Esta semana comenzaremos el estudio de todo el Libro de 1 Samuel en el Antiguo Testamento.
Introducción:
Los libros de 1 y 2 Samuel originalmente formaban una sola obra; los traductores del Antiguo Testamento griego (la Septuaginta) fueron quienes dividieron el libro en dos. Junto con 1 y 2 Reyes, los cuatro volumes fueron considerados los libros de los “Reyes” o los “Reinos”.
Según las tradiciones judías, Samuel fue el autor del libro de Samuel. Sin embargo "probablemente llevan su nombre debido a su papel dominante en los primeros veinticinco capítulos". Cabe señalar que 1 Crónicas 29:29-30 dice lo siguiente sobre las fuentes de donde proviene parte del contenido:
“Los hechos del rey David, desde el primero hasta el último, están escritos en las crónicas del vidente Samuel, en las crónicas del profeta Natán y en las crónicas del vidente Gad, con todo su reinado, su poder y todos los acontecimientos que vinieron sobre él, sobre Israel y sobre todos los reinos de aquellas tierras." (LBLA)
Los Libros de Samuel cuentan la historia del desarrollo del reinado bajo Saúl (1070? -1010 a.C.) y David (1040-970 a.C.), desde la extinción de los jueces (Samuel es el último de los jueces) hasta el final del reinado del rey David.
1 Samuel trata del ascenso de Samuel como el último juez y primer profeta, y del reinado del rey Saúl. Se puede dividir en tres secciones:
Capítulos 1-7: El papel de Samuel como juez
Capítulos 8-15: La elección y el rechazo del rey Saúl
Capítulos 16-31: El conflicto de Saúl con el Elegido, el Rey David
Al leer el primer capítulo de este libro, es interesante notar que el resurgimiento de la teocracia en Israel bajo Samuel no comienza inmediatamente con el llamado de Samuel como profeta, sino con un contraste entre dos familias — la familia sacerdotal impía de Elí y la piedad de los padres de Samuel, cuya genealogía se remonta a Coat, hijo de Leví (ver 1 Crónicas 6:16-28). La Biblia dice que su padre Elcana era un efraimita, “porque, en lo que respecta a su posición social, él pertenecía a la tribu de Efraín… (ya que los) levitas eran considerados como pertenecientes a las tribus en las cuales vivían ... ” (K&D, 374).
(1) Antes de comenzar a estudiar este pasaje, lea nuevamente el último versículo del Libro de los Jueces (21:25). Reflexione sobre las siguientes preguntas a la luz de la apatía espiritual de la época:
a. ¿Cuál probablemente habría sido el ambiente espiritual en la casa del (sumo) sacerdote?
b. ¿Cuál probablemente habría sido el ambiente espiritual en el hogar israelita promedio?
(2) Según el verso 3, quienes estaban a cargo del funcionamiento del templo, el cual debería incluir la presentación de las ofrendas diarias, el reabastecimiento de la Mesa de la Presencia, el mantenimiento del candelabro de oro y la quema diaria del incienso fragante en el altar que era considerado “muy santo a Jehová” (Éxodo 30:10)?
(3) No podemos formar ningún juicio de valor sobre Elcana con base en el hecho de que tenía dos esposas, una práctica que en ese momento era común; sin embargo, a la luz de la condición espiritual de la nación en aquella época, ¿qué sugiere sobre Elcana su hábito de ir a Silo (donde estaba el tabernáculo) año tras año?
(4) El hecho de que Ana es mencionada antes que Penina sugiere que ella probablemente fue la primera esposa, cuya esterilidad probablemente llevó al casamiento de Elcana con su segunda esposa Penina.
a. ¿Qué quiere decir la afirmación "[Jehová] le había cerrado la matriz" (v. 5, ver la nota en LBLA)
b. ¿Cómo reaccionó Ana, especialmente en lo que respecta su relación con Jehová? (Aunque el nombre Ana significa gracia, una mujer sin hijos era tan estigmatizada que se ella se habría sentido avergonzada y maldecida).
(5) En su opinión, ¿por qué Penina elegía “irritar” a Ana?
(6) ¿Qué hizo Elcana para pacificar la situación? ¿Ayudó? ¿Por qué o por qué no? ¿Qué debería haber hecho, y qué podría hacer?
(7) A pesar de que Ana estaba "amargada de alma", ¿qué eligió hacer con tanta intensidad que el sacerdote pensó que estaba borracha?
(8) ¿Qué nos enseña sobre lo siguiente el hecho de que Eli pensó que estaba borracha?
a. el discernimiento espiritual de Elí
b. la manera en que normalmente se oraba en el patio del templo?
(9) La oración de Ana equivalió a un "trato" con Jehová:
a. ¿Es correcto negociar con el Señor mientras oramos?
b. ¿A qué recurrió?
c. ¿Qué promesa hizo?
(10) ¿Cuál fue la respuesta que Dios le dio a Ana a través del sacerdote Elí? ¿Podía un sacerdote como él aún ser usado por Dios?
(11) ¿Cuál fue la reacción inmediata de Ana a las palabras que Dios le dio a través de Elí?
(12) Con base en la reacción inmediata de Ana a las palabras de Dios, ¿qué podemos aprender sobre la esencia de la oración? (ver Hebreos 11:6)
(13) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y ella dijo: 'Halle tu sierva gracia ante tus ojos'. Y la mujer se puso en camino, comió y ya no estaba triste su semblante." (LBLA) (1 Sam. 1:18)
¿Usted alguna vez se sintió tan abrumado que oró como Ana, derramando su alma (1:15) y llorando mucho (1:10), con tanta intensidad que los que no sabían pensaron que usted estaba borracho?
Probablemente sí, excepto cuando usted se levantó, su corazón estaba igual de pesado y su rostro igual de abatido.
Ana fue, sin duda, una mujer de fe excepcional.
Necesitamos entender que ella vivió en una época en la que la condición espiritual de Israel estaba en su punto más bajo porque “no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”(Jueces 21:25). Peor aún, el sumo sacerdote no proporcionaba dirección o liderazgo espiritual permitiendo que sus dos hijos malvados ejercieran el papel sacerdotes de Jehová (1: 3). El resultado fue que “la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia” (3:1).
Fue en este contexto espiritual tan lamentable que Ana soportó la vergüenza de la esterilidad, la cual se consideraba como una señal de que había hecho algo malo para incurrir en la maldición de Dios. No tengo idea de lo que Elí y sus hijos enseñaban año tras año cuando Ana y su familia iban a adorar y sacrificar a Jehová en Silo. Parece que independientemente de lo que estos sacerdotes enseñaban y cómo vivían sus vidas, Ana fue capaz de pasar por alto las insensateces de estos agentes humanos. Ella siguió yendo a Silo todos los años; siguió presentando sus sacrificios y participando en la comida de la comunión; y siguió presentando sus oraciones a Jehová. En otras palabras, a pesar de toda la decadencia espiritual que la rodeaba y la aparente desaprobación que había recibido de Jehová, estaba determinada a confiar en Él. Lo único que ella esperaba y anhelaba era que Dios contestara sus oraciones.
Con el tiempo, su corazón puro logró discernir la voz de la respuesta de Jehová, incluso en la boca de un sumo sacerdote sin discernimiento: "Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho" (1:17). Es obvio Eli nunca la había notado en años anteriores (estaba demasiado ocupado durmiendo en su silla o demasiado concentrado en la carne que obtendría de su sacrificio). ¡Nunca se había dado el trabajo de hablar con la mujer hasta ahora!
Una vez que ella discernió que esta comunicación incomprendida era una respuesta divina a su oración, reconoció que su oración había sido contestada y su semblante ya no estaba triste. ¡Incluso pudo comer!
Nosotros, que tenemos la Palabra de Dios escrita, que tenemos muchas más enseñanzas y comprensión de la Palabra, debemos aprender a orar como Ana, confiando en que a Dios le importa nuestra difícil situación, y que Él escucha cada vez que derramamos nuestro corazón delante de Él! ¡Ya no hay razón para estar triste, no hay razón para no comer!
(1) Si usted fuera Ana, ¿cómo se habría sentido al dar a luz a Samuel? Cabe señalar que ella misma fue quien le dio su nombre, Samuel, que parece significar algo como “oído por Dios”?
(2) Si usted fuera Ana, ¿cuáles habrían sido sus esperanzas y sueños respecto a Samuel?
(3) Recuerda la promesa de Ana en el v. 11. ¿Piensa usted que ella pudo haber dudado respecto al trato que había hecho con Dios? ¿Por qué o por qué no?
(4) ¿Acaso no habría aprovechado la primera oportunidad para volver al templo y presentar su acción de gracias? ¿Por qué Ana decidió no ir al templo? ¿Fue una táctica dilatoria?
(5) ¿Cuál fue la respuesta de Elcana a la petición de Ana de no llevar al niño al templo aún? ¿Qué quiso decir con la frase "solamente que cumpla Jehová su palabra"?
(6) Como sabemos, Elí era un mal sacerdote con dos hijos malvados. ¿Qué excusa pudo haber tenido Ana para no llevar a Samuel para que lo criaran en el templo?
(7) ¿Qué edad tenía Samuel cuando Ana decidió cumplir su promesa? ¿Cómo describiría usted la fe que Ana mostró al cumplir su promesa a Jehová? ¿Cuál fue el resultado de sus acciones (ver 2:26, 35)?
(8) Al mirar este
incidente desde una perspectiva histórica más amplia, percibimos que la oración de una
mujer cambió el destino de una nación. Reflexione sobre la oración de
Ana en el v. 11 y sus palabras de compromiso en el v. 28.
¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“ Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová." (RVR1960) (1 Sam. 1:28)
No es exagerado decir sobre Ana que la oración de una mujer cambió el destino de toda una nación. Permítame compartir el siguiente extracto sobre el impacto de algunas madres en la historia:
“Gordon Parks es el menor de quince hijos nacidos de un pobre agricultor en Kansas. Aunque no completó la escuela secundaria, ha escrito varios libros y dirigido películas. Nunca tomó una sola clase de música, pero ha compuesto una sinfonía y varias sonatas.
“Gordon Parks atribuye sus amplios logros a la influencia de su madre, Sara Parks — una mujer negra y pobre sin educación que a menudo llevaba una Biblia debajo del brazo. Justo antes de su muerte, cuando Gordon tenía quince años, ella lo llamó y le dijo:
'Hijo, creo que vas a ser un gran hombre. Pero quiero que trabajes en eso. Cuida a tus hermanas. Te dirán lo que es correcto porque yo les he enseñado lo que es correcto. Luego ve al norte. Aprovecha todo. Haz las cosas un poco mejor que lo mejor. Haz cosas un poco más grandes que las más grandes. Pero recuerda siempre este lugar — quiero que esta casa sea tu árbol de aprendizaje.'
“¿Usted alguna vez pensó en su hogar como un árbol de aprendizaje — un lugar que proporciona un estímulo espiritual e intelectual a sus hijos? ¿Usted piensa en su hogar como un ambiente para alentar sus sueños e inspirar su creatividad? ¿Es su hogar un lugar seguro para sondear nuevas ideas? ¿Es una plataforma de lanzamiento desde la cual sus hijos pueden salir a explorar el mundo del más allá?
“En Roots of Success, las autoras Leslie Elliott y Trudy Schlacter exploran el papel de las madres en las vidas de los niños superdotados. Casi sin excepción, las madres de estos niños y niñas estuvieron intensamente involucradas en la vida de sus hijos, alentándolos, estimulándolos y desarrollándolos. Esta seria atención por parte de las madres fue un factor evidente, independientemente de sus antecedentes sociales o económicos, y parecía ser un denominador común entre estos individuos dotados.
“El libro Behind the Ranges nos ayuda a entender cómo fue la vida en el hogar del misionero pionero J. O. Fraser. Su madre enseñó a sus hijos el dibujo y la música, y les transmitió su propio interés por las misiones. Annie Fraser estudiaba las Escrituras con diligencia para comunicar eficazmente las verdades espirituales a sus hijos. La familia Fraser incluso publicaba una revista mensual, y juntos practicaban actividades como la fotografía y el ciclismo.
“Cuando todavía era un niño, J. O. Fraser fue contagiado por el amor de su madre por las misiones, el aprendizaje y la vida.
“¿Debemos descartar a Sara Parks y Annie Fraser como mujeres excepcionales, demasiado dotadas para servir de modelos para nosotros? ¿Sus ideas son solo para las pocas madres que poseen talentos o visión extraordinarios? ¡No! Son ejemplos para todos nosotros."
(A Mother’s Heart, por Jean Fleming)
El cántico de alabanza de Ana es uno de los grandes poemas de las Escrituras que presenta la “gran inversión” que ocurre en las manos de Dios. Sin embargo, uno no debe pasar por alto el hecho de que ella fue capaz de mirar más allá de sí misma y de sus propias circunstancias para ver tanto el carácter de Dios como Sus propósitos según fueron revelados en Su respuesta a su oración:
2:1-3—Quién era Dios para ella
(1) ¿Qué razón da ella para alabar a Jehová? (v. 1)
(2) ¿De qué maneras nadie se puede comparar con Dios? ¿Cómo Ana llegó a esa conclusión? (v. 2)
(3) ¿Qué lección deberían sus enemigos aprender de su experiencia? (2:3)
2: 4-8a—El Dios de las inversiones ¿Qué lecciones puede uno aprender?
(4) en tiempos de conflicto (v. 4)
(5) en tiempos de abundancia y necesidad (v. 5a)
(6) en tiempos de aparente maldición o bendición (v. 5b)
(7) en la enfermedad y en la salud (v. 6)
(8) los humildes y los orgullos (v. 7)
(9) A la luz de lo anterior, ¿cómo debemos enfrentar nuestras adversidades? (v. 8b)
2:8b-10—El Dios que actúa
(10) ¿Qué impacto debería tener en nuestra actitud (especialmente en tiempos de adversidad) el recuerdo y el reconocimiento de que Dios puso el fundamento de la tierra, y que ella todavía le pertenece?
(11) ¿Cómo guardará Dios los pies de Sus santos?
(12) ¿Cómo silenciará a los malvados?
(13) ¿Cuál es el mensaje profético al final de su canción?
(14) Con base en el contenido de esta canción, ¿cómo podemos entender lo siguiente?
a. Lo que pensaba Ana sobre el nacimiento de Samuel
b. Lo que ella posiblemente anhelaba y soñaba para Samuel
(15) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Aun la estéril da a luz a siete, mas la que tiene muchos hijos languidece." (LBLA) (1 Sam. 2:5)
El cántico de Ana fue un cántico muy notable que se convirtió en una especie de modelo para los salmos y poemas de la Biblia, y su influencia en el cántico de María en el nacimiento de Jesús es inconfundible (Lc. 1:46-55). Ambas canciones destacan a Dios como el defensor de los "desamparados".
En el caso de Ana, la sociedad la despreciaba como una mujer estéril maldita, y la otra esposa de su marido la intimidaba; no había nada que pudiera hacer al respecto. Sin embargo, justo cuando pensaba que estaba destinada a vivir una vida de derrota y vergüenza, su fe en Jehová dio frutos. Ella fue bendecida con un hijo, y en el fondo de su corazón sabía que aunque estaba devolviendo a este hijo, Samuel, a Dios, Él multiplicaría Sus bendiciones sobre ella. No, Dios no le dio exactamente siete hijos como decía su canción, sino seis; sin embargo, el número siete es obviamente un símbolo de la perfección. Cualquier cosa que le diera Dios era perfecto para ella.
Es obvio que su canción fue inspirada por el Espíritu Santo, porque termina con las palabras proféticas de que Dios exaltaría el cuerno de su ungido, la palabra que en hebreo es Mesías. De hecho, a través de su hijo David sería ungido rey, y a través del linaje de David llegaría el Mesías del mundo.
Pero ante todo, esta canción revela que ella había llegado a conocer la persona de Dios a través de una jornada de fe y luchas. Había llegado a entender que Dios es Aquel que defiende a los que le pertenecen, los “santos” (v. 9). Reflexione sobre las siguientes ventajas de pertenecerle:
- Aunque tropecemos, podemos salir victoriosos en la batalla contra los fuertes (v. 4).
- Nuestra hambre puede ser saciada mientras que los saciados pasen hambre (v. 5).
- Las mujeres estériles tendrán hijos, mientras que las que tienen muchos hijos no tendrán una vida feliz (v. 5).
Así, su canción llega a las siguientes conclusiones (2:2):
- No hay nadie santo como Jehová: es decir, Él es distinto, incluso de aquellos que le pertenecen.
- No hay nadie fuera de Él: no solo con respecto a Su poder, sino también el cuidado que da a los que le pertenecen.
- No hay Roca como nuestro Dios: ¡Ana lo experimentó de primera mano mientras derramaba sus problemas ante Él, sin refugiarse en nadie más!
Al reflexionar sobre esta canción de Ana, cierto escritor recuerdó la letra de un villancico escrito por Henry W. Longfellow:
Luego repicaron las campanas más fuerte y profundo:
'Dios no está muerto, ni duerme;
El mal fracasará, el bien prevalecerá,
Con paz en la tierra, buena voluntad para los hombres'.
2:12-17—Los pecados de los hijos de Elí como sacerdotes
(1) Según el recordatorio en 2:28, ¿cuál era el papel de los sacerdotes?
(2) ¿Cuál fue el mandamiento de Dios para los sacerdotes en Levítico 22:1-2 con respecto a cómo debían tratar los sacrificios?
(3) Detalles específicos:
a. Según Levítico 7:30-34, ¿qué parte de la carne de una ofrenda (una que conllevaba una comida de sacrificio) pertenecía al sacerdote?
b. ¿Qué debían hacer con la grasa ¿Por qué? (Levítico 3:15-16)?
(4) ¿Cuáles fueron, entonces, los pecados cometidos por los hijos de Elí como sacerdotes?
(5) Los términos usados aquí para describir a los dos hijos incluyen: "hombres impíos", "no tenían conocimiento de Jehová" (v. 12) y "menospreciaban las ofrendas de Jehová" (v. 17).
a. ¿Por qué eran sacerdotes?
b. ¿Qué impacto habrían tenido sus acciones en los adoradores y en los otros levitas?
c. ¿Por qué fueron tan atrevidos al abusar de sus deberes sagrados?
d. ¿Debemos culpar a Dios por haber causado estos males debido a Su ley de sucesión?
e. ¿A quién se debe culpar entonces?
(6) ¿Qué lecciones podemos aprender con respecto al acto de nombrar u ordenar personas al ministerio?
2:18-21—Samuel, el sacerdote
(7) Uno puede imaginar como Samuel habría sido testigo de la maldad de los dos hijos de Elí, cuyos pecados eran conocidos por el pueblo, incluidos Elcana y Ana:
a. ¿Cómo podía Samuel mantener su pureza ante el Señor?
b. ¿Quién piensa usted que le enseñó a Samuel las palabras de Dios, el sacerdote Elí o sus propios padres? (2:11)
(8) ¿Cómo recompensó Jehová a Ana por su fe en Él y por cumplir con su compromiso de devolver a su hijo al Señor?
(9) Haga una lista de todas las cualidades espirituales que tenía Ana y las lecciones que usted ha aprendido de ella.
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“ Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová." (RVR1960) (1 Sam. 2:12)
Cuando somos testigos de rebeliones flagrantes contra Dios y Sus palabras, o de grandes injusticias en la sociedad, a menudo nos preguntamos por qué Dios no interviene y castiga a los malvados de inmediato. Esa pudo haber sido la pregunta de muchos de los que veían lo malvados que eran los dos hijos de Elí.
Cuando los dos hijos de Aarón usaron “fuego extraño”, Dios los castigó inmediatamente y fueron consumidos por el fuego de la presencia del Señor (Levítico 10:1-2). A diferencia de ellos, los pecados de los dos hijos de Elí fueron mucho más perversos: desdeñaban las ofrendas llevadas por el pueblo a Jehová, no solo escogían cualquier parte de la carne cruda que deseaban, sino que comieron la grasa, una porción que la Ley ordenaba claramente que debía ser quemada, puesto que pertenecía a Jehová. De manera igualmente perversa, también contaminaban el templo del Señor al cometer adulterio con las mujeres que servían a la entrada de la Tienda del Encuentro. ¿Por qué, entonces, Dios no los mató de inmediato, sino que les permitió continuar insultando Su nombre y contaminando Su santuario durante años?
Una obvia razón podría ser que cuando Dios mató a los dos hijos de Aarón, había otros hijos de Aarón, Eleazar e Itamar, que no habían cometido el mismo pecado y podían ocupar su lugar.
Pero en el caso de los dos hijos de Elí, Elí era ciego y demasiado viejo para cumplir con los deberes del sacerdote; además, no tenía otros hijos que pudieran ocupar su lugar. Elí pertenecía a la familia de Itamar, pero parece que no había ningún miembro de esta familia o la de Eleazar que tuviera la edad suficiente para ocupar su lugar (eventualmente Salomón destituiría a los descendientes de Elí del sumo sacerdocio y nombraría a Sadoc, un descendiente de la familia de Eleazar, como el sumo sacerdote en 1 Rey. 2:27). Como resultado, Dios tuvo que esperar hasta que Samuel creciera antes de que pudiera acabar con los dos hijos malvados de Elí para siempre.
Este caso nos muestra que puede haber razones históricas y prácticas que nos ayudan a comprender el "retraso" en el juicio de Dios; sin embargo, es posible que la mayoría de las veces no podamos ver la razón oculta del aparente retraso de Dios en acción, pero eso no quiere decir que a Dios no le importa, o que Su brazo está acortado. Su juicio vendrá sobre los malvados; es solo cuestión de tiempo.
2:22-29—Los pecados de Elí
(1) Elí obviamente estaba enterado de los pecados de sus hijos como sacerdotes. ¿Qué debería haber hecho (a) como padre y (b) como sumo sacerdote de Jehová?
(2) Eli finalmente decidió confrontar a sus hijos:
a. ¿Con qué palabras describió los pecados de los hijos?
b. ¿Usted describiría esas palabras como duras y severas?
c. ¿Qué les habría hecho a los dos si no fueran sus hijos?
d. ¿Piensa usted que él mismo intercedió por sus hijos? ¿Por qué no lo hizo?
(3) Si pensamos que las personas son un producto de su entorno, ¿qué nos enseña el v. 26?
(4) ¿Por qué Dios eligió enviar a alguien para reprender a Elí? ¿Cuál fue el propósito de Dios?
(5) ¿Cómo debería Elí pensar sobre su papel como sumo sacerdote? (vv. 27-28)
(6) Los pecados de Elí:
a. Despreciar el sacrificio y la ofrenda de Dios: ¿Cómo Elí fue culpable de este pecado?
b. ¿Cómo demostró Elí que honraba a sus hijos más que a Dios?
c. ¿Elí también comía las porciones de carne escogidas que sus hijos tomaban?
(7) El juicio es pronunciado por Jehová:
a. Esto no revocó el pacto perpetuo del sacerdocio que se había hecho con los descendientes del padre de Elí (es decir, Aarón), porque la expresión “lejos esté esto de mí” debe leerse junto con lo que sigue como el principio sobre el cual esta promesa continuaría siendo válida. Por lo tanto, ¿cuál es ese principio según el final del v. 30?
b. El juicio real incluía lo siguiente:
- Cada hombre nacido en su casa moriría joven.
- El dolor y la aflicción serían características de su casa.
- Los dos hijos de Eli morirían en el mismo día.
- El “sumo” sacerdocio sería entregado a otro que no perteneciera a su linaje y que actuaría según con el corazón y la mente de Dios.
Luego, ¿cómo respondió Elí a estas palabras de Dios?
¿Qué significa su (falta de) respuesta?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“¿Por qué pisoteáis mi sacrificio y mi ofrenda que he ordenado en mi morada, y honras a tus hijos más que a mí, engordándoos con lo mejor de cada ofrenda de mi pueblo Israel? (1 Sam. 2:29)
Es obvio que los pecados de los dos hijos de Elí fueron atroces — despreciar de manera descarada lo que claramente pertenecía al Señor, robar las porciones del sacrificio que debían ser quemadas por completo, y cometer adulterio con mujeres que servían a la entrada del tabernáculo. Sin embargo, Jehová también culpó directamente a su padre, acusándolo de honrar más a sus hijos que a Él.
Para ser justos, debemos reconocer que la decadencia moral y espiritual no comenzó cuando Elí fue juez de Israel; ya había comenzado mucho tiempo antes. Elí heredó una sociedad básicamente impía, en la que cada uno hacía lo que creía conveniente (Jue. 21:25). En otras palabras, sus dos hijos nacieron en una era de impiedad e inmoralidad. Lo que hacían fue en gran medida un reflejo del mundo en el que vivían. Pero no eran jóvenes cualquieres, eran los hijos del sumo sacerdote y habían asumido los deberes sacerdotales ya que Elí era muy viejo y obviamente no se podía mover. Mientras intentamos comprender el fracaso de Eli, quizás debemos pensar en los siguientes factores que habrían jugado un papel importante a este respecto:
(1) Los dos hijos de Elí le nacieron en su vejez: El v. 2:17 describe a los dos hijos como hombres jóvenes, mientras que Elí era muy viejo (2:22). Es muy común que los niños, especialmente los varones, nacidos de alguien en su vejez sean muy mimados. Puesto que ni siquiera se menciona la esposa de Elí, quizás ya estaba muerta cuando ocurrieran estos perversos incidentes. Sin su esposa, Eli obviamente trató a los hijos de manera muy suave.
(2) Elí no era un ejemplo piadoso: La flagrante violación de la ley del sacrificio por parte de los dos hijos fue perversa, no solo debido a la violación, sino también porque estaban robando lo que pertenecía a Jehová. Pero la pregunta es esta: ¿ellos fueron los primeros en violar la ley del sacrificio de esa manera, o simplemente estaban siguiendo el ejemplo de su padre? El hecho de que Elí era muy pesado (4:18) y que Jehová señaló claramente que él había tenido un papel en tomar la parte escogida del sacrificio para engordarse a sí mismo (2:29) sugiere que tales prácticas malvadas no habían comenzado con sus hijos, sino con Eli. Apesar de ello, él no lo había hecho tan descaradamente como sus hijos. La conclusión es que él se comía lo que los hijos le habían quitado injustamente al pueblo. Si el padre también participaba de sus malas acciones, ¿quién era él para decirles a sus hijos que dejaran de practicarlas?
(3) Elí eludió su responsabilidad principal para con Dios: Como sumo sacerdote, se le había confiado tanto la enseñanza como el ejercicio de la ley. La Ley claramente le daba autoridad para lidiar con el adulterio, y debido a eso, junto con la infracción gravísima de la ley de los sacrificios, Elí debería haber castigado a sus hijos con la muerte. Lo mínimo que debería haber hecho era quitarles el sacerdocio. Desafortunadamente, lo único que hizo fue reprenderlos verbalmente, sin siquiera amenazarlos con ninguna medida de castigo.
A pesar de lo culpable que era Elí, veo que Dios le dio muchas oportunidades para tomar medidas contra sus hijos. El hombre de Dios vino con el fin de señalar sus pecados y a pronunciar el juicio inminente. La conclusión era que se trataba de una invitación al arrepentimiento; sin embargo, él no respondió, a pesar de que sabía que sus hijos tenían problemas serios. Luego vino el llamado de Samuel por parte de Dios por la noche. El mensaje fue dado tanto a él como a Samuel, y todavía había tiempo para que actuara. Una vez más, él no respondió. Quizás, sabía que sus hijos ya estaban más allá del arrepentimiento, pero él no lo estaba. Uno se pregunta, ¿cómo pudo esperar la ejecución del juicio Dios sin siquiera suplicarle a Dios? La única respuesta que se me ocurre es esta: no quería ofender a sus hijos. ¿Esto quiere decir que él realmente amaba a sus hijos? ¿O que se amaba tanto a sí mismo que no quería perder a sus hijos? ¡Al final, se perdió a sí mismo y también a sus hijos!
(1) Este pasaje nos puede dar un pequeño vislumbre de la infancia de Samuel. Dados los siguientes hechos y suposiciones, ¿cómo describiría usted la infancia de Samuel, una persona elegida por Dios para traer el avivamiento a la nación?
a. Solo veía a sus padres una vez al año.
b. Parece que la esposa de Elí había muerto y Samuel quedaba muy cerca de Elí, el sacerdote anciano y casi ciego, y que probablemente dormía con él dentro del santuario (“la lámpara de Dios aún no se había apagado”).
c. Desde niño el ministró diariamente ante el Señor (usando su efod, aunque no habría sido idéntico al del sumo sacerdote).
d. Desafortunadamente, estuvo rodeado por los hijos impíos de Elí y las mujeres adúlteras que sirven a la entrada de la Tienda de Reunión.
(2) ¿Cómo las siguientes palabras le ayudan a entender la oscuridad espiritual de Israel en ese momento: “y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia”?
(3) ¿Cómo describiría usted la condición espiritual de nuestros días — similar o muy diferente de la de los días de Elí? ¿Por qué?
(4) Cuando Dios llamó a Samuel, ¿por qué él no “se quedó allí” (v. 10) para revelarse de inmediato, sino que lo llamó tres veces e hizo que Elí se diera cuenta del llamado?
(5) ¿Qué le dijo Jehová a Samuel?
(6) ¿De qué pecado acusó a Elí?
(7) ¿Qué quiso decir el mensaje para Samuel? (8:1-3)
(8) ¿Qué significó esta experiencia para Samuel? (3:7)
(9) ¿Cómo respondió Elí a la revelación de Dios a través de Samuel? ¿Cómo describiría usted a Elí en términos de su relación con Dios en ese momento?
(10) ¿Qué tipo de contraste presentan las palabras al final de este capítulo en comparación con las palabras al inicio de este capítulo?
(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“La palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia." (RVR1960) (1 Sam. 3:1)
El niño Samuel comenzó su ministerio ante el Señor en uno de los puntos más bajos espiritualmente de todos los tiempos en la historia de Israel, una época marcada por las siguientes palabras: “la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia" (1 Sam. 3:1). ¡Qué palabras tan trágicas!
Dado lo que sabemos sobre el período de los Jueces, entendemos por qué la palabra del Señor para ellos era rara: el pueblo básicamente ignoraba a Dios en sus vidas, y cada uno hacía lo que le parecía conveniente (Jue. 21:25). En otras palabras, habían expulsado a Dios de su vida diaria.
- ¿Cómo podría Dios hablarles, si estaban demasiado ocupados para escuchar?
- ¿Por qué Dios les hablaría si no tenían la intención de obedecerlo?
- ¿A quién podría usar Dios para hablar por Él si nadie se separaba para ser usado por Él?
- Finalmente, ¿cómo podría Dios siquiera acercarse a ellos en su condición tan pecaminosa y rebelde?
Pero todo estaba a punto de cambiar cuando Samuel entró en escena:
- Él no estaba demasiado ocupado para escuchar: a pesar de lo joven que era, comprendía que su vida entera estaba dedicada a Dios y a Su templo.
- Ya de niño, él era muy obediente, a pesar de tener una autoridad poco digno, el sacerdote Elí — las tres veces, no se quejó de que lo habían despertado en medio de la noche y se puso a disposición: “Aquí estoy, pues me llamaste".
- Sin duda se había separado para Dios, sin ser contaminado por la maldad de los dos hijos de Elí, a quienes tenía que soportar todos los días.
¿Dios ha estado hablando con usted últimamente? ¿O ha pasado mucho tiempo desde que fuiste tocado por Su Palabra y Su presencia? Es hora de examinarse a si mismo para ver si lo siguiente lo describe:
- Usted está demasiado ocupado para leer Su Palabra y escuchar.
- Usted tiene algún pecado que aún no ha confesado, ni ha lidiado con ello.
- Le falta la voluntad de obedecerlo, incluso cuando Él le habla!
El cumplimiento del juicio prometido por Dios:
(1) ¿Qué hicieron los ancianos después de la primera derrota en manos de los filisteos?
a. ¿Qué nos muestra la pregunta que hicieron?
b. ¿A quién le hicieron la pregunta?
c. ¿Llevar el arca al campo de batalla fue la respuesta de Jehová?
(2) ¿Sobre qué “creencia” fundamentaron su decisión de llevar el arca al campo de batalla?
(3) ¿Por qué es una creencia equivocada?
(4) ¿Dónde estaba ubicada el arca dentro del templo? (v. 4)
(5) ¿Qué habría conllevado el traslado del arca al campo de batalla?
(6) ¿Qué riesgos corrieron al hacerlo? (ver Levítico 16:2)
(7) ¿Cómo reaccionaron los soldados israelitas ante la llegada del arca?
a. ¿Su reacción no fue una demostración de fe? ¿Por qué o por qué no?
b. ¿No fue al menos una buena decisión estratégica, ya que elevó la moral de los soldados a e infligió un gran temor psicológico entre sus enemigos?
(8) ¿El arca cumplió su propósito? ¿Qué lecciones importantes podemos aprender de este error?
(9) ¿Cómo se cumplieron las palabras del hombre de Dios por medio de la decisión de llevar el arca al campo de batalla? (2:34)
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos?" (RVR1960) (1 Sam. 4:3)
Ayer reflexionamos sobre el cambio que llegaría al pueblo gracias a Samuel. El final del capítulo tres presenta un gran contraste con el comienzo del capítulo: antes la palabra de Jehová era rara, pero después Él hablaba a través de Samuel a “todo Israel” (1 Sam. 3:20-21). Fue en una época de avivamiento tan emocionante que se enfrentaron a sus eternos enemigos, los filisteos. Dadas las circunstancias, uno pensaría que la victoria sería una certeza. ¡Pero no!
Aunque Dios había vuelto a revelarse al pueblo a través de Samuel, ellos aún no habían experimentado una transformación genuina a través del arrepentimiento:
1. Su relación con el Señor siguía siendo una que se basaba en la manipulación. Cuando Dios les permitió sufrir la derrota inicial, hicieron una pregunta bastante interesante: "¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos?" (4:3) Lo bueno era que parecían entender que la victoria tenía que venir de Dios, pero de alguna manera pensaban que Dios estaba obligado a darles la victoria simplemente porque los había elegido como Su pueblo. Parece que la pregunta que hicieron fue retórica, porque inmediatamente la respondieron llevando el arca del pacto al frente de batalla. En otras palabras, si Dios decidía no ir a la guerra con ellos, ellos manipularían Su presencia con el arca de modo que fuera obligado a ir con ellos. Hay varios problemas con eso:
a. Parece que no le habían preguntado a Dios si debían ir a la guerra desde un principio — lo hicieron por su cuenta; estaban siendo presuntuosos.
b. Redujeron a Dios a un ídolo — transformaron el arca en su Dios que solo podía revelar Su presencia y Su poder en determinada localidad.
c. También rebajaron a Dios, transformándolo en su siervo — en lugar de ser siervos de Él.
2. Aún no habían lidiado con los pecados que había en medio de ellos: Elí todavía era el juez, y sus dos hijos malvados continuaban sirviendo en el santuario. Dadas las circunstancias, ¿cómo podían esperar que Dios estuviera con ellos, especialmente en su batalla?
A pesar de lo trágico que fue el resultado de sus acciones (Israel perdió otras 30.000 vidas y el arca fue capturada por los filisteos), los pecados de sus líderes fueron tratados. Los dos hijos de Elí murieron en la batalla, tal como se había profetizado; y Eli literalmente cayó muerto también.
A primera vista, el nombre de Dios fue blasfemado cuando Su arca fue capturada, pero esa derrota tan humillante condujo a un arrepentimiento genuino entre el pueblo: “Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová“ (RVR1960) (1 Sam. 7:2).
A menudo me asombra lo paciente que es nuestro Dios. ¡Él sin duda tarda mucho en enojarse porque siempre espera nuestro arrepentimiento!