Esta semana continuaremos el estudio de 2 Crónicas en el Antiguo Testamento.
(1) Con base en el relato en 2 Crónicas 13:19, parece que en aquella época Ramá (que estaba ubicada entre Betel y Jerusalén) estaba bajo el control de Judá. ¿Cuál fue el objetivo de Baasa al invadir y fortificar Ramá? (ver también 1 Rey. 12:26-27)
(2) ¿Cómo reaccionó Asa a esta invasión? ¿Por qué?
(3) Compare lo que dicen los vv. 14:11 en adelante con la reacción de Asa a la amenaza de Baasa. ¿Qué le muestra esto sobre la respuesta de Asa a esta invasión?
(4) ¿Cuál pudo haber sido la razón de este cambio de actitud tan drástico?
(5) Es obvio que esta maniobra política funcionó.
a. ¿Eso significa necesariamente que Dios lo aprobó? ¿Por qué o por qué no?
b. ¿Asa consultó a Jehová antes de actuar?
c. ¿Sus acciones necesariamente fueron una señal de que no confiaba en Jehová? ¿Por qué o por qué no?
(6) ¿Cuál fue el veredicto de Dios sobre sus acciones? (v. 9)
(7) ¿Cómo respondió Asa a la reprensión del profeta?
(8) ¿Qué le había sucedido a Asa para provocar un cambio tan radical en su vida espiritual?
(9) Reflexione sobre lo siguiente con respecto a la actitud de Asa hacia la enfermedad en sus pies:
a. ¿Acaso no es correcto consultar a los médicos?
b. ¿Qué opina usted sobre la vida de Asa?
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Y lo pusieron sobre el lecho que él había llenado de especias de varias clases, mezcladas según el arte de los perfumistas; y le encendieron una hoguera muy grande." (LBLA) (2 Crónicas 16:14)
Por alguna razón, los libros de Crónicas tienden a dar más información sobre las buenas obras de los reyes de Judá que sobre sus defectos; sin embargo, eso no es el caso del rey Asa. Mientras que 1 Reyes 15 parece narrar cómo Asa cambió el rumbo de la vida espiritual de Judá, destacando su expulsión de los prostitutos (extranjeros) y su destrucción de los ídolos creados por sus padres, incluso la imagen de Asera de su abuela, y llegando a la conclusión de que "el corazón de Asa fue perfecto para con Jehová toda su vida" (1 Rey. 15:11-14).
Sin embargo, el libro de 2 Crónicas es más franco sobre las deficiencias de Asa al decir que su alianza con Ben-adad fue incorrecta porque se había "apoyado en el rey de Siria, y no ... en Jehová tu Dios", y que cuando padeció de una enfermedad en los pies en su vejez, "no buscó a Jehová, sino a los médicos" (16:7, 12).
Uno se pregunta cómo el Libro de los Reyes pudo afirmar que el corazón de Asa estuvo completamente comprometido con Jehová toda su vida.
He entendido que este problema específico con Asa muestra claramente cómo debemos abordar las Escrituras, a saber, hacer lo que John Wesley nos enseñó, "combinando pensamientos espirituales con palabras espirituales" (LBLA), lo que significa "considerar los pasajes paralelos de las Escrituras" (el Prefacio del Sr. Wesley a los Sermones, xix, 6), puesto que el conjunto de 66 libros forman la revelación completa de Dios en Su Palabra. Así como los Cuatro Evangelios nos brindan diferentes perspectivas sobre la vida y las enseñanzas de Jesucristo, sin que haya contradicciones, sino complementos, lo mismo ocurre con los libros de Reyes y Crónicas.
Mientras que los Libros de Crónicas hablan directamente de los fracasos de Asa, los Libros de los Reyes nos permiten entender que a pesar de ello Dios pasó por alto incluso estas deficiencias y lo consideró como una persona totalmente comprometida con Él, porque Él sabe que nadie es perfecto.
Esta tal vez fue la manera en que el pueblo veía la vida de Asa, y por lo tanto le dio un gran entierro para honrarlo (16:14). Creo que así es como también deberíamos ver la vida de nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
(1) ¿Puede usted recordar los últimos años de Asa descritos en el capítulo anterior? ¿En qué clase de rey se había convertido?
(2) ¿Qué edad tenía Josafat cuando llegó al trono? (20:31) ¿Los últimos años del reinado de Asa habían tenido algún efecto en él? (vv. 3-4)
(3) ¿Qué otra reforma realizó, además de la reforma que su padre había hecho anteriormente? (v. 6)
(4) En lugar de simplemente remover los ídolos de Judá, ¿qué hizo para cambiar también el corazón del pueblo? (vv. 7-9)
(5) ¿Qué ejemplo nos dio?
(6) ¿Cómo fue su reino respecto a lo siguiente?
a. la estabilidad interna (v. 5)
b. el poder en la política externa (vv. 10-11)
(7) La Biblia dice que Josafat "se engrandecía más y más" (v. 12)
a. ¿Cómo se comparaba su fuerza militar con la de su padre Asa? (vv. 14-18 vs. 14:8)
b. ¿Piensa usted que su éxito fue el resultado de adoptar una estrategia militar que incluía la construcción de muchas ciudades fortificadas? ¿Por qué o por qué no? (vv. 3-5)
(8) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.” (RVR1960) (2 Crónicas 17:9)
Mientras observamos la continua degradación del tejido moral en nuestra sociedad, muchos optan por luchar para que cambien las leyes del país, con la esperanza de poder restaurar una cultura de moralidad que esté en sintonía con las enseñanzas de la Biblia. Y aunque su esfuerzo es muy noble y admirable, todos sabemos que no se puede legislar la moral porque es un tema del corazón. Aún más importante, nuestra misión es llevar a las personas al Reino de Dios, y no imponer una cultura cristiana a la sociedad, y esta misión solo se cumple mediante el arrepentimiento de las personas al Señor Jesucristo, una a la vez.
Josafat claramente entendió esta verdad espiritual. Aunque podría haber impuesto una cultura de piedad a su propia nación con la destrucción de todas las formas idolatría y prácticas detestables ante Jehová, lo que hizo fue mucho más radical que lo que había hecho su padre Asa (16:6). Josafat sabía que, en última instancia, la transformación espiritual tiene que comenzar en el corazón de las personas. Por lo tanto, movilizó a sus funcionarios, junto con los levitas y sacerdotes, para enseñar la Palabra de Dios “en Judá” (v. 9); esto no solo produjo una transformación externa, sino que “cayó el pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá” (v. 10).
Este es un gran ejemplo a seguir. La verdadera transformación, ya sea en nuestro hogar o en nuestra iglesia, siempre comienza con la enseñanza y el aprendizaje de la Palabra de Jehová, sin la cual no puede haber una verdadera transformación. La enseñanza de la Palabra de Dios debe permanecer en el centro de la vida de cada hogar cristiano y de cada iglesia. Lo que me preocupa mucho sobre los servicios en muchas iglesia actuales es que la vitalidad de la “experiencia de adoración” ha robado la centralidad de la predicación de la Palabra.
(1) ¿Qué clase de rey fue Acab? (ver 1 Rey. 16:30-33)
(2) A la luz de esto, ¿por qué Josafat casaría a su hijo con la hija de Acab? (2 Reyes 8:18) ¿Fue correcto?
(3) ¿Qué llevó al rey Acab a librar otra guerra contra los arameos? ¿En qué estaba puesta su confianza? (ver 1 Rey. 22:1-3)
(4) Aunque bien Josafat aceptó la invitación de Acab de unir fuerzas contra los arameos, ¿qué le pidió a Acab que hiciera? ¿Por qué?
(5) ¿Qué diferencia hubo entre los dos reyes?
(6) ¿Qué nos dice el hecho de que Josafat preguntó: "¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos?" (18:6) sobre qué clase de profetas eran los 400 hombres convocados por Acab?
(7) ¿Por qué Micaías no había sido incluido en el grupo original de profetas?
(8) ¿Por qué a Acab no le gustaba escuchar la verdad de parte de Micaías? (v. 7)
(9) ¿Y usted? ¿Qué prefiere escuchar?
(10) ¿Por qué la Biblia parece enfatizar el hecho de que los dos reyes estaban "vestidos con sus ropas reales" delante de los profetas? ¿Esto refleja una actitud adecuada por parte de uno que desea consultar a Jehová?
(11) ¿Cómo intentó Sedequías (que al parecer era el líder de la banda) afirmar la certeza de su profecía?
(12) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos?" (RVR1960) (2 Crónicas 18:6)
Al leer los relatos sobre Acab en 1 Reyes, vemos que Dios le había dado a Acab muchas oportunidades para arrepentirse y humillarse ante Él, él todavía no buscaba a Jehová de manera genuina, ni se dedicaba plenamente a Él. La batalla en el Monte Carmelo debería haber resuelto, de una vez por todas, que sólo Jehová es el único y verdadero Dios, el único al que Acab debia adorar (1 Rey. 19). La terrible profecía de Elías sobre el destino de sus descendientes también debería haberlo llevado a convertirse a Jehová para siempre (1 Rey. 21:24). Sin embargo, su supuesto arrepentimiento no duró; fue un mero sentimiento de remordimiento. Aunque quizás hubiera dejado de adorar a Baal, Acab todavía vivía para sí mismo, lo que significa que, para todos los efectos, no adoraba a Jehová. Eso quedó plenamente demostrado en su deseo de librar la guerra contra los arameos.
Por un lado, Acab había olvidado por completo que su derrota del poderoso ejército de Aram con solo 7.000 soldados fue enteramente obra de Dios (1 Rey. 20). ¿Cómo pudo él pensar que era capaz de repetir esa victoria por sí mismo—incluso con la ayuda de Josafat a quien intentó manipular al casar a su propia hija con el hijo de Josafat (2 Rey. 8:18)?
Luego, cuando Josafat le recordó que primero debían consultar a Jehová, es obvio que Acab excluyó deliberadamente a Micaías del grupo de profetas que consultarían, solo porque (en sus propias palabras) él (Micaías) "nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal” (2 Cr. 18:7).
Es obvio que Acab no tenía la costumbre de consultar a Jehová, ni siquiera cuando se trataba de asuntos muy importantes. ¡En realidad, Jehová nunca fue parte de su vida! Sin embargo, la razón es bastante obvia. Acab sabía que sus obras no agradaban a Jehová; por lo tanto, ¿por qué debería consultarlo?
A pesar de lo malo que era Acab, ¡he visto que era mejor que algunos de nosotros! Es cierto que él ni siquiera
deseaba consultar a Jehová en lo que hacía; sin embargo, nosotros a veces queremos “usar” a
Dios para justificar nuestro propio plan de acción.
Recuerdo que hace muchos años, cuando aún era empresario, hubo una crisis en mi negocio mientras estaba de viaje en San Francisco. En la quietud de la habitación del hotel, leí las Escrituras para buscar la voluntad de Dios. Cuando encontré un pasaje en 2 Reyes que pareció encajar perfectamente en mi situación, me quedé tan abrumado por las promesas en el pasaje que me arrodillé ante la cama y alabé al Señor.
Unos años más tarde, mientras recordaba lo que había sucedido con mi negocio, me di cuenta de que nada de lo que (segun yo imaginé) el Señor había dicho a través de ese pasaje sucedió. Hoy comprendo que, por mucho que quisiera buscar al Señor, mi deseo de resolver mi problema era tan fuerte que me llevó a ver cosas en Su Palabra que en realidad no estaban allí. Eso no quiere decir que Dios enviara un "espíritu de mentira" para engañarme (2 Cr. 18:20), sino que yo, sin saberlo, fui engañado por mi propio deseo.
(1) ¿Qué tipo de presión enfrentaba el profeta Micaías?
(2) ¿Qué opciones tenía?
(3) ¿Cuál opción eligió? ¿Por qué?
(4) “La visión descrita por Micaías no fue un simple escenario subjetivo inventado por el propio profeta, sino una narración directa de la visión interior real por la cual los hechos le habían sido revelados” (K&D, 196):
a. ¿Está usted de acuerdo? ¿Por qué?
b. ¿Por qué estaría Dios de acuerdo en enviar un "espíritu de mentira" a los profetas?
c. Sin ese “espíritu engañador”, ¿qué habrían dicho estos profetas (o quizás ya lo habían dicho)?
d. Por lo tanto, ¿cuál fue el papel del "espíritu de mentira"?
(5) ¿Cómo respondió Sedequías al oír las palabras de Micaías? ¿Por qué?
(6) ¿Cómo respondió el rey Acab al oír las palabras de Micaías? ¿Por qué?
(7) ¿Qué debería haber hecho el rey Josafat, dadas las circunstancias?
(8) ¿Qué hizo? (v. 28) ¿Por qué?
(9) ¿Qué precio tuvo que pagar por sus acciones? (vv. 31-32)
(10) ¿Qué hizo Acab para evitar el cumplimiento de la profecía de Dios? (v. 29)
(11) ¿De qué manera la Biblia muestra con bastante sarcasmo que su esfuerzo por evitar la profecía de Dios fue inútil? (v. 33)
(12) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y el mensajero que fue a llamar a Micaías le habló, diciendo: 'He aquí, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Por esto te ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, y hables favorablemente'.” (LBLA) (2 Crónicas 18:12)
Nunca es fácil defender la verdad de Dios en este mundo pecador; sin embargo, es aún más difícil cuando uno debe oponerse a la opinión de otros que piensan que están del lado de Dios.
Micaías se encontraba en la segunda de estas situaciones, la cual en su caso era aún más complicado debido al hecho de que los cuatrocientos profetas realmente pensaban que estaban del lado de Dios, y que su profecía provenía del Señor.
Aunque los eruditos están divididos en cuanto a si Dios envió ese espíritu de mentira de entre Sus propios ángeles, o si el espíritu de mentira era un espíritu maligno, es importante notar que los profetas, incluso sin la ayuda de ese espíritu, ya habían decidido mentirle al rey diciendo: “Sube, porque Dios los entregará en mano del rey” (18:5). La única tarea del espíritu de mentira fue confirmar su autoengaño y el engaño del rey.
¿Cómo, entonces, sabía Micaías que su visión era genuina mientras que la profecía de los demás profetas era un engaño? La diferencia, por supuesto, radicaba en el hecho de que Micaías había resuelto: "lo que mi Dios me dijere, eso hablaré" (18:13). Su corazón puro le dio la confianza de que lo que había visto era de parte de Jehová. Con tal confianza, les dijo la verdad a los dos reyes, y sufrió la consecuencia esperada: fue encarcelado. Sin embargo, estaba igualmente seguro de su reivindicación final (18:27), que al parecer sucedió muy poco tiempo después.
Entre las lecciones que aprendemos de Micaías están las siguientes: (1) A menudo nos sentimos solos cuando defendemos la verdad de Dios. (2) Es impopular, y posiblemente tendremos que enfrentar persecución o al menos aislamiento. (3) Sin embargo, a la larga seremos vindicados, aunque lleve años o décadas — y en algunos casos es posible que tengamos que esperar hasta que veamos al Señor. En cualquier caso, lo único que Dios nos pide es que seamos fieles.
19:1-3—La reprensión del Profeta
(1) ¿Puede usted recordar lo que sucedió a las siguientes personas en la batalla con los arameos mencionada en el capítulo anterior?
a. Acab, el rey de Israel
b. el propio Josafat
(2) ¿Qué lección debería haber aprendido Josafat?
(3) Según el vidente, ¿qué pecado había cometido Josafat? (v. 2)
(4) ¿Qué castigo recibiría de Jehová?
(5) ¿Fue demasiado duro? ¿Por qué o por qué no?
(6) ¿Qué lección podemos aprender de su error?
19:4-11—Convertir al pueblo nuevamente a Jehová
(7) ¿Qué personas clave nombró Josafat en su esfuerzo por convertir al pueblo a Jehová?
(8) Además de delegar estas responsabilidades a los jueces, los levitas y los sacerdotes, ¿por qué él mismo "volvió a salir por entre el pueblo" (v. 4)?
(9) Los jueces de Judá (vv. 6-7)
a. ¿A quién debían sirvir como jueces? (v. 6)
b. Por lo tanto, ¿cuál debía ser su actitud?
(10) Los levitas y sacerdotes en Jerusalén (vv. 8-10)
a. ¿Qué responsabilidades se les encargó? (v. 8)
b. ¿Cómo debían desempeñar sus funciones? (vv. 9-10)
(11) Una clara división de autoridad (v. 11)
a. ¿Quiénes estaban a cargo de los asuntos espirituales?
b. ¿Quiénes estaban a cargo de los asuntos administrativos?
(12) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Habitó, pues, Josafat en Jerusalén; pero daba vuelta y salía al pueblo, desde Beerseba hasta el monte de Efraín, y los conducía a Jehová el Dios de sus padres." (RVR1960) (2 Crónicas 19:4)
A pesar de los errores que cometió Josafat, tanto al establecer una alianza con el malvado rey Acab mediante el matrimonio como al unir fuerzas con él para luchar contra los arameos, realmente lo admiro por haber "dispuesto [s]u corazón para buscar a Dios" y por su esfuerzo por llevar al pueblo de regreso a Jehová (19:3, 4).
Ya vimos que envió a sus oficiales, junto con los levitas y sacerdotes, para enseñar al pueblo el Libro de la Ley, una acción que muestra su comprensión de que la transformación espiritual no se puede imponer, sino que debe comenzar en los corazones (17:7-9). Sin embargo, también hemos visto que no se detuvo allí. Él mismo salía por entre el pueblo desde Beerseba (en el sur) hasta la región montañosa de Efraín (en el norte de su reino) para hacer que el pueblo volviera a Jehová. Aunque el texto no nos dice cómo lo hizo, no sería descabellado imaginar que él mismo estuviera enseñando y exhortando al pueblo con la Palabra del Señor mismo mientras también verificaba que sus funcionarios y clérigos estuvieran cumpliendo con los deberes que les había asignado.
En otras palabras, estaba tan comprometido en llevar al pueblo a seguir a Jehová que dirigió tanto con su propio ejemplo como mediante una rigurosa supervisión como rey, incluso en asuntos espirituales. Por lo tanto, a pesar de sus debilidades, también casi llegó a ser como su antepasado David, un rey conforme al corazón de Dios.
La batalla contra el ejército unido de moabitas, amonitas y meunitas (parte I)
(1) ¿Qué hizo que Josafat se alarmara tanto? (ver la Nota 1 más abajo)
(2) ¿Qué decidió hacer? (vv. 3-4)
(3) En este contexto, ¿qué representó el ayuno?
(4) La oración de Josafat—primera parte (vv. 6-9)
a. Quién es Dios (v. 6): ¿Quién dijo Josafat que es Dios, y por qué lo planteó en forma de pregunta?
b. ¿Cuál fue la siguiente pregunta que hizo? (v. 7) ¿Qué quizo decir con ella?
c. Luego, Josafat citó la oración de Salomón (vv. 8-9): No cabe duda de que se estaba refiriendo a la oración que hizo Salomón en la dedicación del templo (6:34-35). ¿Dios realmente había prometido contestar sus oraciones? (7:1-3)
d. ¿Con qué fundamento hizo esta súplica?
(5) La oración de Josafat—segunda parte (vv. 10-12)
a. ¿Qué acción de los amonitas, moabitas y meunitas fue tan perversa? (vv.10-11; ver Deut. 2:4-5, 9, 18-19 y también la Nota 2 más abajo)
b. ¿Cuántos guerreros tenía Josafat? (ver 17:14-19)
c. Por lo tanto, ¿por qué se consideraba a sí mismo como alguien sin ningún poder?
d. ¿Qué otra cosa confesó? (v. 12)
e. ¿En qué aspectos la actitud de Josafat fue diferente de la de Asa con respecto a la lucha contra estos formidables enemigos? (v. 12 vs. 16:1-3)
(6) ¿Por qué menciona el Cronista que incluso “sus niños, sus mujeres y sus hijos” estaban ante Jehová? (v. 13)
(7) La respuesta de Jehová (vv. 15-17)
a. ¿Qué razón les dio Jehová para decirles que no tuvieran miedo? (v.15)
b. ¿Qué estrategia ideó Jehová para ellos? (v. 17)
c. En esencia, ¿qué les dijo Jehová en esencia que hicieran?
d. ¿Cómo habría reaccionado usted a la palabra de Jehová si fuera una de esas personas?
(8) ¿Cómo reaccionó el rey a la palabra de Jehová? (v. 18)
(9) ¿Cómo reaccionó el pueblo, especialmente algunos de los levitas? (vv. 18-19)
(10) ¿Por qué?
(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota 1:
En-gadi se
encuentra en la costa occidental del Mar Muerto a solo 15 horas de
Jerusalén (K&D, 635). Parece que Josafat fue tomado totalmente por
sorpresa, sin darse cuenta de que este vasto ejército ya había cruzado el mar y se encontraba a
menos de un día de distancia de Jerusalén; era poco probable que pudiera reuniera a todos sus guerreros, especialmente a los de Benjamín.
Nota 2:
Aunque la expresión "monte Seir" normalmente se refiere a los edomitas, los meunitas, que probablemente no eran descendientes de Edom, residían en el monte Seir; por lo tanto fueron incluidos por Josafat entre los edomitas, cuyo territorio se salvó de la invasión de Moisés y su pueblo.
“Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel.” (RVR1960) (2 Crónicas 20:19)
Aunque no sabemos en qué año exacto del reinado de Josafat se libró esta batalla contra el vasto ejército del este del Jordán, es interesante notar que el relato comienza con las palabras, "después de esto" (20:1). Eso quiere decir que esta batalla surgió después de que Josafat hizo todo lo posible para que el pueblo volviera a Jehová, incluso nombrar funcionarios, levitas y sacerdotes para enseñar al pueblo el Libro de la Ley, además de visitar a varias ciudades dentro de su reino personalmente con el mismo objetivo.
Esto es interesante porque desde entonces el pueblo se había vuelto a Jehová de tal modo que la Biblia dice, “Y cayó el pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat” (17:10). ¿Por qué, entonces, Dios permitiría que estos ejércitos se les acercaran sigilosamente de manera tan repentina, de modo que el rey solo se enteró del ataque cuando ya habían llegado a En Gedi, a solo unas 18 horas de Jerusalén? (ver K&D, 635)
Por supuesto, no se trata de que Dios sea infiel, sino más bien del hecho de que la fe genuina debe ser puesta a prueba, al igual que los metales preciosos deben refinarse en el horno. De hecho, no solo el rey, sino todo el pueblo, dirigido por los levitas, pasó esta prueba de fe con gran éxito.
En su esencia, la estrategia que Dios había diseñado para ellos no fue una estrategia militar en absoluto (20:16-17). Dios esencialmente les estaba pidiendo que se expusieran al vasto ejército de sus enemigos, y que confíaran en que Él los libraría—una estrategia mucho más arriesgada que la que dio a Josué y sus hombres; al menos los hombres de Josué estaban separados de los guerreros de Jericó por muros grandes y gruesos (Jos. 6). Sin embargo, el pueblo respondió postrándose y adorando a Jehová, y algunos de los levitas irrumpieron en cánticos de alabanza, simplemente porque habían oído la promesa de Jehová por la boca de un profeta—sin recibir ninguna visión especial sin ver una columna de nube o de fuego, y sin duda sin escuchar ninguna voz audible de Jehová. ¡Estas personas en verdad temían y confiaban en Jehová!
20:20-29—La batalla (Parte II)
(1) Si usted fuera Josafat, ¿habría tenido paz durante esa noche? ¿Por qué o por qué no?
(2) ¿Qué fue lo primero que decidió hacer temprano a la mañana siguiente? (v. 20)
(3) ¿Josafat estaba hablando al pueblo o a sí mismo? ¿Por qué?
(4) ¿Qué decisión colectiva tomaron cuando entraron al campo de batalla? (v. 21)
(5) ¿Qué representó esta decisión?
(6) ¿Cuál fue el resultado de sus cantos de alabanza? (v. 22)
(7) ¿Qué aprendemos sobre la importancia de alabar a Dios, especialmente cuando enfrentamos los desafíos de la vida?
(8) ¿Qué evento que sucedió llevó a la destrucción total de este ejército unido de Amón, Moab y el monte Seir ? (v. 23)
(9) Al final de la batalla, el pueblo alabó a Jehová (v. 26): ¿Cuán diferente fue esta alabanza de su alabanza antes de la batalla registrada en el v. 21? ¿Cuál de las dos piensa usted que fue más preciosa? ¿Por qué?
(10) ¿Cuál fue el resultado de esta victoria? (vv. 29-30)
20:31-37—El fin del reinado de Josafat
(11) Aunque Josafat había hecho todo lo posible para devolver al pueblo a Jehová, ¿cuál fue el veredicto de la Biblia sobre la condición espiritual del pueblo? (v. 33)
(12) ¿Cuál fue el acto final registrado sobre la vida de Josafat? (vv. 35-37)
(13) En su opinión ¿por qué el Cronista decidió terminar el relato de la vida de Josafat con una nota tan amarga?
(14) ¿Cuál es la lección principal que ha aprendido sobre Josafat y cómo puede aplicarla a su vida?
"Después de esto Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel. Al hacer esto obró impíamente." (LBLA) (2 Crónicas 20:35)
Además de ser un rey como su padre Asa, que andaba en los caminos de Jehová, Josafat logró hacer las paces con sus vecinos del norte, Israel. Eso debería ser algo muy admirable.
Josafat nació alrededor del sexto año del reinado de Asa, y ascendió al trono más tarde a los 35 años. Su carácter piadoso sin duda se debió a la influencia de su padre. Fue testigo de la reforma espiritual de su padre, tanto de niño como de adulto (14:2-6; 15:8-18). De hecho, hizo algo que su padre no había logrado hacer, a saber, la remoción del “resto de los sodomitas”, los cuales eran una abominación para la tierra (1 Rey. 22:46).
Quizás uno también diría que Josafat logró la paz con Israel, algo que su padre no había logrado. A simple vista, la “paz” siempre debe ser la meta de los hijos de Dios, especialmente la paz con otros hijos de Dios. Sin embargo, el Israel del rey Acab era pueblo de Dios solo de nombre. Asociarse con Acab y su pueblo era asociarse con el mal.
Se puede presumir que Josafat logró la paz con Acab mediante el matrimonio de su hijo con la hija de Acab y su intento de participar con Israel en una operación marítima conjunta. Este último esfuerzo fue condenado por el profeta Eliezer (20:37), mientras que el primero llevó al pecado de su hijo (2 Rey. 8:18).
Es cierto, necesitamos vivir en paz “si es posible” (Rom. 12:18), y Dios sin duda se deleita cuando Sus hijos viven en unidad (Sal. 133). Sin embargo, no podemos buscar la unidad sin la verdad, como nos recuerda Pablo: "pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad?" (2 Corintios 6:14). Fue con este fundamento que Jehová reprendió a Josafat (20:35).
Aunque haya algunos evangélicos que, debido a un sincero deseo de unidad, se esfuercen por buscar puntos de coincidencia con el catolicismo romano y el cristianismo ortodoxo oriental, debemos tener mucho cuidado de no sacrificar la verdad del evangelio por el bien de la unidad externa.