Esta semana continuaremos nuestro estudio del libro de Jeremías en el Antiguo Testamento.
No sabemos exactamente por qué el editor del Libro de Jeremías no eligió compilar esta colección de los oráculos que Jeremías recibió del Señor en una secuencia estrictamente cronológica; sin embargo, después del relato sobre el mensaje de reprensión que Jeremías entregó a Joacim y su pueblo en el cuarto año de su reinado, se nos da un relato sobre el ministerio de Jeremías y el acogimiento que tuvo su mensaje inmediatamente después de la muerte de Josías, la cual marcó una nueva etapa en la historia de Judá.
(1) ¿Cuándo se le dio este oráculo a Jeremías? (v. 1)
(2) ¿Qué tipo de transición estaba experimentando Judá? (ver 2 Reyes 23:31-37)
(3) ¿Dónde debía Jeremías predicar este mensaje? (v. 2)
(4) ¿Por qué Jehová tuvo que dar la siguiente advertencia a Jeremías: “No omitas ni una palabra”? (v. 2) ¿Había alguna razón para que Jeremías lo hiciera?
(5) ¿Cuál fue el propósito específico de este oráculo dado en este momento específico de transición? (v. 3)
(6) Ahora se da una advertencia que usa como ejemplo el pueblo de Silo (vv. 4-7):
a. ¿Cuán importante había sido Silo una vez? (1 Sam. 1-4; especialmente 3:21)
b. Se puede presumir que su posterior destrucción por los filisteos en 1 Samuel 4 lo volvió insignificante como lugar espiritual. ¿De qué manera este hecho explica la razón por la que Jehová especificó el lugar exacto donde debía ser entregado este oráculo específico? (v. 2)
(7) Al escuchar la predicación de Jeremías, ¿cómo reaccionaron inmediatamente los sacerdotes, y básicamente todas las personas que escucharon su mensaje? (vv. 7-9)
(8) ¿Qué le enseña esto acerca de la reforma espiritual que había ocurrido durante la vida de Josías, y que había terminado hacía menos de un año?
(9) ¿Cómo se defendió Jeremías? (v. 12)
(10) ¿Cómo les rogó? (v. 13)
(11) ¿Qué advertencia les dio? (v. 15)
(12) A juzgar por la descripción en el v. 16, ¿quiénes eran realmente los que deseaban la muerte de Jeremías? ¿Por qué?
(13) ¿En qué sentido la reacción de los funcionarios fue diferente de la de los sacerdotes y profetas? (v. 16)
(14) ¿Qué habían aprendido del ejemplo de Ezequías? (vv. 17-19)
(15) Esta vez, ¿quién fue el que rescató a Jeremías? (v. 24; ver 2 Rey. 22:3-14)
(16) Mientras que la vida de Jeremías fue preservada, la de Urías no lo fue (vv. 20-23):
a. ¿Por qué?
b. ¿Qué tipo de condición espiritual describen estos dos incidentes?
(17) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: 'No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado'.” (RVR1960) (Jer. 26:16)
A lo largo de los 25 capítulos anteriores, ya nos encontramos con muchas profecías amenazantes sobre el juicio inminente que caería sobre Jerusalén y el templo debido al pecado del pueblo. Aunque estos capítulos nos dan a entender de que Jeremías no fue el sacerdote y profeta más popular entre sus contemporáneos, la mayoría de estos mensajes probablemente fueron dados en la época de Josías, el rey piadoso que encabezó una de las reformas religiosas más exhaustivas de Judá (2 Rey. 22-23). A pesar de lo impopulares que fueran los mensajes de Jeremías, la influencia de Josías habría asegurado que no surgiera ninguna oposición abierta.
Ahora que Josías acababa de fallecer y fue sucedido por Joacim, un rey totalmente impío, los opositores de Jeremías no tardaron en manifestarse públicamente. Aunque la Biblia dice, “lo apresaron los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, diciendo: 'De cierto, morirás!'” (26:8), se hizo evidente que la oposición había sido provocada principalmente por los sacerdotes, porque cuando los funcionarios intervinieron, se dirigieron solo a los sacerdotes (26:16).
Por lo tanto, ¿por qué de todo el pueblo, los sacerdotes fueron los que se opusieron a Jeremías? Ellos eran los que leían y enseñaban la ley en el templo. Incluso algunos de los funcionarios que habían sido blancos de las reprensiones de Jeremías respondieron positivamente a las palabras de Jehová y respetaron su mensaje porque se había proclamado en el nombre de Jehová (26:16); ¿Acaso los sacerdotes no deberían haber sido los primeros en respaldar su mensaje?
La verdad es que Jeremías era uno de ellos. En lugar de ser un ejemplo para sus colegas, su piedad sirvió más como una acusación. El hecho de que Jehová lo usara a él como profeta, y a ninguno de ellos, solo sirvió para provocar su envidia. Su envidia los llevó a buscar usar la violencia contra Jeremías, y como ya sabemos, la misma envidia también impulsó al sumo sacerdote y sus colegas (es decir, otros sacerdotes) a perseguir a los apóstoles (Hechos 5:17).
Esta es una advertencia muy severa para todos los que servimos a Jehová en Su casa de que somos igualmente vulnerables al pecado de la envidia. Debemos clavar rápidamente en la cruz cualquier manifestación de celos mientras servimos al Señor en Su casa.
Los capítulos 27-29 brindan información sobre la confrontación directa que tuvo Jeremías con los falsos profetas, comenzando con el capítulo 27, el cual da por entendido que ya había ocurrido el exilio del año 597 a.C., después del cual Sedequías fue puesto en el trono (2 Rey. 24:17):
27:1-3—El contexto histórico
(1) ¿Qué eventos históricos importantes precedieron al reinado de Sedequías?
(2) Si usted fuera Sedequías, ¿cómo habría abordado su “reinado” sobre Judá a la luz de la coyuntura histórica y de las muchas profecías que Jeremías ya había dado?
(3) ¿Por qué Dios enviaría un mensaje a estos estados vecinos de Judá? (ver la Nota más abajo) ¿Qué probablemente estaban haciendo sus mensajeros en Jerusalén? (v. 3)
27: 4-11—El mensaje a las naciones vecinas
(4) ¿Cómo se presentó Jehová? (v. 5)
(5) ¿Qué pudieron haber pensado estos reyes vecinos de Israel de Su auto-presentación a la luz de que Judá acababa de ser sometido por Nabucodonosor?
(6) ¿Cómo explicó Jehová el ascenso y la caída de Babilonia? (vv. 6-7)
(7) ¿Qué pasaría con las naciones que se rehusaran a someterse al gobierno de Babilonia como Dios había ordenado? (v. 8)
(8) ¿Y a las que se sometieran a Babilonia? (v. 11)
(9) ¿Por qué sus adivinos, etc. predecirían un resultado diferente? (vv. 9-10)
(10) Reflexione sobre sus respuestas a cada una de las preguntas anteriores para ver lo que ha aprendido sobre
lo siguiente:
a. Dios
b. Su camino
c. Su soberanía
d. Cómo usted puede aplicar esta información a los eventos actuales en el mundo
27:12-15—El mismo mensaje para el rey Sedequías
(11) Puesto que las profecías anteriores dadas a través de Jeremías ya se habían cumplido, ¿cómo debería haber respondido el rey a este último mensaje?
(12) ¿Qué pudo haberlo impedido someterse al mensaje?
(13) ¿Habría permitido que este mensaje fuera entregado a los mensajeros? ¿Por qué o por qué no?
(14) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
“El trasfondo histórico de los años 596/5-594/3 a.C. ha sido muy iluminado por las Crónicas babilónicas (hallazgos arqueológicos). En el año 596/5 a.C., Nabucodonosor fue atacado por un enemigo anónimo, posiblemente Elam. En 595/4 tuvo que lidiar con una revuelta dentro de sus propias fronteras. En 594/3 dirigió una campaña militar en Siria. Fueron tiempos difíciles para Nabucodonosor, y los pequeños estados del oeste pensaron ver en en estos eventos una oportunidad para rebelarse y deshacerse del yugo de Babilonia."
(NICOT, 532)
"Yo hice la tierra, los hombres y los animales que están sobre la faz de la tierra con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la doy a quien me place." (LBLA) (Jeremías 27:5)
Me parece muy sorprendente que Jehová haya decidido enviar un mensaje para advertir a las otras naciones sobre la necesidad de someterse a Nabucodonosor. ¿Por qué le importaría? ¿Acaso no fue Nabucodonosor Su herramienta para juzgar solo a Su propio pueblo, Israel? Es más, ¿por qué estas otras naciones escucharían la advertencia de Jeremías en lugar de los consejos de sus propios adivinos y hechiceros?
Es irrelevante discutir si había alguna posibilidad de que estos mensajeros (que probablemente se habían reunido en Jerusalén para discutir la formación de una alianza cuyo objetivo era rebelarse contra Nabucodonosor) llevaran el mensaje a sus respectivos reyes. Lo que era más importante era que Dios quería que
las naciones supieran lo siguiente:
- Él es el Creador de la tierra, incluidos todos sus pueblos y animales (v. 5).
- Él tiene el control absoluto de la historia humana, incluido el ascenso y la caída de Babilonia (27:7).
- A Él le importan todos los pueblos que ha creado (no solo Israel) y siempre se preocupa por su bienestar (27:11).
Este es el mismo mensaje que el mundo necesita escuchar hoy en día; a pesar de todos los ataques ateos contra nuestro Creador (y en especial Su Cristo), Él sigue siendo el Señor de toda la creación y todavía tiene el control absoluto de la historia humana. Todo, incluidos los eventos y las fuerzas que buscan expulsarlo a Él y a Su Ley de las vidas humanas, está siendo encaminado por Él hacia la culminación de Su plan para el mundo. Y aunque el juicio es lo que aguarde a este mundo de maldad, Él se preocupa por el bienestar de todos los pueblos que ha creado, y les ha proporcionado una escapatoria en el sacrificio expiatorio de Su Hijo, Jesucristo— si tan solo el mundo se sometiera a Él!
Ahora se entrega el mismo mensaje a los sacerdotes y al pueblo:
(1) ¿Qué pensaron de Jeremías los sacerdotes, los contemporáneos de Jeremías, y cómo lo trataron antes de la caída de Jerusalén en el año 597 a.C.? (26:7-9)
(2) ¿Deberían escuchar sus palabras ahora? ¿Por qué o por qué no?
(3) Ahora que Jerusalén había caído y los artículos de la casa de Jehová habían sido llevados a Babilonia (ver 2 Rey. 24:13; Dan. 1:1-2), ¿por qué los falsos profetas mentirían, diciendo que serían devueltos pronto de Babilonia? (v. 16) ¿Cuáles pueden haber sido ser sus motivos?
(4) ¿Qué impacto habrían tenido estas mentiras en el rey, los sacerdotes y el pueblo, y cuáles habrían sido sus consecuencias? (v. 17)
(5) ¿Cuál fue la exhortación de Jeremías a estos profetas? (v. 18) ¿Por qué?
(6) ¿Qué había dejado el rey Nabucodonosor en el templo de Jehová, sin removerlos en su asedio inicial? (v. 19) ¿Por qué no los tomó con los demás objetos?
(7) ¿Estas cosas permanecerían en el templo por mucho tiempo? ¿Por qué o por qué no? (vv. 21-22)
(8) ¿Qué les sucedería finalmente? (v. 22)
(9) ¿Cuál es, entonces, el mensaje detrás de todo esto?
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"También a los
sacerdotes y a todo este pueblo hablé diciendo: Así ha dicho Jehová: 'No
oigáis las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: He
aquí que los utensilios de la casa de Jehová volverán de Babilonia
ahora pronto; porque os profetizan mentira'." (RVR1960) (Jer. 27:16)
En los ataques iniciales de Nabucodonosor, solo aquellas vasijas y otros objetos de valor que eran pequeños y fáciles de llevar fueron tomados, mientras que los objetos y muebles más pesados (como las columnas y los mares) fueron dejados. Parece que esto provocó un sentido de optimismo entre los que se habían quedado atrás en Jerusalén, y algunos profetas aprovecharon esta oportunidad para refutar las muchas profecías que Jeremías había proclamado sobre la destrucción total de Jerusalén y del templo. Estos profetas profetizaban que los artículos que habían sido tomados por Nabucodonosor pronto serían devueltos.
Incluso en ese momento tan avanzado, si los profetas y el pueblo hubieran reconocido la mano de Dios detrás de este castigo por parte de Nabucodonosor y se hubieran arrepentido, quizás aún habrían tenido esperanza, por lo que Jeremías dijo lo siguiente de los falsos profetas: “Y si ellos son profetas, y si está con ellos la palabra de Jehová, oren ahora a Jehová de los ejércitos para que los utensilios que han quedado en la casa de Jehová y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no vayan a Babilonia” (27:18). Esta súplica por parte de los profetas necesariamente habría conllevado una confesión de su pecado y una expresión de su arrepentimiento en lugar de optimismo.
Actualmente, muchos predicadores de la prosperidad siguen los pasos de estos falsos profetas de antaño, enseñando a sus oyentes que lo único que tienen que hacer es reivindicar para sí la promesa de Dios para que todo lo que deseen sea suyo. Estos olvidan que lo que se necesita no es “reclamar" sino "súplicar", algo que necesariamente conlleva la confesión de pecados y una expresión de arrepentimiento. Además, ¡el resultado depende de la misericordia del Señor!
Aunque se dice que este relato del falso profeta Hananías fue dado en el mismo año que el capítulo 27, el texto de hecho afirma que ocurrió en el cuarto año (es decir, en el “principio”) en el reinado de Sedequías (ver la Nota a continuación). No tenemos idea de quién fue este Hananías, excepto que se llamaba a sí mismo un profeta:
28:1-4—Su profecía
(1) ¿En nombre de quién profetizó? (v. 2)
(2) ¿Sobre qué profetizó?
(3) ¿Mencionó detalles específicos en su predicción?
(4) ¿Qué pasaría si los eventos no ocurrieran en dos años?
(5) ¿Las cosas sucedieron como él había dicho?
(6) ¿Cuáles podrían ser las razones por las que hizo predicciones tan audaces?
(7) ¿Cuáles podrían ser las razones por las que el pueblo y sus sacerdotes creyeron en sus profecías?
28: 5-9. La respuesta de Jeremías
(8) ¿Por qué Jeremías dijo “amén” a sus profecías? (v. 6)
(9) ¿Puede usted pensar en al menos a un profeta que antes de Jeremías había hablado sobre los desastres inminentes? (ver 26:18)
(10) Por lo tanto, ¿cómo podía uno saber si en verdad habían sido enviados por Jehová? (v. 9)
(11) Por lo tanto, ¿cuál fue la esencia de la refutación de Jeremías a Hananías?
28:10-17—El fin del falso profeta
(12) Es obvio que el yugo que Jeremías todavía llevaba era el mismo que había usado para profetizar a los mensajeros de las naciones vecinas (ver capítulo 27).
a. ¿Qué le hizo Hananías al yugo que estaba en el cuello de Jeremías?
b. ¿Sabía lo que estaba haciendo?
(13) ¿Por qué Jeremías no detuvo a Hananías ni reaccionó ante su acción de inmediato?
(14) ¿Cuál fue el mensaje posterior de Dios a Hananías? (vv. 13-14)
(15) ¿La mentira de Hananías tuvo algún impacto en la nación? (v. 16; 2 Reyes 25:1)
(16) ¿Cuál fue el castigo de Dios sobre este falso profeta? (vv. 16-17)
(17) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
K&D opinan que la expresión "temprano" o "principio" del reinado de
Sedequías (que duró 11 años) no está en desacuerdo con la noción de que este relato haya sucedido en el cuarto año de su reinado,
puesto que el término "principio" es relativo (ver K&D, 246).
“Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: 'Quebranté el yugo del rey de Babilonia. Dentro de dos años'...” (RVR1960) (Jer. 28:2-3)
Es imposible no preguntarse cómo Hananías se atrevió a oponerse a Jeremías, profetizó en el nombre de Jehová, e incluso mencionó un plazo específico de dos años, después de los cuales tanto los artículos que habían sido llevados por Nabucodonosor como el rey Joaquín (quien había sido llevado cautivo) regresarían a Jerusalén. La predicción precisa de dos años fue particularmente audaz, puesto que la verdad o falsidad de cualquier cosa que profetizara sería puesto a prueba en muy poco tiempo.
Puedo pensar en dos posibles razones para sus audaces predicciones:
- Primero, es obvio que nada de lo que dijo había venido de Dios, sino quizás de un espíritu de mentira (1 Rey. 22:23). Sin embargo, si ese fuera el caso, la Biblia lo habría mencionado.
- La otra posibilidad (más probable) es que Hananías no tomaba en serio el hecho de que los oráculos de Jeremías realmente provenían de Jehová. Probablemente pensaba que Jeremías era un profeta como él, uno que estudiaba la palabra de Jehová y que normalmente tenía una noción de los caminos del Señor, y que sus predicciones realmente no provenían de una visión directa revelada por el Señor, sino de su mejor conjetura educada. Por lo tanto, algunas podían hacerse realidad y otras no.
Ahora, se puede presumir que Hananías estaba harto del dramático espectáculo de Jeremías de llevar un yugo sobre su propio cuello y se sintió obligado a exponer lo que él consideraba como la falsedad de Jeremías, rompiendo el yugo de Jeremías con sus propias manos. Pero eso no fue suficiente para él; respaldó su supuesto oráculo de Jehová con la audaz proclamación de un regreso después de dos años del rey exiliado y los artículos del templo.
Soy igual de escéptico respecto a las afirmaciones de muchos cristianos de haber recibido visiones especiales o encuentros espirituales. Sin duda hay muchos que, ya sea por engaño o ignorancia, afirman haber escuchado algo de Dios directamente o visto algún tipo de visión de Dios. Sin embargo, esto no significa necesariamente que todas esas afirmaciones sean falsas. Aunque actualmente Dios habla principalmente a través de Sus palabras en la Biblia, en casos extraordinarios Él aún nos habla directamente a través de visiones, sueños u otras formas de epifanía. Por supuesto, cualquier experiencia de este tipo tiene que coincidir con las enseñanzas y los principios de la Biblia; de lo contrario tiene que ser falso. En todos los demás casos, uno necesita solidez de enseñanza y pureza de vida para autenticar la verdad de su afirmación.
Afirmar falsamente como lo hizo Hananías conlleva consecuencias significativas, ya que podría descarriar a otros (28:15), invitando el castigo de Dios (28:17); por otro lado, aquellos que predican honestamente y viven fielmente como Jeremías merecen nuestra atención y respeto.
Este mensaje fue entregado a los exiliados, también durante el reinado de Sedequías (lea nuevamente el trasfondo en 2 Rey. 24:10-16):
(1) En esta carta, Jeremías se refiere a Jehová con el título “Jehová de los ejércitos, Dios de Israel”. ¿Cuál pudo haber sido el significado de usar ese título en ese momento específico?
(2) ¿Quiénes realmente habían sido los responsables de su exilio? (v. 4)
(3) Reflexione sobre las siguientes preguntas a la luz de su condición de exiliados y cautivos en tierra extranjera:
a. ¿Cómo deberían haberse sentido? ¿No deberían haber sentido amargura contra sus vencedores?
b. ¿Cuáles pueden haber sido sus deseos? ¿Acaso no debían desear regresar a su tierra natal?
(4) ¿Qué les pidió Jehová que hicieran en lugar de ello? (vv. 5-6) ¿Por qué debían hacerlo?
(5) En lugar de desear mal a sus enemigos, debían buscar la paz de la ciudad:
a. ¿De qué maneras concretas deberían buscar la paz de la ciudad?
b. Se les pidió que al hacerlo, también oraran por la ciudad. ¿Por qué?
c. ¿Cuál podría ser la aplicación para nosotros hoy?
(6) Al pedirles que no escuchen a los adivinos que había entre ellos, ¿qué quería decir Jehová con el mandamiento “ni atendáis a los sueños que soñáis” (RVR1960)? (v. 8)
(7) Puesto que Dios había prometido que regresarían en setenta años (ver también 25:11-12), ¿por qué debían buscar la paz de la ciudad de Babilonia? (v. 10)
(8) Jehová señala que cualquier cosa que llegara a suceder era “los planes que tengo para vosotros” (v. 11). ¿Qué significa esto?
(9) ¿Cuál era el plan de Dios para ellos, a pesar de que estaban en el exilio? (v. 11)
a. ¿Esta promesa tiene alguna aplicación hoy para nosotros, los hijos de Dios?
b. ¿Por qué o por qué no?
(10) ¿Cuál es el mayor deseo de Dios para Su plan? (vv. 12-13)
(11) ¿Se ha cumplido plenamente esta promesa del versículo 14? ¿Por qué o por qué no?
(12) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz." (RVR1960) (Jeremías 29:7)
Esta carta que Jeremías entregó a los ancianos de los exiliados fue muy inusual. Eran personas cautivas que estaban viviendo en el exilio, cuya patria había sido saqueada y completamente destruida; lo más natural era que albergaran amargura y odio hacia sus conquistadores, y si alguna vez llegaran a orar por los babilonios, habrían orado que les pasara males y no bienes. Es imposible que no tuvieran un intenso deseo de derrocar a los conquistadores y regresar a su tierra natal. Sin embargo, Jehová (a través de Jeremías) los exhortó básicamente a aceptar su destino, no solo de manera pasiva, ¡sino también activa! ¡Uno se pregunta por qué y cómo estas personas contemplarían hacer algo que algunos habrían considerado traición!
Pero a pesar de todo, el contenido de las cartas es muy poderoso y convincente:
- Señalan claramente que el Dios de Israel no es otro que el “Jehová de los ejércitos”—es decir, no había sido un accidente, ni el poder de Babilonia, lo que los había llevado al exilio. Jehová dice: "[Yo los] envié al destierro" (29:4).
- Aunque Dios había prometido devolverlos a Jerusalén, aún faltaban otros 70 años (29:10), es decir, dos generaciones, antes de que sucediera; además, no sucedería debido a su rebelión, sino porque, en palabras de Dios, "cumpliré mi buena palabra” (29:10). Esto significa que no había nada que podían o debían hacer.
- En lugar de ello y por su propio bien, debían buscar la paz y la prosperidad de la ciudad, “porque en su bienestar tendréis bienestar” (29:7).
Creo que hoy también hay un mensaje importante para nosotros, puesto que muchos de nosotros hemos inmigrado a un país o una ciudad lejos de nuestra tierra o ciudad natal. Aunque en la superficie parezca que fue por nuestra elección o debido a circunstancias fuera de nuestro control, la verdad es que no fue un accidente. Fue parte del plan de Dios para nosotros. Por mucho que anhelemos regresar a los campos de nuestra tierra natal, el deseo de Dios para nosotros mientras vivamos en nuestro lugar de residencia actual es que busquemos la paz y la prosperidad de la ciudad. No solo eso, debemos “orar” por la ciudad y su pueblo, y sabemos que esto significa que debemos orar no solo por su prosperidad material, ¡sino también por su bienestar espiritual!
La carta a los exiliados continúa:
29:15-19—La falsa esperanza fomentada por los profetas
(1) ¿Qué va implícito en la carta con respecto a lo que pensaban los exiliados sobre el hecho de que aún había un rey (Sedequías) en Judá, y que no todo el pueblo había sido llevado cautivo? (v. 15)
(2) ¿Cómo, entonces, habrían recibido las buenas noticias de los profetas que había entre ellos? (v. 16)
(3) La palabra de Dios hizo añicos su falsa esperanza (vv. 17-19).
a. Dios los perseguiría con hambre y plaga, no solo con la espada (v. 17): ¿Qué diferencia hay entre el uno y el otro?
b. Los compara con higos podridos (¿Usted alguna vez manuseó un higo podrido?)
- ¿Qué usa Jehová en el v. 18 para describir su rechazo total por parte de todas las naciones de la tierra?
- ¿Cuán bien describen estas palabras su historia?
(4) ¿Cuál fue la razón dada para su difícil situación? (v. 19)
29:20-23—Una reprensión de los falsos profetas
(5) Aunque no sabemos nada más sobre estos dos profetas, ¿dónde estaban en ese momento?
(6) Además de profetizar falsamente en nombre de Dios, ¿qué cosas atroces habían hecho? (v. 23)
(7) ¿Cuál sería su destino? (v. 22)
29:24-32—Una reprensión de Semaías, otro falso profeta
(8) Aunque no sabemos nada más acerca de Semaías, él obviamente fue un profeta influyente cuyas palabras habían persuadido al pueblo a confiar en sus mentiras (v. 31).
a. ¿A quién le había enviado un mensaje? (v. 25)
b. ¿Qué desafió había hecho a Sofonías? (Sofonías probablemente era el oficial a cargo de la administración del templo)
c. ¿Por qué estaba molesto sobre todo con Jeremías? (v. 28)
(9) ¿Cuál sería el destino de Semaías? (v. 32)
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Los perseguiré con la espada, con el hambre y con la pestilencia, y los haré motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, para que sean maldición, horror, burla y oprobio entre todas las naciones adonde los he arrojado." (LBLA) (Jeremías 29:18)
No hay duda de que la gráfica descripción del destino de Israel, el pueblo de Dios, que se da aquí se ha hecho realidad a lo largo de la historia y continúa hasta los días de hoy; también es cierto que esto no es accidental, sino que Dios lo predijo una y otra vez como resultado de sus pecados contra Él ( 29:19). Sin embargo, esto no sirve de fundamento para ningún sentimiento o actitud antisemita.
- Por un lado, este juicio viene de Dios, y no nos corresponde a nosotros ejercer lo que le pertenece solo a Él.
- Nosotros no somos mejores que Israel; es por la pura gracia de Dios que a nosotros se nos haya otorgado la salvación.
- El apóstol Pablo deja en claro que Dios no ha rechazado totalmente a Su pueblo, Israel, al cual él también pertenece (Romanos 11:1), diciendo que un día habrá “entrado la plenitud de los gentiles; y así, todo Israel será salvo ...” (Rom. 11:25-26).
Es cierto que la mayoría abrumadora de judíos todavía rechaza a Jesucristo como su Mesías, y si entiendo correctamente las palabras de nuestro Señor, la severa tribulación predicha en Mateo 24:15 y ss. todavía espera a los judíos poco antes de la segunda venida de nuestro Señor; pero esto significa que es aún más imprescindible que oremos por una rápida conversión de tantos como sea posible, para que se salven de esa tribulación que será "tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás" (Mateo 24:21).
Los capítulos 30-33 son una colección de mensajes que se ha llamado "El libro de la consolación". Si bien Jeremías ya había hablado sobre la esperanza futura, aquí es donde se proporcionan detalles sobre esta esperanza de restauración futura. Se ha debatido mucho sobre el momento exacto y el contexto en los que se transmitió este mensaje de esperanza (los capítulos 30 y 31 tienen la forma de poema, mientras que los capítulos 32-33 son prosa):
30:1-3—Superscripción
(1) ¿Cuán importante era que Jeremías pusiera por escrito estas inspiraciones verbales de Jehová? Reflexione especialmente sobre lo siguiente:
a. Las palabras de Dios estaban siendo rechazadas por la mayoría de las personas.
b. El pueblo finalmente regresaría a la Tierra Prometida de Dios.
(2) A juzgar por el anuncio que se hizo en esta introducción o prólogo, ¿qué esperaría usted leer en el poema y la prosa que siguen?
30:4-11—Que no se desesperen
(3) Gritos de miedo y terror (vv. 4-7)—¿Que descendería sobre el pueblo?
a. ¿Qué es lo que se utiliza para representar el horror, el miedo y el terror? (v. 6)
b. ¿A qué apunta?
c. ¿Habrá una escapatoria? (v. 7)
(4) David su rey (vv. 8-9)—¿De dónde vendrá la salvación?
a. ¿Qué evento futuro quebrará su yugo y coyundas? (v. 9)
b. ¿Quién es ese rey? (ver Oseas 3:5; Ezequiel 34:23-24; 37:24-25; Isaías 9:6-7)
(5) Una disciplina apropiada (vv. 10-11)—Sin embargo, algo tiene que suceder primero:
a. ¿Qué palabra usa Jehová para dirigirse a Jacob?
b. ¿Qué pasará con las naciones entre las cuales serán esparcidos? (v. 11)
c. Por horrible que sea su difícil situación, ¿cómo deberían verla? (v. 11)
30:12-17—La curación de una herida incurable
La dura realidad se describe de manera gráfica:
(6) ¿Cuán profunda es su herida infligida por Jehová? (v. 12)
(7) ¿Por qué no tiene cura? (vv. 13-14)
(8) ¿Quién la infligió? ¿Por qué? (vv. 14-15)
Pero ahí no termina el asunto:
(9) ¿Cómo se invertirá la fortuna, tanto la de sus enemigos como la de ellos? (v. 16)
(10) Puesto que su quebranto es incurable, y su herida más allá de la curación (v. 12), ¿cómo puede, entonces, su salud ser restaurada y sus heridas ser sanadas? (v. 17)
30:18-22—La restauración de Jacob (ver la Nota más abajo)
(11) Qué sucederá con sus lugares, es decir, sus tiendas y viviendas, su ciudad y su palacio? (v. 18)
(12) ¿Qué marcará sus vidas? (v. 19)
(13) ¿Qué pasará con su número? (v. 19)
(14) ¿Qué pasará con su vergüenza? (v. 19)
(15) ¿Qué pasará con su familia y comunidad? (v. 20)
(16) ¿Qué pasará con sus opresores? (v. 20)
(17) ¿Qué significará para el pueblo que su gobernante sea uno de los suyos? (v.21)
(18) ¿Qué habrá de común entre el gobernante y el pueblo? (vv. 21-22)
(19) ¿Deberían los oyentes de Jeremías encontrar esperanza en este mensaje? ¿Por qué o por qué no?
(20) ¿A usted le anima esta esperanza mesiánica? (NICOT, 562)
(21) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
Aunque los vv. 30:23-24 evocan los vv. 23:19-20, aquí se incorporan como una introducción al próximo capítulo.
" 'Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado. Porque he aquí que vienen días', dice Jehová, 'en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá', ha dicho Jehová, 'y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán'." (RVR1960) (Jeremías 30:2b-3)
Aunque no sabemos con exactitud cuándo Jehová declaró a través de Jeremías estas palabras sobre la futura restauración de Jacob, ellas forman parte de una sección (los capítulos 30-33) que se enfoca en muchos detalles de la gloriosa esperanza de Israel. Es lógico suponer que este mensaje fue entregado después de que al menos algunos del pueblo ya habían sido llevadas al exilio; eso significaría que se entregó durante el reinado de Sedequías. Sin embargo, es obvio que esta gloriosa esperanza se extiende más allá de su regreso de Babilonia después de los setenta años profetizados, los cuales se cumplieron en el tiempo de Ciro (ver Esd.1), puesto que solo un poco más de 40,000 personas regresaron del exilio. Además, según los relatos posteriores de tanto Esdras como en Nehemías, el pueblo no se volvió a Jehová con todo su corazón, y muchas de las promesas de estos cuatro capítulos de esperanza aún no se han cumplido. Eruditos como J.A. Thompson comentan con razón que estos capítulos apuntan a la esperanza mesiánica que solo se cumplirá cuando Israel sea gobernado por “David su rey” (30:9)— el Mesías/Salvador, el Señor Jesucristo.
Aunque es cierto que muchas de estas esperanzas mesiánicas se han cumplido en nuestra época, ya que nosotros, los creyentes gentiles, hemos asumido el papel de “Israel espiritual”, tiendo a estar de acuerdo con los comentaristas que ven un doble cumplimiento en estas profecías. Se harán realidad de manera literal cuando Cristo regrese. En ese momento, Dios le dará las naciones como herencia (ver, por ejemplo, Salmo 2:8) y reinará sobre Israel para que sea pueblo de Dios, y Él será su Dios (30:22 ), exactamente como Dios quiso y prometió desde el principio (Levítico 26:12).
Por lo tanto, será muy significativo para usted leer nuevamente el mensaje de hoy, poniéndose en el lugar del pueblo de Israel y leyéndolo como si estuviera viviendo en el período de tribulación antes del regreso de Cristo, el Mesías (Mateo 24:15-31).