Guía devocional de la Biblia

Día 1

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
2 Reyes 19:1–13

Esta semana continuaremos nuestro estudio del libro de 2 Reyes en el Antiguo Testamento.

(1) Dada la terrible situación en que se encontraba, ¿qué hizo Ezequías diferente esta vez en comparación a lo que hizo cuando Jerusalén fue atacada por primera vez (18:13-16)? (19:1)

(2) ¿Por qué no fue él mismo a Isaías?

(3) ¿Qué le pidió a Isaías que hiciera?

(4) ¿Qué expresión usó para referirse a Dios en el v. 4? ¿Por qué?

(5) ¿Por qué se refirió al pueblo como "el remanente"? (v. 4) ¿Realmente lo eran (en el sentido bíblico de la palabra)? (ver la Nota abajo)

(6) ¿Cuál fue la respuesta de Jehová? (vv. 6-7)

(7) ¿Cuál fue el fundamento de la acción de Dios?

(8) ¿Cuál fue el resultado de este incidente específico? (v. 8)

(9) Algún tiempo después, los asirios hicieron otro intento de sitiar Jerusalén:

a. Este mensaje de intimidación se parecía a la anterior (18:27-35): ¿En qué se concentró al intimidarlos esta vez?

b. Si usted fuera Ezequías, ¿habría reaccionado de manera diferente esta vez? ¿Por qué o por qué no?

(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Nota:

La palabra "remanente" es usada para traducir varias palabras hebreas. “Al principio, la palabra se refería a la parte sobreviviente de una familia o clan que había sido masacrado; luego fue usada para referirse al núcleo espiritual de la nación que sobreviviría al juicio de Dios y se convertiría en la simiente del nuevo pueblo de Dios. En este último contexto, Miqueas vio el regreso de la gloria de Israel (2:12; 5:7), Sofonías (2:4-7) y Zacarías (8:1-8) el triunfo del remanente, e Isaías nombró a uno de sus hijos She'ar Jashub, es decir, 'Un remanente regresa' (7:3).” (Pictorial Bible Dictionary, 711)

Reflexión meditativa
La prueba de la fe

"Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió de cilicio, y entró en la casa de Jehová." (RVR1960) (2 Reyes 19:1)

A veces nos encontramos con personas que aceptan el evangelio voluntariamente y con entusiasmo, solo para apartarse cuando su fe se ve probada, a menudo por medio de una crisis. Pero la verdad es que la fe, la verdadera fe en Dios, necesita ser probada. Esto fue lo que pasó en la vida de Ezequías.

A diferencia de su padre y su abuelo, Ezequías no solo hizo lo que era correcto a los ojos de Jehová, sino que su celo por Dios lo llevó a nuevas alturas espirituales:Quitó los lugares altos, derribó los pilares sagrados y cortó la Asera. También hizo pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque hasta aquellos días los hijos de Israel le quemaban incienso”(2 Rey. 18:4). Sin embargo, como sucedió en las vidas de muchos de los reyes de Israel y Judá, la verdadera prueba de su fe llegó cuando tuvo que enfrentarse a enemigos formidables en la batalla.

En el año14 del reinado de Ezequías,subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó” (18:13). Uno supondría que debido a su fe consultaría a Jehová y buscaría la ayuda del profeta Isaías. La Biblia no menciona que haya hecho ninguno. En cambio, leemos que Ezequías se inclinó ante el rey de Asiria e incluso confesó que había hecho mal y estaba dispuesto a pagar un enorme tributo para apaciguarlo, al igual que un rey de cualquier otra nación. Peor aún, “quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y de los quiciales que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria” (18:16).

No es de extrañar que Senaquerib lo tratara a él y a su Dios como si fuera una de la muchas naciones cuyos dioses había conquistado, y estaba decidido a tomar la capital de Judá, tal como lo había hecho con Samaria.

Aquí hay una lección que todos debemos aprender: tenemos que confiar en el Señor con todo nuestro corazón. Incluso al enfrentar las crisis más insuperables, no debemos confiar en nuestro propio entendimiento o plan. De lo contrario, no solo fallaremos, sino que avergonzaremos el nombre de nuestro Señor. Afortunadamente, Ezequías aprendió esta lección rápidamente, y cuando se sintió como un "remanente", puesto que solo había quedado Jerusalén (ahora bajo asedio), se volvió a Jehová en contrición fue directamente al templo para buscar el rostro de Dios, y mientras tanto pidió la intercesión de Isaías (19:2).

Día 2

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
2 Reyes 19:14–37

(1) ¿Cómo fue diferente la reacción de Ezequías a esta última amenaza en comparación con la primera?

(2) Lea su oración a Jehová (vv. 15-19):

a. ¿Cómo adoró a Dios? ¿Cuán importante fue el haber comenzado con estas palabras de adoración? (v. 15)

b. ¿A qué llamó la atención de Dios al implorarle que escuchara y mirara? (v. 16)

c. ¿Qué realidad admitió en su oración? (vv. 17-18)

d. Sin embargo, ¿cuál fue la base de su confianza? (v. 19)

(3) Lea la respuesta de Dios a Ezequías (vv. 21-34):

a. Según la respuesta de Dios, ¿qerror había cometido el rey Senaquerib? (vv. 21-23a)

b. ¿Qué le había hecho sentirse tan seguro y orgulloso, incluso contra Dios? (vv. 23b-24)

c. ¿Qué había olvidado, o de qué no era consciente? (vv. 25-26; ver también la Nota más abajo)

d. ¿Qué juicio vendría sobre él? ¿Por qué? (vv. 27-28; 32-33)

e. ¿Qué bendición prometió Dios a Ezequías y Judá? (vv. 29-31)

(4) ¿Cómo y cuándo se cumplió esta profecía? (v. 35)

(5) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Nota:

En este caso del juicio asirio sobre las naciones, la realidad histórica había tenido una realidad ideal en Dios desde toda la eternidad ... la profecía se convierte en una prueba de que el evento es obra de Dios y ya era desde hace mucho tiempo el consejo predeterminado de Dios. Toda la Escritura presupone esta preexistencia de la idea divina antes de la realización histórica, y en Israel, Isaías… fue el asiduo intérprete de esta suposición.”
(K&D, Kings, 320; Isaiah, 258)

Reflexión meditativa
El Dios que lo planeó todo

Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos." (RVR1960) (2 Reyes 19:35)

Me perturba mucho que cada vez que el relato bíblico parece divergir del registro histórico secular, los comentaristas intenten encontrar formas de defender el relato bíblico que tienden a desacreditar la exactitud de la Biblia. La mayoría de los comentaristas culpan a los errores de los escribas y buscan cambiar la ortografía de ciertas palabras para hacerlas conformar con el relato histórico secular, mientras que otros opinan que secciones enteras pudieron haber sido colocadas en el lugar equivocado por un redactor posterior del libro; otros más dicen que se tratan de una inserciones falsa hechas en una época posterior. Un ejemplo es 2 Reyes 19:35 (y también Isa. 37:36). La historia secular (obviamente) no atribuye la retirada del ejército asirio a la palabra del ángel de Jehová, y muchos dudan de que la muerte de 185.000 soldados fuera posible.

Quisiera compartirles las siguientes reflexiones de Oswalt al respecto:

“Este versículo es el meollo del relato como un todo; por lo tanto, no es sorprendente que haya sido objeto de un severo escrutinio por parte de los estudiosos de la Biblia. Isaías no dice que el monarca asirio haya vuelto a casa porque había quedado satisfecho con la rendición de Ezequías, tampoco porque ya hubiera alcanzado sus objetivos en Occidente, ni tampoco debido a una crisis en alguna otra partes del imperio. El profeta dice que se fue a casa debido a las consecuencias de dos eventos: Senaquerib había afirmado que la gloria humana era superior a la de Dios, y Ezequías se había atrevido a confiar en Dios. Debido a esto, Dios intervino en los eventos naturales y exterminó una proporción significativa del ejército asirio. Si intentamos decir que este evento no es un hecho histórico (como desean hacer muchos comentaristas), se derrumba todo el contenido teológico del pasaje ... En cuanto a las terribles bajas ... Smith señala que las bajas de la Tercera Cruzada fueron más de un millón y medio hombres, y que se ha estimado que las bajas de la Primera Cruzada fueron más de 300.000. Quizás más al grano, H.W. Saggs, con base en informes asirios, concluye que el 'Gran Ejército' asirio habría contado con cientos de miles de soldados ... demostrando que el relato no es una simple fantasía, sino que está dentro del ámbito de lo posible.”
(NICOT, Isaías 1-39, 669-670)

Día 3

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
2 Reyes 20:1–11

(1) Ezequías llegó al trono con 25 años, y con los 15 años adicionales que Dios añadió a su vida debido a este incidente, gobernó un total de 29 años (18:1-2). ¿Cuántos años tenía, entonces, cuando tuvo una enfermedad terminal?

(2) Al anunciarle que moriría, ¿qué le pidió Isaías que hiciera? (v. 1)

(3) ¿Cómo usted habría reaccionado a esta noticia si fuera Ezequías?

(4) ¿Cómo reaccionó Ezequías? ¿Le sorprendió a usted?

(5) ¿Qué reveló su reacción sobre él como una persona que conocía a Dios y le pertenecía?

(6) ¿Qué razones dio Dios para Su cambio de opinión?

(7) ¿Qué nos dice esto sobre el carácter de nuestro Dios?

(8) ¿Por qué Ezequías buscó una señal de parte de Jehová si lo iba a sanar completamente en solo dos días?

(9) ¿Qué milagro pidió y le fue concedido?

(10) Como sabemos, Manasés, probablemente el rey más malvado de Judá, nació durante los 15 años adicionales que fueron añadidos a la vida de Ezequías. Si Ezequías lo hubiera sabido de antemano, ¿habría pedido que Dios extendiera su vida? ¿Por qué o por qué no?

(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
Vivir o no vivir

Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: 'Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años'." (RVR1960)  (2 Reyes 20:5-6)

Debo confesar que tengo sentimientos encontrados hacia la oración de Ezequías para ser sanado. Por un lado, es comprensible su deseo desesperado de no morir:

- Como el propio Ezequías señaló, todavía estaba "a la mitad de sus días". Probablemente tenía unos 39 años; era demasiado joven para morir.

- Tenía asuntos pendientes: Aunque no se puede decir con certeza que desde una perspectiva cronológica los eventos del capítulo 20 ocurrieron después del retiro de Senaquerib en el capítulo anterior, la respuesta de Dios en el v.6 deja en claro que todavía estaban bajo la amenaza de Asiria. Su arrepentimiento de haber confiado en Egipto había llevado a la nación una vez más al camino correcto de confiar solo en Dios. Quizás Ezequías sintió que estos eran sus asuntos pendientes, algo que fue afirmado por Jehová en Su respuesta en el versículo 6.

- Su oración después de ser sanado muestra que había aprendido una lección de su enfermedad: se comprometió a andar en humildad y a enseñar a sus hijos la fidelidad de Dios (Isa. 38:17, 15 y 19).

Por otro lado, lo que sucedió después de su curación muestra que los últimos 15 años de su vida resultaron ser una maldición para él y la nación, y no una bendición:

- Leemos lo siguiente en 2 Crónicas sobre su vida después de ser sanado: “Mas Ezequías no correspondió al bien que había recibido, porque su corazón era orgulloso…” (2 Cr. 32:25).

- Su orgullo se revela aún más en la segunda mitad del capítulo 20, donde leemos que mostró sus tesoros a los enviados del rey de Babilonia; estas acciones sin duda contribuyeron (de manera directa o indirecta) a la caída de Jerusalén en manos de los babilonios.

- No le enseñó a su hijo Manasés la fidelidad de Jehová. Este hijo lo sucedió cuando tenía 12 años (21:1), lo que significa que nació durante los 15 años adicionales de la vida de Ezequías. Como sabemos, Manasés resultó ser uno de los peores reyes de Judá, un rey a los ojos de Jehová cometió gran maldad.

¡Quizás, Ezequías debería haberse sometido a la voluntad de Dios, ya que lo que realmente importa nunca es cuánto tiempo vivimos, sino cómo vivimos!

Día 4

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
2 Reyes 20:12–21

(1) En su opinión, ¿cuáles fueron las verdaderas intenciones del rey de Babilonia al enviar un regalo y representantes para visitar a Ezequías?

(2) ¿Piensa usted que Ezequías debería haber percibido sus verdaderas intenciones?

(3) Al mostrar su gloria y riqueza, ¿por qué Ezequías les mostró todo, de modo que la Biblia dice: "No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara" (20:13)?

(4) ¿Por qué Isaías decidió preguntarle al rey lo que ya sabía?

(5) A juzgar por la respuesta de Ezequías, ¿piensa usted que él sabía que había hecho algo malo? ¿Por qué o por qué no?

(6) ¿Qué juicio pronunció Dios como resultado de sus acciones?

(7) ¿Qué pecado que Ezequías había cometido merecía un juicio tan severo?

(8) ¿Cómo respondió Ezequías a estas palabras de juicio?

(9) A juzgar por su respuesta, ¿qué clase de rey era Ezequías?

(10) Si usted tuviera que escribir el epitafio de Ezequías, ¿qué escribiría?

(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
Recompensas terrenales

Entonces Ezequías dijo a Isaías: 'La palabra de Jehová que has hablado, es buena'. Después dijo: 'Habrá al menos paz y seguridad en mis días'.” (RVR1960) (2 Rey. 20:19)

Cuando Jesús advirtió a los judíos que su piedad no fuera externa, ya fueran sus limosnas, oraciones o ayunos, hizo el comentario sarcástico de que aquellos que dan limosnas, oran o ayunan para que otros los vean ya "han recibido su recompensa" (Mateo 6:2, 5 y 16). Esto me recuerda a Ezequías.

No quiero decir necesariamente que la piedad de Ezequías en Dios fuera puramente externa de hecho, según los comentarios de la misma Biblia, no hay duda de que su fe en Dios era genuina (2 Rey. 18:3 y ss.) sino que su enfoque estaba en las recompensas temporales.

El hecho de que llorara y suplicara vivir más tiempo es una señal no solo de su deseo de no morir tan joven, sino también de tener más tiempo para disfrutar toda su riqueza y gloria. Este deseo fue confirmado cuando alardeó tanto de sus tesoros ante los enviados de Babilonia que “no hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara” (2 Rey. 20:13).

El profeta Isaías inmediatamente confrontó su orgullo y pronunció un juicio severísimo de Dios que marcaría el fin del reino de Judá en las generaciones venideras (2 Rey. 20:16-18). Puesto que era un rey piadoso, debería haberse rasgado la ropa en arrepentimiento; en cambio, lo que leemos es que realmente no le importaba; en su interior pensó que no había problema siempre y cuando hubiera "paz y seguridad" en sus días (Isa. 39:8).

Si tuviera que escribir su epitafio, sin duda incluiría las siguientes palabras en su lápida: “Ya ha recibido su recompensa”. ¿Le habrá quedado alguna recompensa en el cielo? Supongo que tendremos que esperar a ver.

Día 5

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
2 Reyes 21:1–18

(1) Puesto que Manasés tenía solo 12 años cuando se convirtió en rey, ¿qué edad tenía Ezequías cuando nació?

(2) ¿Por qué Ezequías no tuvo ninguna influencia espiritual en Manasés?

(3) Reflexione sobre el cambio radical de rumbo de Manasés en comparación con el de Ezequías (vv. 2-6):

a. En su opinión, ¿qfue lo más inesperado que hizo Manasés?

b. ¿Cuál de sus acciones puede haber sido la más abominable? ¿Por qué?

(4) ¿Qué sacrilegio cometió dentro del templo de Jehová? (vv. 4, 5 y 7)

(5) ¿Qué impacto tuvo su pecado en el pueblo? (v. 9)

(6) ¿Cuántos profetas envió Dios para advertirlo y reprenderlo? (v. 10)

(7) ¿Por Manasés se negó a escucharlos?

(8) ¿Qué incentivo tenía para escucharlos?

(9) Imagine que usted fuera uno de los profetas o judíos piadosos que tuvieron que vivir en su época:

a. ¿Qué y cómo habría orado?

b. ¿Qué preguntas habría tenido en su corazón?

c. ¿Cuál habría sido su única esperanza?

(10) Además de su idolatría descarada, ¿qué otros pecados cometió Manasés? (v. 16)

(11) En su opinión, ¿por qué Dios permitió que un rey tan malvado reinara durante 55 años? (Sugiero que lea 2 Crónicas 33:10 y ss. sobre el arrepentimiento posterior de Manasés.)

(12) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
El arrepentimiento de los
impíos

Manasés los indujo a que hiciesen más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel" (RVR1960) (2 Reyes 21:9)

Al leer el relato sobre Manasés en 2 Reyes, es imposible no hacer muchas preguntas, entre las cuales están las siguientes:

- ¿Acaso Ezequías no tenía otro hijo para poner en el trono? ¿Por qué nombró a Manasés como su sucesor cuando solo tenía 12 años?

- ¿Por qué Ezequías, un rey tan piadoso, no tuvo ninguna influencia espiritual sobre su hijo?

- ¿Tuvo algo que ver con la posibilidad de que haya mimado a este hijo que nació cuando tenía alrededor de 42 años?

- ¿Dónde y cómo aprendió Manasés todas estas prácticas detestables de las naciones, las cuales Ezequías había erradicado durante unos 29 años?

- ¿Por qué Dios permitió que un rey tan malvado reinara durante tanto tiempo (55 años)?

Puesto que las Escrituras son totalmente silencias en cuanto a estas cuestiones, no es provechoso especular sobre ninguna de ellas excepto la última.

El autor de 2 Crónicas 33 elig complementar la información que tenemos sobre última porción de la vida de Manasés, durante la cual Dios hizo más que enviar profetas para advertirlo y reprenderlo; usó a los asirios para tomarlo como prisionero y humillarlo (33:11). En su angustia, Manasés se arrepintió y “reconoció ... que Jehová era Dios” (33:13). La sinceridad de su arrepentimiento se reflejó en su anulación de todas las prácticas detestables y la destrucción de todos los altares idólatras, incluidos aquellos que había construido en los atrios del templo de Jehová, y en mandar a "Judá que sirviesen a Jehová Dios" (33:16).

Supongo que la lección importante que podemos aprender de la vida de Manasés es que Dios en verdad es paciente y siempre da una oportunidad tras otra para que uno se arrepienta y llegue a conocerlo. Esto no quiere decir que todos los descarriados se arrepientan como Manasés, sino que cuando sucede, podemos estar seguros de que “hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lc. 15:10).

Día 6

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
2 Reyes 21:19–22:1–13

(1) Dado el arrepentimiento de Manasés en sus últimos años, ¿por qué Amón eligió imitar los caminos anteriores de su padre? (ver 2 Crónicas 33:23)

(2) La muerte de Amón trajo un nuevo comienzo para la nación de Judá: ¿Cómo y dónde pudo Josías haber aprendido a adorar y seguir a Jehová, en lugar de imitar las prácticas de su padre?

(3) ¿Qué hizo Josías en el año 18 de su reinado? (22:3-7)

(4) ¿En qué estado piensa usted que se encontraba el templo antes de su reinado?

(5) ¿Qué quiere decir que el sacerdote hallóel libro de la ley en la casa de Jehová”?

a. ¿Dónde estuvo el libro todo ese tiempo?

b. ¿Cómo el pueblo pudo adorar durante ese tiempo sin el Libro de la Ley?

(6) ¿Qué impacto inmediato tuvieron en el rey las palabras de Dios en la Ley? ¿Por qué?

(7) Muchos cristianos no ponen mucho empeño en leer y oír la Biblia:

a. ¿Cómo pueden saber cómo seguir al Señor y vivir su vida cristiana?

b. ¿Qriesgo corren?

(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
El verdadero conocimiento de la Palabra de Dios

"Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos." (LBLA) (2 Reyes 22:11)

Es interesante notar que mientras cumplía el mandato del rey de reparar el templo, el sumo sacerdote Hilcías “hall[ó] el libro de la ley en la casa de Jehová” (22:8). Algunos comentaristas opinan que el Sumo Sacerdote probablemente tenían otras copias de la Ley en otras partes del templo, y lo que encontró fue la copia original de la Ley.

Yo no lo creo, por las siguientes razones:

- La Biblia no lo dice.

- Es obvio que tanto el secretario Safán como el rey leyeron el Libro de la Ley por primera vez despues del hallazgo, lo que significa que la Ley no se leía en el templo en absoluto antes del descubrimiento de esta copia, independientemente de si era la copia original escrita por Moisés o no.

El impacto de la lectura del Libro de la Ley fue significativo: el rey rasgó sus vestiduras inmediatamente. Es probable que el rey escuchó por primera vez los pasajes de Deuteronomio 28 y Levítico 26, que contienen las maldiciones por desobedecer los mandamientos de Jehová. En otras palabras, antes de la lectura de la Ley en sí, el rey tenía un sentido general de lo que Jehová exigía, pero se basaba más en tradiciones orales y quizás en algunos otros documentos escritos, como "el libro de las crónicas de los reyes de Judáque se menciona con frecuencia (20:20). Tales fuentes contenían un registro honesto de las buenas y malas acciones de cada uno de los reyes, y las recompensas y castigos de Jehová. Pero, estrictamente hablando, no eran la Palabra de Dios, sin la cual el rey nunca podría haber conocido verdaderamente los mandamientos de Jehová. Por lo tanto, en tiempos de crisis y tentación, no habría tenido nada a lo que recurrir en busca de fuerza y dirección, y mucho menos podría haber llegado a un verdadero conocimiento personal de Jehová.

Hubo un período de tiempo en el que, por alguna razón, yo leía principalmente materiales devocionales y oraciones de grandes escritores y predicadores cristianos. Encontraba mucho consuelo y paz en mi lectura; sin embargo, había un sentimiento punzante dentro de mí de que debía volver a la Palabra de Dios, la Biblia. Cuando lo hice, me di cuenta del gran poder de la lectura de la Biblia. La Biblia me dio certeza de lo que Dios realmente quiere decir, y experimenté el poder penetrante de la Palabra, así como un sentimiento abrumador de consuelo y paz. Esto me recuerda que aunque Dios usa las obras y oraciones de Sus santos para nutrirme y consolarme, no son un sustituto para mi propia lectura y comprensión de Su Palabra.

Día 7

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
2 Reyes 22:14–23:3

(1) El rey pidió a los sacerdotes: "preguntad a Jehová por mí" (22:13):

a. ¿Cuáles profetas famosos estaban sirviendo en la época de Josías? (ver Jeremías 1:2; Sofonías 1:1)

b. ¿Por qué no acudieron a estos profetas para consultar a Jehová?

(2) ¿Quién fue el profeta Hulda? (22:14)

a. ¿Por qué no hablaron con Salum en lugar de hablar con su esposa?

b. ¿Qué nos podría mostrar esto sobre el papel de la mujer en los asuntos espirituales?

(3) Conteste con base en las palabras de la profetisa (22:16-20):

a. ¿Qué había hecho que el rey se rasgara sus vestidos y llorara en la presencia de Dios?

b. ¿Dios llevaría a cabo la “maldición” pronunciada en el Libro de la Ley? ¿Por qué o por qué no?

(4) ¿Cómo reaccionó el rey al escuchar las palabras de la profetisa? (23:1-2)

(5) ¿Cuán importante era que todos los moradores de Jerusalén, y no solo el rey, escucharan “todas las palabras del libro del pacto”? (23:2)

(6) ¿Qué lección podemos aprender de esto?

(7) ¿Qué le pidió el rey al pueblo que hiciera en respuesta a las palabras de Dios que habían oído? (23:3)

(8) ¿Qué nos enseña esto sobre lo que debería ser nuestra actitud al leer y oír la Palabra de Dios hoy?

(9) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
La profetisa Huld
a

Entonces el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario; ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella." (LBLA) (2 Reyes 22:14)

Durante el reinado de Josías, que estaba a solo décadas del inicio del cautiverio babilónico (en el año 606 a.C.), el Señor levantó a Jeremías y Sofonías y a otros profetas para que sirvieran al rey y del pueblo de Judá. Hasta cierto punto, esto podría explicar como Josías, a la edad de ocho años, pudo rechazar totalmente la maldad de su padre y llevar la nación nuevamente a la adoración de Jehová.

El descubrimiento del Libro de la Ley en el templo contribuyó considerablemente a su reforma, y su lectura reforzó aún más la determinación del rey de guiar al pueblo al arrepentimiento y adoración exclusiva de Jehová. Sin embargo, las maldiciones que leyó, probablemente aquellos mencionados en Deuteronomio 28 y Levítico 26, lo preocuparon mucho, y quiso saber si podían evitarse. Por lo tanto, instó al sumo sacerdote y a su funcionario a consultar a Jehová. A mí me sorprendió mucho que no consultaran a Jeremías o Sofonías, dos profetas reconocidos de la época, sino que fueron a Hulda, la esposa de Salum, el encargado del vestuario (de los sacerdotes).

Además del hecho de que no se sabe nada más sobre ella excepto lo que se registra aquí, me sorprendió que fuera una mujer no es que tenga un prejuicio contra las mujeres que sirven en el ministerio; simplemente era poco usual que hubiera una líder femenina en esa época, especialmente en asuntos espirituales. Sin embargo, este mismo hecho sirve para probar una vez más que los hombres y las mujeres son totalmente iguales ante el Señor. Cuando el Espíritu del Señor da poder a una persona para que le sirva o hable en Su nombre, lo que legitima su ministerio es la presencia y el poder del Espíritu, y no su género ni su posición dentro de la comunidad.