poderoso, no solo al pueblo, sino también a los levitas: aunque no se consideraba que su papel era tan significativo como el de los sacerdotes, la combinación de su papel con el del sacerdote en el servicio en el Tabernáculo, donde estaba la misma presencia del Señor, era un ministerio que daba vida. Así como la vara era un fragmento de madera muerto sacado de un árbol (de nuez), su servicio en el Tabernáculo podría verse como algo que solo se hacía fuera o alrededor del Tabernáculo, y no como el corazón mismo de la adoración. Sin embargo, cuando Dios eligió la vara y la colocó dentro del Tabernáculo, se convirtió en una rama que dió vida, que floreció y que produjo almendras. Esto confirmó el ministerio de los levitas como un ministerio vivificante, en el sentido de que su servicio hacía posible la ofrenda de los sacrificios del pueblo para que fueran aceptados por Dios, y así ayudaba a efectuar la expiación y el perdón del pueblo.
Lo mismo ocurre con todos nuestros servicios al Señor: Siempre y cuando el Señor nos elija para realizar nuestro servicio y lo hagamos para Él (independientemente del papel que estemos desempeñando y los dones que estemos ejerciendo), en las manos del Señor, nuestro servicio no solo le agradara; se convertirá en una vara que brota y que da vida.