Esta semana terminaremos nuestro estudio del libro de Amós, y también estudiaremos Abdías, el libro
más corto del Antiguo Testamento.
7:1-3; 4-6—Las visiones 1 y 2:
(1) La primera es una visión de la destrucción total de la vegetación en Israel:
a. ¿Quién había preparado las langostas para la destrucción?
b. Elija una respuesta: El desastre natural (i) siempre, (ii) a veces, o (iii) nunca es una herramienta de juicio de Dios. ¿Por qué?
c. ¿De quién la cosecha se salvó? ¿Por qué?
d. ¿Quiénes sufrieron este desastre?
(2) La segunda visión—juicio por fuego:
a. ¿De qué manera este segundo juicio representa una destrucción mucho mayor que el primero?
b. Una vez más, ¿quién planeó este desastre?
(3) ¿Por qué el profeta (que también era pastor y agricultor) clamó a Jehová, y con qué fundamento suplicó a Jehová?
(4) En ambas ocasiones, ¿cómo respondió Jehová a la intercesión del profeta? ¿Por qué?
(5) En su opinión, ¿por qué Jehová decidió mostrar esta visión al profeta?
(6) ¿Qué lecciones importantes podemos aprender acerca de la intercesión y el carácter de Jehová?
7:7-9—La tercera visión
(7) ¿Qué representa la imagen del reino de Israel como un muro “hecho a plomo”?
(8) Esta vez Dios usa Su plomada para medirlo. ¿Por qué Jehová le pregunta al profeta qué es lo que tiene en la mano?
(9) ¿Por qué aclaró Jehová específicamente que el juicio caería sobre (a) los lugares altos, (b) los santuarios y (c) la casa de Jeroboam? (ver Levítico 26:30; 1 Rey. 3:2; 12:25-31)
(10) ¿Por qué el profeta no intercedió por Israel esta vez?
(11) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“Y dije: 'Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño." (RVR1960) (Amós 7:5)
El Señor había llamado a Amós del sur (Judá) para profetizar contra el reino del norte de Israel. Durante seis capítulos leímos de Amós palabras de reprensión contra los muchos pecados de Israel, desde la piedad falsa hasta la idolatría, el orgullo y la injusticia social, y sus mensajes a menudo iban acompañados del pronunciamiento de juicios severos y definitivos. Pero esas eran simplemente palabras que Jehová obviamente le había transmitido. Sin embargo, Jehová le habló a Amós de manera diferente en los últimos tres capítulos, a saber, a través de una serie de visiones que describen (obviamente de una manera mucho más vívida) las calamidades que caerían sobre Israel. En efecto, una imagen vale más que mil palabras, y leemos que el profeta, al ver con sus propios ojos los juicios de las dos primeras visiones, quedó tan alarmado que inmediatamente suplicó a Jehová, clamando: “Señor Jehová, cesa ahora".
Como pastor y agricultor, Amós entendía el efecto devastador que los juicios tendrían sobre el israelita promedio. El rey aún disfrutaría de su cosecha, pero el resto del pueblo sufriría mucho, puesto que vivían en una sociedad cuya base era la agricultura. Esa fue la primera visión. La segunda muestra una devastación aún mayor: la tierra es consumida por el fuego. La imagen de Sodoma y Gomorra me vino a la mente de inmediato. Ambas visiones llevaron al profeta a clamar a Dios por perdón. Sorprendentemente, leemos que "se arrepintió Jehová".
Francamente, fue ese el propósito de mostrarle las visiones a Amos. Jehová, por mucho que odie el pecado, ama a los pecadores. En medio de las transgresiones de Israel, Jehová todavía deseaba que alguien intercediera por ellos. Y al usar al profeta para transmitir Su mensaje de juicio, Jehová también deseaba que Su siervo se identificara ante todo con Su corazón compasivo. Eso fue lo que vio en Su profeta Amós.
Hoy en día, Jehová sigue buscando siervos que se identifiquen ante todo con Su corazón compasivo — siervos que intercedan por los pecadores.
(1) Aunque ya consultamos 1 Reyes 12:25-31, lea este pasaje de nuevo para comprender quién habría sido Amasías:
a. ¿Por qué a Amasías le molestaban las palabras de la profecía pronunciada por Amós?
b. Si usted fuera Amasías, ¿cómo habría respondido a las palabras de Amós?
(2) ¿Por qué Amasías envió un mensaje al rey? ¿De qué acusó a Amos?
(3) Se puede presumir que por alguna razón el rey no arrestó a Amós ni lo expulsó. Cual pudo haber sido la razon?
(4) Luego, Amasías decidió confrontar al propio Amós e intentó detenerlo. Lea cuidadosamente los vv. 12-13 y reflexione sobre lo siguiente:
a. En lugar de simplemente pedirle a Amos que dejara de profetizar, ¿por qué le pidió que se marchara?
b. ¿Qué sugirieron sus palabras sobre la razón por la que Amós era profeta?
c. ¿Cómo sus palabras son un reflejo de su actitud hacia su propio sacerdocio?
d. ¿Cómo condenó a sí mismo al decir que Betel era el santuario del rey y el templo del reino?
(5) La respuesta de Amós (vv. 14-15):
a. ¿Por qué mencionó quién era y por qué negó que fuera un profeta? ¿Acaso no era profeta?
b. ¿Qué buscaba enfatizar?
(6) El juicio sobre Amasías se pronuncia en los vv. 16-17:
a. ¿De qué tema específico se trataba el juicio?
b. ¿Fue un juicio demasiado severo? ¿Por qué o por qué no?
(7) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
“No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: 'Ve y profetiza a mi pueblo Israel'.” (RVR1960) (Amós 7:14-15)
A primera vista, tanto Amasías como Amós servían a Jehová; sin embargo, la diferencia entre ellos no podría haber sido mayor.
Además del hecho de que Amasías estaba perpetuando los pecados de Israel al adorar el becerro de oro en Betel como si fuera el propio Jehová (1 Rey.12:25-31), también estaba repitiendo el mismo pecado que Aarón había cometido en el desierto en la época de Moisés (Éxodo 32:2-4). Además, es muy probable que ni siquiera fuera un levita, sino que consideraba su cargo como un medio para ganarse la vida.
Aunque a menudo no entiendo la sabiduría de Dios al establecer un sacerdocio en Israel que se basaba en la genealogía (es decir, solo los levitas podían servir como sacerdotes en su templo), dado que Dios es totalmente soberano, nadie nace por accidente; Él nos conoció a cada uno de nosotros, incluso desde el útero (Sal. 139:13). Por lo tanto, lejos de ser un accidente, el hecho de que alguien naciera levita era por diseño y representaba el llamado especial de Dios para servirle. Por lo tanto, no se trataba de una profesión por la que uno se ganaba la vida, sino de un ministerio de fe y dependencia de Dios que Lo reivindicaba como su única herencia (Núm. 18:20, 23).
En realidad, este Amós, que servía a Yahveh, ni siquiera era profeta profesional. Sin embargo, había recibido un llamado muy claro de Dios antes de dejar su profesión de boyero y cultivador de sicómoros para convertirse en profeta. Era muy obvio que Amós no había recibido ningún apoyo o remuneración por ir hasta Betel y profetizar. Su ministerio se basaba totalmente en la fe, y lo había aceptado 100% por fe. Este es un verdadero modelo de ministerio para todos los siervos de Dios hoy:
- No nos convertimos en pastores por ganarnos la vida.
- Debemos tener un claro sentido de vocación.
- Aceptamos nuestro llamado en sumisión y 100% por fe.
La quarta visión—la fruta madura
(1) ¿Qué intentaba decir Jehová al mostrarle a Amós una canasta de fruta madura? (ver Joel 3:13)
(2) ¿Qué expresión usa Jehová para referirse a Israel, incluso al pronunciar este juicio aparentemente irreversible? (v. 2)
El juicio—Este mensaje se puede dividir en secciones con base a la referencia que se hace al "día":
8:3-8—En aquel día: pecados y juicio
(3) El juicio:
a. ¿Por qué Jehová menciona a los “cantores del templo”?
b. ¿Qué tipo de horror se describe en el v. 3?
(4) Los pecados:
a. ¿Qué tipo de pecado es reprendido en el v. 4?
b. Las lunas nuevas y los sábados eran momentos de descanso y adoración:
- ¿Cómo observaban estos momentos de adoración?
- ¿Qué nos dice esto sobre su relación con Dios?
- ¿Piensa usted que cuando nuestros pensamientos divagan durante la adoración, o cuando pensamos sobre dónde comer después del culto dominical, merecemos la misma reprensión?
c. ¿Cuáles pecados de la actualidad podrían ser equivalentes a los pecados descritos en el v. 5b?
d. ¿Cuáles pecados de la actualidad podrían ser equivalentes a los pecados descritos en el v. 6?
e. ¿Por qué Jehová dijo: "No me olvidaré jamás"?
(5) El símbolo del juicio: ¿Qué usa el Jehová como símbolo del juicio venidero? ¿Qué busca enfatizar?
8:9-10—En aquel día—el símbolo del juicio (II)
(6) ¿A qué tipo de juicio se refiere el oscurecimiento de la tierra? (ver Mateo 27:45; Apocalipsis 6:12; 8:12)
(7) ¿Qué representa la analogía del duelo por un hijo único?
8:11—Vienen días—un tipo diferente de juicio
(8) ¿Acaso el hambre (es decir, una búsqueda hambrienta) de la palabra no es algo bueno?
(9) ¿Por qué Dios no les permitiría encontrarla?
(10) ¿En qué sentido es un juicio?
8:13-14—En aquél día—pecado y juicio
(11) ¿Qué representa el desfallecimiento de los jóvenes?
(12) ¿Qué tipo de pecado es reprendido en el v. 14?
(13) ¿Cuál sería su destino final?
(14) Separe un tiempo para repasar los diversos tipos de pecado señalados por Jehová:
a. ¿En qué tipo de comunidad se había convertido Israel, el pueblo de Dios?
b. Como resultado, ¿cuán horrible sería el juicio que enfrentarían?
(15) ¿Cuál es el mensaje principal para usted hoy, y cómo puede aplicarlo a su vida?
"Vienen días ... en los cuales enviaré hambre a la tierra ... hambre...de oír la palabra de Jehová." (RVR1960) (Amós 8:11)
Jehová ya había anunciado el hambre como Su juicio venidero sobre los pecados de
Israel (5:16-17; 7:1-2), pero ahora anuncia un tipo diferente de
hambre como Su juicio: “enviar[á] hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová” (8:11). Lo
encuentro muy desconcertante, por las siguientes razones:
(1) Una hambruna que lleva a una "hambre...de oír la palabra de Jehová" (8:12) debería ser una bendición, y no una maldición.
(2) Si el pueblo tuviera hambre y sed de la palabra de Dios, ¿acaso Dios no cumpliría su promesa (incluso en el Antiguo Testamento) de que "si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma” (Deut. 4:29)?
Sin embargo, la mejor manera de comprender esta maldición es ver su cumplimiento en lo que se ha llamado los “cuatrocientos años de silencio”. Durante los cuatrocientos años antes de la encarnación de nuestro Señor Jesús, no hubo ningún profeta y ninguna revelación en la tierra de Israel y entre el pueblo de Dios. Con la destrucción de sus naciones (tanto el reino del sur como el reino del norte), sabían que habían pecado contra Jehová, y que todas estas profecías (incluidas las de Amós) se habían cumplido.
Al leer el libro de Nehemías, llegamos a comprender que, en general, el pueblo se había arrepentido de su idolatría y de imitar el estilo de vida pagano; aprendieron a no relacionarse con los gentiles, ni contraer matrimonios mixtos. Es por ello que no encontramos ningúna reprensión contra ellos sobre estos temas por parte de nuestro Señor Jesús.
De hecho, para la época de la primera venida de nuestro Señor, el deseo de los judíos por la venida de su Mesías había crecido, como lo evidencia el contenido de los escritos apócrifos. Pero a pesar de ello, Dios guardó silencio durante estos cuatrocientos años. ¿Por qué? La respuesta se ve claramente en el trato y la recepción que le dieron a nuestro Señor Jesús: no se habían arrepentido de manera genuina. Su deseo de avivamiento no era un deseo por el Reino de Dios, sino por el reino de Israel (Hechos 1:3, 6); el objetivo de su hambre y sed de la palabra de Jehová era reforzar su sentido de autopiedad, y no llevarlos al arrepentimiento.
Lamentablemente, lo mismo sigue ocurriendo entre los judíos hasta el día de hoy — ¡a pesar de que Dios ya no permaneció en silencio (Hebreos 1:1-2), aún no Lo encuentran! ¡Qué maldición!
La última visión:
(1) ¿Cuál es la importancia simbólica de la aparición de Jehová “junto al altar” en la entrega de este mensaje final?
9:1-4—El juicio de muerte
(2) ¿A quiénes, principalmente, va dirigido este juicio? (v. 1)
(3) ¿Qué tipo de horror representaban estos versículos para aquellos que habían hecho de Dios su enemigo?
9:5-6—La certeza del juicio
(4) ¿Qué relación tiene Dios con los cielos y la tierra (v. 6)
(5) ¿Qué pasará cuando toque esta tierra pecadora?
(6) ¿Qué pasará cuando toque los ríos y mares, cuyas aguas ha derramado sobre la tierra?
(7) Por lo tanto, ¿qué tiene que ver Su nombre con el juicio que acaba de anunciar?
9:7-10—La promesa de un remanente
(8) El v. 7 es una pregunta retórica:
a. ¿En qué sentido Israel era para Dios como las otras naciones mencionadas?
b. ¿En qué sentido Israel no era como las otras naciones?
(9) Al anunciar una vez más su destrucción total, ¿qué idea busca transmitir con la metáfora de la criba?
(10) En medio de esta declaración de destrucción total, ¿qué promesa final les da en el v. 8? (Usted puede buscar la palabra remanente en una concordancia o consultar Amós 5:15, Isaías 10:20-22, Romanos 11:5.)
9:11-12—La promesa de un reino restaurado
(11) ¿Por qué Jehová se refiere a la restauración del “tabernáculo [o tienda] caído de David” (LBLA)? (ver la promesa de Dios a David en 2 Sam. 7:12-16.)
(12) ¿Cómo entendía el apóstol Santiago Amós 9:11-12? (ver Hechos 15:13-18)
9:13-15—La abundancia prometida
(13) ¿Qué tipo de abundancia se describe en este reino restaurado?
(14) Ahora que Israel ha vuelto literalmente a su tierra natal (en 1948), ¿piensa usted que la promesa en los vv. 14-15 debe interpretarse literalmente, o es solo como una metáfora espiritual? ¿Por qué? (ver Isaías 65:21-24)
(15) Haga una pausa para repasar los principales mensajes con las que Dios lo ha impactado a través de este libro. ¿Cómo puede aplicarlos a su vida?
"En aquel día levantaré el tabernáculo caído de David, repararé sus brechas, levantaré sus ruinas, y lo reedificaré como en tiempo pasado." (LBLA) (Amós 9:11)
Es interesante leer comentarios más antiguos (es decir, escritos antes de 1948) y ver cómo sus autores interpretaron el glorioso mensaje de restauración en la visión final de Amós.
Calvino, el renombrado reformador del siglo XVI, insistió en que se debía interpretar como una simple alegoría, puesto que la promesa del regreso de Israel del exilio sólo podía ser cumplida de manera espiritual “en Cristo” (ver Comentarios de Calvino, Vol. XIV, 412-413). Y en el siglo XIX, Keil y Delitzsch opinaron que “esta frase no se utiliza aquí para referirse al retorno del pueblo del cautiverio, sino a la transformación de su desgracia y miseria en prosperidad y salvación” (K&D, 223).
Sin duda, el cumplimiento final de la restauración de la tienda caída de David ocurre a través del Hijo de David, nuestro Señor Jesucristo, cuya muerte y resurrección ha logrado la salvación para todos los que creen en Él, tanto judíos como gentiles. Así es como entendió el apóstol Santiago Amós 9:11-12 al defender ante el Concilio de Jerusalén la inclusión de los gentiles en el reino de Dios mediante la fe en Jesucristo:
“Escuchadme, hermanos. Simón ha relatado cómo Dios al principio tuvo a bien tomar de entre los gentiles un pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito:
'"Después de esto volveré, y reedificaré el tabernáculo de David que ha caído. Y reedificaré sus ruinas, y lo levantaré de nuevo, para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles que son llamados por mi nombre", dice el Señor, que hace saber todo esto desde tiempos antiguos [una cita de la LXX]'." (LBLA) (Hechos 15:13-18)
Sin embargo, puesto que parte de esta profecía (a saber, el regreso de Israel del exilio a su tierra natal) se ha cumplido literalmente, ¿acaso no debería el resto también cumplirse de manera tanto literal como espiritual?
Mi humilde opinión es que por mucho que el nuevo Reino Davídico sea un reino espiritual y eterno que abarque a todos los que creen en el Mesías, nuestro Señor Jesucristo, no es inconcebible que Jehová también elija cumplir literalmente estas promesas hechos a los judíos, Su pueblo, permitiéndoles que disfruten de este reino terrenal ideal por un tiempo antes de introducirlos en Su Reino eterno. Algunos creen que esto sucederá durante el reinado de “mil años” mencionado en Apocalipsis 20:6.