Guía devocional de la Biblia

Día 1

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Josué 24:29–33

Hoy terminaremos el estudio del libro de Josué y comenzaremos el estudio del Libro de Romanos. Nuestro deseo al alternar entre el Antiguo y el Nuevo Testamento es llegar a apreciar la riqueza de la Palabra de Dios en ambos Testamentos.

Hemos llegado al final del Libro de Josué, donde se menciona las muertes de Josué y Eleazar y los huesos de José. Separemos un tiempo hoy para reflexionar sobre sus vidas:

(1) Al reflexionar sobre la vida de Josué, es natural relacionarla con la de Moisés. Caleb y Josué fueron los únicos de su generación (los que salieron de Egipto) que tuvieron la oportunidad de ver y entrar en la Tierra Prometida (ni siquiera Moisés recibió ese privilegio).

a. ¿Qué había distinguido a Josué de los demás espías?

b. Posteriormente, Josué tuvo el privilegio de ser el ayudante de Moisés tuvo más cercanía que cualquier otro con Moisés en su comunión con Dios, ya sea en la Tienda del Encuentro o en la montaña. ¿Cuán especial y precioso fue el papel que desempeñó? ¿Qué había significado para él estas experiencias?

c. También fue el general de campo bajo el mando de Moisés en las batallas al este del Jordán. ¿Cómo esta experiencia lo preparó para su eventual papel como sucesor de Moisés?

d. En este libro de Josué, hemos leído cómo él asumió el liderazgo después de Moisés. ¿Cómo usted lo compararía con Moisés con respecto a lo siguiente?

  1. su liderazgo
  2. su relación con el pueblo
  3. su andar con Dios

e. Si usted tuviera que escribir un breve epitafio en su lápida, ¿qué escribiría?

(2) Reflexione cuidadosamente sobre el v. 31. Sabemos que este período de la historia de Israel fue sucedido por la era de los jueces, una época en que la condición espiritual del pueblo fue cuesta abajo rápidamente. ¿Cuál pudo haber sido la razón de este cambio tan radical? ¿Qué lección puede usted aprender de ellos?

(3) Se cumplió el deseo de José (Génesis 50:25). ¿Qué nos enseña esto sobre la fe de José y la fidelidad de Dios?

(4) Eleazar fue uno de los hijos de Aarón. Fue testigo de los pecados de Aarón (especialmente la fabricación del becerro de oro) y la muerte de sus otros hermanos por la mano de Dios (Lev. 10). Después de la muerte de Aarón, sirvió como Sumo Sacerdote y colíder con Moisés (Núm. 20:28). Después de la muerte de Moisés, Eleazar continuó desempeñando su papel como líder del pueblo junto con Josué, especialmente mediante su participación en la asignación de tierras a las diversas tribus (Josué 14:1). También era responsable de consultar a Jehová en la toma de decisiones al respecto (Jos. 19:51). Dado el papel de liderazgo excepcional desempeñado por Moisés y Josué, ¿por qué fue necesario el de Eleazar? ¿Cuán importante fue su papel?

(5) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
Recordando a Josué

Cuando un líder excepcionalmente bueno y capaz se va, a menudo nos gusta decir que uno puede reemplazar el puesto, pero no la persona. Este sin duda fue el caso de Moisés. Es fácil imaginar la presión que sintió Josué al ser designado sucesor de Moisés.

Al llegar al final del Libro de Josué, cuando leo sobre su muerte a los ciento diez años, no puedo evitar preguntarme si Josué estuvo a la altura de las expectativas del pueblo, y cómo se comparó con Moisés.

Al hojear las páginas del libro de Josué, me sorprende notar que la tendencia de compararse con Moisés nunca fue un problema con Josué. Una y otra vez, el texto no dice que Josué simplemente llevó a cabo lo que Jehová había ordenado a través de Moisés. En otras palabras, Josué nunca aspiró a ser como Moisés, ni a ser comparado con él. Simplemente buscó ser un siervo fiel, tanto de Jehová como de Moisés. Simplemente aceptó quién era. Nunca fingió ser alguien que no era.

También admiro su valentía. Una y otra vez, Jehová intentó animarlo, diciéndole que fuera fuerte y valiente. Cuanto más lo animaba Jehová, más claro quedaba que Josué realmente tenía miedo; sin embargo, él nunca se quejó, nunca pensó en abandonar su misión y nunca mostró su miedo. Estuvo dispuesto a aprender a confiar en Dios. Se puede decir con toda honestidad que su vida fue una de constantes batallas, pero aun así él estuvo contento porque sabía que Dios lo había llamado a eso.

Finalmente, aunque su familia apenas se menciona, Josué me impresiona por ser un hombre de familia. Él sí mencionó a su familia en su desafío al pueblo de Israel de tomar la decisión de servir a Jehová o a otros dioses. Dijo: “Pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos.24:15). Era obvio que no servía a Jehová solo, contaba con el apoyo de su casa, tal vez incluso con respecto a la demora en recibir su parte de la herencia. (Josué 19:49-50)

Si yo tuviera que escribir su epitafio, escribiría simplemente: Un siervo fiel y desinteresado sin ego.