Esta semana continuaremos el estudio del libro de 1 Reyes en el Antiguo Testamento.
(1) ¿Por qué Dios eligió profetizar contra el altar?
(2) ¿Qué haría el futuro rey de Judá en ese altar?
(3) ¿De qué manera esto simbolizó el juicio de Dios por el pecado de Jeroboam?
(4) Lea sobre su cumplimiento en 2 Reyes 23:15-20. ¿Cuántos años pasarían antes del cumplimiento de esta profecía? (ver el gráfico en el artículo sobre 1 Reyes 11:41-12:15, Año 4, Semana 20, Día 139)
(5) ¿Qué señal dio el profeta de su cumplimiento?
(6) ¿Qué debería haber hecho el rey después de escuchar la reprensión del profeta?
(7) ¿Qué hizo? ¿Por qué?
(8) ¿Qué juicio inmediato recibió, del cual fue testigo presencial?
(9) ¿Cuál debería haber sido su reacción en ese momento?
(10) ¿Su pedido de intercesión fue una señal de humildad y arrepentimiento? ¿Por qué o por qué no?
(11) ¿Por qué eligió Dios sanarlo?
(12) ¿Por qué el rey invitó al profeta a comer?
(13) ¿Por qué Dios le había ordenado al profeta que no comiera ni bebiera en Betel?
(14) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“He aquí que un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá a Bet-el; y estando Jeroboam junto al altar para quemar incienso." (LBLA) (1 Rey. 13:1)
Los reyes de Israel fueron conocidos por sus malas obras; la Biblia comenta que un rey tras otro “hizo ... lo malo ante los ojos de Jehová”. Pero todo comenzó con Jeroboam. Su construcción de los altares en Dan y Betel y establecimiento de la adoración de los becerros de oro abrió las compuertas de la idolatría a los sucesivos reyes. Sin embargo, Dios siguió dándole una oportunidad tras otra de arrepentirse.
No todos los reyes malvados tuvieron el privilegio de escuchar la reprensión de un profeta tan valiente y fiel, pero Jeroboam lo tuvo. Este profeta de Judá estuvo dispuesto a arriesgar su vida para obedecer al mandato de Dios de presentarse delante del rey para advertirle. Además, para confirmar la certeza de Su profecía, Dios le dio una señal que sucedió ante sus propios ojos — el altar se rompió. Pero eso no fue todo: su mano seca fue sanada mediante la intercesión del profeta. ¿Por qué Dios hizo todo esto? La respuesta es obvia — independientemente de lo malvado que era Jeroboam, él podía arrepentirse. Desafortunadamente, la Biblia nos dice que a pesar de todas estas oportunidades, “con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino” (13:33).
No obstante, debemos aprender a identificarnos con el corazón de Dios para interceder por otros, incluso por aquellos que hacen lo malo a Sus ojos, especialmente aquellos que nos gobiernan.
(1) Ya que había al menos un profeta en Betel, ¿por qué Dios había decidido enviar a uno de Judá para advertir al rey de Israel?
(2) ¿Por qué este “anciano” profeta quizo encontrar al profeta de Judá?
(3) ¿Cómo se habría sentido este "anciano" profeta al enterarse de que Dios había usado una persona que venía de lejos en lugar de usarlo a él?
(4) Este anciano profeta sabía lo que Dios le había ordenado al profeta de Judá. ¿Por qué, entonces, le mintió? (13:18) ¿Cuál pudo haber sido su motivación?
(5) ¿De quién fue la culpa de que este profeta de Judá volviera a Betel y comiera en la casa del anciano profeta?
(6) ¿Por qué usó Dios a este profeta mentiroso para juzgar al profeta de Judá? (13:20-22)
a. ¿No debería haberse disculpado con el profeta más joven?
b. ¿El profeta más joven no debería haber impugnado este juicio?
c. ¿Cómo debería sentirse el anciano profeta?
(7) ¿Qué le sucedió a este profeta más joven en el camino mientras regresaba a Judá? ¿Dios fue demasiado duro o injusto con él? ¿Por qué o por qué no?
(8) ¿Por qué el anciano profeta pidió a sus hijos que lo enterraran en la misma tumba que el profeta que ahora estaba muerto por el león?
(9) ¿Qué habría pensado el rey Jeroboam cuando oyó que el profeta que lo había reprendido y profetizado en su contra fue asesinado por un león?
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“...Volviste, y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres." (RVR1960) (1 Rey. 13:22)
Creo que todos sentimos lástima por el profeta que fue muerto por el león, por las siguientes razones.
- Fue un profeta obediente que se atrevió a arriesgar su vida para ir desde Judá hasta Betel para reprender y profetizar contra el rey de Israel; como era de esperar, el rey Jeroboam no aceptó su reprensión y buscó detenerlo (obviamente, para poder matarlo).
- Sin duda era un profeta compasivo, puesto que estuvo dispuesto a interceder a favor de un rey tan malvado, identificándose con el corazón del Dios que deseaba darle al rey la oportunidad de arrepentirse.
- No se dejó influir por la promesa de fortuna, sino que rechazó la invitación del rey de comer y beber, en obediencia al mandato del Señor.
- Fue engañado por otro profeta que le mintió, usando como base la supuesta autoridad de un ángel.
Sin embargo, aunque el anciano profeta fue, de hecho, culpable de mentir (probablemente motivado por celos, puesto que Dios había elegido a un profeta de Judá en lugar de uno local como él), esto no quita que Dios le había ordenado a este profeta de Judá en términos inequívocos que no comiera ni bebiera en Betel como una importante señal del rechazo de Dios hacia Israel y su rey.
Como siervo del Señor, el profeta debería haber entendido que Dios no cambia, como señala el apóstol Pablo a los corintios: “Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que fue predicado entre vosotros por nosotros (por mí y Silvano y Timoteo) no fue sí y no, sino que ha sido sí en Él” (2 Cor. 1:19).
También debería haber entendido que Dios exige una obediencia incondicional.
A pesar de lo triste que fue esta historia, sirve de lección muy importante para nosotros de que debemos seguir la voluntad de Dios con una obediencia incondicional.
(1) ¿Por qué Jeroboam envió a su esposa para ver al profeta Ahías?
(2) ¿Qué pudo haberle dicho su conciencia sobre la razón de la enfermedad de su hijo?
(3) ¿Cómo pudo haberse sentido Ahías acerca de su unción “indirecta” de Jeroboam (por medio de su profecía) como rey de Israel?
(4) Con base en las palabras de reprensión de Jehová (en 14:7-9), reflexione sobre lo siguiente:
a. ¿Cuán privilegiado fue Jeroboam?
b. ¿Cuál fue el deseo de Dios al elegirlo?
c. Por lo tanto, ¿cuán grande fue su pecado?
(5) ¿Cuán severo sería el juicio que Dios traería sobre él y su familia? (14:10-11)
(6) ¿En qué sentido la muerte de este hijo fue una bendición? (14:12-13)
(7) El juicio que Dios pronunció fue más allá de la casa de Jeroboam (14:14-16):
a. ¿Qué pasaría con el pueblo y su tierra?
b. ¿Qué razón se da en este pasaje?
(8) ¿Piensa usted que era demasiado tarde para que Jeroboam se arrepintiera después de la muerte de este hijo? ¿Por qué o por qué no?
(9) ¿Por qué no lo hizo?
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y lo enterraron, y lo endechó todo Israel, conforme a la palabra de Jehová, la cual él había hablado por su siervo el profeta Ahías.” (RVR1960) (1 Rey. 14:18)
Ya reflexionamos sobre la misericordia que Dios le mostró a Jeroboam al darle una oportunidad tras otra de arrepentirse, a pesar de que había cometido un mal sin precedentes en los otros reyes de Israel. Parece que su última oportunidad fue la profecía de la muerte de su hijo y su cumplimiento.
¡Uno se pregunta si ya era demasiado tarde para que Jeroboam se arrepintiera!
La respuesta obvia es "no". No era demasiado tarde. Al predecir de antemano la muerte de su hijo y dar la razón de ello (14:7-13) Dios le estaba dando evidencias de que todavía deseaba su arrepentimiento. Todavía podía confesar sus pecados y deshacerse de todos los altares, lugares altos e ídolos. Aunque eso no quiere decir que Dios habría dejado a él y sus descendientes en el trono de Israel, por lo menos habría recibido el perdón y evitado hundir a su pueblo aún más en la idolatría.
Desafortunadamente, Jeroboam no hizo nada de lo anterior. Es difícil concebir un corazón tan duro, pero no es totalmente incomprensible. Como rey, Jeroboam disfrutó de 22 años de poder, autoridad y lujo, cosas que él no querría renunciar, sin mencionar su orgullo — confesar abiertamente y deshacer lo que él mismo había creado requería una gran humildad que él no poseía. Se olvidó de que era un simple hombre y no quiso arrepentirse, a pesar de las repetidas oportunidades dadas por Dios. Era pura necedad, tal como nuestro Señor Jesús le dijo a Saulo, quien estaba empeñado en perseguir a la iglesia: “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 26:14).
(1) Puesto que Salomón reinó
sobre la nación durante 40 años, y Roboam asumió el reinado cuando tenía 41 años,
¿qué habría presenciado Roboam en la vida de Salomón con respecto a lo siguiente?
a. su bondad
b. su perversidad
(2) ¿Quién era la madre de Roboam?
a. ¿Por qué la Biblia eligió mencionar su país de origen dos veces? (vv. 21, 31)
b. ¿Qué sugiere acerca de la influencia de esta mujer el hecho de que, entre las muchas esposas y concubinas de Salomón, su hijo fue elegido como sucesor?
(3) ¿Cuál era la condición espiritual de Judá después de la muerte de Salomón y durante el reinado de Roboam?
(4) Reflexione sobre las siguientes preguntas con base en la descripción en los vv. 22-24:
a. ¿Cuál habría sido la más atroz de sus pecados?
b. ¿Cuál habría sido la más esperada de sus pecados (para ti)? ¿Por qué?
(5) ¿Qué podría explicar la degradación espiritual tan rápida que ocurrió en tan solo una generación?
(6) ¿Cómo Dios castigó a Judá (y a su rey), probablemente como advertencia? (vv. 25-26)
(7) Es obvio que los escudos de oro hechos por Salomón tenían una función ornamentales o ceremonial:
a. ¿Qué hizo Roboam para reemplazarlos? (v. 27)
b. ¿Por qué tuvo que reemplazarlos? (v.28)
c. ¿Qué nos dice esto sobre él como persona?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los dio a los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real." (RVR1960) (1 Rey. 14:27)
A pesar de que los dos últimos capítulos enfatizan los pecados de Jeroboam, uno esperaría que Judá—con su templo y sacerdocio levítico intactos, fortalecido por los sacerdotes y levitas que habían emigraron a Jerusalén de las diez tribus para jurar lealtad a Roboam (2 Cr. 11:13)—mantuvieran cierta medida de lealtad a Jehová, no obstante el hecho de que la adoración de ídolos ya se había infiltrado en la vida de la nación en la última parte del reinado de Salomón.
Sin embargo, lo que leemos es que, además de todo tipo de adoración de ídolos, la nación incluso tenía santuarios con prostitutas masculinas y que las personas "hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel" (14:24).
En otras palabras, a todos los efectos, el pueblo había interrumpido su relación con Jehová, y era solo cuestión de tiempo hasta que Dios mostrara Su enojo, no solo a través de Su juicio sobre la nación, sino también a través de la destrucción del propio templo que llevaba Su nombre.
Dios es un Dios tan paciente que solo le permitió a Sisac, rey de Egipto, saquear los tesoros del templo y del palacio real, sin destruir la nación completamente. Esta señal debería haber sido suficiente para servir de advertencia a Roboam al mostrarle su "ira celosa" (14:22).
Pero a pesar de ello, Roboam todavía deseaba mantener una fachada de piedad y pompa; por eso reemplazó los escudos ceremoniales de oro que Salomón había hecho por otros de bronce, los cuales usaba para adornar su desfile hacia el templo de Jehová. Pero esto es una ilustración muy apropiada de la religión falsa, puesto que a menudo usamos sustitutos baratos para reemplazar la pérdida de la verdadera piedad. Pensamos que al preservar nuestra adoración, servicio y sacrificio externos, podemos ocultar nuestros pecados y extravíos de Dios y de los demás. Pero lo único que logramos con ello es retrasar lo inevitable, y es solo cuestión de tiempo antes de que Dios destruya esa fachada de modo que todos lo vean.
En este pasaje tenemos el relato de dos reyes sucesivos de Judá:
15:1-8―Abías
(1) ¿Cuánto tiempo duró su reinado? (v. 2)
(2) ¿Qué clase de rey era? (v. 3)
(3) Según lo que dice el texto, ¿por qué Dios permitió no solo que un rey tan perverso fuera sucedido por su hijo, sino también que fortaleciera a Jerusalén? (vv. 5-6)
(4) ¿Cuán fuerte fue su reino? (ver 2 Crónicas 13:15-21)
(5) ¿Realmente es posible que el amor y la piedad de una persona sea una bendición para las generaciones futuras? ¿Qué piensa usted?
15:9-15―Asa
(6) ¿Cuánto tiempo duró su reinado?
(7) ¿Cuán diferente fue él de su padre y su abuelo?
(8) ¿Cuál fue el aspecto más impresionante de su reforma religiosa?
(9) ¿Por qué no guardó los tesoros saqueados en su palacio real, sino que los llevó al templo?
(10) Si bien la Biblia no nos da ninguna explicación, ¿por qué Asa pudo deshacerse de los pecados de su padre, abuelo e incluso de su influyente abuela?
(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre." (RVR1960) (1 Rey.15:11)
Asa era bisnieto de David, lo que significa que estaba cuatro generaciones alejado de David y había heredado la idolatría de Salomón, Roboam y Abías. ¿Había alguna posibilidad de que él lograra cambiar subitamente el rumbo de la idolatría y volver a la adoración genuina de Yahweh? Me temo la probabilidade era muy pequeña. Sin embargo, eso fue exactamente lo que sucedió.
Es cierto que al final Asa resultó ser un rey imperfecto, pero en general la Biblia comenta que “el corazón de Asa estuvo dedicado por entero al Señor [Jehová] todos sus días” (1 Rey. 15:14). El hecho de que logró romper el círculo vicioso que se había iniciado en los últimos años de Salomón y no seguió los pasos de su abuelo y su padre es muy inusual. Incluso se atrevió a cortar y quemar la repugnante imagen de Asera que había hecho su abuela.
Es cierto que el profeta Azarías le animó aún más; sin embargo, parece que su encuentro con el profeta (2 Cr. 15) ocurrió en el año once de su reinado, después de que ya había comenzado a desviar el rumbo del país de la idolatría hacia la adoración exclusiva de Jehová.
Si bien la Biblia guarda silencio sobre quién o qué pudo haber influido en Asa para que rompiera con la idolatría de sus padres, la verdad clara es que, en última instancia, la decisión de seguir o no a Jehová y andar en Sus caminos es personal. No podemos culpar a nuestra herencia familiar, nuestra cultura o nuestro entorno por nuestras decisiones equivocadas. Cada uno de nosotros rendirá cuentas de sus propias decisiones en la vida, tal como afirma el profeta Jeremías: “En aquellos días no dirán más: 'Los padres comieron uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen dentera', sino que cada cual por su propia iniquidad morirá; los dientes de todo hombre que coma uvas agrias tendrán dentera" (LBLA) (Jeremías 31: 29-30).
15:16-24—Asa, el rey de Judá (continuación)
Con base en el relato en 2 Crónicas 13:19, podemos suponer que en aquella época Ramá (que estaba localizado entre Betel y Jerusalén) estaba bajo el control de Judá:
(1) ¿Con qué propósito Baasa invació y fortaleció Ramá?
(2) ¿Cómo reaccionó Asa a esta invasión? ¿Por qué?
(3) Compare el v. 15 con el v. 18. ¿Qué le enseña esto acerca de la respuesta de Asa a esta invasión?
(4) Es obvio que su maniobra política funcionó.
a. ¿Esto significaba necesariamente que Dios lo aprobó?
b. ¿Asa consultó a Jehová antes de actuar?
c. ¿Sus acciones necesariamente fueron una señal de que no confiaba en Jehová?
(Consulte 2 Crónicas 16:7-9 para saber la perspectiva de Dios sobre las acciones de Asa.)
(5) También es útil leer 2 Crónicas 16:12 sobre la actitud de Asa hacia la enfermedad en sus pies:
a. ¿Está mal consultar a los médicos?
b. ¿Qué piensa usted de la vida de Asa?
15: 25-32—Nadab, rey de Israel
(6) ¿Qué decía la profecía contra la casa de Jeroboam? (1 Rey. 14:10-11)
(7) ¿Cuándo y cómo sucedió?
(8) ¿Usted lo llamaría "la iniquidad de los padres"? (ver Deuteronomio 5:9; Números 14:18; Éxodo 20:5)
(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Sin embargo, los lugares altos no se quitaron. Con todo, el corazón de Asa fue perfecto para con Jehová toda su vida." (RVR1960) (1 Rey. 15:14)
Por alguna razón, los libros de Crónicas tienden a dar más información sobre las buenas obras de los reyes de Judá que sobre sus defectos; sin embargo, eso no es el caso del rey Asa. El pasaje en 1 Reyes 15 parece narrar cómo Asa cambió el rumbo de la vida espiritual de Judá, destacando su expulsión de los prostitutos (extranjeros) y su destrucción de los ídolos creados por sus padres, incluso la imagen de Asera de su abuela, y llegando a la conclusión de que "el corazón de Asa fue perfecto para con Jehová toda su vida" (1 Rey. 15:11-14).
Sin embargo, el libro de 2 Crónicas es más franco sobre las deficiencias de Asa, mostrando que su alianza con Ben-Adad fue incorrecta porque se había "apoyado en el rey de Siria, y no ... en Jehová tu Dios". Además, mientras sufría de una enfermedad en los pies en su vejez, “no buscó a Jehová, sino a los médicos” (2 Cr. 16:7, 12).
Uno se pregunta cómo el Libro de los Reyes pudo afirmar que el corazón de Asa estuvo completamente comprometido con el Señor toda su vida.
He entendido que este problema específico con Asa muestra claramente cómo debemos abordar las Escrituras, a saber, hacer lo que John Wesley nos enseñó: "comparar las cosas espirituales con las espirituales", lo que significa "considerar los pasajes paralelos de las Escrituras" (el Prefacio del Sr. Wesley a los Sermones, xix, 6), puesto que e conjunto de 66 libros forman la revelación completa de Dios en Su Palabra. Así como los Cuatro Evangelios nos brindan diferentes perspectivas sobre la vida y las enseñanzas de Jesucristo, sin que haya contradicciones, sino complementos, lo mismo ocurre con los libros de Reyes y Crónicas.
Mientras que los Libros de Crónicas hablan directamente de los fracasos de Asa, los Libros de los Reyes nos permiten entender que a pesar de ellos Dios pasó por alto incluso estas deficiencias, considerándolo como una persona totalmente comprometida con Él, porque Él sabe que nadie es perfecto.
Creo que así es como también deberíamos ver la vida de otros hermanos y hermanas en Cristo.
15:33–16:7—Baasa, rey de Israel
(1) Resultó ser característico del reino de Israel (es decir, las diez tribus) que el rey fuera derrocado y el trono usurpado por una persona de de otra tribu, a menudo mediante asesinato; sin embargo, la Biblia insiste en que cada uno de estos "sucesores" al trono fue levantado por Dios, como Baasa (1 Rey. 16:2). ¿Por qué?
16: 8-14—Ela, rey de Israel
(2) ¿Cuánto tiempo reinó Ela?
(3) ¿Qué estaba haciendo cuando fue asesinado? (v. 9)
(4) ¿Cómo se cumplió la profecía del profeta Jehú? (16:7, 11-13)
16:15-20—Zimri, rey de Israel
(5) ¿Cuánto tiempo reinó Zimri? (v. 15)
(6) Aunque su reinado duró solo 7 días, ¿cuál fue el comentario bíblico sobre su reinado? (v. 19)
(7) ¿Acaso no era evidente para Jehová que no había ninguna esperanza de que el Reino del Norte volviera a Él? ¿Por qué “desperdició” Su tiempo al permitir que el Reino del Norte continuara existiendo (y continuar siendo una piedra en el zapato de Judá, el Reino del Sur)?
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Mas viendo Zimri tomada la ciudad, se metió en el palacio de la casa real, y prendió fuego a la casa consigo; y así murió, por los pecados que había cometido, haciendo lo malo ante los ojos de Jehová, y andando en los caminos de Jeroboam, y en su pecado que cometió, haciendo pecar a Israel". (RVR1960) (1 Rey.16:18-19)
Puesto que Dios cumplió Su promesa a David, observamos la continuación de la sucesión ininterrumpida en el Reino del Sur de Judá, y que algunos de sus reyes (como Asa) se arrepintieron de los pecados de sus padres y volvieron a la adoración de Yahveh. Pero no se puede decir lo mismo de Israel, el Reino del Norte.
Algo que caracterizaba el reino de Israel (es decir, las diez tribus) era que un rey fuera derrocado y el trono usurpado por una persona de otra tribu, a menudo mediante el asesinato. Además, en Israel, un rey tras otro continuaba practicando los pecados de Jeroboam. Incluso Zimri, que reinó solo siete días, fue acusado de hacer "lo malo ante los ojos de Jehová ... andando en los caminos de Jeroboam, y en su pecado que cometió, haciendo pecar a Israel" (1 Rey. 16:19). Es difícil no preguntar: ¿No era evidente para Jehová que no había ninguna esperanza de que el Reino del Norte regresara a Él? ¿Por qué “desperdició” Su tiempo al permitir que el Reino del Norte continuara existiendo?
Por un lado, esto muestra la longanimidad de Dios: la Biblia señala que un rey de Israel tras otro, sin importar cómo ascendió al trono, fue “levantado por Dios” (1 Rey. 16:2) con la esperanza de que siguiera los caminos de David, y no los de Jeroboam.
Por otro lado, la prolongación de su existencia sirvió como una piedra en el zapato de Judá que les recordaba sus propios pecados, mientras que su juicio—cuando Dios los "barría" (1 Rey. 16:3)—continuó sirviendo como un advertencia, tanto para Israel como para Judá.