Esta semana continuaremos con el estudio del Libro de Josué.
La captura de los cinco reyes y sus ciudades permitió a Josué y su pueblo poseer la parte meridional de la tierra que Dios les había prometido. Fue resultado del ataque a los gabaonitas debido a su tratado de paz con Israel. La derrota se vio favorecida en gran medida por los milagros del granizo y la detención del sol.
(1) El relato de la captura de Libna, Laquis, Gezer, Eglón, Hebrón y Debir contiene bastantes repeticiones. Intente destacar estas repeticiones. (La repetición es un recurso literario que a menudo señala énfasis.)
(2) ¿Cuáles son las repeticiones que nos dan un sentido de totalidad e integridad? ¿Que mensaje hay detrás de estos elementos enfatizados?
(3) ¿Cuáles son las repeticiones que apuntan a la(s) razón(es) de su victoria?
(4) ¿Cuáles son las repeticiones que apuntan al tiempo que necesitaron para lograr su victoria? ¿Cuál podría ser el mensaje detrás de estos elementos enfatizados?
(5) Si bien los israelitas parecen haber derrotado con éxito a sus enemigos, en realidad no tomaron posesión de estas ciudades, sino que se retiraron al campamento en Gilgal. ¿Cuáles podrían ser las razones? ¿Qué significaba Gilgal para ellos en ese momento?
(6) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Quisiera compartirles las siguientes reflexiones de Hess sobre la conquista de parte de la Tierra Prometida:
“Para los cristianos, este texto y la siguiente historia sobre la batalla en el norte simbolizan la vida del discípulo. Frente a las presiones y luchas diarias, la decisión de seguir a Cristo con humildad y amor forma parte de la guerra espiritual descrita en Efesios 6. El guerrero no puede tener éxito sin la ayuda divina, la cual se hace disponible mientras camina constantemente en la voluntad de Dios, siendo iluminado por el conocimiento de la Palabra de Dios y fortalecido por la comunión con él en oración." (Extracto de Richard Hess, Joshua, TOTC, 207)
A pesar de lo enorme que fue la batalla con los cinco reyes, en realidad no fue nada en comparación con la siguiente campaña.
(1) ¿Cuán vasto era territorio que cubría esta coalición de enemigos?
(2) Además de su tamaño, ¿de qué otras manera(s) eran muy superiores al ejército de Israel? (ver el v. 4)
(3) Póngase en la piel de Josué y su pueblo. ¿Qué habría sentido al ver "todos sus ejércitos, mucha gente, como la arena que está a la orilla del mar en multitud, con muchísimos caballos y carros de guerra (de los cuales usted no tiene ninguno)"?
(4) ¿De qué maneras nuestra experiencia cristiana puede ser similar al desafío que enfrentaban los israelitas?
(5) ¿De qué manera el mensaje de Dios fue lo que Josué necesitaba escuchar en su situación?
(6) Al animar a Josué, ¿por qué Dios le dijo específicamente: “desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros a fuego”?
(7) ¿Cuán grande fue esta victoria en comparación con la última?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
No cabe duda de que la batalla con la coalición del norte fue mucho mayor en términos de tamaño. Además, la coalición también tenía equipos militares muy superiores que incluían caballos y carros, cosas que los israelitas probablemente no tenían.
Por mucho que Jehová ya le había dado a Josué numerosos estímulos y garantías, sintió la necesidad de aparecer ante él nuevamente y darle la siguiente exortación: “No temas”. (11:6)
Estoy totalmente de acuerdo con Calvino cuando señala que "a menos que de vez en cuando se le dé nuevo alimento a la fe, de inmediato se desmayan y se apartan (o se derriten y desaparecen)". Incluso Josué era propenso a tal olvido. Pero también muestra lo bueno y comprensivo que es nuestro Dios a la hora de lidiar con nuestras debilidades.
Sin embargo, aunque Él es consciente de nuestras debilidades, no se relaja en el entrenamiento de nuestra fe, o la de Josué. Después de animar a Josué, le ordenó que hiciera algo bastante impensable. Le dijo: "desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros a fuego". En otras palabras, le ordenó cortar las piernas o muslos de los caballos y quemar los carros. ¿Por qué Dios le mandaría hacer algo así? ¿Acaso no habría sido más prudente conservar los caballos y las armas más poderosas de la época, los carros (los cuales, según los historiadores y arqueólogos, eran una invención bastante nueva en la época)?
Me vienen a la mente las siguientes palabras del salmista: "Estos confían en carros, y aquellos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria" (RVR1960) (Sal. 20:7)
"De hecho, era necesario que sirvieran como soldados y lucharan enérgicamente contra el enemigo, pero aún así debían depender exclusivamente del Señor, verse como fuertes solo en Su poder y descansar solo en Él". Sin duda debemos tomar en serio estas palabras de Calvino mientras peleamos nuestra batalla espiritual diaria.
(1) La descripción de la victoria de Josué que se da en los vv. 12-15 contiene una repetición obvia. ¿Qué es? ¿Cuál es el mensaje detrás de este elemento enfatizado?
(2) ¿Por qué la Biblia destaca que de todas las ciudades que los israelitas conquistaron, solo quemaron Hazor?
(3) ¿De qué manera la Biblia contrasta a los heveos que vivían en Gabaón con los demás reyes de Canaán?
(4) ¿De qué manera este contraste revela el corazón de Dios?
(5) La Biblia describe los corazones de estos reyes que Dios había endurecido (así como se había endurecido el corazón de Faraón en Éxodo 4:21). ¿Cómo el siguiente comentario de Tom Rees nos ayuda a comprender este tema difícil: “El mismo sol que endurece la arcilla, derrite la cera”?
(6) Aunque no la describe en el relato de ninguna de las batallas en este capítulo o en capítulos anteriores, la Biblia menciona específicamente la destrucción de los anacitas. ¿Usted recuerda quiénes eran? ¿Cuál pudo haber sido la intención de Dios al resaltar su destrucción? (ver Números 13:22)
(7) Así, después de "mucho tiempo", Josué tomó toda la tierra y se cumplió la promesa de Dios de dársela a la nación como herencia. ¿Alguna de las promesas que Dios le había dado había quedado sin cumplir en ese momento? ¿Qué le enseña la conclusión de este capítulo a este respecto?
(8) “Y la tierra descansó de la guerra” (11:23). ¿Qué le puede enseñar esta declaración sobre el punto de vista de Dios sobre la guerra?
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Para el cristiano, la destrucción de Hazor, así como la de Jericó, es una señal del disgusto de Dios por haber resistido a Su voluntad. Jesús enseñó a sus discípulos a orar: 'Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra' (Mateo 6:10; Lucas 11:2). Aunque las terribles consecuencias de violar la voluntad de Dios pueden no ser tan evidentes para los lectores modernos, de todos modos están presentes. Las guerras, el hambre y las enfermedades que continúan asolando a la humanidad tienen su origen en el pecado y la rebelión (Rom. 1-5). El cristianismo no ofrece una solución fácil, sino que insiste en que la extensión del reino de Dios sigue siendo el mejor marco para abordar las necesidades de la sociedad."
(Extracto de Richard Hess, Joshua, TOTC, 214)
El Capítulo 12 sirve de resumen de la conquista de la Tierra Prometida:
(1) Usted tal vez notó que la lista de los 31 reyes conquistados incluye nombres y ciudades no mencionados en los 11 capítulos anteriores, ni en el libro de Números. ¿Cómo estas omisiones nos muestran la diferencia entre el propósito de la historia bíblica y el de la historia secular?
(2) Se han realizado extensas excavaciones en muchos de los sitios mencionados en este capítulo, las cuales han dado los siguientes resultados:
a. Algunos sitios como Aroer, Astarot y Edrei contienen evidencia arqueológica o textual extrabíblica que los ubican en la “Edad del Bronce Tardía” (1550-1220 a.C.), la época que coincide con el período histórico de Josué.
b. Algunos sitios, como Bet-jesimot y Salca, no contienen evidencia de que fueron destruidos en ese período.
Los escépticos han estado usando estos últimos para desacreditar la validez del relato de Joshua. ¿Cómo respondería usted a estos críticos?
(3) El lector atento notará que algunas regiones dentro de la Tierra Prometida no se mencionan, lo que significa que aún quedaba tierra por conquistar o enemigos por expulsar (ver 13:1).
a. ¿Es un reflejo de la infidelidad de Dios?
b. ¿Es un reflejo de la falta de fe u obediencia por parte de los israelitas?
c. ¿Es un reflejo de alguna verdad espiritual normal, incluso en nuestra vida cristiana?
(4) ¿Cuál podría ser el propósito de la lista de los 31 reyes?
(5) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
A menudo lo que nos desconciertan no son tanto los hallazgos arqueológicos, sino sus interpretaciones, especialmente aquellas hechas por eruditos no conservadores que impugnan la precisión de los relatos bíblicos.
Por lo tanto, me sentí agradablemente sorprendido al encontrarme con el siguiente comentario en una publicación de National Geographic, una revista que no es conocida por tener opiniones conservadoras sobre la Biblia:
La evidencia del asentamiento israelita
"Ya sea mediante la conquista, inmigración o de otra manera, no hay duda de que en la Edad del Hierro Temprana (1200-1000 a.C.) hubo un notable aumento poblacional en el norte de Canaán. En el otoño de 1991, el arqueólogo Adam Zertal concluyó un estudio de 12 años de la misma región que, según la Biblia, Josué otorgó a la tribu de Manasés. Esta área está delimitada al este por el río Jordán, al norte por el valle de Jezreel y al sur por Siquem. El estudio de Zertal identificó los restos de unos 116 asentamientos cananeos que datan de la Edad del Bronce Medio IIB (1750-1550 a.C.). Las excavaciones muestran que durante los siguientes 300 años esta región experimentó una fuerte disminución poblacional que dejó solo 39 sitios habitados. Sin embargo, a lo largo de los años que siguieron al de 1200 a.C., la población aumentó vertiginosamente hasta incluir un total de 136 sitios.
"Aún más notable eran las ubicaciones de estos nuevos asentamientos. Mientras que durante el período anterior la mayoría de las comunidades estaban ubicadas en los valles fértiles y las llanuras, durante la Edad del Hierro temprana muchos de los nuevos asentamientos se habían trasladado a las áreas montañosas de las colinas y los altiplanos. Estos lugares están cubiertas con tierra vegetal de terra rosa, que es mucho más difícil de cultivar. Este cambio no tendría sentido si no fuera por la narrativa de Josué, que reconoce que en muchos lugares los israelitas fueron expulsados de los valles fértiles por los nativos cananeos, cuyas armas eran superiores.
"Afortunadamente para los israelitas, las dificultades de practicar la agricultura de secano en el terco suelo del altiplano se aliviaron con la llegada de herramientas agrícolas hechas de hierro. Este metal estuvo disponible en suficientes cantidades en todo el Cercano Oriente solo después de 1200 a.C. (de ahí la designación, Edad del Hierro). Se puede suponer que con estas nuevas herramientas, que eran mucho más efectivos para labrar la tierra dura, los israelitas pudieron ganarse la vida a duras penas en altitudes muy superiores a las de la rica llanura aluvial más abajo."
(Extracto de The Biblical World, de Jean-Pierre Isbouts, National Geographic, págs. 154-5)
Es una lectura alentadora, ¿verdad?
(1) ¿Le sorprendió lo que Jehová le dijo a Josué? ¿Por qué?
(2) ¿Qué significaría si Dios le dijera lo siguiente a usted: “Tú eres viejo y entrado en años, y todavía queda mucha tierra por conquistar”? ¿Cómo usted se sentiría?
(3) Si Jehová le hablara sobre su edad y sobre la tarea que le ha encargado, ¿qué podría estar diciendo?
(4) Parece que debido al hecho de que después de tantos años aún quedaba una buena parte de Canaán para tomar, Josué no se había dado el trabajo de realizar el ejercicio hipotético de repartir estas tierras. ¿Cuál fue la amonestación de Jehová en el v. 6?
(5) En este pasaje, aprendemos que incluso en Transjordania, la tierra otorgada y poseída por las 2½ tribus en la época de Moisés, había personas que los israelitas no habían expulsado; por lo tanto se podía decir que “habitan en medio de Israel hasta hoy" (Josué 13:13). ¿De qué manera esta situación describe nuestra vida cristiana hoy?
(6) Reflexione sobre el pueblo de Leví, comparándolo con el resto de las tribus de Israel:
a. Piense en todas las cosas prácticas a las que habían renunciado por haber sido elegidos por Dios.
b. Aunque no podían compartir la herencia de la tierra, ¿qué cosas “prácticas” habrían ganado al mismo tiempo?
c. ¿Cuán especial era que su herencia fuera “los sacrificios [las ofrendas quemadas] de Jehová Dios de Israel ”?
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Calvino dijo lo siguiente acerca de la renuencia de Josué a dividir la tierra que aún no se había tomado:
“Josué es amonestado nuevamente que aunque los israelitas aún no poseían esas regiones, no debería aplazar la repartición, sino confiar en la promesa de Dios, puesto que restaría valor a Su honor si hubiera alguna duda sobre el ello. Por lo tanto se dice: Solo cumple tu deber de distribuir la tierra; y no excluyas lo que el enemigo todavía posee con seguridad; porque yo me encargaré de cumplir lo que he prometido. De ahí que aprendamos a depender de los labios de Dios al emprender cualquier negocio de modo que ninguna nos retrase. Sin duda, no nos corresponde a nosotros fabricarnos esperanzas vanas; sin embargo, cuando nuestra confianza está fundamentada en el Señor, lo único que nos corresponde hacer es obedecer Sus mandamientos, y no hay razón para temer que los eventos nos defrauden."
(Extracto de Juan Calvino, Joshua, Calvin's Commentary, Vol. IV, p. 185)
Este texto menciona detalles sobre los territorios de las 2½ tribus al este del río Jordán.
(1) ¿Cuál pudo haber sido el propósito de incluir detalles precisos sobre los territorios de estas tribus en esta coyuntura de repartición de la Tierra Prometida?
(2) ¿Qué pecados había cometido Balaam? (ver Núm. 22-25, pero especialmente Núm. 31:16)
(3) ¿De qué manera el incidente con Balaam nos da un vistazo de la iniquidad de los habitantes de la tierra que habían muerto?
(4) Además, ¿cómo muestra también el peligro espiritual que estas personas habrían representado para los israelitas?
(5) Aquí se menciona nuevamente la tribu de Leví, esta vez con el énfasis en que Jehová es su herencia. Qué quiere decir esto? ¿Cuán importante es esa bendición?
(6) ¿Qué significa para usted que Jehová sea su herencia?
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Al relatar la repartición de las tierras a las diversas tribus por medio de Josué, la Bíblia nos dice repetidas veces que a la tribu de Leví no se le dio ninguna herencia, y en Josué 13:33 explica que es porque “Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos, como él (es decir, Dios, no Moisés) les había dicho".
En lugar de ser una privación, la Biblia convierte esta circunstancia en una bendición especial por las siguientes razones:
(1) Dios les pertenece: Esta promesa es esencialmente algo espiritual e invisible. Los levitas tenían que aceptar esta promesa por fe. El valor de esta bendición radica en el hecho de que ellos no solo pertenecían a Dios, sino que Dios les pertenecía a ellos. Esto es lo que significa la palabra "herencia" — posesión. Poseían a Dios como su herencia.
(2) Dios provee: La realidad de que ellos poseían a Dios se manifiesta en el hecho de que compartían las ofrendas hechas a Jehová, las cuales incluían los diezmos y los sacrificios:
“Pero a la tribu de Leví no dio heredad; los sacrificios [quemados] de Jehová Dios de Israel son su heredad...” (Jos. 13:14)
"Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión." (RVR1960) (Números 18:21)
Por lo tanto, cada vez que compartían los diezmos y los sacrificios era un recordatorio no solo de que Dios proveería para todas sus necesidades, sino también de que Jehová les pertenecía.
(3) También compartían la herencia de Israel:
“Manda a los hijos de Israel que den a los levitas, de la posesión de su heredad, ciudades en que habiten; también daréis a los levitas los ejidos de esas ciudades alrededor de ellas. Y tendrán ellos las ciudades para habitar, y los ejidos de ellas serán para sus animales, para sus ganados y para todas sus bestias." (RVR1960) (Números 35:2-3)
En esencia, los levitas tenían lo mejor de ambos mundos, por así decirlo. Es cierto que no "poseían" ninguna porción de tierra, pero de todos modos tenían el "derecho de usufructo" de la tierra. Piénselo: nadie realmente "posee" nada; en realidad solo recibimos el derecho de usufructo, en el mejor de los casos, durante nuestra vida. Esto me recuerda a cierta monja que en su Biblia escribió: "Esto es para el uso de fulano de tal", en lugar de "Esto es propiedad de fulano de tal".
En cuanto a los cristianos, sabemos que todos somos sacerdotes ante Dios (1 P. 2:9); por lo tanto, participamos de todas las bendiciones de los levitas — Jehová es nuestro (Su gozo, Su paz y Su Espíritu que habita en cada uno de nosotros); Jehová provee todo lo que necesitamos (“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (RVR1960) Rom. 8:32); por lo tanto, deberíamos vivir como si no poseyéramos nada, porque la realidad es que no lo poseemos.
“Los vv. 1-5 forman el título y la introducción del relato sobre la división de la tierra entre las nueve tribus y media, el cual continúa hasta el cap. 19 y concluye con la fórmula final en el v. 19:51." (Kiel y Delitzsch, 105)
(1) ¿Por qué fue importante mencionar que la repartición de tierra a cada tribu no se llevó a cabo solo por Josué, sino también por el sacerdote Eleazer y los jefes de los clanes tribales?
(2) En este momento, antes de que el resto de la tierra fuera repartida por sorteo entre las 9½ tribus, Caleb se adelantó para reclamar su porción, con base en la promesa que le había hecho Moisés con juramento (aunque no aparece explícitamente registrada en Núm. 14:20 y ss., ni en Deut. 1:35-36). Reflexionemos sobre lo siguiente:
a. ¿Cuántos años ya tenía Caleb? (Recuerde que en 13:1 se describe su otro compañero de espionaje, Josué, se describe como "muy viejo".)
b. ¿Que podemos aprender sobre él del hecho de que pudo afirmar que todavía era fuerte y vigoroso después de 45 años?
c. Caleb reivindicaba el monte Hebrón, una región que todavía estaba habitado por los gigantescos anacitas (con sus grandes ciudades fortificadas) que una vez fueron temidos por el pueblo de Israel. Hebrón también era una ciudad que él y su familia tendrían que compartir con los levitas (21:11). Puesto que Caleb (obviamente) era tan respetado y honrado entre el pueblo, ¿por qué no reclamó otra región?
d. La tierra que sus habitantes que Caleb y los otros espías habían visto eran básicamente los mismos. ¿Qué diferencia hubo, según el propio relato de Caleb? ¿Cómo puede usted aprender de su ejemplo?
(3) Esta fue la única vez que Josué, al repartir tierras a las tribus, “le bendijo” al que recibió la tierra (el capítulo 22 contiene otra ocasión, pero no se trata de una repartición real). ¿Piensa usted que Josué le dio a Caleb un trato diferenciado? ¿Merecía un trato especial?
(Nota: Este capítulo termina con la misma declaración que encontramos en 11:23: "la tierra descansó de la guerra", una afirmación que también se hizo después de que los anacitas fueron eliminados por completo. Por lo tanto, Hess cree que "la función del relato sobre Caleb es servir de un desarrollo detallado de la campaña mencionada en el capítulo 11”.)
(4) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Todo el Libro de Josué está lleno de batallas. Incluso se puede decir que es un libro de guerras. Además, nos sentimos extremadamente incómodos con el mandato de Dios de aniquilar casi todo lo que tenía aliento.
Sin embargo, en la conclusión del capítulo 11, el comentario de que "tomó, pues, Josué toda la tierra", termina con las siguientes palabras: "y la tierra descansó de la guerra".
Luego, después de dar más detalles sobre la destrucción de los enemigos (los anacitas) más temidos que de manera indirecta fueron los responsables de los 40 años de vagar por el desierto, el capítulo 14 termina nuevamente con las palabras “y la tierra descansó de la guerra".
Esta repetición resalta el deseo supremo de Dios, Él que liberó a Su pueblo de la esclavitud y lo llevó a la Tierra Prometida. El objetivo final es que entren en el reposo, Su reposo.
La posesión de la Tierra Prometida es un símbolo de ese reposo, y el camino para poder poseer la Tierra Prometida desafortunadamente exigía que lucharan en batallas; sin embargo, el objetivo final de la victoria era eliminar cualquier necesidad de librar otra guerra.
Isaías repite este mayor anhelo de Dios:
“Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra." (LBLA) (2:4)
Como sabemos, este “descanso de la guerra” que les dio Josué duró muy poco tiempo, debido no solo a los pecados del pueblo de Dios, sino también a los de las naciones. Sin embargo, estas palabras en Josué son significativas, porque apuntan hacia la venida del segundo Josué, cuyo nombre es Jesús. Él es quien ha cumplido este mayor anhelo de Dios — con Su muerte ha expiado los pecados tanto de Israel como los de las naciones; con Su sangre ha limpiado los pecados del mundo, es decir, los pecados de aquellos que creen en Él. Y a Su regreso juzgará al mundo como Isaías profetizó, y traerá paz, la paz duradera. Hasta entonces el mundo no tendrá una paz real, un descanso real.
Para los cristianos, la verdadera paz (y por consiguiente, el verdadero descanso) es nuestra, pero nuestro camino sigue siendo la guerra. No una guerra contra las naciones, sino la guerra contra nuestros propios pecados. Solo a través de la victoria sobre el pecado realmente podemos entrar en el reposo de Dios — el mayor anhelo de Dios para nosotros.