Guía devocional de la Biblia

Día 1

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Lamentaciones 1:1–22

Esta semana estudiaremos el libro de Lamentaciones en el Antiguo Testamento.

El Libro de las Lamentaciones

Pocos dudan de que Jeremías haya sido el autor de este libro, y "La tradición antigua ... es unánime al atribuirlo al profeta Jeremías" (NCBC, 6). Con respecto a su contexto, la Septuaginta (la versión griega del Antiguo Testamento) añade una introducción antes de Lamentaciones 1:1 que dice: “Y sucedió que después que Israel fue llevado cautivo, y quedó Jerusalén desierta, estaba sentado el profeta Jeremías llorando, y lamentó sobre Jerusalén con esta lamentación, y dijo ... "

La forma literaria de este libro es bastante única, por las siguientes razones:

Capítulos 1 y 2 están escritos en la forma de poemas acrósticos (semejante al Salmo 119) que usa una nueva letra del alfabeto hebreo para iniciar cada uno de los 22 versículos.

Capítulo 3, con 66 versículos, usa tres versículos para cada letra del alfabeto;

Capítulo 4, al igual que los capítulos 1 y 2, también es un poema acróstico de 22 versículos. Tal vez sea útil señalar que mientras que las letras hebreas en el capítulo 1 están dispuestos de acuerdo con la secuencia normal del alfabeto hebreo, los capítulos 2-4 invierten la secuencia de las letras decimosexta y decimoséptima, colocando la "peh" antes de la "ayin" (NCBC, 4).

Capítulo 5 no es un poema acróstico, pero también tiene 22 versículos de los cuales la segunda mitad es más corta que la primera, un ritmo que transmite “un sombrío efecto de diminuendo” (Scofield).

1:1-6El lamento por la desolación de Sión y Judá

(1) Aún teniendo muy presente el último capítulo de Jeremías (cap. 52), imagínese que usted fuera Jeremías y que estuviera sentado, digamos en el Monte de los Olivos mirando a Jerusalén, como sugiere la LXX. ¿Qué vería?

(2) En estos versículos iniciales, Jeremías no solo contempla la desolación actual, sino que también recuerda los días pasados de la ciudad y de la nación:

a. ¿Qué contrastes utiliza en el v. 1?

b. ¿Qué ha añadido a su amargura? (v. 2)

(3) ¿De qué manera Jeremías 52:6-8 le ayuda a comprender su lamento en el v. 3?

(4) Al describir su destrucción, Jeremías menciona sacerdotes, vírgenes (mujeres jóvenes), niños y príncipes (vv. 4-6) para mostrar que todos tuvieron el mismo destino:

a. ¿Qué razón da para su destrucción colectiva? (v. 5)

b. ¿De qué aspecto se lamenta de manera específica en el v. 4a?

1:7-11—La aflicción de Jerusalén—La atención se centra en Jerusalén, la capital donde antes estaban los tesoros y el templo.

(5) Reflexione sobre las siguientes preguntas sobre la manera en que los enemigos despreciaban a Jerusalén:

a. ¿Qué imágenes se utilizaron para describir la vergüenza que había caído sobre ella? (vv. 8b-9)

b. ¿Cuán apropiadas son estos imágenes, a la luz del pecado que había cometido? (v. 8a)

(6) ¿Hasta donde había llegado su vergüenza e desprecio? (v. 10)

1:12-20Jeremías hace lamento personal

(7)  ¿Por qué Jeremías cambia a primera persona en medio de su lamento por la ciudad?

(8) “Mira, oh Jehová, y ve que estoy abatida (despreciada, LBLA)” (RVR1960) (1:11b-14)

a. ¿Por qué Jeremías pide a los transeúntes que miren y vean? (v. 12)

b. Jeremías utiliza varias imágenes para describir el derramamiento de la ira de Dios.

  1. ¿Qué idea busca transmitir la imagen del fuego? (v. 13a)
  2. ¿Qué idea busca transmitir la imagen de extender una red? (v. 13b)
  3. ¿Qué idea busca transmitir la imagen del yugo? (v. 14)

(9) No hay nadie quien consuele (1:15-21)

a. Jeremías describe su aplastante derrota (v.15):

  1. ¿Por qué Jeremías llama a Judá  "la virgen hija"?
  2. ¿Por qué dice que su derrota es como si Jehová la estuviera hollando como un lagar?

b. ¿Qué es lo que le hace llorar y derramar lágrimas? (vv. 16-17)

c. ¿Qué deberían aprender todos los pueblos que se toman la molestia de mirar, escuchar y aprender de la destrucción de Jerusalén? (vv. 18-19)

d. Puesto que los rebeldes son Jerusalén y su pueblo, ¿por qué el profeta también tiene que sentir un tormento tan profundo? (v. 20)

1:21-22Clamar por la venganza

(10) Con qué fundamento Jeremías clamó a Dios para castigar a los enemigos de Su pueblo?

(11) ¿Qué juicio ya había Dios anunciado Dios sobre los enemigos de Su pueblo? (ver Jeremías 25:12 y ss.)

(12) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
El peso del pecado

Atado ha sido el yugo de mis transgresiones, por su mano han sido entrelazadas, han caído sobre mi cuello. Él ha hecho que me falten las fuerzas;" (LBLA) (Lamentaciones 1:14)

Independientemente de cómo los eruditos modernos busquen desacreditar la noción de que Jeremías haya escrito el libro de Lamentaciones, y de su esfuerzo por fechar este libro en una época mucho más tardía en la historia judía, la Septuaginta (es decir, la traducción griega del Antiguo Testamento que fue completada alrededor del año 2 a.C. y que se utilizaba extensamente en la época de Jesús) nos ayuda al afirmar mediante la siguiente descripción antes del 1:1 que el autor fue Jeremías:

“Y sucedió que después que Israel fue llevado cautivo, y quedó Jerusalén desierta, estaba sentado el profeta Jeremías llorando, y lamentó sobre Jerusalén con esta lamentación, y dijo ... "

Uno puede imaginar la tristeza que debe haber abrumado a Jeremías mientras sentaba mirando la ruina de Jerusalén y del templo, presenciando el cumplimiento de las profecías que él mismo había pronunciado. Y aunque la destrucción de la ciudad y de su pueblo le hizo llorar como "fuego que consume mis huesos" (1:13), él estaba plenamente consciente de que las heridas del pueblo habían sido autoinfligidas por su pecado, el cual describe de manera muy gráfica con las siguientes palabras, con las cuales habla de estos pecados como si fueran los suyos propios:

Atado ha sido el yugo de mis transgresiones,
por su mano han sido entrelazadas, han caído sobre mi cuello. Él ha hecho que me falten las fuerzas;"
(LBLA) (Lamentaciones 1:14)

Esto me hace pensar en cierto momento de mi vida en el que podía decir honestamente que sentía que mis fuerzas se agotaban porque no había lidiado con mi pecado de manera adecuada y completa. Cada día que me permitía cargar ese pecado era como un verdadero yugo que mi pecado había tejido alrededor de mi cuello; además de sentirme sobrecargado con el peso, sentía también que no podía levantar la cabeza, no a Dios, ni a nadie más.

Afortunadamente, por la gracia y misericordia de Dios, pude no solo confesar mi pecado al Señor, sino también a las personas a las que había ofendido; luego, pude sentir como se quetó de mí el yugo y recuperé mi fuerza del Señor. Si bien esa experiencia continúa atormentándome hasta hoy, ¡también sirve para fortalecer mi resolución de no permitir que me ponga ese yugo nuevamente!

Día 2

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Lamentaciones 2:1–22

2:1-10—La ira feroz de Dios— Observe cómo estas líneas enfatizan el motivo de la ira de Dios. Observe también el triple paralelismo hebraico que se usa en cada versículo, según el cual cada línea refuerza o profundiza la idea expresada en la línea anterior:

(1) Jeremías describe el ardor de la ira de Jehová (vv. 1-3)

a. ¿Cómo habla Jeremías de la antigua gloria de Israel (v. 1)?

b. ¿De qué manera la imagen de una "nube" representa bien la ira de Dios?

c. ¿Qué verbos usa Jeremías en los primeros tres versículos? ¿Cómo representan de manera colectiva el “ardor de la ira” de Jehová?

(2) Dios como su enemigo (vv. 4-7)

a. ¿Cómo resume el v. 5 el resultado de que Dios se haya convertido en su enemigo?

b. ¿Por qué Dios incluso asoló Su propia morada y Su altar? (vv. 6-7)

(3) La determinación de Dios de destruir (vv. 8-10)

a. ¿Cómo describe el v. 8 la determinación de Dios de destruir?

b. ¿Cuál es el destino respectivo de las siguientes personas: su rey, príncipes, profetas, ancianos y vírgenes (mujeres jóvenes)?

c. ¿Qué cuadro busca representar Jeremías al describir el destino de cada uno de ellos?

(4) Jeremías llora por Jerusalén (vv. 11-17)

a. ¿Cómo describe Jeremías su propio llanto por Jerusalén? (v. 11)

b. ¿Cuál escena más le causa dolor? (vv. 11-12)

c. Mientras busca consolar a Sión, ¿puede el profeta encontrar eventos o ejemplos de la historia que fueran peores que lo que acababa de suceder a Sión? (v. 13) ¿Por qué o por qué no?

d. ¿Podrían haber evitado su cautiverio? (v. 14) ¿Por qué o por qué no?

e. Tal como estaban las cosas, ¿en qué se habían convertido a los ojos del mundo? (vv. 15-16)

f. ¿Piensa usted que fue una exageración llamar a Jerusalén "perfecta hermosura, el gozo de toda la tierra" (RVR1960)? ¿Por qué o por qué no? (v. 15)

(5) Una llamada a las súplicas (vv. 18-22)

a. Al llamar al pueblo (tanto a los que estaban en el exilio como al remanente) a hacer súplicas al Señor, ¿qué le pide el profeta al pueblo que haga? (vv. 18-19)

b. ¿Piensa usted que tales súplicas eran insuficientes y demasiado tardes? ¿Por qué o por qué no?

c. Luego, el profeta también suplica al Señor (vv. 20-22).

  1. ¿Qué busca lograr con las tres preguntas retóricas en el versículo 20?
  2. ¿Por qué el profeta toma de manera tan personal el juicio de Jehová? (v. 22)

(6) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
La(s) destrucción(es) de Jerusalén

Yacen por tierra en las calles jóvenes y viejos; mis vírgenes y mis mancebos han caído a espada. Has matado en el día de tu ira, has hecho matanza, no has perdonado." (LBLA) (Lamentaciones 2:21)

Mientras Jeremías lloraba por Jerusalén, nos dio un registro del horror que se vivió en la destrucción de Jerusalén en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia (2:20-21). Lamentablemente, la misma escena se repitió unos seiscientos años más tarde, en el año 70 d.C., en manos del general romano Tito. Permítanme reproducir aquí el artículo meditativo del día 90 (año 3, semana 13, Lucas 21:12-24), donde el extracto del relato de Josefo sobre esta última destrucción muestra cuán similar fue esta repetición de la experiencia de Jeremías:

El asedio de Jerusalén en el año 70 d.C. fue el evento decisivo de la Primera Guerra Judio-Romana. El ejército romano, dirigido por el futuro emperador Tito, cuyo segundo al mando era Tiberio Julio Alejandro, sitió y conquistó la ciudad de Jerusalén, la cual había sido ocupada por los defensores judíos en el 66 d.C.

El asedio terminó con el saqueo de la ciudad y la destrucción de su famoso Segundo Templo. Los judíos todavía lamentan anualmente la destrucción de los templos primero y segundo con el ayuno de Tishá Be Av .

Mientras los romanos aplastaban lentamente la insurrección en las áreas periféricas, los refugiados inundaban Jerusalén en preparación para la batalla culminante de la guerra. Debido a las disensiones internas, los judíos dentro de la ciudad estaban divididos, y diversos grupos rebeldes luchaban por el control. Hubo una horrible pérdida de vidas, y las condiciones empeoraron cuando en la primavera del año 70 d. C. los romanos sitiaron Jerusalén. Las tropas de Tito tomaron el muro exterior alrededor de mayo y capturaron la estratégica Fortaleza de Antonia. Aunque la destrucción del templo era inminente, muchos de los defensores judíos probablemente creían que al final Dios los defendería a ellos y a Su templo. Sin embargo, a finales de agosto, los romanos atacaron con éxito el templo, incendiaron sus puertas y aplastaron a sus defensores. Cuando vieron que su santuario había caído, los judíos perdieron toda esperanza y se inició una gran matanza.

El texto a continuación es lo que Josefo (quien había actuado como mediador entre los romanos y judíos y presenció el asedio y sus consecuencias cuando las negociaciones fracasaron) escribió sobre el incidente:

"Mientras la casa santa estaba en llamas, todo lo que estaba a mano fue saqueado, y diez mil de los capturados fueron muertos; tampoco se tuvo compasión de nadie con base en su edad, ni reverencia ante los de importancia, sino que los niños, los ancianos, los profanos y los sacerdotes fueron muertos por igual; de modo que esta guerra alcanzó a toda clase de hombres, llevándolos a la destrucción, tanto a aquellos que suplicaban por sus vidas como a los que se defendían luchando. La llama también fue llevada muy lejos, haciendo eco, junto con los gemidos de los que morían; y puesto que esta colina era alta, y las obras del templo eran muy grandiosas, uno pensaría que toda la ciudad se había incendiado. Tampoco se puede imaginar nada más grande o más terrible que este ruido; porque al mismo tiempo se escuchaba el grito de las legiones romanas que marchaban todas juntas y el lastimoso clamor de los sediciosos, los cuales ahora estaban rodeados de fuego y de la espada. Además, aquellos que quedaban arriba fueron tirados contra el enemigo, y bajo gran consternación, gemían tristes por la calamidad que les enfrentaba. También la multitud que estaba en la ciudad se unió a este clamor con aquellos que estaban sobre la colina. Además, muchos de los que estaban desgastados por el hambre, con la boca casi cerrada, cuando vieron el incendio de la santa casa, hicieron todo lo posible para clamar con gemidos y gritos ... la cantidad de sangre era más que la del fuego, y el número de los que murieron fue máyor que el de los que mataron; porque el suelo no se veía en ninguna parte debido a los cadáveres que yacían sobre ello; pero los soldados pasaban por encima de montones de estos cuerpos mientras perseguían a los que de ellos huían ... "
(Extracto de Josefo, Wars, 6.5.1)

Día 3

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Lamentaciones 3:1–18

El lamento de Jeremías por Jerusalén y Judá ahora se convierte en un lamento de sufrimiento personal:

(1) Cuando Jeremías dice "Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo", ¿está pensando en el sufrimiento de Jerusalén o en sus propios sufrimientos con relación al destino de Jerusalén? (Usted tal vez desee consultar el artículo meditativo de hoy.)

Luego, Jeremías describe el latigo del enojo de Dios, usando "Él me ha" para describir su propia aflicción:

(2) Vv. 2-3: ¿Qué había hecho Dios "ciertamente" a sus emociones?

(3) V. 4: ¿Qué habían hecho a su cuerpo todas estas aflicciones?

(4) Vv. 5-9: Ser sitiado por Dios Jeremías había sido colocado por lo menos 2 veces en un calabozo o prisión (Jer.37:15; 38:13) y dejado durante mucho tiempo:

a. ¿Esto se refiere únicamente a su experiencia en prisión? ¿Por qué o por qué no?

b. ¿Qué diferencia hay entre estar cercado "con muro" por los hombres y por Dios?

c. Para aquellos que pertenecen a Dios, ¿cómo podemos encontrar una salida?

d. ¿Funcionó para Jeremías? (v. 8)

(5) Vv. 10-13: Ser perseguido por Dios

a. ¿Es peor ser cercado con muro por Dios o ser perseguido por Dios? ¿Por qué?

b. La primera imagen que usa es la de un oso o un león al acecho (vv. 10-11).

  1. ¿Qué cuadro busca representar esta imagen?

c. La siguiente imagen es la de un arquero (vv. 12-13)

  1. ¿Qué cuadro busca representar esta imagen?

(6) Vv. 14-18: Abatido y rechazado Jeremías termina su lamento personal con una sensación de haber sido insultado (v.14), amargado (v. 15) y pisoteado (v.16).

a. ¿Cómo resume su condición? (v. 17)

b. ¿A qué prosperidad y esplendor se refiere? ¿El suyo o el de Jerusalén?

c. ¿Qué esperanza respecto a Jehová (para Jerusalén y para sí mismo) siempre había albergado todos sus años como profeta? (v. 18)

d. ¿Por qué piensa ahora que todas las esperanzas se han desvanecido?

(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
L
a lamentación conduce a una verdadera oración

"Yo soy el hombre que ha visto la aflicción
bajo la vara de su furor
." (LBLA) (
Lamentaciones 3:1)

En los dos capítulos anteriores, leímos sobre cómo Jeremías, lamentándose y llorando amargamente por la destrucción de Jerusalén y Judá, lamentó con profunda tristeza, especialmente por la muerte de su pueblo (2:20-22). Esta sección continúa con un lamento por sus sufrimientos personales. Uno podría preguntar cómo estos lamentos están relacionados, y para qué sirven. Ewald contribuyó la siguiente observación:

“Como consecuencia de estas experiencias que son exclusivamente suyas, el individuo puede, en efecto, quejarse al principio, de tal manera que comience por tercera vez una desesperación aún más profunda, como lo que ocurre aquí (vv. 1-18); sin embargo, mediante la meditación más profunda para sí mismo sobre la relación eterna de Dios con los hombres, también puede llegar fácilmente al debido reconocimiento de sus propios pecados y la necesidad de arrepentimiento, y así también a la oración de fe. ¿Quién es este individuo que se queja, piensa y suplica de esta manera, cuyo yo se transforma impercebtiblemente, pero muy apropiadamente, en nosotros ? ¡Oh hombre, es la imagen misma de ti mismo! Ahora todos deben hablar y pensar como él. Por lo tanto, es precisamente por este discurso, que comienza con los tonos más lúgubres, que el dolor por primera vez e de manera imperceptible se ha convertido en una verdadera oración."
(K&D, 508-9)

Día 4

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Lamentaciones 3:19–39

3:19-39—La compasión de Dios

(1) ¿Cuán abatido está Jeremías al recordar su aflicción y su vagar? (3:18)

(2) Pero a pesar de ello, también recuerda algo que le trae esperanza (vv. 22-24):

a. ¿Qué verdad recuerda que le asegura el gran amor de Dios, de modo que llega a la conclusión de que su compasión nunca falla? (v. 22)

b. ¿Qué le hace entender que Su fidelidad es grande? (v. 23)

c. ¿Qué le hace seguir esperando en Dios, a pesar de toda su aflicción y amargura? (v. 24)

(3) Dios es bueno, y también lo es la aflicción (3:25-36).

a. En los vv. 25-27, Jeremías habla de manera poética de tres cosas que son "buenas".

  1. ¿Qué son?
  2. Por qué son tan "buenas"?

b. ¿Cuáles son las tres cosas que uno debe hacer al llevar su yugo (o carga) ante el Señor? (vv. 28-30)

c. ¿Qué tres razones da Jeremías para respaldar su consejo? (vv. 31-33)

(4) Como si sospechara que los oyentes pueden no estar de acuerdo con su consejo, ¿cuáles son tres razones adicionales que da mediante tres preguntas retóricas en los vv. 37-39 al decirnos que nos sometamos a Dios?

(5) ¿Está usted de acuerdo con Jeremías? ¿Por qué o por qué no?

(6) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
La esperanza en medio de la desesperación

Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias." (RVR1960) (Lamentaciones 3:22-23)

Cuando Jeremías se sentó ante las ruinas de Jerusalén, llorando y lamentando la destrucción de Jerusalén y su pueblo, parece que también comenzó a recordar todos los sufrimientos, insultos y dolores que él había soportado debido a su ministerio como profeta. Hizo más que simplemente lamentar su aflicción; ¡también cayó en la desesperación, como si su fidelidad y su confianza en Dios se hubieran desvanecido! Mientras sucumbía a sus amargos recuerdos, terminó su poema personal de lamento diciendo: “Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová” (3:18).

Sin embargo, justo cuando parece que ya desvaneció toda esperanza, de repente Jeremías recordó algo que le hizo que su fe en Dios llegara a un punto de inflexión, e incluso le dió esperanza una vez más. Se trata de un secreto que todos Los hijos de Dios deberían y pueden aprender: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. 'Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré' ” (3:22-24). Hay tres cosas sobre las que Jeremías dirige su atención:

(1) “No hemos sido consumidos”: Es cierto que la nación ya no existe; Jerusalén dejó de existir; e incluso el templo ya no existe; sin embargo hay un remanente que Dios ha preservado para Sí mismo. Mientras estamos en nuestra difícil situación, podemos fijar nuestra atención en todas las pérdidas y calamidades que hemos sufrido, o podemos enfocarnos en lo que Dios ha preservado para nosotros en medio de ese proceso, o las cosas de las que nos ha protegido. Esto es, según Jeremías, evidencia de que la compasión de Dios no se ha decaído (ver Calvino, 407).

(2) “Nuevas son cada mañana”: Sin embargo, para poder observar que Dios está renovando Sus misericordias por nosotros cada mañana (es decir, trayendo luz a nuestras tinieblas), debemos tomar la decisión de buscarlas por fe y a través de Su verdad; a esta verdad se refiere la expresión "Su fidelidad" (ver Calvino, 408). Eso también significa que debemos mirar por fe con nuestros ojos, y no por nuestra vista física.

(3) “Mi porción es Jehová”: Debido a nuestro arrepentimiento y fe en Jesucristo, nos hemos convertido en Sus hijos (Jn. 1:12); el resultado de esto es que somos Suyos y Él es nuestro para siempre. Esta relación nunca cambiará.

¿Su alma sigue abatida después de haber considerado los pensamientos anteriores?

Día 5

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Lamentaciones 3:40–66

3:40-47Un llamado al arrepentimiento — habiendo afirmado la soberanía de Dios y la pecaminosidad del pueblo, Jeremías ahora los llama al arrepentimiento:

(1) ¿Cuál es el proceso de tres pasos para el arrepentimiento al que los llama Jeremías? (v. 40)

a. ¿Qué conlleva "examinar"?

b. ¿Cómo deberíamos examinar nuestros caminos?

c. Entonces, ¿cómo debemos arrepentirnos? (vv. 41-42)

(2) En este proceso de arrepentimiento genuino, Jeremías los insta a recordar las graves consecuencias de sus pecados (vv. 43-47).

a. ¿De qué se ha cubierto Dios y cuáles son las consecuencias de ello? (vv. 43-44)

b. ¿En qué se han convertido hoy? (vv. 45-47)

c. ¿Qué tiene que ver esos recuerdos y el reconocimiento con su proceso de arrepentimiento? (v. 40)

3:48-66Un lamento personal—Una vez más, el profeta vuelve a “su propio llanto y gemido y lágrimas con el fin de despertarse a la oración y guiar a otros también” (Calvino, 441):

(3) Al recordar y reconocer el destino de Jerusalén, el profeta llora una vez más (vv. 48-51).

a. ¿Qué cosa específica que ve lo hace llorar? (v. 51)

b. ¿Por qué no deja de llorar? (v. 50)

(4) Él recuerda sus propios sufrimientos, especialmente lo que sufrió mientras estaba en prisión (vv. 52-58):

a. ¿Cuán horrible fue su experiencia en prisión? (vv. 52-54; ver Jeremías 37:20)

b. ¿Cómo le suplicó a Dios? (vv. 55-56)

c. ¿Cómo respondió Jehová a su oración? (vv. 57-58; Jeremías 38:11-13)

3:59-66—Oración por la venganza—Su liberación pasada por parte del Señor se convierte en la base de su confianza para orar por el presente:

(5) Puesto que Dios tomó su causa y redimió su vida (v. 58), ¿piensa usted que la descripción en los vv. 59-63 sigue siendo de sí mismo o de Jerusalén (y el pueblo de Dios)?

a. ¿Dónde están ahora sus antiguos enemigos? (Jeremías 52:10)

b. ¿Qué le pide al Señor que haga con sus enemigos? (vv. 64-66)

c. ¿Debería buscar venganza para sí mismo o para Jerusalén?

(6) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
Los pasos para el arrepentimiento

"Examinemos nuestros caminos y escudriñémoslos,
y volvamos al Señor
[a Jehová];" (LBLA) (
Lamentaciones 3:40)

Ayer reflexionamos sobre cómo el profeta pudo restaurar su esperanza y confianza en el Señor al centrarse no solo en el castigo de Dios y las terribles consecuencias que ahora enfrentaban, sino también en el hecho de que Dios no los había consumido por completo con Su ira. Fue así que pudo incluso ver las misericordias de Dios siendo renovadas cada mañana por ellos, y una vez más se mantuvo firme en su relación inquebrantable con el Señor. Sin embargo, también reconoció que el propósito de tales misericordias de Dios era estimularlos a un arrepentimiento genuino, por lo que ahora pide a su pueblo que tome las medidas necesarias para realizar un arrepentimiento genuino: “Examinemos nuestros caminos y escudriñémoslos, y volvamos al SEÑOR [a Jehová];" (LBLA) (Lamentaciones 3:40).

En otras palabras, los pasos hacia el arrepentimiento genuino involucran lo siguiente:

(1) Examinemos: Un autoexamen minucioso de nuestros caminos solo es posible si separamos un tiempo para estar quietos ante el Señor; si no lo hacemos, seguiremos repitiendo nuestros comportamientos pecaminosos sin siquiera darnos cuenta de nuestras locuras. Aún peor es cuando intentamos pasar un poco de tiempo ante el Señor, nos contentamos con que se nos muestren algunos de nuestros caminos errados, y luego imaginamos que ya hemos lidiado con nuestros pecados. Esto es aún peor, porque al hacerlo nos engañamos a nosotros mismos y al Señor. Debemos reconocer que solo el Espíritu Santo puede mostrarnos nuestros caminos equivocados, y así debemos cultivar el hábito de orar y esperar ante el Señor, pidiéndole que nos muestre nuestros pecados de manera exhaustiva, y solo después de haberlos confesado uno por uno debemos levantarnos de nuestras rodillas para continuar con nuestras vidas;

(2) Escudriñémos nuestros caminos: De hecho, hay caminos errados que tal vez no podamos percibir en nuestro tiempo de oración y reflexión; estos solo se nos revelarán cuando seamos probados. La palabra escudriñar se refiere a un examen o a una investigación ante el tribunal de justicia, algo que conlleva la ponderación de las pruebas ante la ley. Por lo tanto, el examen de nuestros caminos errados debe hacerse en la forma de una búsqueda honesta y una ponderación ante la Palabra de Dios, el único criterio y medida que usamos para probar nuestros caminos;

(3) Volvamos: Las simples palabras de confesión y compromiso con el cambio no son suficientes; se debe dar seguimiento con acciones. Por eso se hace hincapié en la palabra, “regresar”, y Holladay señala que Jeremías usa esta palabra con frecuencia en un “contexto del pacto” (TWOT, 909). Este es un énfasis importante en la verdadera actitud de arrepentimiento, puesto que la razón por la que nos arrepentimos no es egocéntrica, sino que es por una obligación de amor que respondemos a las misericordias y el amor de nuestro Salvador Redentor.

Día 6

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Lamentaciones 4:1–22

En este poema acróstico, Jeremías lamenta el castigo que ha sufrido su pueblo, lo cual merece plenamente:

4:1-11Un castigo peor que el de Sodoma

(1) ¿De qué manera(s) los hijos de Sión antes eran como oro y piedras sagradas? (vv. 1-2)

(2) ¿En qué se parecen ahora a vasijas de barro? (vv. 1-2)

(3) ¿Qué pecado se destaca aquí? (v. 3)

(4) ¿De qué manera son más crueles que los chacales? (v. 3)

(5) Es de suponer que los ricos y la realeza fueron particularmente culpables de este pecado: ¿Qué castigo han sufrido? (v. 5)

(6) El castigo instantáneo de Sion ahora es comparado con el de Sodoma (vv. 6-11).

a. ¿Qué caracterizó el castigo de Sodoma? (v. 6, ver Génesis 19:24-25)

b. ¿Cómo contrasta Jeremías la antigua gloria de los príncipes con lo que se han convertido? (vv. 7-8)

c. ¿Por qué dice que los muertos a espada son más dichosos? (vv. 9-10)

d. ¿De qué manera el castigo de su pueblo mayor que el de Sodoma?

(7) El pecado de los profetas y sacerdotes (vv. 12-16)

a. ¿Qué deberían haber sido los profetas y los sacerdotes para el pueblo y para el Señor?

b. ¿Qué habían hecho en su lugar? (v. 13)

c. Al describir el juicio que ahora estaban recibiendo, ¿a qué los compara Jeremías? (vv. 14-15)

d. ¿Cuáles fueron las consecuencias de los pecados de estos clérigos? (v. 12)

e. ¿Por qué Jeremías destaca sus pecados?

(8) La futilidad de confiar en los hombres (vv. 17-20) se citan una nación y un individuo:

a. ¿Cuál era la nación en la que habían confiado?

b. ¿Por qué esta nación no pudo salvarlos? (Jeremías 44:30; 46:1-2)

c. ¿En qué persona habían confiado?

d. ¿Cuál fue su destino? (v. 20; Jeremías 52:9-11)

(9) La esperanza de un regreso (vv. 21-22)

a. De todas las naciones extranjeras, ¿por qué Jeremías señala a Edom para juicio? (ver Jer.49:1-22, Reflexión meditativa del año 4 de la semana 45 y del día 309)

b. ¿Cuál es la esperanza que acompaña al castigo de Edom?

(10) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?

Reflexión meditativa
Los pecados del clero

"Es por causa de los pecados de sus profetas, y las maldades de sus sacerdotes, Quienes derramaron en medio de ella la sangre de los justos." (RVR1960) (Lamentaciones 4:13)

A lo largo de una lectura de los libros de Jeremías y Lamentaciones, llegamos a entender que Israel fue castigado por los pecados que habían sido cometidos por toda la comunidad los reyes, los príncipes, los ancianos, el sacerdote, los profetas y el pueblo; sin embargo, en este cuarto poema de lamento, en el cual Jeremías presenta una última súplica apasionada al Señor, él atribuye la caída de las puertas fortificadas de Jerusalén, las cuales habían logrado detener al poderoso ejército de Nabucodonosor durante casi dos años (Jer. 52:4-5), no al poderío de los caldeos, sino más bien, “sucedió por los pecados de sus profetas, por las iniquidades de sus sacerdotes" (Lam 4:13). En otras palabras, el clero debe cargar con la mayor parte de los pecados del pueblo.

Su desobediencia al no enseñar al pueblo los preceptos y decretos puros de Dios, con el fin de darles un ejemplo con respecto a las cosas espirituales y éticas y de liderar la acusación contra la adoración de ídolos, junto con sus complots para matar a aquellos que como Jeremías eran fieles siervos de Dios, es considerado el factor que más contribuyó a la apostasía y caída de toda la nación.

Este es un recordatorio tan serio para nosotros que somos pastores y teólogos, puesto que tenemos las mismas responsabilidades que los sacerdotes y profetas de antaño. Si no enseñamos la doctrina pura del evangelio, si no vivimos una vida espiritual y ética sin reproche y si no proclamamos con nuestra voz profética contra la cultura impía, también seremos considerados como el principal contribuyente a la apostasía de la iglesia.

Día 7

Lea el pasaje por lo menos dos veces, reflexionando sobre ello detenidamente. Luego, considere las preguntas a continuación:

Reflexión sobre las Escrituras
Lamentaciones 5:1–22

Una petición corporativa al Señor: Este poema final se habla desde la perspectiva del "nosotros" corporativo.

5:1-16—Piden a Dios que mire su oprobioPor supuesto, Jehová ya conoce su lamentable estado; por lo tanto, lo que esperan obtener al pedirle al Señor que mire es Su simpatía:

(1) La lista de vergüenzas (5:2-10): Qué tipo de oprobio representa cada uno de los siguientes elementos:

a. la pérdida de sus tierras y hogares (v. 2; ver Deuteronomio 6:23)

b. quedarse huérfano y viudo (v. 3)

c. ¿Qué está representado por los vv. 4, 6, 9-10?

d. ¿Qué está representado por el v. 8?

e. ¿Qué consecuencias físicas y emocionales han tenido sobre ellos todos estos castigos? (v. 5)

f. ¿Pueden realmente culpar a sus padres por su castigo? (v. 7) ¿Por qué o por qué no? (Jeremías 16:12)

(2) Más que vergüenza (5:11-18)

a. ¿Qué cuadro es representada por los vv. 11-14?

b. ¿De qué manera Jeremías resume las condiciones físicas, emocionales y espirituales en que se encontraban (vv. 15-18)?

(3) Una súplica final en nombre de Israel (5:19-22)

a. ¿Qué significa su reconocimiento de la eternidad de Dios?

b. ¿Son válidas sus dos preguntas en el v. 20? ¿Por qué o por qué no?

c. ¿Cuál es su última súplica para su pueblo? (vv. 21-22)

  1. ¿Qué debería ocurrir primero: su restauración por parte de Dios o su regreso? ¿Por qué?
  2. ¿Piensa usted que Dios los había rechazado por completo y que Su ira es inconmensurable?
  3. ¿Qué respuesta da Dios a la súplica de Jeremías? (ver Romanos 11:1, 25-27)

(4) Al concluir el estudio del libro de Lamentaciones, ¿puede usted hacer una pausa para considerar y enumerar las tres lecciones principales que este Libro le ha inculcado?

Reflexión meditativa
Dios responde a la oración de Jeremías

Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos; Renueva nuestros días como al principio. Porque nos has desechado; Te has airado contra nosotros en gran manera." (RVR1960) (Lamentaciones 5:21-22)

Mientras lamenta el severo castigo que había sufrido su pueblo, Israel, Jeremías, aún con lágrimas en los ojos, termina su lamento con una oración muy conmovedora (5:19-22).

Él primero reconoce la soberanía y el reinado del Señor, un reinado eterno. Este reconocimiento significa su total sumisión a la acción y a la voluntad del Señor. Sin embargo, él conoce al Señor tan bien que no se detiene en la sumisión, sino que también apela al corazón de Dios, preguntando: “¿Por qué te olvidas para siempre de nosotros, y nos abandonas a perpetuidad?" (LBLA) (5:20). Esta apelación resulta ser profética porque aunque al parecer Jeremías hizo esta pregunta poco después de la destrucción de Jerusalén, la nación de Israel permanecería destruida durante miles de años y realmente parece que el Señor se ha olvidado por completo de ellos.

Lo que es aún más profético es la forma en que suplica en favor de su pueblo, pidiéndole a Dios que lo restaure a Sí mismo, de modo que puedan regresar (5:21). Desde un punto de vista lógico, debería ser Israel quien debería volverse al Señor primero, no viceversa. Pero la verdad es que incluso si regresan el Señor no los puede aceptar mediante un sacrificio de animales; Dios tiene que actuar primero, proveyendo el cordero expiatorio definitivo el Cordero de Dios, Su Hijo, como sacrificio expiatorio, no solo por ellos, sino por todo el mundo. Así es como Dios responde la oración de Jeremías: no retiene Su ira, sino que la derrama sobre Su Hijo, quien cargó el pecado de Israel y del mundo en la cruz.

En efecto, Dios no se ha olvidado de Israel, ni lo ha abandonado ni rechazado por completo; como testifica el apóstol Pablo en Romanos 11:26-27, a través de la obra de redención de Su Hijo, Dios ha cumplido la promesa que le dio a Su pueblo:

El redentor vendrá de Sión y apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados." (Romanos 11:26-27) (Isa. 59:20-21; Isa. 27:9)