Esta semana continuaremos nuestro estudio del libro de Jeremías en el Antiguo Testamento.
La división del capítulo 31 se basa en la suposición de que mientras 31:1 se refiere a la restauración de "todas las familias de Israel", el enfoque de 31:2-22 parece estar en Samaria, el reino de Israel (ver K&D, 270) (es decir, las diez tribus que estuvieron en el exilio durante un período más largo), y el de 31:23-26 en Judá.
30:22-31:1—La ira de Dios tiene un propósito
Los vv. 30:22 y 31:1 funcionan como una “inclusión” cuyo propósito es enfatizar su restauración como “el pueblo de Dios":
(1) Por lo tanto, ¿qué tiene que ver la ira de Dios con dicha restauración? (30:23-24)
(2) ¿Por qué fue difícil para que el pueblo de aquella época lo entendiera? (30:24)
(3) ¿Cuál es el propósito final de Dios? (31:1)
31:2-6—La restauración de Israel (I)—La base de la restauración
(4) ¿Por qué Dios se tomaría la molestia de restaurar a los que castiga? (31:3)
(5) ¿Dónde encontrará Dios al remanente de Israel cuando le dará descanso? (31:2)
(6) Aparte del gozo, las danzas y la plantación de viñedos, ¿qué importancia tiene el hecho de que habrá guardas en las colinas de Efraín (las cuales representa el Reino del Norte, cuyo pueblo solía adorar en Dan y Betel—ver 1 Rey. 12:28-29) quienes llamarán al pueblo a subir a Jehová en Sion? (31:6)
31:6-9—La restauración de Israel (II)—Aquellos que volverán
(7) ¿De dónde regresará el remanente de Israel? (v. 8)
(8) ¿Quiénes estarán entre los que serán llevados de regreso a la tierra? ¿Qué busca retratar esto?
(9) ¿Cómo serán devueltos a la tierra? (v. 9) ¿Por qué?
31:10-14—La restauración de Israel (III)—Una restauración abundante
(10) ¿Por qué Jehová llama a las naciones a proclamar la restauración de Israel? (v. 10)
(11) La restauración es posible gracias al "rescate" y a la "redención": ¿qué rescate fue pagado por su restauración? (Hebreos 9:15)
(12) ¿Cuán significativa es esta promesa de abundante restauración, tanto para los exiliados como para Israel hoy?
31:15-20—La restauración de Israel (IV)— Ya no habrá llanto
(13) No cabe duda de que durante la destrucción de Jerusalén (y en otros períodos de tribulación como el Holocausto) muchas mujeres judías lloraron por la pérdida de sus hijos; sin embargo, las mujeres mencionadas en el versículo 15 son identificadas específicamente como las madres en Ramá:
a. ¿A qué se refiere este versículo? (ver Mateo 2:18)
b. ¿De qué manera el llanto en Ramá contribuye al consuelo de las madres que lloran en Israel? (vv. 16-17)
(14) Además del papel del amor inagotable de Dios (31:3), ¿qué papel tiene también Efraín (es decir, Israel) en este proceso de restauración? (31:18-19)
(15) ¿Cómo revela 31:20 los propósitos del corazón de Dios? (ver 30:24)
31:21-22—La restauración de Israel (V)—Un llamado a la acción
(16) El hecho de que Dios insta al pueblo a colocar señales en la carretera significa que Él está listo para traerlos de regreso. Sin embargo, lo siguiente tiene que ocurrir primero:
a. Necesitan hacer su parte (¿qué es?, vv.21-22).
b. Dios hará su parte (¿qué es?, v. 22—ver la Nota a continuación)
(17) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
“De manera casi unánime, los expositores más antiguos entendían que este versículo era una predicción del nacimiento virginal del Mesías. Sus argumentos son los siguientes: (1) la expresión 'algo nuevo en la tierra' presupone un evento de carácter sin precedentes; (2) las palabras "ha creado" sugieren un acto de poder divino; (3) el término 'mujer' se refiere a un individuo específico y no a una nación entera; finalmente (4) la palabra 'hombre' se usa para referirse a Dios (Isa. 9:6).” (C.I. Scofield)
“No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto." (RVR1960) (Jer. 30:24)
Aunque a través de Jeremías Jehová predice tanto Su juicio severo sobre Israel como su restauración en el futuro, Él no espera que Israel lo entienda. Al igual que un niño que está siendo disciplinado por su padre, la Biblia dice sobre el momento de la disciplina: "Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza" (Heb. 12:11). Israel no tendría oídos para oír que la disciplina produciría fruto de justicia en él.
Aún así, Jehová desnuda Su alma para decirles que el juicio es necesario para lograr "los propósitos de Su corazón" (30:24) y Su corazón es el de un padre amoroso que quiere mucho a Su hijo, que se deleita en él, y a pesar de que se opone mucho a él, aún lo recuerda; de hecho, su corazón lo anhela y siente gran compasión por él en su sufrimiento (31:20).
Como ya sabemos, Israel desafortunadamente no entendió verdaderamente Su corazón, y hasta hoy no lo entiende. Sin embargo, ¿acaso somos mejores que Israel cuando nos encontramos en tiempos difíciles, o cuando las cosas no salen como queremos? ¿Acaso no nos preocupamos y nos quejamos? ¿Acaso no somos rápidos en preguntar "por qué" o "por qué yo"? ¿Acaso no decidimos incluso hacer algo insensato para lastimarnos a nosotros mismos o lastimar Su corazón?
Por lo tanto, siempre debemos recordar la siguiente promesa de Dios: "en el fin de los días entenderéis esto" (30:24); también debemos recordar que Él nos ha amado "con amor eterno" (31:3), y que Su plan nunca es hacernos daño, sino hacernos prosperar y darnos esperanza en el futuro (29:11). Este es el corazón de Dios, porque Él es nuestro Padre Celestial (Mat. 6:9).
31:23-28 (En prosa)—la promesa de la restauración de Judá
(1) ¿Qué figura se usa en los vv. 23-25 para describir el momento en que Dios devuelva a Su pueblo a Judá, especialmente respecto a lo siguiente?
a. la justicia y la santidad
b. más específicamente, la convivencia "juntamente" de todos los pueblos, agricultores y pastores
c. el refrigerio de los cansados y débiles
(2) El v. 31:26 es de difícil interpretación, ya que no sabemos exactamente quién es el narrador:
a. Si es el profeta, ¿qué significa?
b. Si es Jehová, ¿qué significa?
(3) La restauración incluye la unión de Israel y Judá (v.27)
a. ¿De qué manera Jehová usa su horrible experiencia de sufrimiento para garantizar su restauración?
b. ¿Qué significa "velar sobre"? (v. 28)
31:29-34 (De nuevo en forma de poesía)—Un nuevo comienzo
(4) Es obvio que Dios siempre ha juzgado a las personas por sus propios pecados; por lo tanto, ¿qué hay de nuevo en este dicho? ¿Por qué? (Es decir, ¿qué ha cambiado?) (v. 29; ver también Ezequiel 18:2, 25)
(5) La promesa de un nuevo pacto (vv. 31-34)
a. ¿Por qué es necesario un nuevo pacto? (v. 32)
b. ¿Cuán diferente es el nuevo pacto del antiguo? (v. 33; ver 2 Cor. 3:3)
c. ¿Cómo es posible escribir el nuevo en sus mentes y corazones? (v. 34)
d. ¿Cuál es el resultado de conocer a Dios? (v. 34)
31:35-40—La certeza de la restauración
(6) ¿Qué usa Jehová para garantizar la reconstrucción de Israel? (vv. 35-36)
(7) ¿Qué usa Jehová para asegurarles su perdón? (v. 37)
(8) A la luz de estas garantías, ¿qué piensa usted sobre el futuro de Israel y la historia del mundo?
(9) No se conoce la ubicación de algunos de los lugares mencionados en los vv. 38-40:
a. ¿Qué idea buscan transmitir los vv. 38-39?
b. ¿Qué idea subyace el v. 40? (El valle de los cadáveres es probablemente el mismo lugar al que Jeremías se refirió más de una vez como escenario de prácticas de culto paganas, como en 2:23; 7:31; 19:2 y ss., etc.)
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“ 'He aquí que vienen días', dice Jehová, 'en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Juda'." (RVR1960) (Jer. 31:31)
En Su detallada promesa de restauración, no solo de Judá, sino también de Israel, Jehová señala que la base de esta restauración es la celebración de un “Nuevo Pacto” con ellos.
Esto lógicamente suscita las siguientes preguntas:
- ¿Qué pasó con el Antiguo Pacto?
- ¿Por qué funcionará el Nuevo Pacto?
La respuesta se da en los vv. 31:32-34, según los cuales el Antiguo Paco establecido por Dios con sus antepasados "el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto" (31:32) había sido por ellos quebrantado, obviamente a través de su adoración de ídolos y otras obras de maldad. Y como señala el apóstol Pablo, el Antiguo Pacto fue escrito "en tablas de piedra” (2 Cor. 3:3), las cuales solo pudieron dar a conocer nuestro pecado (Rom. 7:7), pero eran incapaces de cambiar nuestros corazones y mentes. Por lo tanto, se necesita un Nuevo Pacto que esté escrito en nuestras mentes y corazones.
Sin embargo, ¿cómo es posible que el Nuevo Pacto sea escrito en nuestra mente y en nuestro corazón? La respuesta es esta: conociendo a Jehová (31:34). Entendemos que en las Escriturs la palabra "conocer" se refiere al conocimiento experiencial, y no solo al conocimiento objetivo (por ejemplo, en Génesis 4:1). Por lo tanto, conocer a Dios significa establecer una relación personal con Él, y tal relación es posible al recibir a Jesucristo, quien como nuestro Señor y Salvador personal ha establecido este nuevo Pacto en Su sangre (1 Corintios 11:25) en nuestros corazones. Como resultado, no solo tenemos nuestros pecados perdonados (31:34); también seremos hijos de Dios (Jn. 1:12), e incluso heredaremos la vida eterna (Jn. 3:16).
Se considera que esta es la segunda parte del "Libro de consolación". Está escrita principalmente en forma de prosa y se centra en la compra que hace Jeremías de un campo mientras Jerusalén estaba bajo asedio (ver la Nota a continuación).
32:1-16—La compra de tierras
(1) ¿Cuál fue la razón dada para el arresto de Jeremías? (vv. 3-5)
(2) Según el rey, ¿qué hubo de malo en la profecía de Jeremías? (ver también 2 Crónicas 36:12-13)
(3) ¿Por qué querría el tío de Jeremías vender su tierra (v. 6)
a. ¿Por qué lo hizo mientras la ciudad estaba bajo asedio?
b. ¿Quién en su sano juicio compraría una propriedad en un momento como ese?
(4) ¿Por qué obedeció Jeremías? (v. 8)
a. ¿Por qué puso los documentos de compra en una vasija de barro?
b. ¿Qué mensaje transmitieron sus acciones? (v. 15)
32:17-25—La oración
de Jeremías: Aunque Jeremías se sometió a Jehová, la oración que hizo a continuación revela su lucha para tomar esa decisión. Reflexione sobre lo que dijo:
(5) Jeremías abrió su oración con adoración y alabanza (vv. 17-19)
a. ¿Cómo reconoció la persona de Dios y Su majestuoso poder?
b. ¿Cómo reconoció los caminos y propósitos de las acciones de Dios?
(6) Además de reconocer el poder de Dios y Sus caminos de manera general, Jeremías también recordó lo que Dios había hecho por Israel (vv. 20-22):
a. ¿Qué había significado para el mundo la experiencia del Éxodo? (ver Josué 2:9-11)
b. ¿Qué había significado para Israel la experiencia del Éxodo?
(7) La actual destrucción de Judá (32:23-25)
a. ¿Cómo Israel había reaccionado ante el majestuoso poder y amor del Señor por ellos? (v. 23)
b. ¿Cuál fue el resultado de su desobediencia y su actual destrucción? (vv. 23-25)
(8) ¿De qué manera el versículo 25 muestra que Jeremías estaba luchando con el mandamiento de Dios de comprar el campo? La traducción de K&D (basada en el original hebreo) dice “y sin embargo tú me dices” (K&D, 292).
(9) Ya que tenía dudas sobre esta decisión, ¿por qué Jeremías compró el campo?
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
“El asedio había comenzado en el noveno año de Sedequías (39:1; 52:4) y más tarde fue suspendido por un poco de tiempo debido a la llegada de un ejército auxiliar de egipcios. Sin embargo, tan pronto como éstos habían sido derrotado, se retomó el asedio (37:5, 11) ... No fue hasta que él (Jeremías) buscó salir de la ciudad para ir a la tierra de Benjamín durante la suspensión temporal del asedio que fue capturado y arrojado a un calabozo, con el pretexto de que su intención era pasar al lado de los caldeos. Allí permaneció muchos días, hasta que el rey Sedequías ... ordenó (37:11-24) que lo llevaran al patio de la prisión ... donde permaneció confinado hasta que la ciudad fue tomada (38:13, 28; 39:14)."
(K&D, 288)
“¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: 'Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos'; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos.” (RVR1960) (Jer. 32:25)
Cuando aún era un joven cristiano, a menudo escuchaba sermones en que se alababa la fe de los santos de las Escrituras. Eso me hacía sentir como un perdedor cada vez que me encontraba luchando por obedecer la Palabra de Dios o la inspiración del Espíritu de manera instantanea. Rara vez había escuchado sermones en que las luchas de los santos se describieran como las de un ser humano normal. Tal vez no fue culpa de los predicadores y sí la mía al no darme cuenta de que incluso los santos en la Biblia también luchaban frecuentemente en su fe, especialmente cuando el Señor les daba mandamientos ilógicos o irrazonables. Un buen ejemplo es la lucha que experimentó Jeremías al recibir al mandamiento de comprarle el territorio a su tío.
No se nos dice por qué su tío de pronto sintió la necesidad de vender su heredad, especialmente en un momento en que la ciudad de Jerusalén estaba bajo el asedio de los babilonios. Una posibilidad es que el asedio había comenzado a provocar una hambruna, y su tío tuvo que vender la tierra para sobrevivir. En cualquier caso, según la ley de Levítico (Lev. 25:25), Jeremías estaba obligado a comprarlo. Aún así, luchó con la decisión; pero como la palabra del Señor le había llegado prediciendo estos eventos, él sabía que venía de parte de Dios y por lo tanto obedeció.
Sin embargo, esto no quiere decir que no tuviera dudas, no solo respecto a su decisión, sino también respecto a la razón por la cual Dios le había obligado a hacerlo en un momento como ese, puesto que una vez que los babilonios entraran y destruyeran la ciudad (lo cual estaba garantizado, según la palabra del Señor), el valor de todas las propiedades en Judá disminuiría tanto que en esencia perderían cualquier valor. (2 Reyes 25:12)
A través de la oración de Jeremías, podemos aprender una valiosa lección sobre cómo superar nuestras dudas y someternos a la voluntad de Dios.
Jeremías no comenzó su
oración confrontando a Dios de inmediato y preguntándole por qué le había pedido que
comprara la tierra en un momento como ese, sino abriendo su oración, así como
lo hicieron la mayoría de los salmistas en el Salterio, quienes hacían lo siguiente:
- Adorar a Dios por quien es Él—el Creador de los cielos y de la tierra, el Señor Todopoderoso (32:17-18);
- Alabar a Dios por Sus caminos y propósitos—Aquel que muestra amor a miles (los que le pertenecen) y castiga a los malvados (32:18-19);
- Recordar las señales y maravillas que había realizado por Su pueblo, librándolos de su esclavitud en Egipto y llevándolos a la tierra que ahora poseían.
Aunque Jeremías terminó su oración con la pregunta de por qué Dios le había mandado a comprar la tierra, su pregunta no fue tanto un desafío proveniente de la desobediencia, sino una pregunta que sigue a la sumisión, porque había recordado que Dios es el Dios Todopoderoso, que no hay nada demasiado difícil para Él (32:17), y que Él siempre actúa con propósitos marcados por Su justicia y amor.
Por lo tanto, esta clase de pregunta, una que está marcada por la alabanza y seguida por la sumisión, no desagradará al Señor, sino que ciertamente recibirá una respuesta del Señor (32:26 y ss.).
Esta es la respuesta de Dios a la oración de Jeremías acerca de la compra de la tierra de su tío:
32:26-27—Un prefacio a la respuesta de Dios
(1) ¿Cómo comenzó Jehová su respuesta? (v. 27) ¿Acaso Jeremías no había dicho lo mismo en su oración? (v. 17)
32:28-35—La afirmación acerca de la destrucción
(2) ¿Qué sucedería cuando la ciudad fuera capturada por Nabucodonosor? (v. 29)
(3) ¿Por qué? (v. 29)
(4) ¿Puede usted contar las veces que Jehová menciona la palabra “ira”?
a. ¿Qué provocó la primera "ira"? (v. 29)
b. ¿Qué provocó Su segunda "ira"? (v. 30)
c. ¿Cuál fue el resultado de despertar Su ira? (v. 31)
d. ¿Quiénes fueron los que Lo provocaron a ira y qué hicieron? (vv. 32-35)
32:36-41—Sin embargo
(5) ¿Qué promete Dios que hará después de su cautiverio? (v. 37)
(6) En el pasado, Dios había declarado que Israel sería Su pueblo y Él su Dios (Levítico 26:12). Cuán diferente sería esta relación en su regreso del cautiverio, con respecto a lo siguiente:
a. su temor de Él (v. 39)
b.sus hijos (v. 39)
c. la actitud de Dios hacia ellos (vv. 40-41)
d. la garantía de que no se alejarán (v. 40)
e. su permanencia en la tierra (v. 41)
(7) ¿Cómo enmarca (o llama) Dios esta promesa? (v. 40)
32:42-44—La respuesta a la pregunta sobre la compra de propiedad
(8) En la promesa: Por más grande que haya sido la calamidad, mayor será la prosperidad (v. 42)
a. ¿Cómo sería la tierra en el momento de la destrucción por Babilonia? (v. 43)
b.¿Cuál es la promesa de Dios respecto a la tierra en el futuro? (v. 44)
(9) ¿Cuál es, entonces, la respuesta de Dios a Jeremías? (la tierra en Anatot que compró a su tío se encontraba en el territorio de Benjamín)
(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“'Heredades comprarán por dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré regresar sus cautivos', dice Jehová." (RVR1960) (Jer. 32:44)
Parece que Jeremías hesitó en comprar la tierra de su tío. Yo creo que aunque Jeremías era el pariente más cercano, habría otros (parientes) en la fila para comprar la tierra si Jeremías se negaba. Si ese no fuera el caso, ni siquiera habría tenido razón para dudar.
Su vacilación obviamente tenía que ver con el hecho de que la tierra dentro de Judá (la cual estaba bajo asedio) no habría valido mucho, sin mencionar que él sabía con certeza que la tierra sería confiscada y completamente destruida por los babilonios. Eso significa que cualquier cosa que comprara, por muy bajo que fuera el precio, no tendría ningún valor.
Delante de su vacilación, Jehová le dio una larga respuesta que en esencia confirmó por un lado la destrucción de la tierra por parte de Nabucodonosor, pero por otro lado aseguró el regreso de los cautivos y la futura prosperidad de la tierra, hasta el punto de que “La gente comprará campos por dinero” nuevamente, y eso incluiría el territorio de Benjamín, donde estaba situado el terreno que Jeremías había comprado (32:44).
Sin embargo, la realidad era que nada de eso sucedería hasta que hubiera pasado por lo menos 70 años. Para entonces, Jeremías ya habría fallecido, y como aprendemos en los libros de Esdras y Nehemías, la tierra de Judá permanecería muy escasamente poblada y sujeta a la pobreza durante muchos más años aún. En otras palabras, Jeremías no recuperaría su inversión durante su propia vida, y tampoco después de los muchos años que seguirían para sus descendientes.
Sin embargo, el hecho de que hubiera comprado esta propiedad sirvió como un mensaje poderoso para el pueblo porque respaldó esta profecía que Jehová había dado sobre el regreso a la tierra y el compromiso inquebrantable de Dios de restaurar a Israel. A fin de cuentas, fue un pequeño precio a pagar por el ministerio.
Después de responder su primera oración, Jehová habló nuevamente a Jeremías mientras todavía estaba detenido en el patio de la guardia. Esta vez reiteró Su promesa de restaurar a Israel:
33:1-4—La invitación a clamar
(1) ¿Por qué Jehová anima a Jeremías a clamar a Él?
(2) ¿A qué cosas grandes e inescrutables se refiere?
(3) ¿Cómo Jehová se refiere a Sí mismo en esta invitación a clamar? ¿Por qué?
(4) ¿Qué sucedió mientras la ciudad estaba siendo asediada?
(5) ¿Es posible que tal invitación se haga a nosotros? ¿Por qué o por qué no?
33:5-9—La reiteración de la promesa de restauración (I)—Esta promesa se hace en un contexto en que cadáveres estaban llenando la ciudad; pero a pesar de ello, Jehová promete lo siguiente:
a. salud y curación (v. 6)
b.paz y seguridad abundantes (v. 6)
c. una reconstrucción después del regreso del cautiverio (v. 7)
d. limpieza y perdón de pecados (v. 8)
e. renombre, gozo, paz y honra que la ciudad traría a Jehová (v. 9)f. que las naciones se asombrarán y temblarán ante lo anterior (v. 10)
(6) ¿Cómo se habrían sentido los supervivientes o cautivos al ver la ciudad llena de cadáveres?
(7) ¿Qué habría significado ese mensaje para ellos (si lo recordaran o lo volvieran a leer)?
(8) ¿Cuáles de las promesas de restauración prometidas anteriormente deberían significar más para ellos?
(9) ¿De qué manera esta promesa revela el corazón de Dios para Su pueblo?
33:10-13—La reiteración de la promesa de restauración (II)—¡Esta promesa se hace en el contexto de una ciudad desolada, sin personas ni animales!
(10) ¿Cómo se habrían sentido los supervivientes o cautivos al ver una ciudad vacía, sin personas ni animales?
(11) ¿Qué habría significado para ellos este mensaje de gozo y alegría?
(12) ¿De qué manera esta promesa revela el corazón de Dios para Su pueblo?
(13) ¿Qué habría significado para ellos semejante mensaje sobre pastos poblados nuevamente por pastores y rebaños?
(14) ¿De qué manera esta promesa revela el corazón de Dios para con Su pueblo?
(15) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces." (LBLA) (Jeremías 33:3)
Los comentaristas han luchado mucho con la razón por la que Jehová invitó a Jeremías a clamar a Él, y también con el hecho de que parece “extraño que, aunque en la parte inicial se le promete al profeta una revelación de cosas más grandes y desconocidas, sobre las cuales debe clamar a Dios, el anuncio subsiguiente contiene poco que se podría considerar extraordinario o peculiar” (Hengstenberg).
Puesto que el capítulo
33 está claramente vinculado con el capítulo anterior debido a la referencia
al hecho de que "Jeremías por segunda vez, ... estaba aún detenido en el patio de la guardia" (33:1), es obvio que
"La invitación 'Clama a mí ' fue una respuesta a la oración del profeta (32:16-25). El profeta ya había recibido una respuesta a esta oración (32:36-44); sin embargo, aquí se le exhorta que se acerque a Jehová con más frecuencia con esta clase de petición. El Dios que tiene el poder de ejecutar y decretar está bastante preparado para darle mejor entendimiento de Sus grandes pensamientos con respecto al futuro; y de esto una prueba es nuevamente” (K&D, 296).
Puesto que esta invitación está relacionada con su oración anterior, y que Jeremías aún estaba en prisión, no es descabellado imaginar que el estado de ánimo del profeta se veía bastante tenue con respecto a esto.
- La ciudad estaba sitiada y sería totalmente destruida en un instante;
- El Rey estaba decidido a ignorar su mensaje, y la destrucción total y la muerte de muchos parecía no solo inevitable sino inminente.
Puesto que Jeremías era un profeta que amaba profundamente a su pueblo, cualquier promesa futura que Dios pudo haber dicho a través de él no habría significado mucho para él en ese momento. Eso no significa que no creyera en los oráculos de Jehová, sino que el presente momento era tan difícil que no lo podía soportar ni contemplar.
Creo que fue esta lucha de Jeremías lo que preocupó profundamente a Jehová. Si usted lee el contenido de esta parte del oráculo de Dios, verá que iba dirigida principalmente al profeta, y solo en segundo lugar al pueblo. Por lo tanto, lo que se le reveló fue nada menos que "grande e inescrutable". Reflexione sobre lo siguiente:
- En el contexto de una ciudad llena de cadáveres, aquí hay una promesa de salud, curación, paz y seguridad. Más que eso, más allá de estas bendiciones externas está la promesa de restauración espiritual con la limpieza y el perdón de los pecados. Pero la parte más grande e inescrutable de esta promesa es que Dios mismo será honrado y alabado, y que todas las naciones de la tierra se asombrarán e incluso temblarán al ver la restauración de Israel (33:9);
- En el contexto de una ciudad desolada, desprovista de personas y animales, aquí hay una promesa no solo de sonidos de gozo y alegría, sino de voces de adoración, el canto del Salmo 136 en el templo del Señor. Pero hay más que eso: el cumplimiento de todas estas promesas, como se señala en el v. 15 (el cual estudiaremos en el devocional de mañana), se basa en el Justo Brote de David, el Señor, nuestro Justo Salvador. Ahora entendemos quién es Él, a saber, nada menos que el Hijo Unigénito de Dios que se hizo hombre y murió como sacrificio expiatorio por Israel y toda la humanidad. Sin embargo, si Jeremías lo supiera y entendiera en ese momento, ¿acaso no habría sido algo tan grande e inescrutable para él que lo único que habría hecho sería inclinarse en adoración?
Se predice el Fundamento de las “cosas grandes e inescrutables” respecto a la promesa de restauración de Israel:
(1) Los vv. 14-16 contienen las respuestas de las siguientes preguntas:
a. ¿Cuál es el fundamento del cumplimiento de la buena promesa que Dios hizo al pueblo de Israel y Judá?
b. ¿De quién vendría esta Rama?
c. ¿Cómo se llama?
d. ¿Cómo apuntan estas descripciones a nuestro Señor Jesucristo? (ver Mateo 1:1; 1 Pedro 3:18)
(2) Los vv. 17-18 contienen las respuestas de las siguientes preguntas:
a. ¿Cuáles son los dos roles que asumiría este justo Salvador?
b. Sabemos que el Señor Jesús es el Rey de reyes. Sin embargo ¿en qué sentido también es nuestro sacerdote? (ver Hebreos 7:20 y ss.; 10:12)
(3) Según el v. 22:
a. ¿Qué promesa se hace con respecto a los descendientes de David y Levitas?
b. ¿Cómo se ha cumplido en nosotros hoy? (ver 1 Pedro 2:9)
(4) ¿Cuán firme y seguro es este nuevo pacto con David y los levitas? (vv. 20-21)
(5) ¿Cuál es el trasfondo de Su promesa de no rechazar a los descendientes de Jacob y David? (v. 24)
(6) Según esta reiteración de Jehová, ¿quién gobernará a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob? (v. 26)
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Como no se puede contar el ejército del cielo, ni se puede medir la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David y de los levitas que me sirve." (LBLA) (Jer. 33:22)
Ayer reflexionamos sobre cómo algunos comentaristas piensan que la revelación de Dios a Jeremías en el capítulo 33 contiene "poco que se podría considerar extraordinario o peculiar"; ya refutamos ese punto de vista al señalar que ya es impensable la promesa de un Salvador justo que es un Brote de la línea de David, puesto que apunta a la encarnación del Hijo Unigénito de Dios que moriría como sacrificio expiatorio, no solo por Israel, sino por toda la humanidad. ¿Si esto no es esto algo grandioso e inescrutable, qué es?
Pero la grandeza e inescrutabilidad de esta revelación no se detiene allí, porque aunque el enfoque parece ser la restauración de Israel y Judá, esta salvación (en realidad, este Salvador) pertenece a todos los pueblos. Por lo tanto, aunque el v. 22 habla de la promesa de Dios, diciendo que “como no ... se puede medir la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David y de los levitas que me sirven” (33:22), nosotros ya hemos visto su cumplimiento en nuestra época y en nosotros. Los descendientes de David son la línea real, mientras que los descendientes de los levitas son los sacerdotes que servían ante Jehová. El apóstol Pedro señala que debido a la desobediencia e incredulidad de Israel, los que hemos creído nos hemos convertido en un “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios” (1 Ped. 2:9).
En efecto, ha pasado lo impensable. Nosotros, que antes no éramos pueblo, ahora somos el pueblo de Dios. Antes no habíamos recibido misericordia, pero ahora hemos recibido misericordia (1 P. 2:10). Como resultado, incluso ahora, "la descendencia de mi siervo David y de los levitas que me sirven" ya se ha multiplicado, "como no se puede contar el ejército del cielo, ni se puede medir la arena del mar" (33:22), para la gloria y alabanza de Jehová!
34:1-7—El mensaje a Sedequías sobre el cautiverio inminente
(1) Con base en los vv. 1, 6-7, ¿en qué momento fue dada esta profecía al rey Sedequías?
(2) ¿Cuál es la primera parte del mensaje (vv. 2-3)? ¿Qué esperaba Jehová que hiciera Sedequías?
(3) ¿Cuál es la segunda parte del mensaje (vv. 4-5)? ¿Cómo habría respondido usted si fuera Sedequías?
(4) ¿Qué piensa usted que fue la respuesta de Sedequías ante esta noticia?
34:8-22—Echarse atrás respecto al pacto de liberar a los esclavos
El segundo evento ocurrió cuando los babilonios se retiraron temporalmente de Jerusalén ante la noticia de que el ejército egipcio se acercaba bajo el mando del faraón Ofra (a fines de la primavera o principios del verano del año 588 a.C.; 44:30):
(5) Puesto que sus “antepasados” no habían cumplido con el requisito de liberar a todos los esclavos hebreos cada séptimo año (34:14) según lo estipulado en Deuteronomio 15:12, ¿qué pudo haber impulsado el rey Sedequías a hacer un acto tan noble de arrepentimiento y ordenar a todos que hicieran un pacto para liberar a sus esclavos? (vv. 8-10)
(6) ¿Cuál es la disposición relativa a los esclavos hebreos en la Ley de Moisés? (ver Deuteronomio 15:12 y vv. 12-14)
(7) ¿Por qué sus antepasados no habían cumplido con esta ley? (v. 14)
(8) ¿La motivación del rey tiene algo que ver con el mensaje anterior del capítulo y la inevitable caída de Jerusalén? (ver la Nota 1 a continuación sobre esta ceremonia del pacto)
(9) ¿Qué pensó Jehová sobre su acción? (v. 15)
(10) ¿Qué suceso pudo haber hecho que el pueblo se echara atrás con respecto al pacto? (v. 11)
(11) ¿Tuvo algo que ver con los eventos que se describen en el verso 21? (ver la Nota 2 a continuación)
(12) ¿Qué pensó Jehová sobre su acción ahora? (v. 16)
(13) Con base en la forma en que Jehová los iba a juzgar (vv. 17-18), ¿qué pecado había requerido esta forma de castigo: el de no liberar a los esclavos o el de violar el pacto que habían hecho en la casa que llevaba el nombre de Jehová?
(14) Como parte de Su castigo, ¿qué haría Dios con el ejército de Babilonia que se había retirado? (v. 22)
(15) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
Nota:
“Aunque recientemente os habíais arrepentido y habíais hecho lo que es recto ante mis ojos, cada uno proclamando libertad a su prójimo, habiendo hecho un pacto delante de mí en la casa que es llamada por mi nombre." (LBLA) (Jeremías 34:15)
Es sorprendente y también reconfortante saber que el rey Sedequías tomó la iniciativa de involucrar al pueblo, especialmente a los nobles, en el pacto que hizo ante la casa de Jehová para liberar a todos sus esclavos hebreos. “El texto hebreo explica detalladamente (que) cada hombre debía poner en libertad a su esclavo, y cada hombre a su esclava.” (NICOT, 610)
No debemos dudar de su sinceridad, ya que Jehová lo tomó como una señal de arrepentimiento y elogió al rey por haber hecho lo correcto (v. 15). Puesto que había sido un acto sincero, uno tiene que suponer que tanto las palabras de advertencia de Jeremías (probablemente el mensaje al inicio del capítulo) como el hecho de que no consideraba que había ninguna esperanza de defenderse del poderoso ejército de Babilonia lo habían llevado a humillarse y arrepentirse, con la esperanza de que Dios cediera, como ya había prometido hacer repetidas veces (18:8; 26:3, 13; 26:19).
La pregunta es esta: ¿por qué él y los nobles cambiaron de opinión tan rápidamente?
Me temo que tiene que ver con la retirada del ejército babilónico que se menciona en el v. 21. Al acercarse un ejército egipcio bajo el mando del faraón Ofra, probablemente a fines de la primavera o principios del verano de 588 a.C., los babilonios no tuvieron más remedio que interrumpir el asedio de Jerusalén y fueron al encuentro de los egipcios (ver NICOT, 606). Eso creó una falsa esperanza por parte del rey Sedequías y su pueblo, los cuales pensaron que quizás los egipcios podrían llegar y librarlos; de ser así, su acto de liberar a estos esclavos conllevaría una pérdida sustancial de propiedad. La “Carta de Laquis III” (mencionada en nuestra nota adjunta a las preguntas de reflexión) parece confirmar esta suposición.
Creo que la razón por la que Jehová se enfureció tanto no fue principalmente el hecho de que el pueblo no hubiera puesto en libertad a sus esclavos, puesto que de todos modos sus antepasados tampoco lo habían hecho (v. 14). Lo que Lo enfureció tanto fue el hecho de que se habían echado atrás respecto al pacto que habían hecho en Su misma presencia, en Su templo (v. 18), y así habían profanado Su nombre (v. 16).
Este es un recordatorio solemne para nosotros de la siguiente advertencia en Eclesiastés: “Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo. Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas. No permitas que tu boca te haga pecar” (Ecl. 5:4-6a). Dios toma nuestros votos en serio, especialmente el voto que hacemos ante Él con nuestro cónyuge.