Esta semana continuaremos el estudio del libro de los Jueces en el Antiguo Testamento.
(1) Muchos eruditos consideran que 40 años representa una generación en el Antiguo Testamento; por consiguiente, parece que los israelitas tenían dificultades para transmitir su fe a la siguiente generación. ¿Cómo podemos asegurarnos de que la próxima generación siga al Señor?
(2) En comparación con lo que los israelitas habían experimentado antes, ¿cuán singular o inusual era su difícil situación bajo los madianitas? ¿En qué aspectos su situación se parece a la vida de un cristiano descarriado que nunca puede descansar porque depende de su propio esfuerzo y no del Señor?
(3) ¿Usted ha tenido alguna experiencia similar?
(4) Antes de darles un libertador, Dios se aseguró de que supieran la razón de su declive. Aunque la reprensión es bastante familiar, vale la pena reflexionar sobre ella: ¿Estas palabras de reprensión tienen algún significado contemporáneo para nuestra generación, incluidos nosotros?
(5) Esta vez, ¿Cuánto tiempo habían esperado antes de clamar a Jehová? ¿Cuál es la razón dada en el texto?
(6) ¿Qué nos enseña sobre su condición espiritual el hecho de que todavía tuvieran un profeta entre ellos?
(7) Haga una pausa para reflexionar sobre el mensaje principal para usted hoy. ¿Cómo puede aplicarlo a su vida?
"Porque sucedía que cuando los hijos de Israel sembraban, los madianitas venían con los amalecitas y los hijos del oriente y subían contra ellos." (LBLA) (Jueces 6:3)
Este círculo vicioso de rebelión contra el Señor continuó después de la muerte de Débora, y una vez más la generación que estuvo bajo el liderazgo de Débora no logró transmitir su fe en Yahvé a sus descendientes.
Aunque todavía había al menos un profeta entre el pueblo a quien Dios podía usar como Su mensajero, parece que no solo el pueblo en general, sino también sus líderes, habían tomado la iniciativa para rebelarse contra Jehová. Un ejemplo de esta rebelión fue el padre de Gedeón, Joás, quien habría estado entre la generación anterior bajo Débora y la generación actual que se había alejado descaradamente de Dios y seguido los ídolos. Quien había construido un altar a Baal fue Joás, no Gedeón (6:25). Aunque Joás probablemente aún era muy joven en la época de la milagrosa derrota de los moabitas, no podía afirmar que no se había enterado de la gran obra de liberación de Dios bajo Débora.
Esta vez, el castigo de Jehová fue bastante único. En lugar de ejercer el dominio total sobre los israelitas, los madianitas y "los hijos del oriente" optaron por no poseer su tierra, sino atacarlos en los momentos más inoportunos — cuando los israelitas plantaban sus cultivos. En otras palabras, todo el esfuerzo y trabajo que invertían era en vano. Sin embargo esta situación describe muy apropiadamente a un pueblo que pertenece al Señor pero ha elegido alejarse de Él. Nosotros, los cristianos, debemos entenderlo perfectamente.
Como cisternas agrietadas (Jeremías 2:13), todo nuestro propio esfuerzo, trabajo, planes y energía no puede darnos ningún éxito. Parece que Dios se opone a nosotros en todo momento. Peor aún, la alegría y la paz que una vez conocíamos se convierten en inquietud y ansiedad, y todo porque hemos elegido desobedecer a Dios y Su voluntad. Pero en realidad, es gracia. Si todo nos saliera bien a pesar de nuestra falta de paz, nuestra conciencia quedaría tan cauterizada que nos alejaríamos aun más del Señor.
Así, Israel quedó tan "empobrecido" que "clamaron a Jehová" por ayuda (6:6). Sorprendentemente, el Dios de la gracia una vez más escuchó su clamor y les dio otra oportunidad. Para algunos de nosotros ya es hora de clamar al Jehová y volver a Él y a Su voluntad.
(1) ¿Dónde el pueblo de Israel normalmente trillaba su trigo? (ver Rut 3:2)
(2) ¿Por qué Gedeón lo trillaba en el lagar?
(3) ¿Cómo se dirigió el ángel de Jehová a Gedeón?
(4) ¿Cuán inusual fue la respuesta de Gedeón? ¿Qué le enseña sobre el estado de ánimo de Gedeón?
(5) ¿Sus dudas y quejas eran fundamentadas? ¿Por qué o por qué no?
(6) Compare cuidadosamente los vv. 11 y 14. ¿Quién era, entonces, este ángel de Jehová?
(7) ¿Cómo formuló Jehová Su “llamamiento” en el v. 14?
(8) Si usted fuera Gedeón, ¿cuál sería tu respuesta inmediata?
(9) ¿Cuán diferente sería esta "posible" respuesta suya a la de Gedeón?
(10) Compare la respuesta de Gedeón a, por ejemplo, la de Saúl (1 Sam. 9:21). ¿Fueron respuestas genuinas? ¿Fueron respuestas fundamentadas?
(11) El llamado de Dios y su presencia prometida siempre van de la mano. ¿Cómo puede usted aplicar esta verdad?
(12) ¿Qué significó la pregunta de Gedeón y sus acciones (en los vv. 17-18)?
(13) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
Las eras donde se trillaba el trigo solían estar en colinas, donde el viento nocturno podía llevarse la paja con más facilidad, mientras que un lagar era un agujero en el suelo.
“Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ... Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.” (RVR1960) (Jueces 6:13)
Cuando el ángel de Jehová (que es el propio Jehová, tal como se aclara en el v. 14) llamó a Gedeón para que fuera el próximo libertador de Israel, se encontró con una serie de preguntas que rayaban en la blasfemia:
“Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: 'No nos sacó Jehová de Egipto?' Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas” (RVR1960) (6:13).
Estas palabras llenas de quejas y dudas siguieron a la reprimenda del profeta que (en mi opinión) todos en Israel habrían escuchado. ¿Cómo se atreve un hombre, aunque sea Gedeón, a culpar a Dios por su propia decadencia?
Sin embargo, la respuesta de Jehová fue una de comprensión, paciencia y aliento. ¿Por qué?
Yo creo que fue porque Jehová sabía que Gedeón había vivido en un hogar que no temía a Dios, y para una persona que no tenía ningún conocimiento de Jehová, estas preguntas, aunque incorrectas en sí mismas, eran comprensibles. Otra cosa habría sido si Gedeón hubiera hecho tales preguntas después de su encuentro personal con Jehová.
Así son las personas en esta era poscristiana. He escuchado una y otra vez disputas similares por parte de no cristianos mientras intento presentarles a Cristo: "Si hay un Dios, ¿por qué el mundo está tan lleno de dolor y sufrimiento?". Luego citan como ejemplos el hambre en África, los genocidios, las enfermedades y los tsunamis.
No debemos sentirnos ofendidos al escuchar sus disputas; son personas que aún no conocen el amor de Dios personalmente. Sin embargo, sin duda otra cosa es cuando cristianos que ya han probado la bondad de Jehová en Su salvación expresan quejas y dudas similares.
Ya escuché personalmente a cierta líder de una comunidad cristiana alentar a otros cristianos a descargar sus frustraciones y enojos contra el Señor, diciendo que "Él los puede soportar". Cuando la escuché, temí por su bien, porque no hay duda de que los hijos de Dios no deben tomar a su Padre celestial de manera tan ligera, casual e irrespetuosa. Aunque Él es nuestro Padre celestial, sigue siendo el Dios santo y maravilloso. Resultó que unos años después apareció en las noticias que la líder que había dicho eso había peleado con su esposo, y que ambos terminaron en el hospital. Una cosa es no poder controlar la ira, pero enseñar a otros que está bien descargar su ira contra Dios es otra muy distinta. ¡Sin duda no debemos tomar a Dios a la ligera!
(1) ¿Qué representaron las acciones de Gedeón en los vv. 17-19 en cuanto a su reconocimiento de quién era este mensajero de Jehová?
(2) ¿Qué reveló la acción del “ángel” en los vv. 20-21?
(3) A juzgar por su miedo y por su edificación del altar, ¿qué significó esto para Gedeón?
(4) ¿Piensa usted que debido a esta experiencia / encuentro, Gedeón ya estaba listo para llevar a cabo el encargo de Jehová? ¿Por qué o por qué no?
(5) Antes de liberar al pueblo, ¿qué le ordenó Dios a Gedeón que hiciera esa misma noche?
(6) ¿Cuál fue la importancia simbólica de (a) el derribo del poste de Asera, (b) la edificación de un altar apropiado, y (c) el hecho de que el altar pertenecía al padre o la casa de Gedeón?
(7) ¿Cómo y por qué cumplió Gedeón esta orden de Jehová?
(8) ¿Qué nos enseña esto acerca de Gedeón y su relación con Jehová en este momento?
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“... Derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él.” (RVR1960) (Jueces 6:25)
A menudo pensamos en los jueces de Israel como simples héroes que pelean con una fuerza bruta, y en el caso de Sansón ciertamente tenemos razón. Pero cuando consideramos a los muchos otros jueces que Dios levantó, vemos que a menudo había una dimensión espiritual más profunda para estos individuos. La forma en que Dios había elegido tratar con ellos mientras los preparaba para ser jueces también muestra que Dios interesaba tanto por la restauración de la nación a Él como por la restauración de aquellos que levantaba a una relación personal con Él.
En el caso de Gedeón, simplemente podría haber permitido que un día Su Espíritu viniera sobre él y hecho que reuniera al pueblo y derrotara a los enemigos que los habían estado aterrorizando. Pero lo que vemos es que Dios llevó a cabo con paciencia Su plan de conducir a Gedeón a una relación personal con Él:
- Su aparición ante Gedeón en el lagar fue una invitación personal, una señal de que le estaba extendiendo su amistad.
- Permitir que Gedeón desahogara sus frustraciones y dudas contra Él fue una excelente manera de ayudarle a conocerse a sí mismo y a expresar su pasión por su pueblo.
- La milagrosa quema de la carne y el pan fue más que una epifanía para mostrar quién era Él; también fue una muestra de su aceptación de Gedeón y su ofrenda.
Ahora había llegado el momento en que Gedeón necesitaba tomar una decisión, no tanto la de asumir el llamamiento para ser libertador de Israel, sino la de hacer de Jehová su Dios. La edificación de un altar a Jehová había sido una evidencia de que él lo reconocía como Dios. Sin embargo, Dios no podía coexistir en su casa con otros ídolos. Para que Jehová realmente fuera su Dios, tenía que deshacerse de todos los dioses e ídolos que solía adorar. De todas las pruebas que Dios le dio a Gedeón, esta quizás fue la más difícil, porque el altar de Baal y el poste de Asera no eran suyos, sino de su padre (se puede presumir que Joás también era el líder del clan, y que estos santuarios también eran usados por todos los habitantes del pueblo). Sin disputar ni demorar, Gedeón demolió todos estos santuarios. En verdad había hecho de Jehová su Dios.
Algunos han criticado a los primeros misioneros en China, diciendo que fueron insensibles a la cultura y herencia chinas al obligar que los nuevos conversos destruyeran sus ídolos. El ejemplo de Gedeón es una respuesta muy clara a estas críticas. En cambio, un triste ejemplo negativo de la llamada "evangalización culturalmente sensible" es la continuación de la práctica de “Vo- dou” en Haití por los llamados cristianos / católicos.
(1) ¿Qué nos enseña la reacción de los habitantes del pueblo sobre la condición espiritual de los israelitas en general en ese momento?
(2) ¿Qué nos enseña sobre lo que Gedeón había hecho?
(3) ¿Cuál fue la respuesta del padre de Gedeón? ¿Le sorprendió esta respuesta? ¿Por qué o por qué no?
(4) Estoy seguro de que mientras el pueblo hacía su investigación (v. 29), el padre de Gedeón hizo su propia investigación y había hablado directamente con Gedeón sobre los eventos. Por lo tanto, ¿qué reveló Joás cuando decidió defender a su hijo, que había derribado “su” altar a Baal?
(5) Gedeón pertenecía a la tribu de Manasés. ¿Puede usted recordar las tribus de donde habían venido los jueces anteriores?
(6) Aunque Gedeón había recibido un claro llamamiento de Jehová para liberar a su pueblo, ¿cuál era la clave para su acto de liberación y el momento en que lo hizo?
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando este tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él." (RVR1960) (Jueces 6:34)
De todos los jueces, me
agrada mucho Gedeón: él no hacía nada a menos que Jehová se lo indicara
claramente.
Es cierto que en ciertos pasajes puede parecer vacilante (y probablemente lo fue), pero yo preferiría pecar debido a la lentitud que debido a la presunción.
Si yo hubiera visto a Jehová cara a cara, escuchado Su llamado tan claro como la luz del día, si yo hubiera sido testigo de la quema milagrosa de mi ofrenda (pocos en la historia bíblica habían presenciado algo tan espectacular), si el Señor hubiera continuado hablándome en sueños o en en persona, si hubiera tomado las medidas para destruir el altar de Baal y el poste de Asera de modo que incluso mi padre se arrepentiera de su adoración de ídolos, yo estaría listo para conquistar el mundo y cumplir las palabras de Jehová: " Ve con esta tu fuerza, y libra a Israel…” (6:14).
Desde el primer día, Gedeón no tuvo la ilusión de que podría rescatar a Israel por sus propias fuerzas. Sabía desde el principio que no podía hacerlo solo, y lo que dijo en el v. 15 no fueron palabras de falsa humildad: "Mi familia es la más pobre en Manasés, y yo el menor de la casa de mi padre". Todos estos sucesos milagrosos posteriores aumentaron su fe en Dios, pero no en sí mismo. ¡Que hermoso!
No lo haría por si mismo o en su propio momento. Pero una vez que el Espíritu de Jehová vino sobre él, tocó la primera trompeta para que el pueblo lo siguiera (6:34).
El Espíritu de Jehová no solo obraba en el período de los Jueces; de la misma manera está activo entre nosotros hoy. Necesitamos aprender del ejemplo de Gedeón, quien confiaba en el Espíritu de Dios y en Su tiempo.
(1) Gedeón había visto a Jehová, escuchado su voz y visto la aceptación milagrosa de su ofrenda; había demostrado su valor al derribar el altar de Baal que pertenecía a su padre y sido testigo de las consecuencias de sus acciones; ahora, el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y él reclutó un gran ejército. ¿Por qué, entonces, necesitaba aún más evidencia de la liberación que Dios había prometido?
(2) ¿Jehová expresó enojo o impaciencia ante su petición? ¿Por qué?
(3) ¿Cuál fue su primera petición?
(4) ¿Cuál fue el resultado de su primera prueba?
(5) ¿Por qué no quedó satisfecho?
(6) ¿Cuál fue su siguiente petición?
(7) ¿Piensa usted que Gedeón había diseñado las dos pruebas como una sola?
(8) ¿Jehová expresó enojo o impaciencia ante su petición adicional? ¿Por qué?
(9) ¿Nosotros podemos probar al Señor como lo hizo Gedeón? ¿Por qué o por qué no?
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Si has de librar a Israel por mi mano, como has dicho…” (LBLA) (Jueces 6:36)
Si usted lo piensa bien se dará cuenta de lo gracioso que fue el hecho de que Gedeón probara a Jehová con el vellón. Él ya había tocado su trompeta y visto como estas tribus del norte habían respondido en masa. Los había reunido para enfrentar a sus enemigos; sin embargo, ¡eligió este momento para probar a Jehová una vez más! ¿Qué habría pasado si Dios no hubiera pasado la prueba? O más bien, ¿qué habría pasado si Gedeón hubiera escuchado mal? ¡Qué podría hacer Gedeón!
Sin embargo, cuando leemos con atención su petición al Señor, nos damos cuenta que él no buscaba probar a Dios para ver si cumpliría Su promesa de salvar a Israel. ¡Lo probó para ver si salvaría a Israel a través de él ! Quería dejar en claro, sin lugar a dudas, que no había actuado con presunción, porque no solo estaba en juego su vida y su reputación, sino también la de toda la nación, y de hecho, ¡también de la de Dios!
Él también diseñó la prueba — y yo creo que planeó las dos pruebas muy de antemano como un conjunto. Tal vez (como opinan algunos) el vellón representaba al propio Gedeón — una cosa tan insignificante en el suelo de su era — pero si a Dios le importara lo suficiente para alterar el pequeño vellón como Gideon deseaba — que estuviera seco o húmedo — ¡A Dios le importaría lo suficiente usarlo en cualquier situación!
Además, lo hizo con reverencia, con miedo y temblor, pidiéndole a Dios “No se encienda tu ira contra mí”, porque reverenciaba a Jehová.
Ha habido mucha discusión sobre si es apropiado que probemos a Jehová como lo hizo Gedeón. Con base en las reflexiones anteriores, creo que es mucho más importante que busquemos emular la actitud de Gedeón en lugar de su prueba de Jehová, ya que debemos tener mucho cuidado de que lo que hacemos sea impulsado por la voluntad de Dios y no por la presunción. Debemos tener presente la reputación de Dios, y no la nuestra; también debemos temer a Dios como el Santo y el Soberano. Cuando tenemos la actitud correcta, nuestras acciones le agradarán. Yo creo que Gedeón agradó a Dios con la prueba del vellón.
(1) ¿Qué significa “Jerobaal”? ¿Como le habría afectado a Gedeón que fuera llamado por este nombre todo el tiempo? (Póngase en su lugar.)
(2) ¿Por qué Dios decidió reducir el tamaño del ejército de Gedeón?
(3) ¿Qué pudo haber significado esto para Gedeón?
(4) ¿Qué excusa permitió Dios que tuvieran estos “voluntarios” israelitas?
(5) ¿Cuántos aprovecharon esta oportunidad para echarse atrás y no pelear en la batalla?
(6) ¿Qué mensaje(s) podría haber en esto para nosotros hoy (a) como seguidores de Jesucristo y (b) cuando llamamos a otros a seguir a Cristo y servir en Su causa?
(7) ¿Qué significó esto para Gedeón, un hombre que poco antes estaba luchando con su confianza en la promesa de Dios?
(8) ¿Cuántos quedaron para seguir a Gedeón, y a cuántos hombres quiso Dios reducir el ejército?
(9) ¿Cuál fue el segundo método que Dios usó para reducir el tamaño del ejército?
(10) ¿Cuál pudo haber sido la diferencia entre arrodillarse para beber y lamer agua poniendo la mano a la boca?
(11) En esencia, a juzgar por las dos eliminaciones, ¿qué clase de hombres quería Dios en Su ejército? ¿Qué tipo de personas no quería?
(12) ¿Cuál es su implicación para nosotros como discípulos de Jesucristo?
(13) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Aún es mucho el pueblo; ... allí te los probaré." (RVR1960) (Jueces 7:4)
Ya reflexionamos sobre como Gedeón probó a Jehová con el vellón. ¡Me pregunto cuál de los dos realmente estaba probando al otro!
Cuando el Espíritu del Jehová descendió sobre Gedeón y este tocó la trompeta, 32.000 hombres se unieran a él para luchar contra el formidable ejército aliado de los madianitas. Esto probablemente hizo mucho para levantar la moral, ¡no solo la de Gedeón, sino la de todo Israel! ¡Pero un momento! No fue un estímulo para la moral de Dios, fue todo lo contrario. Él no consideraba a la mayoría de estos hombres aptos para Su batalla. El simple hecho de que eran guerreros hábiles no era suficiente para Él. Las dos reducciones que ordenó a Gedeón que hiciera reflejaron qué clase de persona permitiría que se uniera a Su ejército.
En primer lugar, Dios no quería personas que se unieran a Su ejército simplemente porque otros lo habían hecho. En otras palabras, tales personas podrían no tener ninguna pasión o sentido de misión para luchar por Jehová. Podrían no estar dispuestas a arriesgar su vida, a dejar a sus familias o interrumpir las actividades cotidianas de la vida. Este tipo de personas se unieron solo porque otros lo habían hecho y no querían quedar mal, por lo que ellos también decidieron hacerlo. Pero cuando se les ofreció oficialmente la opción de echarse atrás, 22.000 de ellos — más de dos tercios — se retiraron de inmediato. ¿Realmente lo hicieron porque “tenían miedo y temblaban”? Lo dudo mucho, porque lo último que quiere un guerrero es que la gente se ría de él. Pero como no tenían una verdadera pasión o sentido de misión, ¡aprovecharon la mejor oportunidad para echarse atrás!
Luego, Jehová no permitió que se uniera quien no estuviera alerta y disciplinado para la guerra. Aunque tuvieran en su corazón un deseo de participar en la guerra de Dios, sus vidas eran tales que nunca estuvieron preparados. La diferencia entre beber con las rodillas hacia abajo y lamer el agua poniendo la mano a la boca es el hecho de estar alerta y ser disciplinado. La manera en que bebían los primeros mostraba que su enfoque principal era saciar su sed y no estar alerta ante un posible ataque enemigo. Estos últimos demostraron su vigilancia y disciplina como soldados.
Ambos son criterios importantísimos para nosotros hoy como soldados de Jehová. El Señor exige que lo sigamos con un claro sentido de misión, y que estemos dispuestos a abandonar incluso a los seres queridos más cercanos a nosotros para llevar nuestra cruz y seguirlo (Lc. 14:26-27). Por eso dice: “cualquiera de vosotros que no renuncie a todas sus posesiones, no puede ser mi discípulo” (Lc. 14:33).
Es de igual importancia vivir una vida de disciplina y vigilancia, como nos recuerda el apóstol Pablo: “el tiempo, que ya es hora de despertaros del sueño;... la noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias…” (LBLA) (Rom. 13:11-13).
Si pensamos que podemos servir al Señor mientras nuestro espíritu está dormido, no estamos en condiciones de ser parte de Su ejército.
(1) En el capítulo anterior leímos los muchos diálogos animados entre Gedeón y Jehová. ¿Gedeón le dijo algo a Jehová durante el proceso de eliminación? ¿Qué nos enseña esto sobre Gedeón?
(2) ¿Qué le enseña esto sobre el proceso de capacitación por la cual una persona necesita pasar antes de ser usada grandemente por el Señor?
(3) ¿Cómo describe la Biblia al ejército de los madianitas?
(4) Aunque Gedeón parecía haber progresado bastante en su fe, ¿cómo le dio Dios aun más aliento? ¿Por qué?
(5) ¿De qué manera el sueño pudo haber afectado al ejército de los madianitas, y por qué Dios decidió usar un “pan de cebada” para representar la espada de Gedeón?
(6) ¿Qué hizo Gedeón al escuchar el sueño? ¿Qué quiere decir la palabra "adoración" en este contexto?
(7) ¿Usted alguna vez adoró a Dios debido a una experiencia similar? ¿Qué significa para usted la "adoración" todos los domingos?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se inclinó y adoró." (LBLA) (Jueces 7:15)
En general, antes de que Dios pueda usar a una persona grandemente, hay un largo proceso de moldeo y entrenamiento. Esta realidad nos muestra nuestra necesidad de ser transformados, y también revela la paciencia de Dios. En el caso de Gedeón, parece que el proceso de moldeo y transformación alcanza su punto culminante en 7:15.
Estamos familiarizados con el llamamiento de Gedeón — la aparición personal del Señor como el "ángel del Jehová", las claras palabras de llamamiento y la quema milagrosa de su ofrenda, una experiencia que solo Abraham había tenido antes que él (Gn. 15).
Su llamado fue acompañado necesariamente de un verdadero arrepentimiento: la destrucción de los ídolos, incluso los de su padre.
Luego, Gedeón experimentó por primera vez en su vida la venida sobre él del Espíritu de Jehová, que le dio gran valor para reunir entre las tribus del norte de Israel un ejército considerable de 32.000 personas.
Luego vino la prueba definitiva de su fe y obediencia, cuando Jehová redujo el ejército a solo 300 personas. Me pregunto si la prueba mayor fue para Gedeón o para los 300 que aún lo seguían. ¡Supongo que lo fue para todos!
No cabe duda de que Gedeón había crecido en su fe — aunque no hubo ningún diálogo animado entre él y Jehová, ciertamente no hubo palabras de duda. Gedeón permaneció en silencio. Pero por dentro, Gedeón no era más que humano, y el Señor sabía que debajo de este mar de calma, todavía había corrientes de miedo. El Señor sin duda fue extremamente comprensivo, y le dio una oportunidad más a Gedeón de estar seguro de Su presencia y Su victoria.
El sueño que escuchó del hombre (probablemente un soldado del campamento enemigo) le dio la seguridad que necesitaba: “Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel; Dios ha entregado en su mano a Madián y a todo el campamento” (7:14).
Yo leí el siguiente versículo de las Escrituras con gran asombro y emoción: “Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró” (7:15). ¡Yo esperaba que la respuesta de Gedeón fuera algo como, "dio gracias al Señor", o "confió en el Señor"! ¡Pero no! ¡Él "adoró"!
Esto significa que Gedeón había llegado a "entregarse totalmente a Dios" — ese es el verdadero significado de la adoración. El acto de adorar, ya sea en el Antiguo o en el Nuevo Testamento, a menudo se expresa en el acto de postrarse ante el Señor. Esa postura no significa nada más que la entrega total de una persona a Dios. ¡Eso fue exactamente lo que hizo Gedeón!
Tal acto de adoración concretizó su arrepentimiento — con ello, se arrepintió de sus dudas sobre si Dios lo usaría para salvar al pueblo; también expresó su confianza total en que, aunque solo tenía 300 hombres, eran más que suficiente, porque Dios lo había prometido; además, mostró su entrega total a Dios — ahora podía ver más que su pecado, que su pequeñez y su insignificancia — ahora podía ver la santidad, la grandeza y la majestad de este Dios del universo. La única respuesta posible era postrarse ante Él y adorarlo. En cierto sentido, ¡su transformación ya estaba completa!